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Finalmente por Masami

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Notas del fanfic:

Hola.

Ya que la única historia que quedó inconclusa fue la de Taekwoon quice darle un final mediante esto, que al principio iba a ser un One Shot pero seran al menos 3 capítulo si es que me decido hacer o no lemón.

No me maten si encuentrana algo que no encaja con las personalidades de Leo y Ken, pero recuerden que la pareja que siempre interpreto es Hyukbins, solo que ya que hay un Navi en esta pagina, debia hacer un Keo.

Disfruten y a LEER.

Vivir mil años es simplemente complicado. Y pasar por ellos  solo, lo es aún más.

Taekwoon tenía 500 años, estaba cansado de la soledad en la que estaba. Levantarse cada mañana con nadie en su cama era frustrante y aunque podía liberar su tensión sexual con cualquiera estaba cansado de eso.

Él quería establecerse, tener una pareja. Había intentado tener a alguien, pero las cosas se salieron de control. Nunca había sido una persona violenta u obsesiva pero en eso se había convertido precisamente en su desesperación por ya no estar solo.

Había dañado a Hongbin físicamente, se había dejado llevar por el salvajismo de su lobo y casi lo había matado. Y había lastimado a Hyuk. Hyuk era un muchacho con grandes problemas en su casa y después de ser atacado por un vampiro se había acoplado con Hongbin. Se había enamorado del muchacho aunque tenía bastante claro que el  menor no era su pareja.

Aun así, sentía que tenía que proteger a Hyuk, era tan vulnerable que no podía dejar de sentir que tenía que abrazarlo y sostenerlo para que nada ni nadie le hiciera daño. Irónicamente era lo que Taekwoon le había hecho al intentar separarlo de Hongbin. No sabía si lo que ellos compartían era igual de intenso que lo que los lobos sentían, pero por la manera en la que Hyuk y Hongbin habían actuado podía sentir que los sentimientos que compartían eran profundos.

Se arrepentía sinceramente de cómo se había comportado, pudo haber hecho un daño incorregible y hasta la actualidad no se había perdonado por lastimar a una persona que era importante para él.

Caminando como iba por las calles de la ciudad, pensando; como hacía ya bastante tiempo, en la soledad que tenía y lo cansado que estaba por seguir así. Aun amaba a Hyuk peor sabía que no era posible sus sentimientos hacia el menor. Esperaba que cuando el encontrara a su pareja su corazón sanara. Pero ahí estaba otra vez, cabía la posibilidad que nunca encontrara a su pareja.

Ese era tal vez el pensamiento que más le molestaba. Tenía que esperar a la persona que el destino le diera pero qué pasaba si nunca llegaba. Es decir sabía que ese alguien seria su mundo cuando lo hallara, pero si no la encontraba seria pasar solo toda su vida.

Con  500 años ya era suficiente espera. Ya había decidido olvidarse de lo que el destino tenía que darle, pero las palabras de Hyuk se repetían en su cabeza.

Lucha por encontrar a tu compañero, no te des por vencido

A pesar que se suponía los poderes mentales de Hyuk no podían alterarlo, había algo que hacía que tomara en cuenta sus palabras, había algo que le impedía dejar atrás la oportunidad de encontrar su pareja.

Entro a la cafetería en la que pasaba casi todas las mañanas, había algo en el lugar que lo confortaba. Tal vez porque las persona entraban y salían de la cafetería con regularidad creando una falsa sensación de compañía, que era lo que Taekwoon necesitaba.

Como todos los días se sentó en la mesa que estaba cerca de los ventanales, así podía ver el movimiento de las personas en la calle.

Pero sus pensamientos siempre volvían al hecho que estaba solo y con la duda de si encontraría o no a su pareja.  Las personas que trabajaban en el lugar ya sabían que era lo que el siempre pedía. Así que ya nadie se molestaba en preguntarle primero, sino que simplemente le servían. No era algo que le molestara.

-¡Hey! ¿Cómo estas hoy?- le dijo la camarera. La chica deposito un cappuchino al frente de Taekwoon.

-Igual que siempre- le sonrió a la chica, pero la chispa que los ojos tienen cuando uno sonríe no estaba en los ojos de Taekwoon.

Se concentró en el aroma del café. Fácilmente podría llamar al café su droga era algo que le encantaba desde que lo probo hace ya varios siglos.

Pero el aroma del café fue opacado por la exquisita esencia que llego a su cuerpo. Era un olor masculino, aunque salvaje y libre como la selva. No podía identificar que era exactamente pero eso hizo que su miembro se llenara de inmediato.

Sondeo la cafetería en busca de la persona dueña de ese aroma, pero no hallaba a nadie que lo portara. Rastreo el olor y se dirigió a la mostrador.

-¿Necesita algo más?- le preguntó la chica detrás del mostrador.

-Sí… ¿Alguien entro a la cafetería en los últimos minutos?- Preguntó Taekwoon.

-Un muchacho, pero pidió para llevar. Se acaba de ir- le dijo.

Taekwoon no espero más, se dio la vuelta y salió por la puerta, rastreo el aromas por varios metros pero después simplemente desapareció.

Por fin, Taekwoon había sentido a su pareja. Pero tan mal estaba su suerte que la había perdido de nuevo. No tenía ninguna pista de cómo encontrarlo. Regreso a la cafetería, necesitaba saber si alguno de los trabajadores del lugar sabía algo.

-El chico que se fue… ¿Viene seguido aquí?- preguntó a la chica del mostrador.

-Sí, es un cliente regular-le respondió. ¿Cómo era posible que había estado en la misma habitación con su pareja y no la haya notado antes?

-¿Sabes cómo se llama?- le preguntó a la chica que cada vez lo miraba más raro.

