MEMORIES
“Esta es una historia que hizo creer a un incrédulo corazón que pensó que después de haber sido lastimado nunca volvería a amar”
Años atrás…
Eran las seis de la mañana y como todos los lunes en todas las casas los estudiantes comenzaban a despertar para ir a la escuela y la casa de una familia en particular no era la excepción.
-Seung, por favor ya párate se te hará nuevamente tarde. Y no quiero que te vuelvan a poner un reporte – una de las tantas mamás en Corea del Sur estaba batallando con hacer levantar a su hijo.
-No quiero ir a la escuela – enredado entre las sabanas se encontraba un chico renuente a no asistir a la escuela.
-Vamos Seung, tienes que ir a la escuela. Hazlo por mí – suplicaba aquella madre mientras tiraba de las sabanas – Prometo que te cocinare tu comida favorita cuando regreses de tus deberes escolares –
-Está bien – suspiro el chico resignado – Iré a la escuela –
Después de algo de tiempo el chico habia terminado de arreglarse y ya iba caminando por la acera para llegar a la parada de autobús más cercana. Se habia puestos sus audífonos para hacer el trayecto a la parada de autobús más amena, el sonido de beat de hip hop hacia que Seung no se sintiera tan molesto por tener que levantarse tan temprano para ir a un lugar que no quería, muchas veces fue castigado por que según sus maestros no era una persona sociable, pero vamos teniendo a compañeros que se burlaban de sus gustos para él era preferible no tener ningún contacto con ellos, aislándose se sentía mejor que con toda la bola de tonterías que salían de la boca de los demás y de la que él era víctima continua. En varias ocasiones se habia escapado de la escuela para regresar a su casa a causa de las burlas continuas que sufría tanto por sus gustos como por su aspecto regordete, no importaba si la maestra le quitaba los zapatos para que no se escapara, Seung se las ingeniaba y se salía sin ellos. Siempre habia pensado que no encajaba con sus compañeros; ya que, hasta el momento no habia tenido un amigo.
La parada de autobús se divisaba ya a una cuadra de distancia por lo que suspiro pesadamente, ahí iba de nuevo. Una vez que llego se percató que la parada no estaba desierta como a veces se encontraba cuando él llegaba, habia una señora con su hijo, suspiro nuevamente ahorita bien podría estar en casa recibiendo los cariños de su madre.
-Te voy a venir a esperar a la hora que acordamos ¿De acuerdo? – Seung escucho levemente la voz de la madre de aquel chico dándole instrucciones.
-Si mamá, me lo has dicho ya como veinte veces desde que salimos de la casa – pronunciaba el chico. Desde el ángulo en que Seung se encontraba no podía ver bien al chico pero al parecer era más bajo que él.
-Bien, bueno tengo que regresar tengo que llevar a tu hermana al dentista y ya sabes cómo se pone si no estamos a tiempo –
-Si mamá, no te preocupes nos vemos más tarde – la mamá del chico se inclinó y beso su frente mientras agitaba su mano alejándose de la parada en donde se encontraban.
Seung giro su cuello encontrándose por fin con la figura de aquel chico y lo que encontró realmente no lo esperaba; el chico era un poco más bajo de estatura y mucho más delgado que él, pareciera que estaba utilizando la ropa de algún hermano mayor puesto que esta le quedaba grande, en su cabeza estaba colocado un gorrito de lana de color blanco el cual hacia resaltar sus mejillas rosadas sobre una piel blanca como la nieve pero lo que más le impacto a Seung fue esa mirada, esos ojos color avellana o café con leche que lo estaban mirando directamente y que estaba logrando hacerlo sentir incomodo, habia sido mala elección voltear para verlo, eso me pasa por curioso de castigo mentalmente.
-Hola – una pequeña vocecita hizo que saltara por el susto, Seung se quedó con cara de no saber que estaba pasando, ¡Vaya! Apuesto a que tengo cara de venado lampareado se dijo internamente.
-¿Me hablas a mí? – pregunto aun con la certeza de que definitivamente él no le estaba hablando.
-Claro que si babo ¿Ves a alguien más aquí? – pronunciaba el más pequeño girando de un lado a otro su cuello buscando algún vestigio de vida en la parada en la que se encontraban.
-Oh…ummm…no – exclamo Seung sintiéndose nervioso, estaba comenzando a sudar y sudar no era bueno ¿Verdad?
-Eres muy gracioso – pronuncio el de ojos color avellana mostrando una sonrisa resplandeciente, que Seung estaba seguro que podía iluminar la noche más oscura.
-Emmm…yo… - El más alto de ellos comenzó a tartamudear mientras de limpiaba las manos sudorosas en su pantalón.
-Eres todo un babo. Me llamo Jiyong – dijo el del gorrito blanco extendiendo su mano hacia Seung que se encontraba algo petrificado por la interacción que se estaba llevando acabo.
