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Al final no quedó Ben. [One-shot] por LeonSmith

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Notas del fanfic:

Especial de Halloween de Ben 10. Con mucho cariño para todos ustedes. 

Notas del capitulo:

Mi primer BenxRook y mi primer historia de terror. Espero y lo disfruten mucho. Espero que les sirva para disfrutar Halloween, es una fiesta que me trae mucha alegría, espero poder hacerles pasar un buen rato de amor, terror, sus pensó y misterio. 

En un planeta lejano . . .

 — ¡Al fin! Yo, Albedo, el galvan más inteligente que ha existido, ¡he desarrollado el plan perfecto para terminar con la existencia de Tennyson! – el galvan en su forma humana, comenzó a reír con demencia, mientras observaba su versión del omnitrix, junto con otro artefacto bastante peligroso.

Mientras tanto, en la Tierra. Ben se levanta con bastante entusiasmo, había esperado éste viernes todo el mes. Encendió su reproductor mp3 y se bañó con mucho ritmo, se vistió al ritmo de su música favorita, se desacomodó el cabello y salió de su cuarto. Se deslizó por el pasamanos de las escaleras, y bajó con un mortal bastante bien ejecutado.

 — ¡Ben!. Puedes lastimarte, cariño – su madre salió de la cocina.

 — Lo siento, mamá – se disculpó con una gran sonrisa en su rostro.

 — ¿Por qué estás tan alegre? – le extrañaba el inusual buen ánimo de su hijo.

 — ¿No recuerdas qué día es hoy?

 — ¿Viernes?

 — ¡No! . . . bueno, sí. Pero, ¡hoy es Halloween! – casi da un salto de alegría.

 — ¿Y? – regresó a la cocina, Ben la siguió.

 — ¿Cómo qué “y”? ¡Es el primer Halloween que pasaré con mi . . . nuevo socio! – casi lo arruina.

 — ¡Si, el amable Rook! – amaba al revonnahgander, siempre se comía sus platos saludables – Salúdamelo mucho, dile que pronto le cocinaré su platillo favorito, algas con tofu en salsa de jengibre.

 — Iugh . . . bueno mamá, me tengo que ir. Hoy será un gran día – salió corriendo de la cocina.

 — Espera a desa . . . olvídalo – siguió preparando el desayuno.

Ben salió de su casa y respiró el aire de los suburbios, se dirigió a la cochera y se montó en su moderna motocicleta (hecha por él mismo). Se puso su casco y aceleró, no sin antes saludar a su vecino.

 — ¡Buen día, Sr. Baumann!

 — Buen día, Tennyson. No vayas a destruir nada – respondió serio pero con una sonrisa.

 — ¡Ya mejor no prometo nada!

Se dirigió a la ciudad, no podía creer la cantidad de adornos con motivo de la festividad. Incluso le molestó llegar tan pronto a la plomería de su abuelo, la cual sólo tenía un pequeña calabaza de papel en la puerta. Entró al pasaje secreto y encontró el cuartel sin ningún cambio por la fecha, se sintió bastante molesto.

 — ¡Vamos, abuelo! ¡¿Era tan complicado adornar un poco?! – entró con un puchero.

 — Ben, llegas muy temprano – se rascó la cabeza.

 — Ese no es el punto, ¿por qué todos son tan amargados? – señaló a los plomeros, quienes hacían sus tareas con normalidad.

 — Ben, esto no es un supermercado. Además, Halloween es una festividad de la Tierra, ellos son alienígenas.

 — Eso no importa . . . están en nuestro planeta, deberían seguir las costumbres – se cruzó de brazos.

 — Bueno . . . - ¿por qué mejor no vas con Blukic y a Driba a arreglar la función de reparación genética, del omnitrix?

 — No lo creo, hoy no tengo tiempo para que me electrocuten o algo por el estilo. Mejor . . . me voy a ver a Rook – se dirigió hacia donde estacionan su nave.

 — ¡Ben! . . . olvídalo. Rook aún no se levanta, llegaste demasiado temprano.

 — ¿Está dormido? – se sorprendió.

 — Si, está en su dormitorio.

 — Genial, le daré una gran sorpresa – salió corriendo hacia la zona de dormitorios.

 — Ben . . . – muy tarde, se había ido.

Nuestro héroe llegó al corredor principal de la zona de dormitorios, leyó cada uno de los letreros hasta encontrar el de su amado compañero. Al entrar, encontró un lugar bastante ordenado, totalmente diferente a su habitación. El cuarto sólo contaba con una pequeña mesita y una silla, una ventana virtual, fotografías de su familia, un computador y la cama. En la cual se encontraba profundamente dormido el plomero.

Ben se acercó con sigilo, estando a unos cuantos centímetros del mayor, se transformó en fantasmático y le habló siniestramente al oído.

 — Rook Blonko, he venido por tu alma – logró pronunciar entre risas.

 — ¡Aléjate de mí, criatura! – le disparo con la protoherramienta, la cual sacó debajo de su almohada.

 — ¡Detente, Rook! ¡Soy yo, Ben! – volvió a su forma humana, mientras alzaba las manos en rendición.

 — ¿Ben? – detuvo el ataque, mientras salía de la cama - ¿qué haces aquí?

 — Quería darte una sorpresa – respondió un poco triste, bajó su mirada.

 — Pues lo lograste - extendió su mano para ayudar al héroe a levantarse.

 — Lo lamento . . . – levantó la vista hacia su compañero, quien estaba casi desnudo, sólo unos pegados bóxers lo adornaban - ¡Rook! – replicó apenado.

 — ¿Qué sucede? – preguntó sin darle importancia a su aspecto.

 — ¡Ponte algo de ropa! – Rook notó el sonrojo en su rostro.

 — Estoy vestido con el atuendo normal para dormir – levantó a su compañero del piso y lo cargó en sus fuertes brazos – Además, no parece molestarte – rozó las mejillas de Ben.

 — Rook . . . – observó los hermosos ojos ámbar del revoniano.

 — Me parece que es un buen momento para . . .

 — Cállate y bésame . . .

Ben acercó sus labios a los de su compañero, quien al principió se sorprendió, pero poco a poco fue cediendo ante tan apasionado beso de su recién declarado novio. Aún con Ben en brazos, se dirigió a la puerta y la cerró con seguro, caminó hasta su cama y recostó con mucha ternura a su delgado amante.

 — Eres tan dulce, Rook – pronuncio Ben entre besos.

 — Tú lo mereces – respondió con una voz suave.

A Ben le encantaba acariciar la aterciopelada piel de su novio, le causaba bastante paz acariciarlo. Rook besó con delicadeza el mentón de nuestro héroe, fue bajando poco a poco por su cuello, acariciando su piel con su mejilla.

