Prompts 14: Ten cuidado con lo que deseas
En el pueblo Gundam todos los años hacían una fiesta que duraba varios días, todos eran invitados a dichas fiestas, pero esta fiestas solo era concurrida por los aldeanos de dicho pueblo.
En una de esas fechas en que se hacían las fiestas, todo el mundo estaba preparando las decoraciones y comidas que se darían duran esos días, entre ellos estaba el chico más codiciado de la aldea, Heero Yuy, era un chico muy guapo de ojos azules cobalto, cabello color chocolate y despeinado con buen estilo, todas las chicas inclusive chicos estaban prendados de él.
-Dime Heero, ¿piensas buscar pareja en la fiesta?- Pregunto el rubio amigo suyo mientras caminaban con algunas cajas llenas de ingredientes para la comida de la fiesta.
-Quatre, sabes que nadie ha llamado mi atención- Contesto con tranquilidad.
-¿Y qué hay de Reelena?- Pregunto su otro amigo de ojos esmeralda, noto como el de ojos cobalto le lanzo una mirada para nada aprobatoria.
-Prefiero bailar con la muerte y morir antes de casarme con ella.
-Ten cuidado con lo que deseas Yuy- Aconsejo su tercer amigo, un chico de aspecto oriental que tenía un par de años viviendo en el pueblo- No debes de invocar a la muerte pues este te concede tu deseo pero se llevara tu alma como pago.
-Aun así prefiero bailar con la muerte que con Reelena- Sentención de forma fría y decisiva llegando al lugar donde dejarían las cajas.
-Sera mejor que le hagas caso a Wufei, no digas cosas como esas Heero- Comento algo tembloroso el rubio- Esas cosas me dan miedo.
-Tranquilo, yo te protegeré- El de ojos esmeralda se acerco al rubio dándole un beso suave y reconfortante en los labios.
-Gracias Trowa, por eso te amo- Lo abrazo de forma cariñosa.
-No coman delante de los pobres- Se quejo el chino algo molesto por ver tan melosa escena.
El día de la fiesta llego y todos estaban vestidos de gala, con sus mejores trajes y demás, las chicas más que todo mostraban sus hermosos vestidos y joyería, entre todas ellas estaba Reelena, una de las chicas más linda del pueblo pero a la que Heero no le interesaba en lo más mínimo.
-Vamos Heero, baila conmigo- Insistía la rubia con ahínco colmándole la paciencia al de ojos azules cobalto pero cuando estaba por rechazar la oferta ambos escucharon una voz que los interrumpió.
-Siento interrumpirlos, pero no me parece que sea bueno pelear en un ambiente tan alegre como este.
Ambos al mirar al chico que les había hablado se quedaron casi con la boca abierta, estaban frente al chico más lindo que había visto en toda su vida, el cabello bien peinado y trenzado hasta la cintura, vestido de negro y con los ojos color amatista, con la sonrisa más hermosa, coqueta y elegante.
-Eres muy guapo- Hablo casi hipnotizada la rubia, esto hizo que Heero saliera de su hipnosis así que se alejo de la pareja algo molesto, aunque de pronto Heero sintió como lo tomaban del hombro obligándolo a voltearse, iba a protestar pero al ver los ojos amatista se tranquilizo.
-Lo siento, creo que los moleste, no quería interrumpir la conversación que tenias con tu novia
-No es mi novia- Respondió Heero con algo de molestia.
-Eso me alivia- Sonrió con tranquilidad, Heero al verlo vio la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida- Oye, etto… ¿te molestaría bailar conmigo? Si no quieres no importa yo, yo…
-Bailemos- Heero, por primera vez no se negó a nada a pesar de que era un desconocido, le tendió la mano y ambos pasaron al medio de la pista de baile que era en el centro de la plaza.
Ambos bailaron toda la noche, todos en el pueblo podía observar como ambos bailaban con gracia, eran la pareja más hermosa que habían visto en años, ambos bailaban como si hubiesen bailado toda la vida juntos, todos quedaron admirados al verlos y muchos ardían de envidia al ver a Heero bailar con un desconocido de esa forma. Cuando el reloj marco las tres de la madrugada el chico de ojos amatista se separo de Heero diciendo que ya tenía que irse.
-Es muy tarde para que te vayas solo- Insistió Heero- Te acompañare.
-Oh, no es necesario, yo me se defender solo- Sonrió de forma alegre, orgulloso de si mismo.
-No te estoy pidiendo permiso, iré de todos modos.
-Bueno ya que insistes- Accedió al fin.
Heero se despido de sus amigos, pero Quatre quedo muy preocupado por el chico y más aun que saliese en medio de la noche con un desconocido, no podía negar que era hermoso hasta a él le había llamado la atención teniendo a Trowa como novio.
-¿Que sucede mi ángel?- Abrazo Trowa a su rubio novio.
-Tengo una extraña sensación de peligro respecto a ese chico.
-¿Hablas del nuevo? ¿Duo Maxwell?
-Sí, tengo la sensación de que ese nombre lo he escuchado o visto en algún lugar- Medito el rubio.