-Eh…yo… yo me llamo Seunghyun – dijo por fin extendiendo la mano para estrecharla en un apretón de manos.
¿Quién iba a pensar que este iba a ser el inicio de algo que cambiaría su vida por completo?
Habia ya pasado algunos meses desde que en una parada de autobús habia conocido a Jiyong, no sé cómo paso pero de repente habia conseguido por fin un amigo el cual en definitiva era genial, le gustaba el hip hop tanto como a mí y cada tarde después de hacer nuestra tarea nos juntábamos para hacer freestyle ya sea en mi casa o en la mía, porque lo mejor de todo esto era que se habia mudado en la misma cuadra en la que yo vivía, realmente era un despistado no habia notado que se habia mudado y que ese día en que lo conocía era su primer día de clases en mi escuela.
-¡Vamos Tortuga! ¡Corres muy lento! ¡Tortuga! ¡Tortuga! –
-Claro como a ti no te cuesta nada correr ya que estas tan flaco el viento te lleva – digo de manera burlona, mientras Jiyong frunce el ceño haciendo un puchero
-Hyong eres un grosero – pronuncia mientras corre hacia mi golpeando mi hombro.
-Es la verdad, deberías de comer más un día de estos vas a desaparecer o peor aún en una ventisca saldrás volando – suelto una carcajada mientras Jiyong hace más visible su puchero - ¡Ay ya vamos! ¡Admite que fue gracioso!
-No fue gracioso hyong, todo por eso tienes que comprarme un helado grande de fresa – sentencia
-Está bien, compraré para ti helado –
Jiyong tenía esa capacidad de convencer a las personas muy rápido y de la cual como ya vieron yo no estaba fuera de la excepción es más, pienso que a mí me manipula aún más para que le compre cosas.
Nuestra amistad estaba creciendo a gran escala desde ese día, Jiyong y yo nos habíamos convertido en los mejores amigos, el Double Combo como nos hacíamos llamar mientras soñábamos con ser unos grandes raperos. Hasta que un día todo cambio, Jiyong habia llegado llorando a mi casa y entre sollozos me decía que se iba a mudar nuevamente que por que su padre y la nueva escuela de Dami así lo requerían. Le dije que todo estaba bien pero realmente no lo estaba, esa noche cuando dejo mi casa me encerré en mi cuarto y llore como nunca lo habia echo no si quiera cuando mis demás compañeros de llamaban fenómeno y cerdo por mi aspecto. No fui a despedirme de Jiyong porque estaba enojado con él, sabía perfectamente que no tenía la culpa pero me habia dejado y eso no lo podía perdonar.
No sé, si esa fue la causa pero me habia vuelto todo distante y algo agresivo, comencé a asistir a lugares que a mi edad no eran buena influencia para mí, ahí fue donde conocí a NBK Gray y con el que me habia vuelto cercano asistiendo con él a eventos underground de rap. Éramos algo así como un dúo…como cuando estaba con Jiyong.
Mi vida dio un giro de 180° después de que Jiyong se habia ido y estaba reflejado en el ambiente en el que ahora era parte.
-¡TEMPO! Vamos me dirás ¿Que no has follado con tu novia aun? – escucho como uno de los chicos con los que me llevo me pregunta.
-¿Realmente quieres llevar la conversación a ese tema? –lo cuestiono.
-No me digas que todavía guardas tu pureza hasta para el día de tu matrimonio – un par de carcajadas se escucha en el fondo donde nos encontramos sentados en el club nocturno en Hongdae.
-¿Te haría feliz si te digo que ya follé? –
-Espero que sea cierto TEMPO mira que tu novia esta como para follarsela toda la noche y no salir dentro de una semana – me rio por la forma tan burda de hablar pero era verdad, lo cierto es que ella es hermosa y tiene buen cuerpo en mi forma de ver.
La noche pasa entre alcohol y pláticas de donde será nuestra próxima presentación, cuando regreso a casa es ya son las ocho de la mañana.
-¿Seung, cariño eres tú? – la voz familiar de mi madre desde la cocina se hace presente.
-Sí, soy yo – pronuncio mientras camino alcanzándola en su trayecto, beso su frente.
-¿Otra vez has bebido, Seung? – sé que lo que hago está mal pero realmente me siento como si no lo fuera.
-Lo siento – exclamo una disculpa, no puedo prometer que no lo volveré a hacer porque siempre regreso a casa igual, comencé no decir “no lo haré” como por el mes de mis salidas nocturnas.
-Acaba de llegar algo para ti – pronuncia mientras va a la mesita de la sala y me extiende un sobre.
-¿Qué es? – digo algo sorprendido.
-Por qué no lo averiguas tú mismo, cariño – veo la cara de mi madre y una sonrisa curva sus labios, sonrió por instinto.