Ben se sentía tan amado en ese momento, con cada caricia y beso que el revonnahgander le ofrecía. Se quitó la camisa y abrazó con fuerza el cuerpo del mayor, el calor que desprendía su cuerpo era acogedor, pero a la vez le producía mucha excitación.

Rook comenzó a besar el torso de su amado, con cada centímetro que recorría, se embriagaba de la esencia tan juvenil que despedía el chico. Acarició sus pezones, obteniendo un ligero gemido de Ben, le encantaba escucharlo disfrutar de su encuentro.

Comenzó a lamer sus pequeños pezones, haciendo suaves movimientos con su lengua, abarcando toda su circunferencia. Se atrevió a morder ligeramente uno de ellos, lo cual conmocionó todo el cuerpo de nuestro héroe, al igual que lo obligó a dar un audible grito de placer.

 — Perdón, no debí . . . – se disculpaba Rook, bastante apenado.

 — No te disculpes, me encantó – contestó sin poder mirarlo a los ojos.

Rook no se hizo del rogar, mientras con una mano atendía el pezón izquierdo, con su boca mordisqueaba el derecho. Ben sentía un enrome calor en su pecho, no creyó poder sentir tantas cosas en esa parte de su cuerpo. Poco a poco los miembros de los amantes comenzaron a despertar, cosa que notaron con sus rítmicos roces.

Ben se acomodó para poder recostar al revoniano, se acostó sobre su suave pelaje y besó sus húmedos labios, pasando su hábil lengua por cada parte de su boca. Besó su cuello y su reja, lo cual le causó muchas cosquillas. Acarició su pecho mientras besaba su firme y musculoso abdomen, era tan varonil, eso le encantaba.

 — Ben, ¿qué haces? – se ruborizó completamente cuando su novio tocó el elástico de su ropa interior.

 — Nada . . . – contestó seductoramente, comenzó a bajar su bóxer.

 — Ben . . . – el menor posó uno de sus dedos en la boca del revonnahgander, haciendo que guardara silencio.

 — Quiero hacerte feliz . . .

Acarició el firme miembro de su amante, al sentir su mano sobre su piel, Rook no pudo evitar arquear su espalda y gemir de manera muy masculina.

 — Ben, me encantas – acarició el castaño cabello de su chico.

Nuestro héroe decidió que era hora de hacer aún más feliz a su compañero. Tomo con firmeza su miembro, sujetando con su mano lavase, abrió su boca y lo introdujo con lentitud en ella. Rook no podía controlar sus sensaciones, la cálida y húmeda boca de su amado le proporcionaba un placer indescriptible, pronto descubriría que su chico tenía muchos talentos.

Ben trató de introducir su palpitante miembro por completo, pero era demasiado grande para su boca. Decidió realizar otro movimiento. Con su lengua masajeó suavemente la punta, dibujaba pequeños círculos sobre su superficie. Rook trató de sacar su virilidad de aquel placentero masaje, no podía controlar sus músculos o su respiración, pero su compañero no se lo permitió. Al contrario, continuó con su labor, lubricando periódicamente con su tibia saliva.

El revoniano se resignó ante tales atenciones, acariciaba con cariño la cabeza del chico, agradeciéndole por ese placer nuevo. Ben lamía cada centímetro del apetecible pene, algunas veces lo succionaba con sus labios, lo besaba con sensualidad.

 — Ben, me siento extraño – parecía asustado.

 — No te preocupes, déjate llevar – aumentó el ritmo de sus caricias, succionaba con mucha fuerza. Mientras, Rook perdía el control de sus caderas, su respiración se hacía mucho más fuerte y errática, una especie de calor recorría su entrepierna, no pudo soportar mucho más.

 — ¡Oh, Ben! – se aferró con sus garras a las sábanas de su cama, mientras alzaba sus caderas, cual volcán haciendo erupción. El causante de su delirio, recibió la cálida semilla del revonnahgander, llenando casi en su totalidad su cansada boca, sintió un placer morboso por saborear ese vital líquido.

Ben lamió cada gota que encontró alrededor del miembro de su amante, subió con cuidado por su torso y, con la mirada, le suplicó por un beso. Rook dudó en hacerlo, no era propio en Revonnah realizar ese tipo de actos pero, al final aceptó. En un muy apasionado beso, compartieron el líquido fruto de su amor, entrelazando sus lenguas, sintiendo sus alientos. Rook se sintió avergonzado por su comportamiento, pero la mirada alegre de su novio fue suficiente para amainar sus prejuicios.

Blonko se sintió en la necesidad moral de retribuirle tan buen gesto a su novio, así que un poco más de fuerza, lo recostó de espaldas en la cama.

 — ¿Rook? – sonrió con picardía.

 — Es mi deseo hacerte sentir bien – respondió con su típica amabilidad.

 — Sólo ten cuidado con tus dientes – sus colmillos eran bastante afilados.

 — No te preocupes, seré cuidadoso – le sonrió con seguridad.

Rook imitó los movimientos del menor. Inició desabrochando sus pantalones, los cuales retiró con velocidad, continuó con el bóxer color verde, el cual bajó con cuidado de no lastimarlo. Tomó el miembro de su amado chico, parecía más pequeño que el suyo, a él no le importó en lo más mínimo. Lo besó con los labios cerrados, provocando un ataque de ternura en Tennyson, que se reflejó en una tierna sonrisa.

 — ¿Hice algo mal? – se apenó el alienígena.

 — Llegar tarde a mi vida . . . – Rook lo miró confundido, pronto entendió el amoroso mensaje. Sólo pudo responder con una expresión de ilusión.

Con mucho cuidado, introdujo el juvenil pene en su boca, procurando alejar sus fuertes colmillos de su sensible piel. Lo saboreó con mucho placer, pasando su lengua de arriba abajo, escurriendo un pequeño hilillo de saliva desde su boca.

 — Rook, lo haces perfecto . . . – pronunció con los ojos cerrados y su rostro un poco fruncido.

 — Me gusta ser eficiente . . . – amaba hacer bromas al igual que su pequeño amante. Continuó con su deliciosa labor, poco a poco aumentando el ritmo. No tardó demasiado en provocar un intenso orgasmo a su amante.

 — ¡Viejo, me . . .! – sintió un éxtasis tremendo acompañado de un gran alivio mientras derramaba una gran cantidad de semen en la tibia cavidad de su amante.

 — ¿Qué se supone que debo hacer? – habló con su boca llena, Ben comenzó a reír.

 — Ven acá – abrió sus brazos y recibió a su amado revonnahgander. Acercó sus labios a los de su compañero, lo besó con pasión, su lengua buscaba los restos de su semilla pero, no encontró más que la saliva del mayor - ¿Qué paso con . . . eso?

 — Yo . . . – desvió su vista muy avergonzado.

 — Tú . . . ¿te lo . . .? – preguntó con rodeos, su compañero asintió con un gran sonrojo en su rostro – Rook, eres un pillo . . . – su tono cambió por uno burlón.

