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LA MAGIA DETRAS DE LAS PALABRAS por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Bueno llevo años (ahora si es literal, antes solo era una expresión) sin actualizar ninguno de mis fics, de hecho me di cuenta de que cerre varios con tal de no dejar tan mal mi cuenta.

 

Este cápitulo es practicamente una prueba para ver que tan viva esta esta página, ya que por lo que vi no se actualiza desde hace un año, así que bueno veamos que pasa si publico esto.

 

Ahora si como es costumbre en mi, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo. 

Capítulo 2

 

Había despertado en la cama de un hospital completamente confundido por la situación, no recordaba que había pasado y sentía una especie de vértigo que no le permitía pensar de manera correcta, todos sus sentidos se encontraban en alerta, pero su cuerpo no reaccionaba como quería, decidió esperar hasta que toda su cabeza volviera a la normalidad para poder entender que había pasado, ya que solo recordaba los ojos tristes de Kyouya acercándose a ella.

 

Al fin después de 2 horas esperando a que todo volviera a la normalidad logro centrar su vista, su cabeza y sus pensamientos en un solo eje, vio el hospital donde se encontraba y se dio cuenta que no estaba en el hospital que había mandado a hacer con lo último en alta tecnología para poder cuidar de su salud y la de sus guardianes, empezó a levantarse poco a poco y se sintió más ligera de lo normal, no recordaba pesar tan poco ni mucho menos ser tan baja de estatura.

 

Al abrir los ojos despacio para que no volviera el vértigo y fue cuando vio a su madre dormida en el sofá, pero noto que tenía como 20 años menos… ¿acaso se había operado? ¿Cuándo se había hecho una cirugía estética para volverse a ver como de 30 años?, su mente no lograba comprender que había pasado hasta que de repente todas las imágenes de su vida como mujer pasaban como un enorme torbellino por su cabeza, como había conjurado por primera vez el hechizo, como había sido rechazada por su amiga, la relación tan mágica que había vivido con Kyouya, como le había contado a Reborn su triste historia y como había decidido que no quería vivir una mentira.

 

Así que volvió a sentir la opresión en su pecho que lo había hecho parar en el hospital, sentía como su llama de la última voluntad parpadeaba de manera intermitente como si buscara defenderse de sí mismo, tratando de entrar en modo híper para así gobernar todas sus emociones y evitar que su corazón estallara por tanto pensar, pero a la vez su cuerpo no le permitía entrar en modo híper, ya que por la edad que tenía en ese momento no estaba listo para mantener la transformación por tanto tiempo, a eso se le sumaba toda la cantidad de aparatos que empezaban a sonar por el aumento de temperatura en su cuerpo.

Los médicos entraron al cuarto y se dieron cuenta de que todo el equipo que tenía el chico conectado a él empezaba a derretirse de manera misteriosa y en el cuarto hacía demasiado calor causando que los doctores se asustaran, ¿qué rayos estaba pasando?, al fin una enfermera logró acercarse a Tsuna y le inyecto un calmante pensando que era el calor que emitía la maquina la que estaba lastimando al pequeño niño, cuando las cosas por fin se calmaron la mamá de Tsuna empezó a analizar la situación, tratando de comprender como había pasado todo.

 

Tsuna despertó hasta una semana después logrando por fin poner sus ideas en orden y así ya no causar más problemas en el hospital, había empezado a caminar nuevamente, pero se podía notar que su mirada estaba completamente vacía, no había sentimientos en ella casi parecía que se los habían robado, su mamá estaba preocupada porque no era el mismo niño que había salido a jugar a penas 2 semanas atrás, tenía miedo que a su hijo le hubieran pasado cosas malas, así que decidió hablar con él para poder ayudarlo, tal vez había muchas cosas que no entendía del mundo ni tampoco de la vida, pero no iba a permitir que su hijo tuviera ese semblante.