Camino hacia la sala y volteo el sobre encontrándome con mi nombre escrito en el reverso de este y una adrenalina escala por todo mi cuerpo haciendo que mi corazón comience a elevar su ritmo cardiaco. No puede ser cierto, apuesto a que estoy soñando. Abro rápidamente el sobre y una sonrisa se instala en mi cara.
¡Hola Tortuga!
Cuánto tiempo sin saber de ti, espero que estés bien y también espero que sigan con esa mierda en la cabeza de querer ser un gran rapero rompe bolas porque te tengo la noticia que cambiara tu aburrida existencia.
Estoy en una agencia, y están buscando a chicos para formar un grupo y pensé en ti, si ya se sé que suena a mierda pero sé que esto será diferente. ¡Vamos tortuga! Este es tu sueño y el mío; juntos soñamos con esto.
Espero vengas a la audición.
Shell
Más abajo venia la dirección donde se suponía que iba a ser la audición, era dentro de una semana por lo que entusiasmado tanto de que después de mucho tiempo tuve noticias de Jiyong como de la noticia con la que venía.
Practicaba día y noche envié a algunos demos a la dirección del destinatario y me llamaron para presentarme personalmente. Estaba algo nervioso porque esto era por lo que estaba luchando, quería ser un rapero reconocido y está sin duda era una buena oportunidad. Lamentablemente las cosas no habían salido como yo hubiera querido, mi aspecto nuevamente me jugaba una mala pasada haciendo que perdiera la ilusión de lograr mi sueño, pero habia una esperanza, no me iba a dar por vencido bajaría de peso si con ello lograría mi sueño.
Paso algún tiempo y me sorprendí de los resultados prácticamente me habia matado de hambre, pero ahora estaba listo para la segunda vuelta. Cuando me dijeron que me habían aceptado que ya estaba dentro fue lo mejor que me habia pasado en la vida definitivamente aunque sabía que esto solo era el comienzo y que no estaba nada asegurado sabía que mi sueño se iba a lograr.
Los días pasaron y cada día era aún más difícil que el anterior pero cuando por fin logramos en convertirnos en un grupo sabía que todo habia valido la pena. Las cosas estaban de arriba abajo, teníamos tantas cosas que hacer que no me quedaba tiempo para ver a mi novia lo cual acarreo ciertos problemas y sin más un día estaba yo llorando en la habitación de mi cuarto lamentándome porque habia roto conmigo.
Los días pasaban y yo me habia sumergido en una especie de luto que hacía que me volviera un poco apático hacia lo que sucedía alrededor habia prácticamente lanzado muy lejos a mi único amigo, Jiyong estaba preocupado por mí; por mi cuenta yo fumaba demasiado y en mis días libres tomaba como si no hubiera un mañana.
-¡Seung levántate! – Jiyong entro como torbellino a mi habitación quitándome las sabanas de encima
-¡SAL DE AQUÍ JIYONG! – dije malhumorado jalando mis sabanas para que no me despojara de ellas.
-¡NO! ¡YA ESTOY HARTO! ¡SAL AHORA MISMO! ¡BASTA DE REVOLCARTE EN TU MIERDA! ¡HAZ ALGO CON TU VIDA! –
-Déjame Jiyong – pronuncie en tono cansado.
-No, vamos tortuga tienes que salir de esto. Hazlo por ti…no es más hazlo por el grupo…por mí – exclamo en un susurro.
-Pero ¿Cómo lo hago? –
-No lo sé, pero no quiero verte así, me duele – sus ojos cristalinos me decían que no mentía que realmente estaba diciendo la verdad. Me sentí como una basura en ese momento estaba lastimando a las personas que me querían.
Después de esa ocasión comencé a escribir una canción para sanar mi alma por medio de la música, tenía que dejarlo salir y que mejor que por medio de la manera en la que se expresarme. YG dijo que esa canción tenía que tener una presentación en nuestro BIG SHOW por lo que la hice. Cante para ella, para mi ex novia. La presentación hizo que recordará cada momento que habia pasado con ella haciendo que cuando terminara las lágrimas cayeran sin poder detenerlas. Unos brazos rápidamente se cernieron en mí, mi único soporte.
-Todo estará bien – su aliento cálido chocando contra mi nuca hizo que me aferrara a aquella esperanza de superar mi trágico suceso amoroso – Yo estoy aquí, estoy contigo. Como siempre lo estaré –
Actualidad
-Happy birthday to you~~ Happy birthday to you~~ Happy birthday dear Seung~~ Happy birthday to you – la voz melodiosa de Jiyong estaba inundando el pasillo de la entrada mientras caminaba con rumbo a la sala donde se encontraba cargando un pastel con velitas encendidas. – Feliz cumpleaños babo – su sonrisa hizo que por efecto correspondiera a ella.