 — ¿Pillo? – volteó con curiosidad.

Ben no contestó, lo tomó por la espalda y lo acercó a su cuerpo desnudo. Acarició cada músculo de ella, Rook lo besaba con mucha calma, creía que su encuentro había terminado, pero no sería así. Las manos del menor llegaron hasta su suave y firme trasero, lo acaricio por varios minutos, hasta que pensó que era hora del siguiente paso.

 — Rook – separó sus rostros.

 — ¿Sí? – le sonrió amable.

 — ¿Me amas? – preguntó apenado.

 — En mis estudios terrestres aprendí que . . .

 — Olvida tus estudios. Dime, ¿qué sientes cuándo estamos juntos?

 — Felicidad.

 — ¿Sólo eso?

 — Yo . . . soy muy malo con las palabras – se disculpó.

 — Entiendo . . . – parecía bastante triste. Rook artículo las palabras que salieron de su corazón, nunca se había sentido tan motivado para hablar.

 — Yo . . . siento que mi vida tiene sentido a tu lado, siento una calidez en mi pecho cuando te veo, me tiemblan las piernas cuando sonríes, siento que mi interior se rompe cuando te golpean, siento que se me va la voz cuando me tocas, siento . . . – Ben lo calló con un muy merecido y romántico beso,

 — Yo también te amo – Rook no pudo contener una pequeña lágrima que salía por su ojo, era el ser más feliz del universo a su lado. Ben sabía que era hora. – Hazme tuyo, Rook  - susurró al oído de su amante, quien lo observó con sorpresa, pero se alegró ante la petición.

Ben recostó su pecho sobre las sábanas, dejando expuesta su hermosa espalda. Rook la besó centímetro a centímetro, bajando hasta su destino. Besó sus suaves y delicados glúteos, al masajearlos, los miembros de los chicos comenzaron a endurecerse de nuevo.

Nuestro héroe tomó una de las manos de su compañero y llevó sus dedos hasta su boca, lamiéndolos por completo, ofreciendo un sensual espectáculo que logró calentar aún más al mayor. Al sentirlos lo suficientemente húmedos, se recostó de nuevo en su posición anterior, esperando por el movimiento de su compañero.

Rook introdujo uno de sus dedos por la entrada de su amante, quien ahogó sus quejidos en su almohada. El mayor esperó hasta que sintió la relajación en las paredes de su cavidad, comenzó a mover su dedo de adentro hacia afuera, haciendo ligeros círculos en su interior. El ojiverde sentía como el dolor iba desapareciendo, y era reemplazado por una presión bastante placentera.

El revoniano introdujo uno por uno los otros dos dedos, al final logró dilatar por completo la pequeña entrada de su amante, quien gemía con cada movimiento de sus dedos.

 — ¿Estás listo? – preguntó el mayor.

 — Nací listo – respondió con su rostro sumergido en una almohada.

Rook sonrió por la respuesta del chico. Se recostó sobre su espalda, abrazando su cuerpo con uno de sus brazos mientras, con el otro, introducía su ansioso miembro en el interior de su cuerpo. Lentamente entró la punta, el menor sentía un gran dolor por la intromisión, sus gritos podían escucharse aún con la almohada.

 — Podemos parar sí quieres – pregunto bastante preocupado por su integridad. 

 — ¡No te atrevas, Rook Blonko! – respondió mientras mordía la almohada.

 — Pero , , , - dudaba en continuar.

 — ¡Mételo de una vez!

 — Está bien, ya cásate . . . – se espantó por los gritos del chico, era bastante insistente.

Dio un gran suspiro e introdujo la totalidad de su pene en la suave entrada de su amante, quien al sentirlo, dio un fuerte grito de placer combinado de dolor. Rook lo ignoró, a petición del menor, espero un momento a que su cuerpo se acostumbrara a su presencia y, con un ritmo lento, movió sus caderas.

El revonnahgander no podía esconder todo el placer que le provocaban las estrechas paredes del interior de Ben, besaba el cuello de su chico, quien comenzaba a sentir más y más placer. En nuestro héroe, todo el dolor que sentía se había esfumado, una sensación nueva recorría su ser desde su cadera, pasando por su espalda, subiendo por su cuello, llegando hasta su cabeza. Una especie de chispa subía por su cuerpo, había deseado éste momento desde que conoció a su nuevo compañero. Aunque al principio le era indiferente, su ternura y su atractivo, lo habían flechado para siempre.

Rook estaba viviendo su más grande sueño, aunque su intención era hacerse amigo del héroe más famoso del universo (y su ídolo), al verlo frente a él, olvidó toda la educación que le habían dado en Revonnah. Todos sus prejuicios habían sido eliminados por la hermosa sonrisa del chico castaño. Ahora, estaba teniendo el más hermoso ritual de amor con ese humano.

Las caderas de Ben comenzaron a moverse con más y más rapidez, quería sentir el palpitante miembro de su novio, no quería que parara nunca. Al sentir semejante estímulo, el revoniano perdió el control de su cuerpo, ahora era controlado por el ardiente deseo de su amante.

Las estocadas aumentaron de ritmo, Rook hacía su mejor esfuerzo por ser gentil con el cuerpo del menor, pero su propio deseo se lo impedía. Con sus musculosos brazos, cargó el delgado cuerpo del castaño y continuó su placentera labor. Ben se aferró al cuello de Rook con sus brazos, sus apenadas miradas se cruzaron mientras seguía siendo penetrado.

Sin palabras pudieron expresar todo el amor que se sentían, todo pactado con un pasional beso. Rook se agitaba más y más, aumentando el ritmo de sus caderas. Ben sentía cada vez más dentro el miembro de su amante, en un punto, sintió como llegaba hasta su escondida próstata, no pudo aguantar los gritos de placer. El mayor sintió un carnal impulso de placer al escucharlo, tensó todos sus músculos mientras hacía su último esfuerzo por entrar a la profundidad del chico.

Ben sujetó con sus piernas el trasero de su amante, arqueó su espalda, y sintió como de pronto sus fuerzas se le iban. Su aliento desapareció por unos instantes, mientras que de su sensible miembro salía una gran cantidad de líquido, el cual cayó sobre el abdomen de ambos. Rook no tardó en completar su frenesí de pasión, sus piernas se tensaron como roca, sus caderas dieron una última y fuerte estocada, mientras que sus brazos sujetaban con ímpetu el cuerpo de su amado. Recargó su cabeza en el hombro del chico, mientras que en su interior, derrama toda su semilla, seguida por un desesperado gruñido de placer.

 — Ben . . . – miró esos hermosos ojos verdes, esos que lo hipnotizaban

 — Rook . . . – acarició la suave y afelpada piel de su amado, era momento de sellar su amor con un tierno beso en los labios.

Los chicos se recostaron en la cama del revoniano, aún bastante cansados, se abrazaron con ternura, habían olvidado por completo dónde se encontraban.

