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Exposición por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Duelo de Monstruos! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, yo solo los utilizo en mis locas ideas.

Cualquier parecido con la realidad ajena es mera coincidencia. xD

Nervios, ansiedad, estrés.

 

¿Se puede estar peor?

 

Según Ryou, sí.

 

Estaban en clase, la última antes del receso y a Ryou le tocaba exposición junto a Yugi y Joey luego de algunos otros compañeros. Estaban en uno de los auditorios más pequeños del colegio por lo que Yami y Bakura estaban colados tranquilamente en el fondo del salón, lo cual solo lo tenía más nervioso.

 

A Ryou y a Yugi nunca les había gustado hablar en público, la garganta se les secaba y el corazón aceleraba demasiado, el rubio por el contrario únicamente se preocupaba por no saberse bien el tema.

 

Problema que claramente no tenían los dos hikaris, después todo la exposición era sobre la mitología griega. Historia era de las materias que mejor se le daban... pero tener a sus amados novios observándolos era presión extra.

 

El timbre sonó.

 

─Muy bien clase, salgan al receso, continuaremos después de almuerzo ─declaró la profesora, anotando algo sobre una tablilla ─el siguiente grupo en pasar son Joey, Yugi y Ryou; luego Tea, Duke y Tristán. Estén listos al regresar.

 

─Sí, señorita ─respondieron los tres al unísono mientras Joey tomaba su mochila.

 

Salieron apresurados del salón para reunirse con los demás.

 

─Salvados por la campana ─dijo el rubio, soltando el aire.

 

─Nunca mejor dicho amigo ─le respondieron ambos hikaris, suspirando pesadamente.

 

─Necesito un paracetamol*, me está dando dolor de cabeza ─se quejó Ryou, llevándose una mano a la sien. Bakura se acercó con su maletín en manos.

 

─ ¿Quieres que te acompañe a la enfermería? ─se ofreció Yugi.

 

─Descuida enano, yo lo llevaré ─negó Bakura, pasando un brazo por sobre los hombros de Ryou, tomando camino a la enfermería.

 

─Vamos a comer a la azotea Yugi ─dijo Yami, apegándose a Yugi, trayendo la mochila del menor consigo.

 

Tea soltó un carraspeó, había esperado a que Yami se ofreciera a tomar su mochila, aunque eso era lo de menos. Pavoneó sus caderas, bamboleando su falda frente a él, tratando de llamar su atención pero de nada sirvió. Yami estaba únicamente concentrado en su hikari, ahora abrazándolo por la cintura.

 

─Tea, vamos a la biblioteca para terminar de preparar nuestra exposición ─le jaló Duke del brazo.

 

─Amm sí, de acuerdo ─viéndose ignorada por su amor platónico la castaña no tuvo más opción que seguirlos.

 

Al verlos alejarse Yugi soltó un suspiró, recostándose en el pecho de su novio con una ligera sonrisa. Yami lo miró extrañado por su acción pero igualmente lo abrazo, luego subieron a la azotea para comer... aunque Yami también se entretenía mucho mimando a su pequeño para que se relajara.

 

Ryou llegó a la puerta de la enfermería, miró a Bakura a lo que este regreso al interior de la sortija mientras el menor entraba y pedía a la enfermera una pastilla para el dolor de cabeza.

 

La mujer joven le tomó los datos, preguntó por alergias y le dio la medicina antes de salir de la sala ya que el director la había mandado a llamar por una reunión, le pidió a Ryou que cerrara al salir y se fue.

 

De inmediato Bakura salió de la sortija y le puso seguro a la puerta con disimulo antes de dirigirse a la camilla donde el menor se había sentado.

 

─ ¿Estás mejor?

 

─Sí, me tumbaré cinco minutos y esperaré a que la pastilla haga efecto ─le dijo, recostándose sobre la delgada sabana azul de la camilla, llevándose una mano a la frente.

 

─ ¿Quieres que te enseñe algo para despejar la ansiedad y el estrés? ─le dijo con voz tentadora.

 

─ ¿Humm? ¿Qué cosa? ─consultó curioso.

 

─Algo que te agradara ─insistió, trepando sobre él con elegantes movimientos felinos ─relájate y déjame ocuparme yadonushi ─dijo, juntando sus narices.

 

Ryou lo pilló entonces y antes de que el mayor hiciera nada él mismo junto sus bocas en un dulce beso, que Bakura tornó ardiente y furioso de inmediato, mordiendo sus labios con deseo y hambre, colando su lengua en la dulce boca que le pertenecía.