 

-          Tsu-kun – Tsuna vio a su mamá y le sonrió sin mucha emoción – te he visto crecer, con muchas dificultades, nunca fuiste bueno en deportes, ni en artes, tampoco en danza, mucho menor en matemáticas o en cualquier otra materia de la escuela, pero siempre te vi esforzándote mucho para salir a delante y evitar ser una carga, te vi afrontando los problemas día a día y a pesar de las dificultades que tenías para todo lo que emprendes siempre sonreías al final por la satisfacción de saber que si bien había salido mal aun así lo habías intentado con todo tu corazón – Tsuna vio a su mamá con lágrimas en los ojos para cualquiera era una burla, pero él sabía que lo decía de corazón – lo único que espero de ti hijo es que seas muy feliz y que jamás se apague tu sonrisa – con las tiernas palabras de su madre, Tsuna se soltó a llorar y empezó a pesar de todo lo que había perdido, aún tenía un camino por delante e iba a conseguir todo lo que tuvo como mujer.

-          Perdona mamá… olvidaba que la magia la hago yo – su mamá no entendió el termino, pero se daba por bien servida si su hijo reaccionaba y empezaba a actuar como un niño normal de su edad.

 

Habían pasado 7 años desde que había empezado su verdadera vida, había mejorado mucho su estilo de vida, ya que recodaba todas y cada una de las lecciones que le había dado Reborn y a pesar de que aún no estaba con él no podía evitar que le recorriera un escalofrío pensando que en cualquier momento le daría una patada o lo golpearía por hacer mal las cosas, así que siempre procuraba que fuera perfecto para poder estar tranquilo de no ser así viviría en un estado de ansiedad constante, estaba bastante nervioso porque por fin había llegado a la secundaria donde conocería a Kyouya y trataría de volver a enamorarlo, lo cuál iba a ser más difícil, cuando uno es chica es más fácil conquistar hombres… pero siendo hombre, bueno no se iba a desanimar haría todo lo posible para que Kyouya volviera a su lado, además el amor verdadero siempre triunfaba sobre el amor falso… así que solo debía confiar en los sentimientos de su puercoespín favorito.

Camino a la intersección donde lo esperaba Kyoko-chan y Ryohei, sonrió al ver que su amistad había quedado intacta a pesar de los acontecimientos y pensó que sí pasaba lo mismo con Kyouya no le iba a pedir más a la vida, caminaron juntos e iban riendo de todos los nuevos cambios que esperaban con ese nuevo año escolar y conforme se iban acercando a la escuela Tsuna se quedaba cada vez más callado le empezaba a costar trabajo respirar de manera correcta, sus piernas no coordinaban los movimientos y empezaba a tropezarse con él mismo, todo su cuerpo reaccionaba de manera diferente a lo que pensó que lo haría.

Al llegar a la puerta lo vio parado frente a todo el comité disciplinario listo para morder hasta la muerte a cualquiera que se atreviera a romper la quietud de Namimori, cuando lo vio ahí parado dejo de respirar al parecer sus pulmones no cooperaban con las ordenes que daba su cerebro, sus piernas y todo su cuerpo parecía que empezaba a hacerse de gelatina y la temperatura de su cuerpo iba subiendo derritiendo todo su ser, de repente empezó a ver borroso y callo de rodillas justo delante de la puerta preocupando a Kyoko y a Ryohei.

-          Tsuna-kun no estás respirando – Kyoko estaba demasiado preocupada porque su amigo estaba morado y el color de sus labios y mejillas ahora eran transparentes – Tsuna-kun cálmate, todo va a estar bien empieza inhalando despacio – entonces cuando Tsuna empezaba a retomar el control de su organismo volteo hacia arriba buscando los ojos grises, pensando que eso iba a calmarlo, pero su mirada se encontró de lleno con Hibari Kyouya que se había parado justo delante de él para conocer a la persona que se atrevía a alterar el orden de su amada escuela, cosa que hizo que Tsuna se sintiera inseguro, sabía que Hibari lo golpearía, así que por breves segundos se activó su modo híper última voluntad y Hibari se sorprendió, ya que se había convertido en un carnívoro por breves segundos.