 — Eso estuvo genial . . . – sonrió Ben mientras Rook acariciaba su cabello.

 — No podría haberlo definido de una mejor manera.

 — Se dice: “no podría haberlo dicho mejor” – regañó como siempre a su compañero.

 — Lo siento, viejo – besó su cabello.

 — No importa, me encanta cuando hablas así . . .

 — Ben, Rook . . . ¿no es hora del patrullaje? – la voz de Max se escuchó detrás de la puerta. Los chicos casi saltan de la cama.

 — ¡Ya vamos, abuelo!, sólo déjame terminar de patearle el trasero a Rook en el videojuego . . . – mintió mientras se vestía.

 — Su nieto no tiene piedad, magistrado – se puso su armadura.

 — No tarden, chicos – se escucharon sus pasos al retirarse.

Los chicos salieron de la habitación, no sin antes asearse lo mejor que pudieron. Se dirigieron al camión y se despidieron de Max, quien comenzaba a sospechar algo, por el momento no era su mayor preocupación. Ya en las calles, los estómagos de ambos comenzaron a sonar . . .

 — Deberíamos comer algo – dijo Ben con una mano en su vientre.

 — Concuerdo, ¿qué sugieres? – preguntó sin despegar la vista del volante.

 — Hay una cafetería, cerca de la Torre Billones.

 — Bien, estamos cerca – aceleró y se dirigieron al centro de Bellwood.

En un par de minutos habían llegado a la pequeña cafetería, la cual estaba adornada con motivo de la celebración, era lógico que Ben quisiera ir. Rook observó con curiosidad toda la parafernalia, mientras caminaban hacia una mesa, se enredó en una de las telarañas.

 — No entiendo el punto de toda esta . . . sustancia – decía Rook mientras se sentaba, aún tenía algunos restos de telaraña en la cabeza.

 — Es sólo un adorno, ayuda a crear ambiente – comenzó a leer el menú.

 — El ambiente es la conjunción de factores atmosféricos, geográficos y biológicos – leyó su menú.

 — Al decir ambiente, me refiero a que hace que las personas sientan miedo. Tú sabes, Halloween -  sonrió con emoción.

 — Leí sobre eso, una fiesta religiosa de raíces celtas en la cual . . .

 — ¡Detente, enciclopedia andante! – tomó al alien por las mejillas – Halloween es el día en que todos se disfrazan para asustar y pedir dulces, no lo compliques tanto.

 — Perdón – Ben lo soltó – Es solo que no entiendo algunas cosas, los dulces son deliciosos. Pero, ¿cuál es el punto de disfrazarse y causarse temor?

 — Porque es divertido – respondió con bastante obviedad.

 — Su concepto de diversión es bastante extraño, el miedo es una sensación que ayuda a la supervivencia de las especias. No es divertido.

 — Es divertido para quien asusta – se burló, recordando su broma de hace un rato.

Después de un rato, la mesera trajo sus desayunos. Ben ordenó desayuno americano por ambos, a Rook le agradó mucho su contenido, lo  que más disfrutó fue la enorme montaña de panqueques.

Al terminar de comer, salieron mucho más relajados a continuar su recorrido. Era un día bastante tranquilo, tan sólo se encontraron con Fistina quien, como siempre, trató de seducir al revoniano, algo que le causó bastante gracia al ojiverde.

Al llegar la tarde, los chicos se dirigieron a Mr. Smoothy, claro, sin invitar a los de soporte técnico, no eran los mejores para guardar secretos. Toda la ciudad comenzaba a contagiarse por el espíritu festivo, su tienda de bebidas favorita no se quedaba atrás.

 — ¿Por qué te emociona tanto esta fecha? – preguntó Rook mientras se sentaban en una mesa fuera de la tienda.

 — Primero que nada, tengo los mejores disfraces del universo – alzó la muñeca del omnitrix, el revoniano lo miró con desaprobación – En segunda . . . – besó la mejilla del serio alien – es la primera vez que lo pasó contigo.

 — Me parecen argumentos bastante válidos – sonrió tratando de sonar serio.

 — Por eso, me debes acompañar a pedir dulces – sonrió emocionado.

 — ¿Por qué?

 — Porque eres mi novio . . . – ambos se sonrojaron bastante – porque es divertido, y porque no quiero ir sólo . . . – entristeció un poco.

 — Pareces nostálgico – tomó su mano.

 — Sí, lo que pasa es que antes, Kevin, Gwen y yo salíamos a pedir dulces. Pero, ahora se creen muy maduros para hacerlo – hizo un tierno puchero y se cruzó de brazos.

 — Pues . . . técnicamente, yo soy mayor y más maduro que ellos . . . – miró hacia arriba, mostrando superioridad.

 — . . . – Ben bajó aún más su vista, Rook lo miró de reojo.

 — Sin embargo, no me lo perdería por nada – le regaló una amable sonrisa.

 — ¡Te amo, Rook Blonko! – lo abrazó y lo besó enfrente de todos.

Después de su tierna demostración de amor, corrieron al camión para evitar molestas preguntas o fotografías. Dieron una vuelta por Pueblo Bajo, todo estaba bastante tranquilo. Ben decidió que era hora de ir a casa, le tenía una sorpresa al Revonnahgander.

 — Entra rápido – jaló a su novio hacia la casa.

 — ¿Cuál es la urgencia, viejo? – casi se cae por el jaloneo.

 — Compre algo para ti.

 — Eres muy amable, pero yo . . .

 — ¡Tienes que verlo! – volvió a jalarlo Ben, esta vez lo subió a su recámara.

El castaño entró corriendo a la habitación, soltó a su novio y se dirigió debajo de su cama (mostrando con descaro su lindo trasero, el revoniano sólo se sonrojo por la bella vista). Sacó una caja y la puso sobre el colchón, al abrirla, sacó su contenido y lo mostró con emoción a su chico.

 — ¿Qué se supone que es esto?

 — ¡Es tu disfraz! – Rook observaba con detenimiento.

 — Pero . . .

 — ¡Es un disfraz de appoplexian zombie! – el mayor alzó la ceja.

 — ¿Zombie?

 — Si, zombie. Ya sabes, son muertos que se alimentan de los vivos.

 — Eso es horrible – lo miró perturbado.

 — Exacto, ese es el punto.

 — Sigo sin entender cómo . . .

 — Mira, no hay que entender gran cosa. Con esto tu te verás aterrador, así espantarás a los pobres niñitos y los harás correr con su mami – lo abrazó como sí fueran cómplices de un crimen. – Lo mejor será que te darán muchos dulces, sin disfraz no hay dulces, Rook.

 — Está bien . . . – aceptó un poco de mala gana.

 — ¡Gracias!, ahora . . . ¡Póntelo! – se sentó con euforia en su cama.

 — ¿Qué? ¿Ahora?