-No lo creo, es un nombre extranjero, si alguien con ese nombre uniese llegado aquí antes yo lo sabría, mi hermana Katherine es la que lleva registro de todos en el pueblo, no se le pasaría por alto a un chico como él.
-Pero estoy seguro que ese nombre lo he escuchado en alguna parte- Se quedo pensativo tratando de recordar.
***
-Listo, hasta aquí está bien- Hablo el de ojos amatista, Heero dio una vista al lugar.
-¿Hasta el cementerio?- Le pregunto incrédulo.
-Si, después de aquí voy solo… así que adiós y no me sigas- Se le acerco y le dio un beso en los labios de forma coqueta, suave y dulce, luego se separo del mayor y sin abrir las rejas del cementerio entro traspasando las mismas, Heero al ver eso lejos de asustarse se decidió ir detrás del chico.
Solo podía ver como Duo pasaba entre las tumbas frías y oscuras sin mirar atrás, podía ver como el chico danzaba sobre las tumbas sin tocar el piso, como si volara en el viento, paso por varias tumbas adentrándose mas y mas hasta lo profundo del lugar y se detuvo, luego miro a Heero con una sonrisa maliciosa y sus ojos amatistas brillantes en la media oscuridad de la noche de luna llena.
-Te dije que no me siguieras- Sonrió sentándose sobre una lapida, la primera lapida de la hilera en la esquina superior del terreno mostrando así que allí se encontraba el primer difunto del pueblo.
-¿Por que eres un fantasma?- Pregunto cruzándose de brazos mientras un viento frio levantaba las hojas secas del lugar.
-Eso y más- Sonrió animado- ¿No te doy miedo? Todos cuando saben lo que soy salen corriendo, es divertido verlos correr como liebres de campo- Rio con ganas.
-No te tengo miedo- Hablo seguro el de ojos cobalto mirando atentamente al chico y en como detuvo su carcajada.
-Deberías- Se aparto de la tumba y voló frente al chico mostrando sus alas negras como de murciélago junto a su Hoz.
-No te tendría miedo aunque me mostrases la peor cara que tengas- El otro se sorprendió al escucharlo y se relamió los labios.
-No me digas que me amas y esas cosas tontas ¿o sí?
-No, solo es que tú has llamado mi atención.
-Ya veo, ¿y quieras estar conmigo para siempre?- Sonrió con ansias como se le estuviera haciendo agua la boca esperando un postre que esta frente a él mientras que sus ojos brillaban más aun.
-Sí, quiero estar para siempre contigo- Hablo con seguridad y tras esas palabras el chico solo se relamió los labios complacido.
-A partir de hoy estaremos juntos en el limbo- Se acerco al chico de ojos azules cobalto y le susurro cerca del oído- Ten cuidado con lo que deseas- Apareció un arma en las manos del mayor y de pronto cayó de rodillas.
***
En la fiesta todas las personas comenzaron a recoger todo lo que podían a causa de una lluvia repentina, recogieron lo más que podían y se refugiaron en sus casas y un gran grupo se refugiaron en la taberna del pueblo, todos comentaban sobre ese fenómeno tan extraño, nadie había predicho que llovería ese día hasta que la voz de un anciano hablo.
-Esto mismo sucedió cada cierto tiempo, el primer fenómeno ocurrió hace mas de 80 años- Todos miraron al anciano al igual que Trowa y Quatre- Un chico de unos 16 años hijo de unos de los aldeanos, se suicido en la primera fiesta del pueblo el cual se celebraba por la inauguración de la misma, el era muy hermoso y se había enamorado del hijo del fundador, pero este le rechazo, el chico se sintió muy triste y se deprimido tanto que tomo la pistola de su padre y se suicido, pero antes de morir dejo una carta donde decía que se vengaría del hijo del fundador y su descendencia . Pasaron los años y el fantasma del chico aparecía en casi todas las fiestas atormentado al causante de su muerte hasta que se suicido en la tumba donde lo habíamos enterrado, pero la historia no termina allí, el chico comenzó a atormentar a todos los de la familia y todos terminaron muertos en la tumba del chico, ya hacía tiempo que no llovía en la fiestas del pueblo así como hoy.
-¡Que horrible!, espero que eso sea solo superstición- El rubio se llevo la mano a su boca horrorizado mientras era abrazado por Trowa.
-¿Y cómo se llamaba ese chico?- Pregunto el de ojos esmeralda.
-Duo Maxwell.
A lo lejos se escucho un disparo tras una carcajada casi de inframundo al fondo del cementerio mientras que una carreta alada por caballos negros y adornos rojos pasaba frente del mismo bajo la lluvia, mientras que el cochero solo se levanto un poco su sombrero de diseño particular redondo de forma oriental.
-Te lo dije Yuy, el pago del deseo es la muerte- Suspiro un poco- ¿A dónde vamos ahora?- Pregunto a sus acompañantes.
-Al siguiente pueblo, allí nos divertiremos también amigo Wu- Sonrió el trenzado animado- Y así estrenaremos nuestra nueva adquisición- Abrazo al chico a su lado.
-Me llamo Heero Yuy.