 

─Eres delicioso pequeño ─musitó relamiéndose los labios.

 

─Bakura... n-no podemos... estamos en la escuela y... la enfermera podría volver.

 

─ ¿Pero por quien me tomas yadonushi? Cerré la puerta con seguro, nadie nos molestara mi pequeño ─dijo lo último a su oído, mordisqueando el lóbulo de su oreja.

 

Ryou le tomó el rostro para verlo a los ojos, ambos pares de orbes marrones ardían con el fuego de una pasión encendida ¿Qué caso había en contenerla? Besó a Bakura con toda la pasión que él le hacía sentir, separando sus piernas para permitir que el mayor se acomodara mejor entre ellas, logrando que este presionara más su cuerpo, envolviéndolo con su calidez y sensual aroma.

 

Bakura enterró su rostro en el hombro de Ryou, aspirando el dulce perfume que desprendía su piel mientras empezaba a mecerse con lentitud y firmeza contra el delicado cuerpo debajo suyo, pasando su lengua por el cuello de su pareja, provocando que un fuerte estremecimiento en su espina dorsal.

 

Bakura empezó a retirar el uniforme de Ryou, despejando el torso del dulce albino, mordiendo con algo de fuerza el pálido cuello y dejando un marca roja que demoraría un buen tiempo en desaparecer, provocando un ahogado gritito de placer del menor.

 

─Kura ─gimió bajito, jalando también las ropas del mayor, demostrando que estaba ansioso de hacerse uno con su yami.

 

Con una sonrisa de lado, Bakura les dio la vuelta -con cuidado ya que la camilla no era precisamente espaciosa- y permitió que su Ryou lo desnudara y acariciara a placer, dejándolo jugar con él un rato, después de todo el receso duraba media hora, tenían tiempo suficiente.

 

Ryou se aplicó a su tarea de desvestir a su pareja, besando cada parte de su trabajado pecho que quedaba al descubierto, mordisqueando sus pezones mientras se encargaba de retirar el pantalón y la prenda íntima, dejando libre la erección del mayor. Fue entonces cuando el Bakura buscó dejar en las mismas condiciones a su pareja.

 

Ryou se dejó hacer dócilmente, mientras acariciaba con sus manos lo pectorales y brazos de su novio, gimiendo al sentir la cálida y húmeda lengua recorrer su cuello con maestría, provocándole escalofríos que terminaban como ardientes latigazos de lujuria y pasión en su vientre bajo, sintiendo ya dolorosa la presión de su pantalón, al estar sentado a horcajadas de Bakura.

 

Bakura volvió a poner a Ryou debajo suyo, casi arrancando las últimas prendas de su cuerpo, aquel trato salvaje era lo que más encendía a Ryou, porque así era Bakura: rudo, seguro, una fiera que solo él podía domar ¡y como le encantaba eso!

 

─Mío ─musitó antes de estampar sus labios contra los del mayor, llamando a su lengua a jugar. Bakura podía ser muy obvio en cuanto a sus celos y territorialidad pero aun así Ryou tenía su lado posesivo ¡Bakura era SU yami, SU novio y la única persona que podía estar a su lado era él!

 

El mayor asintió cuando se dieron espacio para respirar ─y tú eres mío... Para siempre ─volvió a lamer su cuello.

 

─ ¡Ahhh!... Kura... por favor ─suplicó en un gemido, arqueando su cuerpo contra el contrario, ahora sin prendas de por medio todo era mucho más intenso, piel con piel, el calor de ambos se mezclaba y provocaba un sofocante ambiente.

 

─ ¿Alguien está ansioso? ─quiso burlarse el mayor.

 

─No soy el único ─Ryou no se quedó atrás, restregando sus caderas contra las de su novio, provocando que sus erecciones se rozaran, creando un alto gemido conjunto.

 

─No te apresures tanto yadonushi ─le dijo al oído, antes de bajar en un camino de besos por su cuello, garganta, pecho y abdomen; llegando al miembro del menor, el cual enrolló con su lengua de inmediato.

 

─ ¡Mnnnaaaa! ¡Bakura! ─Ryou apretó las sabanas bajo su cuerpo, moviendo su cabeza de un lado al otro mientras su yami continuaba 'atendiéndolo'

 

─Eso es Ryou... gime para mi ─le decía con malicia en su voz, acariciando la base con su mano mientras lamía la punta cual helado.