 — Pues sí, pronto anochecerá. Es hora de prepararnos para la mejor noche.

 — Pero . . .¿aquí? – se sonrojó.

 — ¡Pero claro que aquí! – comenzó a desesperarse – Anda, no seas pudoroso. No después de lo de hace rato . . . –le guiñó el ojo.

 — Está bien, pero no hagas eso – bajo su mirada apenado.

 — ¿Qué . . . esto? – se levantó y le guiñó de nuevo.

 — Si . . . no lo . . . – Ben lo callo con un sorpresivo y rápido beso.

 — Te espero en la sala, plomero penoso – salió de la habitación, dejando a un más tranquilo Rook.

Ben se recostó en uno de sus sillones, jugaba con el omnitrix mientras planeaba a los aliens que usaría y las bromas que haría con ellos. Después de casi diez minutos se impacientó, estaba a punto de subir a ver lo que pasaba, pero detrás del respaldo del sillón salió una criatura felina con grandes colmillos y heridas por todos lados.

 — ¡Boo!

 — ¡Ah! – el chico cayó al suelo, estaba bastante pálido.

 — Ya entiendo lo divertido que es asustar – se escuchó la voz del revonnahgander, parecía reírse entre palabras.

 — Muy gracioso, Rook. Mejor vámonos – se levantó y sacudió su ropa.

 — Me debes unos dulces.

 — Así no funciona esto – salieron de la casa y se subieron al camión.

Mientras tanto, en una oscura sección del bosque de Bellwood . . .

 — ¿Cómo sabes que funcionará, chico Ben?

 — Mi nombre es Albedo, payaso incompetente – miraba amenazante a Zombozo.

 — Dejen de pelear entre ustedes, son una verdadera molestia. Por decirlo de algún modo . . . – Psychobos se teletransportó al lugar.

 — El cabeza de marisco llegó, ¿el teletransportador no explotó al transportar tu ególatra cabezota? – se burlo Albedo con malicia.

 — Búrlate, basura galvan. No te asesino porque tenemos un objetivo en común, por decirlo de algún modo.

 — Caballeros, no caigamos en la violencia . . . violencia – el payaso comenzó a reír sin parar. Los otros dos villanos lo miraron con desprecio.

 — ¿A qué hora llegará el mecamorfo, no soporto la peste del tipo éste? – el galvan se apartó de Zombozo.

 — ¿Me buscabas? 

 — Ya era hora de que nos complacieras con tu presencia, Malware. Por decirlo de algún modo . . .

 — ¿Para qué nos convocaste, Albedo? – el mecamorfo se acercó a la junta.

 — Si, hoy es una noche bastante ocupada para el negocio – replicó el cirquero.

 — ¿No es obvio?, quiero terminar con la patética existencia de Tennyson.

 — Cliché . . . – interrumpió el alien mecánico – Dinos algo que no hayamos escuchado.

 — Tengo un brillante plan, algo que terminará de una vez por todas con él.

 — ¿Y de que se trata tu tan brillante plan? Por decirlo de algún modo.

 — Verán, como sabrán, el omnitrix de Tennyson tiene la función de reparo a daño genético . . .

 — ¿Y? – se impacientó Malware.

 — Y . . . logré replicar esa función en el mío, sólo que le hice una sutil modificación . . .

 — ¿A qué te refieres? – interrumpió el cerebrocrustáceo.

 — En vez de revertir el daño genético, mi omnitrix puede provocarlo – sonrió orgulloso de su invención.

 — ¿Y? – preguntó el mecamorfo.

 — Es obvio, cerebro de hojalata, al invertir la polaridad de la energía del omnitrix, será capaz de causar mutaciones en el ser vivo que desee. Por decirlo de algún modo.

 — Y sí es tan bueno tu invento, ¿para qué nos llamaste? – se confundió el payaso.

 — Excelente pregunta, mi pútrido amigo. Necesito de sus . . . habilidades, para completar mi plan. Verán ,¿cuál es el objetivo de Tennyson? – lo miraron sin entender su punto - ¡Salvar a la gente! . . . ¿Qué pasaría si él tuviera que salvarse de esa gente?

 — No tendría idea de qué hacer . . . – completó Malware.

 — Mejor aún, el no podría hacer nada. No lastimaría a su amada gente.

 — ¿Y qué es lo que necesitas de nosotros? – pronunció Zombozo.

 — Muy sencillo. Aunque soy un genio galvan, – el cerebrocrustáceo gruñó – no soy capaz de introducir ADN no alienígena en el omnitrix. Para eso pedí tu presencia, Psychobos. Tú tienes la experiencia necesaria para hacerlo, después de todo, será parecido a tu trabajo con el nemetrix.

 — ¿Y para qué necesitas ADN no alienígena en el omnitrix? ¿Cuál será la muestra? – preguntó con curiosidad el cerebrocrustáceo.

 — Aquí es donde entras tú, payaso putrefacto.

 — ¿Yo?

 — Necesito una muestra de tu ADN. Con ella, y tus poderes de control mental, haré que todos en éste horrible planeta obedezcan mis . . . nuestras órdenes.

 — Pero, eso requerirá mucha energía de taquiones – replicó Psychobos.

 — ¿Y quién mejor para proporcionar tal cantidad de energía qué tú, Malware? – completó Albedo.

 — Me gusta tu plan, galvan. Mientras podamos destruir a Tennyson y a todos los que quiere, cuenta con mi apoyo.

 — Muy bien. Entonces . . . ¿qué estamos esperando? – los villanos rieron con malicia.

De vuelta en Bellwood . . .

Los chicos regresaron a la base de los Plomeros, tenían que hacer su tedioso reporte del patrullaje. Cuando entraron, más de uno de los plomeros trató de atacar a Rook, hasta que les explicaron el tema de Halloween y los disfraces. Cuando terminaron con el papeleo, ya era de noche, llegaba la hora tan esperada por Ben.

 — ¿A dónde nos dirigimos ahora? – preguntó Rook al volante.

 — No lo sé, hay tantos lugares para asustar – respondió casi mordiéndose las uñas de la emoción, a su novio le causó ternura.

 — Sugeriría iniciar en los suburbios, cerca de tu casa. Así podremos continuar más tarde con la zona más urbanizada.

 — Eres un genio, Rook. Un genio malvado – tomó una pose malvada – Es hora de aterrorizar los suburbios . . .

Rook aceleró en medio de la oscura noche, una clásica noche de brujas. Llegaron bastante rápido a los suburbios, estacionaron el camión y salieron, Ben casi corriendo, Rook con mucha propiedad.

 — ¡Vamos, viejo! ¡Ponte la máscara! – ordeno el menor mientras elegía un alien del omnitrix.

 — ¡Ya voy, ya voy! Que insistente eres – se puso la máscara, Ben se transformó en Blitzwolfer.

