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Notas del fanfic:

Hola ^^/

Después de mucho tiempo he decidido volver a escribir un fanfic, esta vez es sobre One Piece, Ace x Sabo o Sabo x Ace, aún no he logrado decidirlo, por lo tanto estoy abierta a sugerencias.

También agradecería mucho si me dejan sus opiniones en cuanto al fic en general, si la historia les gusta o no, si mi redacción es clara, cualquier critica es bienvenida ^^

Antes de leer es importante aclarar algunas cosas:

Este fic es una especie de AU, tiene unas cuantas diferencias con la historia original pero hay similitudes también, pero eso es algo que irán viendo poco a poco.

 

Y por último:

Todos los personajes mencionados en esta historia pertenecen a Eiichiro Oda-sensei.

Notas del capitulo:

Capitulo I~

Es más bien una introducción, espero no sea muy aburrido ^^"

 

Como dije antes, cualquier crítica es bienvenida, por lo tanto no duden en dejar sus reviews

Habían pasado exactamente seis meses desde el día en el que Dragon había dejado Goa, no había duda. Todos los días en el pequeño calendario que Sabo tenía sobre su escritorio estaban marcados con una equis. Por alguna razón que hasta ahora desconocía, nunca había logrado seguir un calendario por más que unas semanas, era la primera vez que lograba seguirlo por tanto tiempo. 

 

Ahora la razón era un poco más clara, siempre que Dragon volvía a Goa, Sabo se olvidaba por completo de todo, pero tenía una buena razón para hacerlo, Dragon era una persona sumamente interesante, pues siempre tenía una historia que contar. Era cierto que durante los pocos días que Dragon estaba en casa, Sabo pasaba largos periodos de tiempo escuchando sus historias y aunque la mayoría de ellas, por no decir todas, podían ser consideradas como falsas por muchas personas, Sabo jamás había cuestionado su veracidad. 


Las personas que vivían en el centro de la isla consideraban a Dragon y a "su hijo" como una mala influencia, pues muchos de los niños de la isla, luego de escuchar las historias que Sabo fue a contarles cuando era tan solo un pequeño como ellos, habían decidido convertirse en piratas y descubrir todos los misterios del mundo, sin importarles la mala fama que pudieran hacerse.  


Por poco los desterraban de la isla cuando los padres de todos esos niños se enteraron. 

Al final la situación se calmó, pero Dragon estaba realmente furioso por todos los malos tratos que Sabo recibía por parte de los adultos, así que terminaron mudándose muy cerca de la costa, donde nadie pudiera molestarles y, aún nueve años después seguían viviendo allí, alejados de todos, pero a decir verdad, Sabo comenzaba a cansarse de vivir allí, comenzaba a sentirse solo. Cada que iba al centro de Goa a hacer las compras o a su visita semanal a la biblioteca, nadie se atrevía a hablar con él, más bien la gente huía cuando él llegaba y por si eso fuera poco, cuando volvía a casa simplemente se quedaba en compañía de sus libros hasta quedarse dormido. 

Aunque hiciera cosas distintas, todos los días eran igual, pues todo se resumía a una cosa: Esperar a que Dragon volviera. Siempre esperaba el día en que Dragon por fin lo llevara con él a una de sus misiones, pero eso nunca sucedía y, hasta ahora, Sabo no había entendido el porqué. Tenía todo lo que Dragon necesitaba, era cuidadoso, listo y sabía defenderse, el mismísimo Dragon lo había entrenado desde niño, pero jamás había logrado convencerlo de que servía para ese trabajo, pues Dragon simplemente contestaba cosas como: "¿Por qué lo quieres hacer?" y al parecer Sabo jamás había dado la respuesta correcta. 

A pesar de todo, Dragon siempre se iba y lo dejaba solo, y ahora habían pasado exactamente 184 días desde la última vez que le había visto... era demasiado tiempo, y aunque tratara de no hacerlo, estaba un poco preocupado. Sabía que no debía, él mejor que nadie sabía que Dragon era un hombre muy fuerte y difícilmente podría sucederle algo malo, pero debía haber una razón por la que no había vuelto aún. 