Y así quedo Tsuna inconsciente a la mitad de la entrada a la escuela, Hibari iba a despertarlo a golpes, pero Kusakabe se había ofrecido para llevarlo a la enfermería, Ryohei solo agradeció y lo cargo personalmente para que la doctora de la escuela pudiera revisarlo, había sido demasiado extraño hacía muchos años que Tsuna no sufría un ataque de ansiedad como el que había presenciado en la entrada, se sentía preocupado porque no quería que su hermano empezara con el pie izquierdo la preparatoria, había trabajado mucho para mejorar sus fallas y no quería por sus ataques ansiedad volviera a ser molestado por las demás personas.

 

Al finalizar la ceremonia de bienvenida Tsuna había despertado y ahí estaba Ryohei esperando a que se sintiera mejor, sabía que la había regado para ser el primer encuentro con Kyouya, pero no se iba a rendir quería que lo volviera a amar, pero primero debía aprender a no tener ataques de ansiedad cada que lo veía, no quería que pensara que era un herbívoro estorboso (apodo que le había dado durante su entrenamiento con Reborn), así que debía controlarse la siguiente vez, volteo a ver a Ryohei y sólo le sonrió para calmarlo, su hermano adoptivo entendió y fue a buscar a Kyoko para que estuviera más tranquila sabiendo que Tsuna había despertado sano y salvo.

Justo cuando salió de la enfermería Tsuna volteo a ver a la ventana, ya que su súper intuición le decía que algo se acercaba, todas sus alertas mentales le gritaban que saliera de ahí, pero algo le decía que conocía ese sentimiento y no se atrevía a moverse hasta que no viera que causaba que todo su organismo se acelerara de tal manera y acompañado con un viento que lo obligó a cerrar los ojos apareció Hibari en la ventana con una mirada amenazante, con sus tonfas listas para la batalla, a lo que Tsuna supo que estaba en peligro, en ese momento su ex novio no escucharía razones de ningún índole sólo quería morderlo hasta la muerte, ¿por qué? Aún no estaba claro, así que lo vio a los ojos sosteniendo la mirada esperando el momento oportuno para salir corriendo de ahí, no quería hacer ningún movimiento en falso así que sólo se dedicó a escuchar a su intuición, Hibari observo al herbívoro como sus músculos no hacían ningún movimiento innecesario, estaba esperando el momento para correr, pero no se lo iba a permitir iba a morderlo hasta la muerte.

Hibari salto hacía la cama sin darle mucho campo de movimiento al peli castaño, pero el mismo se deslizó por la pared para llegar al techo de un solo salto y con un segundo impulso había pasado por arriba de Kyouya llegando al final de la cama, justo cuando el peli negro volteo para arremeter contra él con su mano derecha, pero Tsuna en lugar de volver a saltar se giró quedando de espaldas sobre el piso en ese momento Ryohei abrió la puerta y vio a Hibari en el aire apunto de golpear a su hermano y Tsuna en el piso boca arriba, el cual aprovecho que alguien había abierto la puerta y de un impulso salió de la habitación entre las piernas de su hermano, ya fuera pudo empezar a correr por los pasillos Hibari termino enterrando su tonfa en el piso de la enfermería, iba a matar a ese niño por hacerlo romper su amada escuela.