 — ¡Oh, sí! ¡Esto será fabuloso! – alzó sus brazos de emoción.

Llegaron a la casa del Sr. Baumann, Ben tocó la puerta tratando de no reír, al poco tiempo abrió su vecino.

 — ¡Rrrggg! – tomó una pose de ataque frente al Sr. Baumann.

 — Tennyson, no asustas a nadie – se cruzó de brazos, Ben parecía cachorro regañado y Rook se burló – Deberías aprender de tu amigo, su disfraz sí es aterrador.

 — Muchas gracias – agradeció cortés, mientras Ben se le quedó viendo con un poco de envidia.

 — Aún así, tengan esto . . . – tomó un par de puños de golosinas y las entregó en sus bolsas – aunque, Tennyson . . . ¿No estás un poco grande para pedir dulces?

 — ¡¿Por qué todo el mundo dice eso?!

 — Ben me ayuda a comprender la cultura humana – excusó Rook.

 — Ya entiendo, muy gentil de tu parte Tennyson. Pasen buena noche . . . ¡Y no toques mi auto!

 — No, Sr. Baumann – dijo con tono decaído, el hombre cerró su puerta y caminaron por la acera, Ben parecía triste.

 — ¿Qué tienes, Ben? ¿No te gustaron los dulces? – Rook comía unos chocolates.

 — No es eso, el Sr. Baumann tiene razón – desactivó su transformación – soy muy grande para esto – una pequeña lágrima rodó por su cara.

 — Ben, no hay edad para divertirse – acarició la mejilla del chico.

 — Pero, los chicos de mi edad no piden dulces. Soy un perdedor . . .

 — Benjamin Tennyson, eres el más grande héroe del universo, de la historia. Has derrotado a los más poderosos villanos que existen. Eres y siempre serás mí héroe – se inclinó para verlo a los ojos mientras lo reprimía – Eres todo menos un perdedor. Tienes derecho a divertirte del modo en que te plazca, sin importar tu edad.

 — Rook, eres lo mejor que me ha pasado, mejor que el omnitrix – le sonrió con lágrimas en sus ojos.

 — Tú eres la razón de mi existencia, viejo – respondió el gesto con un cálido y amoroso beso – Ahora transfórmate, tenemos mucho trabajo que hacer.

 — Claro – sonrió con renovada alegría, con su chamarra secó sus lágrimas.

Los chicos recorrieron todos los suburbios, algunas personas sí se espantaron por los aliens, pero la mayoría conocía la insignia del omnitrix. Aunque no causó la impresión que esperaba, al ser un reconocido héroe, recibió cientos y cientos de dulces.

Cundo llegaron a la ciudad, recorrieron las calles, comían dulces sin parar. Algunos negocios regalaban aún dulces, no perdían la oportunidad de conseguir más. Después de un rato de deambular, escucharon música que provenía del parque principal.

 — ¿Sabes lo que significa? – pronunció Ben en la forma de Snare-Oh.

 — No – contestó Rook con la boca llena.

 — ¡Hay fiesta en el parque! ¡Vamos! – con una de sus vendas jaló al revonnahgander.

Cuando llegaron al parque, encontraron un gran equipo de sonido y un DJ, había cientos de personas bailando, todas con su disfraz. Entraron a la fiesta y se sirvieron un poco de ponche. Después de mucha insistencia, Ben convenció a Rook de bailar con él, el revoniano se movía con mucho nerviosismo, mientras el castaño lo animaba a soltarse. Después de casi una hora de baile, por fin Rook se sentía confiado de moverse, justo a tiempo para la ronda de música romántica.

 — El ritmo cambió – pronunció Rook mientras observaba a su alrededor.

 — Ya lo noté, sólo tienes que relajarte y abrazarme – contestó Ben con un evidente sonrojo.

 — ¿Así? – Rook lo abrazó como siempre lo hacía.

 — No, dame tus manos . . . – tomo las manos del mayor y las colocó en su cintura, casi en su cadera.

Rook se ruborizó por completo, sus piernas temblaban mientras Ben se recargaba sobre su pecho. Poco a poco la música hizo lo suyo, comenzaron a mecerse con suavidad, siguiendo el suave y romántico ritmo de la melodía. Era un momento sumamente mágico para los amantes, se miraron a los ojos y acercaron con lentitud sus rostros. Sentían el aliento del otro, sus corazones latían como la primera vez que se besaron, sus labios se rozaron con suavidad, pero algo detuvo la magia del momento . . .

 — ¡Miren nada más! ¡Pero sí son Tennyson y su novia! – se burló una voz desde las sombras del parque.

 — ¡¿Quién está ahí?! – dijo Rook bastante molesto.

 — No temas Rook, soy yo tu amado Ben – comenzó a reír.

 — Albedo – pronunció Ben son seriedad.

 — ¿Me extrañaste, copia barata?

 — ¡¿Qué haces aquí?!

 — Vine a festejar esta patética celebridad, después de todo . . . es el momento perfecto para realizar nuestro plan – sonrió diabólicamente.

 — ¿Nosotros? – se preocupó Rook.

 — Nosotros – aparecieron los otros villanos a un lado del galvan.

 — ¿Malware? ¿Zombozo? ¿Psychobos? – Ben se confundió al verlos juntos.

 — ¡Déjense de charlas y terminemos con ellos! . . . por decirlo de algún modo.

 — Por primera vez concuerdo con un cerebrocrustáceo. ¡Dile adiós al mundo cómo lo conoces, Tennyson! – Albedo activó la nueva función de su nuevo omnitrix, lanzando un rayo rojo desde su núcleo, el cual fue potenciado con la energía de Malware. El rayo desapareció en el cielo.

 — ¿Ese es tu maravilloso plan? – se burló Ben.

 — ¡Ben, mira! – señaló Rook. El rayo regresaba a la muñeca del galvan.

 — ¡Tomen esto, simios sin pelo! – Albedo disparó su nueva arma hacia las personas que se encontraban en la fiesta.

Ben creyó que su gemelo malvado había asesinado a las personas, pero lo que pasó después lo dejó aún más perturbado. Los cuerpos de todos los alcanzados por el rayo comenzaron a volverse oscuros y raquíticos, sus movimientos eran torpes y erráticos. Una de las chicas del a fiesta se acercó a ayudar a la que parecía su hermana, la mutada mordió con voracidad el cuello de la inocente adolescente. Todos los presentes, incluso los villanos, se horrorizaron por la grotesca escena. La multitud comenzó a correr despavorida, mientras los mutados atacaban a los vivos, alimentándose de su fresca carne, derramando litro y litros de sangre sobre el piso.

Tanto los héroes y los villanos, tardaron en reaccionar ante tan sádica masacre, Ben se transformó en Bloxx para proteger a Rook. Albedo parecía no comprender el fallo con su plan.