-No, el viene cada día a comprar un café latte pero eso es todo lo que sé- su esperanza se fue por el caño. Lo único que tenía era eso. Su pareja iba a la misma cafetería que él.

Pago la cuenta y salió. Regresaría al día siguiente y al siguiente hasta que encontrara a su pareja y esta vez no la dejaría ir a ningún lado.

Camino de regreso a su departamento, no podía creer que estuvo tan cerca de su pareja y ni siquiera pudo verla. Algo estaba mal con él o qué.

Pero estaba feliz, ahora sabía que había alguien destinado para él, que no volvería a estar solo nuca más, podría pasar con su pareja los 500 años que aún le quedaban de vida y sería estupendo pasarlos con él.

Pero fue sacado de sus pensamientos cuando volvió a percibir el aroma de su pareja, miro para todos los lugares posibles, pero fue su nariz quien lo guio hasta el hombre más hermoso que en su vida había visto.

Salió de una imprenta con varios materiales en sus brazos. Taekwoon estaba paralizado ante la belleza que el destino le había regalado. Sabía que por ser su pareja sentiría atracción hacia la persona que se le había destinado pero no pensó que fuera tan fuerte.

Se quedó ahí, viéndolo caminar, no podía mover ningún músculo. Realmente estaba impresionado. Pero eso no le valió mucho porque al salir del hechizo vio a su pareja subirse a un taxi.

¡¡Por Dios!! Como puedo ser tan tonto, lo tenía ahí en frente de mí. Por lo menos pude haber averiguado su nombre, pero no.

Taekwoon no podía arrepentirse más por desaprovechar la oportunidad. En serio se había golpeado mentalmente por dejarlo ir así sin más. Camino de nuevo y finalmente llego a su departamento.

Había cambiado de departamento después de lo sucedido con Hyuk. No quería recuerdos de un episodio muy vergonzoso de su pasado. Sinceramente tal vez nunca se perdonaría haber actuado como lo hizo.

Así como jamás se perdonaría no haber hecho nada cuando estuvo tan cerca de su pareja. Esperaba volverlo a ver pronto. Solo con pensar en no volverlo a ver quería golpearse contra la pared. Realmente había sido un idiota.

…………………………………………………..

Jaehwan era una persona muy feliz desbordaba alegría a cada paso que daba. Disfrutaba de las cosas simples de la vida. Y tenía muchos conocidos pero ninguno de ellos lo conocían como realmente era.

Había tenido una dura vida que lo llevaba a no confiar en nadie pues muchas personas se habían aprovechado de su generosidad. Aun así no había permitido que su brillo se extinguiera. Siempre sería feliz a pesar de lo mal que el destino se portara con él.

Trabajaba como arquitecto en una empresa que a penas y comenzaba a darse a conocer, pero era optimista pues las cosas parecían ir bien.

Pero se sentía solo, es decir, a pesar que era amigo de mucha gente, no tenía una pareja estable y eso era precisamente lo que él quería. Era gay y eso complicaba el asunto, no todo hombre estaba disponible para él aunque fuera muy hermoso y le gustara en demasía.

No podía darse el lujo de soñar con alguien, no había encontrado a nadie que se ajustara a su vida, pero realmente quería tener alguien que lo llamara en un momento de su día y tener una razón para sonreír.

Cada vez que iba a su trabajo pasaba antes por una cafetería. Se había acostumbrado a tomar café latte en su camino al trabajo, por alguna razón algo lo llamaba a esa cafetería.

Como cada día se acercó al mostrador y la señorita que lo atendía ya tenía su pedido listo, después de todo pedía lo mismo cada vez que iba ahí, era normal que ellas ya asumieran que era lo que él pediría.

-Buenos días- dijo con una sonrisa a la chica que lo atendía.

-Hola ¿Cómo estás?- la chica se dio la vuelta en busca de su café latte y regreso.

-Pues bien- le entrego el café pero con una diferencia. El café tenía un postic pegado en la parte del frente del vaso. Jaehwan miró a la chica pidiendo respuesta a la pregunta no formulada. Pero esta solo ladeo su cabeza dando a entender que ella no revelaría nada.

En el postic decía:

“Esto debe ser una sorpresa para ti. Pero espero que con ello puedas conocerme aunque no te muestre mi rostro aun. No sé nada de ti y tú no sabes nada de mí, pero espero que con esto al final tenga el valor de acercarme a ti y poder conocerte mejor”.

Claro que era una sorpresa para él, por Dios, se emocionó mucho al leer ese pequeño papel amarillo. Alguien estaba interesado en él, y eso era bastante intrigante. Solo esperaba dos cosas; que no fuera una mujer y que no fuera un acosador.

-¿Me dirás quien dejo esto?- le pregunto a la chica.

-Nop, ese es el chiste ¿no?- le respondió de la manera más casual.

-Pero solo una cosa, en verdad, de esto depende si sigo el juego o no- le dijo, ella asintió- ¿Es hombre o mujer?

La chica perdió la sonrisa que tenía en su rostro. Lo que asusto a Jaehwan, de verdad esperaba que fuera chico, no podría seguir si era una chica. No podrá estar con una chica.

-Es un hombre- dijo la chica es un susurro, tal vez asustada al no saber las preferencias de Jaehwan, era eso lo que hizo que la chica perdiera la seguridad que tenía durante la conversación.

-Es un alivio- hablo Jaehwan, haciéndole saber a la chica que era gay. Ella volvió a sonreír y tenía en sus ojos una mirada de complicidad que decía a Jaehwan que las cosas no podían ser tan malas o eso esperaba.

Notas finales:

Gracias por leer y esperen el próximo capitulo mañana.


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