— Dragon-san... —murmuró Sabo para sí mismo— No habrá hecho algo estúpido, ¿O si? 

Sabo pasó el resto de la mañana tratando de convencerse de que todo estaba bien, de que quizá la misión de Dragon se había extendido un poco o se había encontrado con un problema que no tardaría en solucionar. Trataba de convencerse de que todo estaba bien, pues con su limitado conocimiento sobre navegación y la ausencia de un bote, no había mucho que pudiera hacer al respecto.  

.

Apenas estaba anocheciendo y el cielo comenzaba a pintarse de naranja mientras el sol se sumergía en el inmenso mar. A lo lejos podía verse un pequeño bote, guiado únicamente por las tranquilas olas hacia la costa de Goa, donde Sabo, que apenas unos instantes atrás se había percatado de su presencia, esperaba ansioso a que finalmente estuviera a su alcance. Al cabo de unos minutos sucedió, el bote llegó a la costa... Pero alguien estaba a bordo y no solo eso, parecía gravemente herido, quizá estaba muerto. Como pudo, Sabo llevo el bote hasta donde las olas no lo pudieran alcanzar aún cuando la marea subiera por la noche y, una vez que el bote estuvo a salvo se acercó al hombre que se encontraba a bordo y con su dedo pulgar hizo una ligera presión en su muñeca... Aun había pulso, estaba vivo. 

Se apresuró a sacar al chico del bote y lo llevó hasta la casa, donde pudo recostarlo en su pequeña cama para revisarlo con más calma antes de empezar a tratar sus heridas. Siempre que Dragon llegaba de sus viajes tenía unas cuantas heridas que Sabo había aprendido a curar con el paso del tiempo, aunque no era un médico ni nada que se le pareciera, podría decirse que sabía lo que debía hacer en casos como ese.  

Limpió algunas de sus heridas y puso unas cuantas vendas en ciertas zonas, pero mientras revisaba el resto de su cuerpo, un curioso objeto rodeando la muñeca izquierda de este robó su atención, parecía ser un log pose, igual al que Dragon tenía. 

.

 

La noche había sido más que terrible, se había levantado no menos de diez veces a revisar que el extraño siguiera allí, pues si este despertaba y se iba, Sabo perdería toda oportunidad de salir a buscar a Dragon y además, a juzgar por el tatuaje en su espalda, estaba seguro de que se trataba de un pirata, así que seguro no se iría de Goa con las manos vacías. Si llegaba a robar algo que le perteneciera a Dragon, sobre todo uno de sus tantos preciados Den Den Mushi o algunos documentos importantes, Sabo estaría metido en un gran lío.  

Al final apenas pudo dormir un par de horas antes de que el extraño finalmente despertara. 

 

.

 

Confundido era la palabra que mejor describía la forma en la que Ace se sentía en cuanto despertó. Sus heridas habían sido tratadas y se encontraba en el cálido y seguro interior de una casa, nadie le había molestado en toda la noche y había dormido tan plácidamente... ¿Acaso había muerto? No... que estupidez, no iba a morir por una simple pelea. Se levantó de aquella cómoda cama y salió de la habitación, únicamente para encontrarse instantes después con la persona que seguro era responsable de todo aquello, pero por alguna razón esta no parecía muy feliz de verlo. 

Quizá si Sabo no se hubiese levantado de su escritorio tan alterado como si hubiese visto un muerto, Ace no se sentiría más confundido de lo que ya estaba. Y muy probablemente si no estuviera apuntándole con ese largo tubo directo a la cara se sentiría muy agradecido, sentía iba a golpearle incluso si se atrevía a respirar. 

— ¡Que sucede contigo! —exclamó Ace apartando de golpe el tubo con el que el rubio le amenazaba— ¿No fuiste tu quien me salvó? 

— No creas que no se lo que eres —contestó Sabo con total seriedad, aún sujetando su arma con ambas manos, más que dispuesto a golpear al pecoso— ¿Quién te mandó aquí? Vienes a robar los registros de Dragon-san, ¿Cierto? 