 — ¿Qué demonios pasa, Albedo? ¿No se suponía que el payaso controlaría sus mentes y los utilizaría como un ejército? Por decirlo de algún modo – Psychobos sujetó a la copia de Ben con su enorme pinza.

 — Yo . . . no lo sé – no respondía con normalidad.

 — ¡No puedo controlarlos! – respondió un aterrado Zombozo.

 — Tontos e ilusos pedazos de carne – comenzó a reír el mecamorfo.

 — ¡¿Qué demonios hiciste?! – recriminaron los otros tres.

 — Yo nada, sólo un pequeño cambio en los planes . . .

 — ¡¿Qué hiciste?! – Psychobos lo atacó con sus ondas cerebrales.

 — Tan sólo alteré la genética latente del payaso, en vez de esclavizar sus mentes, eliminé toda su capacidad de razonar. Además, utilicé una cadena extra de su ADN, causando su inevitable putrefacción. Básicamente son bestias hambrientas, incapaces de morir – respondió entre risas.

 — ¡¿Estás demente?! – reaccionó Albedo - ¡Ese no era el plan!

 — Lo sé, es aún mejor. Cuando toda la materia orgánica de este patético planeta haya sido consumida, ¡crearé uno nuevo y perfecto hecho de tecnología pura!

 — Esto . . . esto es demasiado para mí – Zombozo desapareció entre confeti, Psychobos y Albedo se teletransportaron a una nave.

 — ¡Llegaste demasiado lejos ésta vez, Malware! -  Ben trató de atacarlo, pero el villano le disparó con su cañón de taquiones.

 — ¡Disfruta el último día de tu miserable especie! – Malware desapareció en un rayo transportador.

Ben se transformó en Frío y cargó a Rook hasta la azotea de un edificio cercano, abajo en las calles, se escuchaban los gritos de pánico de las víctimas.

 — Esto es malo, muy malo. ¿Qué vamos a hacer? – dijo Ben temblando del miedo.

 — Tranquilízate, tal vez sí usas la función de reparación de daño genético, podamos revertir la mutación – contestó Rook mientras se quitaba el disfraz.

 — ¡Tienes razón! Será sólo cosa de . . . – quedó pálido de nuevo – Oh no . . .

 — ¿Qué pasa?

 — No dejé que Blukic y Driba repararan esa función del omnitrix – se dejó caer sobre sus rodillas, sosteniendo su cabeza con sus manos.

 — Ay no . . . – pronunció un derrotado Rook, mientras Ben seguía en el piso.    

 — Lo sé, estamos perdidos . . .

 — ¡No, mira! – el castaño se acercó a la cornisa, lo que vio fue la gota que derramó el vaso. Los cadáveres de las ensangrentadas víctimas, comenzaron a mutar del mismo modo que los afectados por el rayo.

 — Esto . . . esto . . . es el fin – pronunció el menor con lágrimas en sus ojos.

 — ¡Aún no!, debemos ir a la base. Tal vez soporte técnico pueda reparar el reloj.

 — Pero . . .

 — ¡Reacciona! – Rook abofeteó al chico.

 — Gracias, ¡vamos! – se transformó en Astrodactyl y se fueron hasta la plomería.

En el camino observaron cientos de mutantes alimentándose de cualquier ser humano que encontraban. Llegaron a su destino, bajaron por la puerta secreta y descubrieron el significado de la palabra derrota.

 — ¡Malware! – gritó entre llanto al ver a gran parte de los plomeros siendo asesinados por los mutantes del mecamorfo. Lo que le partió el corazón fue a ver a su amado abuelo transformado en una bestia sedienta de sangre.

 — ¡Bienvenido, Tennyson! Ponte cómodo, el espectáculo apenas comienza . . . – Dejo caer los cuerpos inertes de los dos galvanes, después volvió a escapar en su rayó transportador.

 — Ben, ¡cuidado! – Max atacó a su propio nieto, quien luchaba para evitar su mortal mordida.

 — Abuelo, soy yo, Ben – sollozaba sin consuelo mientras forcejeaba.

 — Él ya no es tú abuelo – el revoniano disparó su arma contra el mutante.

 — ¡No! – gritó el chico mientras perdía el control, nada lo había preparado para esto.

 — ¡Tenemos que salir de aquí! – ordenó Rook mientras disparaba a las criaturas.

Ben tomó las últimas fuerzas que le quedaban y se transformó de nuevo en Frío, tomó a su novio y salieron muy a prisa de la extinta base de los plomeros. El chico no pudo controlarse por más tiempo, cuando lograron escapar, cayó rendido al suelo, perdiendo su transformación.

 — ¡Ben, debes ser fuerte! – el revonnahgander zarandeaba el cuerpo del chico para hacer que reaccionara, estaban rodeados de zombies mutantes.

 — Todo . . . todo está perdido – susurró el castaño mientras sus ojos goteaban en gran cantidad.

 — ¡No es tiempo de darnos por vencidos¡ Debemos . . . ¡Ah! – Rook fue sorprendido por uno de los mutantes, estuvo a punto de ser mordido pero, una esfera de mana destruyó a su atacante.

 — ¡Reacciona, Tennyson, no es tiempo de niñerías! – un fuerte golpe lo hizo reaccionar.

 — ¡¿Kevin?! ¡¿Gwen?! – se levantó y los miró con asombro.

 — Ben . . . – su prima lo abrazó llorando – Venimos al sentir lo del . . . – lloró con más fuerza.

 — Señor Tennyson . . . – susurró Kevin con tristeza.

 — ¡Debemos salir de aquí! – insistió Rook.

 — ¡Suban al auto! – ordenó el osmosiano. Todos entraron menos Ben, quien decidió transformarse en Ultra-T para poder proteger a su familia.

El chico transformó el auto en una nave y se dirigieron a su casa, dentro encontraron lo que parecía ser la última jugada de Malware.

 — ¡Suelta a nuestros padres! – ordenó enfurecida la anodita, los padres de ambos estaban amordazados en el suelo.

 — Tiempo sin vernos, Gwen. Me temo que no está dentro de mis planes obedecer tus patéticas súplicas – el mecamorfo desapareció, en su lugar transportó un grupo de zombies, quienes de inmediato atacaron a los indefensos padres.

 — ¡¡¡Noooo!!! – se horrorizaron los primos mientras sus parejas trataban de contenerlos.

 — Es muy tarde, se han ido – pronunció el osmosiano con la poca fuerza que le quedaba.

 — Ben, debemos salir de aquí. Estaremos seguros en el Monte Rushmore . . . – el chico se zafó del agarre de Rook.

 — ¡¿No lo entiendes?! ¡No hay lugar seguro! ¡Malware nos encontrará y nos asesinará con sus mutantes!

 — ¡Cállate, Tennyson! ¡Ahora camina! – Kevin lo empujó, salieron de la casa, sus rostros derrotados mostraban su sentir. El osmosiano abrazaba a Gwen, tratando de darle consuelo, Rook no se atrevía a tocar a su inestable novio. Estaban a punto de entrar al auto cuando . . .