 

─ ¡Ky-ya! ─chilló el menor ─de-detente... ¡Kura, ahhhh!

 

─Tú dices eso... pero no creo que tu cuerpo esté de acuerdo ─con delicadez empezó adentrar su dedo medio en la apretada entrada del menor, provocando un respingo de su parte y que este se arqueara con violencia. Por la postura del mayor, ese movimiento provocó que el miembro del Ryou chocara con sus labios ─lo vez ─siguió molestándolo, moviendo su dedo en círculos hasta introducir el segundo, acogiendo en su boca la intimidad de su novio, recibiendo a cambio varios gemidos agudos y angustiosos.

 

─ ¡Bakura! ─gimió alto, cuando el mayor introdujo un tercer dedo en su interior.

 

En respuesta, el mayor empezó a mordisquear su pelvis con suavidad, disfrutando de las encantadoras reacciones de Ryou, deleitándose con la erótica expresión que el menor ponía.

 

─Suplica

 

─ ¿Eh?

 

Bakura sacó sus dedos de la sonrosada entrada ─ ¿lo quieres? ─susurró contra sus labios, levantando las piernas de Ryou para acomodarse mejor, rozando su miembro contra la tierna entrada ─ ¿quieres que te haga mío? ─provocó, Ryou asintió con desespero ─pídemelo ─repitió ─quiero escucharte Ryou.

 

El pequeño apretó los ojos, fuertemente ruborizado, repitiéndose a sí mismo que debía de esperarse algo como eso, Bakura siempre era así.

 

─P-por favor ─tartamudeó ─Kura... hazlo.

 

─ ¿Qué es lo quieres que haga? ─siguió molesto.

 

─ ¡No juegues de esta manera conmigo! ─suplicó removiéndose contra él con insistencia, tratando de provocarlo ─te necesito Kura ─enrolló una de sus piernas en las caderas del mayor ─tómame ─sollozó en voz baja.

 

─Tus deseos son órdenes para mí –le susurró burlón ─aférrate a mi ─le dijo, tomándolo de la cintura, entrando en él con suavidad, después de todo lo que buscaba era que Ryou se relaja... ya tendría tiempo para desatar su furioso deseo en casa ─abrázame Ryou ─el menor pasó sus brazos por el cuello de Bakura, este empezó un lento y profundo vaivén.

 

─Ahh, ahhh... más rápido ─suplicó el menor, enterrando la cabeza en el cuello de Bakura.

 

Sin embargo, Bakura hizo oídos sordos, empujaba sus caderas al mismo ritmo, moviéndola en diferentes ángulos, como si buscara una posición en específico.

 

─Kura... por favor ─suplicó el menor, empujando sus caderas hacia arriba, pero Bakura simplemente lo atajó por la cintura ─más rápido... onegai ─como último recurso, mordió con algo de fuerza el cuello de su pareja, provocando que Bakura gimiera de placer.

 

─otra vez ─susurró a su oído, Ryou volvió a morderlo, con un poco más de fuerza, provocando un gemido más alto y más ronco de su parte.

 

─ ¡¡Bakuraaaaa!! ─Ryou gimió alto cuando Bakura finalmente golpeó su punto dulce.

 

─ ¿Te gusta aquí? ─le dijo en un sensual susurro al oído, lamiendo el borde de su oreja, aumentando de golpe la velocidad de sus embistes, golpeando certeramente aquel punto sensible, provocando que Ryou se estremeciera violentamente con espasmos de placer.

 

─ ¡Ba-Bakura Ahhhhhh! ─las piernas de Ryou se cerraron como candado a la espalda de su amante, empujándolo hacia abajo cuando este golpeaba en su interior ─ ¡Así... ahh, ahh BAKURA!

 

─Dilo ─susurró.

 

─ ¡Te amo! ─lo tomó de las mejillas, como pudo con sus manos temblado, plantándole un furioso beso ─te amo... lo eres todo para mi ─en estos momentos era las únicas veces que Bakura podía escuchar eso sin sonrojarse como tomate de la vergüenza ─ma-más rápido Bakura.

 

─Así, muévete conmigo hermoso ─le susurró al oído ─joder, estás tan caliente y apretado ─gimió en voz alta, sintiéndose al borde de la locura por el placer.

 

En la enfermería resonaba con fuerza el chirriar de la camilla ante el fuerte bamboleo al que era sometida

 

─Te amo ─repitió el menor ─ahh, ahhh ¡Kura, voy a.... ¡Ah! córrete conmigo!