Vio hacia la puerta y Ryohei no parecía querer dejarlo pasar, así que lanzo la tonfa hacia su hermana lo cual le obligó a tirarse sobre ella y quitarse de la puerta y aprovecho para salir, tomando su tonfa en el aire y prácticamente dejándose llevar por su instintos de cazador y así buscar a su presa, nadie en la escuela se atrevía a ponerse en el camino de Hibari y el niño que en ese momento se encontraba persiguiendo por los pasillos, era increíble como lograba evitar los golpes del peli negro, así que en un momento cuando creyó haberlo acorralado Tsuna salto por la ventana y volvió a activar por breves segundos el modo híper para caer de pie, pero eso había hecho que la poca energía que tenía se acabara, así que al levantar la cabeza sintió un mareo, pero su súper intuición le decía que no se quedara ahí o estaría muerto, así que de un último impulso llegó a las canchas de baseball y se chocó contra Yamamoto y al verlo se sintió a salvo y se terminó desmayando en sus brazos, para cuando Hibari llegó y vio a su presa en brazos de otro se sintió furioso y quiso matarlos a los dos, pero entonces empezaron a llegar demasiados espectadores y decidió dejar vivir al herbívoro un día más.

 

Tsuna despertó en la enfermería nuevamente, pero ahora estaba siendo cuidado por Yamamoto y Ryohei le agradecía que lo hubiera salvado de Hibari y Kyoko estaba hablando con los otros dos de manera amena causando ternura en Tsuna y lo último que le cruzo por la cabeza era que la magia estaba sucediendo realmente como Reborn le había dicho que pasaría, ahora solo debía esperar 3 meses más para verlo y así empezar a juntar a la familia y poder acostumbrar a su cuerpo a la llama de la última voluntad, ya que sin su llama no sería rival para Hibari y al parecer podría conquistarlo de esa manera, ya que lo segundo que amaba el peli negro después de Namimori era pelear.

 

 

 

Hibari se encontraba en la azotea pensando en el herbívoro que había conocido esa mañana, era el primero que le podría dar batalla y lograba esquivar su ataque además de que parecía que por momentos era un carnívoro y por momentos seguía siendo el mismo conejo escurridizo huyendo de su muerte, pero a pesar de huir de su muerte se había movido con bastante agilidad y rapidez, además de que no había hecho movimientos innecesarios en ningún momento causando que para él fuera difícil atraparlo, debía matarlo para mantener su orgullo intacto, justo cuando pensó en matarlo sintió un vacío en su interior, no entendía el porqué , pero quería seguir compitiendo con el herbívoro, quería ver hasta donde llegaba su fuerza, porque estaba seguro que ese no era su tope, estaba seguro que le faltaba madurar en la pelea, así que decidió esperar un poco más para volver a cazarlo.

 

-          Estaré esperando por ver como evolucionas y si no eres un rival digno – un brillo lleno de maldad salió de sus ojos grises – te morderé hasta la muerte.

Habían pasado 3 meses y ya había llegado Reborn a su casa, Tsuna estaba tan emocionado que no cabía en su felicidad, a lo que el asesino jamás supo cómo reaccionar, le asustaba que ese niño pareciera conocerlo de toda la vida, era demasiado aplicado y siempre estaba atento a todo lo que le enseñaba y había tenido un increíble dominio con la llama de la última voluntad a pesar de que eran los primeros disparos, al verlo tan atento y listo para la batalla no había entendido por que el noveno lo había enviado a entrenarlo, si al parecer estaba más que listo para el puesto.

Conforme pasaban los días se convencía cada vez más que Tsuna lo conocía y que todo lo que estaba viviendo era como una obra de teatro, cada cosa que le decía a Tsuna parecían diálogos ya predeterminados y cuando lo decía Tsuna tenía siempre la cara de “sabía que dirías eso”, eso empezaba a molestarle que el niño pareciera conocerlo, ya que se había esforzado mucho en que la gente estuviera lejos de su vida personal y nadie conociera su historia, pero ese niño parecía era la excepción a toda la regla.

 

-          Oye Dame-Tsuna, necesito hablar contigo de una cosa muy seria – Tsuna se acercó y pensó que iban a hablar de cómo uniría a su familia, pero pensó que ya estaba más que arreglado eso, así que volteo a ver el calendario y vio que era demasiado pronto para pelear contra Mukuro.