 — ¡No escaparán tan fácilmente! – Malware atacó a la anodita y a su novio con su cañón de taquiones. Estando separados, el mecamorfo aprovechó para hacer su maligna jugada. Soltó varios zombies sobre el cuerpo de la chica, quien no tuvo oportunidad de atacarlos a todos. Uno de los monstruos atravesó su vientre con sus mandíbulas, arrebatándole la vida instantáneamente, todos fueron testigos del desollamiento de su prima, amiga y amante.

 — ¡¡¡Gwen!!! – gritó casi sin fuerzas el horrorizado héroe, una parte de sí había muerto en ese mismo instante.

 — Gwen . . . – Kevin se desplomó por completo, se quedó quieto observando el cadáver de su amada, el cual era alimento de las criaturas. Malware no dejaría pasar la oportunidad. Hizo aparecer más criaturas, las cuales atacaron al osmosiano. A él ya nada le importaba, no hizo ningún intento de defenderse, las criaturas arrancaban trozos de ensangrentada carne de sus brazos y piernas, lo último que pudo hacer fue . . . - ¡Huyan! 

 — ¡Vámonos de aquí! – ordenó Rook.

Ben intentó transformarse, pero cuando estaba a punto de accionar el omnitrix, fue atacado por un rayo de Malware. El héroe cayó a unos metros del lugar, Rook corrió a auxiliarlo.

 — ¡Es tu turno revoniano! – amenazó Malware mientras aparecía decenas de zombies en la calle.

Rook se dio cuenta de la amenaza, esquivó las brutales mandíbulas de sus atacantes. Con la protoherramienta destruyó a varios de los mutantes. Sin embargo, el mecamorfo teletransportaba más y más al lugar, pronto se vio rebasado. En un segundo de distracción, Rook fue alcanzado y derribado por dos zombies, quienes inmediatamente arrancaron trozos de carne de su cuello. Ben se recuperó del grave golpe y observó la espantosa muerte de su amado.

 — ¡¡¡Rook, noooo!!! – gritó hasta quedarse afónico, sintió como su alma se moría al igual que la persona que amaba, aquella con la que quería pasar toda su vida, ahora estaba siendo brutalmente cercenada por las malditas bestias.

 — ¡Has perdido, Tennyson! – Malware se burló a carcajadas mientras cientos de zombies acudían a su llamado.

 — Ya . . . ya . . .ya no quiero vivir . . . –pronunció casi sin voz, se recostó en el suelo mientras los mutantes se acercaban para reclamar su tibia carne. Ben tembló de miedo, abrazó sus piernas y cerró los ojos, lo último que verían sus ojos sería la muerte de su amado compañero y el inminente fin de su propia existencia.

“¿Estoy muerto?”, se preguntó al observar una cegadora luz. Abrió sus ojos y observó lo que parecía ser una oscura carpa de circo, alumbrada por una enorme lámpara de luz led. Se levantó bastante confundido, tocó su cuerpo, tratando de buscar heridas. Miró hacia todos lados sin saber que pasaba, con cautela se levantó de una fría plancha de acero. De pronto escuchó un estallido. Salió de la carpa para ver que sucedía, no pudo creer lo que sus ojos miraban.

 — ¡Ríndete Zombozo! ¡¿Dónde escondiste a Ben?! – era Rook, era su Rook, ¡y estaba vivo! No podía creerlo. Activó el omnitrix, se transformó en Toepick y se acercó hacia el payaso.

 — ¿Qué? – Zombozo sintió un pequeño toque en su hombro, al voltear, Toepick abrió los seguros de su jaula, mostrando su aterrador rostro al villano, quien casi de inmediato se desmayó por su horrible visión.

 — ¡Rook! – regresó a su forma humana. Con lágrimas en sus ojos, corrió a abrazar al sorprendido revonnahgander. Saltó a sus brazos y lo besó con desesperación.

 — También me alegra verte, viejo – despegó sus labios de su novio.

 — ¡Estás vivo! ¡Nunca ocurrió! – gritó para sí mismo.

 — Zombozo debió inducirte una especie de alucinación – explicó Rook mientras guardaba su protoherramienta.

 — Fue horrible Rook, todos habían muerto. Tú, Gwen, Kevin, el abuelo, mis padres. ¡Todos! – comenzó a llorar por el recuerdo de sus visiones.

 — Todo está bien, estoy aquí contigo – lo abrazó y acarició su cabellera – Jamás te abandonaré.

Se besaron con pasión, acariciando sus espaldas, el mayor limpió sus lágrimas con delicadeza. Ben al fin recuperó su color y aliento, caminaron hacia el camión y se subieron a éste.

 — Lamento que Zombozo arruinara tus planes – Ben no recordaba que aún era Halloween.

 — Eso no importa, estamos juntos. Además, aún es bastante temprano.

 — Tienes razón, juntaremos golosinas para todo el año – sonrió Rook con alegría, una llamada en su insignia interrumpió la charla - ¿Sí, Magistrado? . . . Entiendo, vamos en camino.

 — ¿Qué sucede?

 — Al parecer, avistaron a Albedo cerca del parque. Ese tipo no entiende nunca, ¿verdad? – se rió despreocupado.

 — ¿Al . . . Al . . . Albedo? – tartamudeó aterrorizado.

 — Sí, parece que se coló a una fiesta sin invitación – volvió a reír, pero luego miró el pálido y aterrado rostro de su novio – Ben, ¿estás bien?

 — ¡¡¡Noooo!!! – sujetó su cabeza mientras gritaba aterrorizado.

Ben Tennyson era un chico común y corriente, bueno casi. Tenía una vida no muy normal. Tenía un amor . . . olvídenlo. Benjamin Kirby Tennyson había salido de su realidad, había abandonado el curso normal del tiempo. Ben 10 se encontraba atrapado en un extraño lugar, un lugar donde la lógica no reina, un lugar sin escapatoria. Ben 10 se encontraba atrapado en . . . La Dimensión Desconocida.

Notas finales:

Lamento mi intento de locución, pero me pareció un lindo toque. Espero y lo hayan disfrutado tanto como yo. Ojalá y les haya dado un poquito de miedo, es lo más difícil de lograr.

Saben, no planeaba escribir esta historia pero, sentí que sería una buena forma de agradecer la participación el grupo Ben 10 Fanfic’s, lo escribí con mucho cariño.

Espero dejen algún review con su opinión, en un futuro escribiré un fic BenxRook, así que me gustaría saber que piensan de mi forma de redactar esta linda pareja. 

En fin, soy León Smith. Les deseo muchos dulces, sustos sin fin, buenas lecturas, un disfraz aterrador, una noche de amor y, sobre todo, un muy espantoso Halloween a lado de sus personas más amadas. 


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