— ¿De que demonios estás hablando? ¿Que registros? ¡¿Quién diablos es Dragon?!

— ¡¿Que quién es Dragon?! ¿Acaso me crees idiota? ¡Se que tú y tus nakama están tratando de robar sus registros! 

— ¡Estás completamente demente! —contestó Ace tratando en vano de arrebatarle el arma a Sabo. 


Solo recibió un golpe de parte del rubio como respuesta. O eso se suponía que debía ser, pero el tubo no hizo más que atravesar su cuerpo, dejando a Sabo totalmente atónito. Fue entonces que Ace finalmente consiguió desarmarlo, tomando el tubo para después arrojarlo hacia algún lugar de la habitación y cuando volvió su mirada hacia Sabo se encontró con que este le miraba de una manera bastante extraña. 

— ¿Eres un fantasma? —preguntó Sabo de repente. 

— ¡Por supuesto que no, idiota! Soy un usuario. 

— ¿Un usuario? ¿De una akuma no mi? 

Ace simplemente asintió. Al parecer ya no seguirían con esa estúpida pelea así que ya no tenía que preocuparse de que Sabo intentase golpearlo nuevamente con un tubo o con algo peor. 

— Escucha... —continuó Ace luego de unos instantes de completo silencio— Solo quería agradecerte por tratar mis heridas, no vine a robar nada. 

— ¿Cómo puedo confiar en lo que dices? 

— No le robaría a alguien que me salvó...  

 

.

 

Habían pedido tanta comida que apenas cabía en la mesa, las otras personas que se encontraban en el restaurante los miraban aterrorizados, en parte por la cantidad tan exagerada de comida para tan solo dos personas y, por otro lado, por el tatuaje que el azabache llevaba orgullosamente en su espalda, pues más de uno sabía a quien pertenecía esa marca. 

 

Ace era la única oportunidad que Sabo tenía para dejar finalmente la aburrida Goa y averiguar que era lo que había sucedido con Dragon, pero debía convencerlo de que le brindara su ayuda... Y que mejor que una buena comida para hablar sobre negocios, aunque más bien fue hasta que terminaron su comida que tocaron el tema. 

— Hay algo que necesito pedirte... 

Ace simplemente volvió su mirada hacia el rubio, indicándole de esta manera que escucharía su petición. 

— Necesito tu ayuda para encontrar a alguien 

— Hmm~ ¿Quien es ese alguien?  

— ¿Realmente necesitas saberlo? 

— Si voy a ayudarte a buscar a alguien, como mínimo debo saber quien es, ¿No crees? 

El chico tenía razón, pero había muchas cosas que no podía ni debía decirle. Aunque Dragon no hablara mucho con Sabo sobre el trabajo, Sabo había leído muchos de los "registros" en los que Dragon trabajaba tras volver de sus viajes, por lo tanto sabía que lo que dicho hombre hacía era algo que no debía saberse por nadie, no aún, así que debía ser sumamente cuidadoso con la información que le diera al pecoso. 

— Su nombre es Dragon... es el hombre que me crió. 

— ¿Sabes? No creo que sea el único "Dragon" en el mundo 

— Tiene un tatuaje en el lado izquierdo del rostro, es inconfundible. 

— Creo que eso será suficiente por ahora, ¿Tienes alguna idea de donde podemos encontrarlo? 

— No...

— Oh vamos, debe haber algo, ¿Que me dices de esos registros de los que me hablaste antes? 

¿Los registros? Quizá estaba bien leer los escritos de Dragon mientras este los hacía, pero ir y hurgar en sus cosas era diferente, estaba completamente mal. 

— No —contestó Sabo— no puedo hacerlo... 

— ¿Acaso no quieres encontrar a ese tal Dragon? 

Sabo no contestó, pues al parecer no tenía otra opción. 

— Por cierto —dijo Ace al cabo de un rato— espero que traigas dinero suficiente para pagar, porque yo no.

 


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