 

Bakura pasó su lengua por el cuello de Ryou, sintiendo los espasmos de su cuerpo, y como lo apretaba aún más en su interior ─muérdeme ─Ryou mordió el cuello de Bakura con fuerza, al punto de que una ligera gotita de sangre salió de la marca donde sus pequeños colmillos se encajaban en la piel de su amante.

 

Por un momento, Ryou temió que aquella camilla cediera ante los salvajes embistes de su amante pero fue un fugaz pensamiento que se perdió de los rincones de su mente al sentir un arrollador orgasmo arrasar por completo con su cordura. Enterró sus uñas en la espalda del mayor, ahogando su grito de placer en la boca del otro, tragándose de paso el fiero gruñido de Bakura al sentir como su esencia caliente lo llenaba por completo a lo que se separó de su boca, echando la cabeza hacia atrás con los ojos en blanco y la boca abierta de par en par, dejando escapar un hilito de saliva por la comisura.

 

Luego de recuperar el aliento se tumbaron en la camilla de costado, muy juntos, dado el reducido espacio.

 

─ ¿Ya te sientes mejor? ─le preguntó el mayor.

 

─jajaja ¿es necesaria la pregunta? ─respondió con una risilla divertida ─ ¿qué haría yo sin ti, mi Kura? ─dijo en voz baja, Bakura se ruborizó. Ryou miró el reloj de su muñeca, aun le quedaban 8 minutos ─cinco minutos más ─musitó acurrucándose en el pecho de su pareja.

 

Bakura sonrió, se separó del menor, poniéndose su ropa y limpiando un poco a Ryou con unas toallitas húmedas que había en el escritorio de la enfermera, incluso lo vistió. Ryou se dejó hacer ruborizado, y enternecido por las atenciones del mayor.

 

A dos minutos para que sonara el timbre salieron de la enfermería.

 

-o-

 

—Bien, que pase el siguiente grupo —indicó la profesora.

 

Joey avanzó, seguido de Yugi y Ryou.

Ryou iniciaba, tomó un suspiro mirando disimuladamente hacia su novio y empezó a hablar.

 

—Andrómeda es hija de Cefeo (rey de Etiopía) y de Casiopea, quien pretendía ser más hermosa que todas las Nereidas —inició, señalando las diapositivas en la pizarra de atrás —Éstas ofendidas, le pidieron a Poseidón que castigara el atrevimiento de Casiopea. Poseidón entonces envía un monstruo a las tierras de Cefeo.

 

Yugi continuaba —Cuando el rey desesperado consulta al oráculo de Amón, éste le predice que la única manera de salvar sus tierras era exponer a Andrómeda, la hija de Casiopea como víctima expiatoria. Debido a los grandes sufrimientos del pueblo, Cefeo se vio obligado a hacerlo.

 

Enseguida retomó Joey — la doncella fue atada a una roca para que el monstruo la atacara y entonces dejara al pueblo libre. Perseo que volvía de matar a la Gorgona, ve a la linda joven y se enamoró de ella, por lo que prometió a Cefeo liberarla con la condición de que se la dieran por esposa. Cefeo aceptó y Perseo mató al monstruo. Luego se casó con Andrómeda.

 

...

 

Al terminar la exposición todos fueron a sentarse en la parte de atrás junto a los dos yamis, esperando a que los siguientes grupos terminaran.

 

—Lo ves aibou les fue bien —lo recibió Yami entre sus brazos.

 

— ¿Vea como estabas más tranquilo? —le dijo Bakura en burla, también abrazandolo.

 

Ryou le sacó la lengua. Yugi lo observó unos momentos indeciso, hasta que lo llamó con la mano para que se acercara y poder decirle algo al oído.

 

—Tienes la chaqueta mal abrochada.

 

A Ryou quiso esconderse cual avestruz por la vergüenza.

 

Fin.

 

 

Notas finales:

*: lo siento, necesitaba hacerlo, esa broma lleva semanas en Facebook. xDDDDD   
Que malota soy jajajajaja okno .-.

Dedico este fic a mis dos mejores amigas de la universidad: Silvia y Andry, porque ayer estuvimos en clase -mientras los otros exponían- conversando sobre dos compañeros nuestros que despiertan mi alerta de yaoi xDDDD
Así que gracias también a esos dos jajajajajaja saludos mis nekitos.

Ja ne~nya! :3

 


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