-Pensé que no vendrías – le dije mientras tomaba el pastel y lo llevaba a la encimera de la cocina.
-Me ofendes sabes – dijo tomando su pecho en señal dramática de que lo habia lastimado.
-Me alegra que estés aquí – y sin más deposito un beso en su frente haciendo que él riera.
-Vamos babo, pide un deseo y apaga las velitas –
-Vale, está bien pero primero una foto – digo mientras saco de mi pantalón pijama mi iPhone
-¿Instagram? – Me cuestiona mientras niega con la cabeza – Tienes un fuerte trauma con la aplicación –
Saco la fotografía y la subo con la descripción dándole gracias a todos, y aunque me gustaría decir “Gracias Jiyong” me reservo ese agradecimiento para el en persona.
-Gracias – le digo mientras planto mis labios en los suyos en un beso fugaz
-Babo, ni si quiera has visto la foto que subí por tu cumpleaños a mi Instagram – me dice haciendo un puchero.
-Ya la he visto y déjame decirte que se me ve un buen culo – pronuncio mientras me rio
-Tonto, apaga las velas o se escurrirá la cera –
-Vamos pero no puedes negar que tengo un buen culo – digo mientras él niega efusivamente y se ríe, me acerco al pastel y pongo cara de pensativo.
-¿Qué sería bueno pedir como deseo? – me cuestiono – Tal vez que mi novio no sea tan dramático sería una buena opción – exclamo mientras Ji entrecierra los ojos.
Cierro los ojos y pido mi deseo y soplo cada una de las velitas que se encuentran en el pastel.
-¿Qué pediste? – inquiere curioso Ji.
-No te lo voy a decir sino mi deseo no se cumplirá y en verdad desee que dejaras de ser tan dramático – Ji se cruza de brazos, aquí viene.
-¿Ah sí? Pues deberías conseguirte otra pareja una que no se preocupe tanto por el cumpleaños de su novio – dice mientras comienza a quitar las velas del pastel.
-¿Crees que realmente te cambiaría por alguien más Jiyong? – Sonrió – En ti encuentro todo. Fui tan tonto al no darme cuenta que tú eras la persona que el destino me tenía reservada, solo para mí – exclamo mientras lo abrazo desde atrás, mis manos acarician su estómago plano mientras él se estremece bajo mi contacto – Sé que casi nunca lo digo pero… Te amo y agradezco que siempre estés para mí cuando más te necesito.
Ji se gira con lágrimas que resbalan sobre sus mejillas, las limpio con mis pulgares.
-Te amo, así como eres. Como me enamore de ti – y sin más llevo sus labios a los míos y los devoro con devoción absoluta.
Me enamore de mi mejor amigo, tal vez suena extraño por que los dos somos hombres pero sé que mi corazón no se equivocó al haberlo elegido, estoy seguro de que deseo pasar lo que resta de mi vida a su lado.
Años atrás…
Estaba muy nervioso, cada vez que Jiyong me abrazaba comenzaba a experimentar una serie de emociones y sensaciones que nunca habia experimentado, su sonrisa hacia que solo me enfocara en ella, podría estar iniciando la tercera guerra mundial y yo podría estar simplemente sumergido en la sonrisa que tenía enfrente.
No sé de dónde habia sacado fuerzas de voluntad pero ese día hice algo de lo cual simplemente no me he arrepentido. Jiyong y yo estábamos jugando cuando lo tire a mi cama haciéndole cosquillas ver como se retorcía riendo hizo que me animará a hacer lo que siempre habia querido, me senté a horcajadas sobre el aun sin dejar de hacerle cosquillas, respire fuertemente y estampe nuestros labios, al principio todo fue confusión, Ji no correspondía por lo que me preparaba para retirarme cuando sentí sus manos sobre mi cuello evitando mi huida, abrió su boca y comenzó a corresponderme.
El beso se volvió necesitado y la falta de aire nos hizo separarnos, entre jadeos por recuperar la compostura Jiyong se hizo notar.
-Pensé que nunca lo harías – exclamo
-¿Qué nunca haría qué? –
-Esto, darte cuenta de que he estado esperando por muchos años que me notaras como algo más que un amigo –
-¿Qué tratas de decir? –
-¡Que te quiero babo! ¡Que estoy enamorado de ti! –
La felicidad habia inundado mi cuerpo, no habia palabras para describir lo que esa confesión habia creado en mi interior. Sin duda este momento siempre estaría en mis memorias.
“A veces estamos tan ocupados tratando de buscar a la persona correcta aquella que haga a nuestro corazón latir que no nos fijamos en las personas que han estado ahí con nosotros, afortunadamente tuve la dicha de fijarme en alguien que ha estado conmigo, y con el cual guardo mis memorias…”