-          ¿Qué pasa? – Preguntó asustado pensando que alguno de los eventos que estaban predestinados a pasar había sido alterado y tendría que moverse más rápido que en su vida como mujer.

-          Quiero que seas honesto conmigo – Tsuna se sorprendió era la primera vez que Reborn le hablaba de esa manera – tú… ¿de dónde me conoces? – el castaño abrió los ojos y entro en pánico de inmediato, si bien la vez pasada le había contado la verdad a Reborn era porque quería vivir una vida real y sabía que no iba a recordar nada, pero en ese momento ya no había forma de cambiar lo que dijera.

-          Reborn, si te digo te vas a burlar de mi – Reborn se sorprendió y espero a que le contara la verdad.

 

Al finalizar de contar la historia Reborn estaba totalmente anonadado, si ese chico decía la verdad había usado una de las habilidades de los Mare Rings, había viajado a una deviación del tiempo donde él era mujer y había logrado regresar al punto de inicio, como si se tratara de un viaje astral que para él había durado 25 años, pero en la vida había durado solo un par de segundos, básicamente había vivido dos vidas en tan sólo una.

 

-          Bien Tsuna, entonces no tengo que preocuparme por tu destino como jefe, pero a partir de ahora te entrenare de manera diferente, Leon aún no hace tus guantes ni la bala especial que te hace entrar en modo híper, pero podemos preparar tu cuerpo para que no te haga daño cuando la ocupemos, también tenemos que empezar a juntar a la familia para estar listos para todas las pruebas que nos vienen encima, además debemos empezar a trabajar en Hibari, que se fije en ti va a ser algo difícil… ahora eres hombre – Tsuna sonrió al ver que tenía el apoyo de su tutor para volver a estar con Kyouya y así volver a vivir la magia de su primera vida.

 

Había pasado 2 semanas desde que Reborn sabía la verdad de su vida y ahora eran más unidos, tenían una amistad como en el futuro y ambos entrenaban por las tardes para hacer más fuerte su cuerpo para soportar el modo híper, casi toda su familia estaba junta, solo faltaba Hibari y Mukuro, pero eso era lo de menos, ya que al final del día sabía que se unirían a él sólo era cuestión de tiempo.

Iba caminando hacia la escuela y sintió la presencia detrás de él listo para el ataque, al parecer aun quería venganza por las últimas 3 veces que había logrado escapar de que lo matara, así que sin siquiera voltear y sin avisar a sus dos amigos que lo acompañaban empezó a correr y sin mirar atrás tomo otro camino completamente diferente y entonces la presencia de Hibari la sintió sobre los edificios, al parecer iba atacar como si un halcón se tratara desde el aire y con toda la fuerza hasta destrózalo, así que empezó a pensar en un lugar a campo abierto para evitar esa clase de ataque, ya que en ese momento estaría en desventaja si atacaba desde arriba.

 

Sintió como Reborn lo seguía, pero de la nada tomaba otro camino así que decidió seguirlo y fue así que llegó a un campo abierto donde Kyouya estaba en desventaja, al ser más pequeño y ágil lograba escabullirme entre sus golpes, pero si me llegaba a alcanzar su brutal golpe con las tonfas solo lograría dejarlo medio muerto, aún no podría entrar al 100% en modo híper para poder soportar esa clase de golpes y Hibari lo sobrepasaba en fuerza por mucho, cuando se dio cuenta de que había perdido la ventaja empezó a atacarme de manera rápida, buscando de inmediato mi punto débil para poder vencerme, cuando lo vi a los ojos para demostrarle que no planeaba perder me di cuenta que me veía con mucho odio, eso me hizo perder la concentración, a consecuencia Hibari había acertado golpearme en el estómago, en mi pierna derecha y por último en la cara.

No me había dolido como me dolía en ese momento el corazón, ya no podía levantarme las fuerzas en mis piernas habían menguado, mi respiración se dificultaba y empezaba a sufrir vértigo, todo porque la mirada de Hibari pasaba frente a mis ojos una y otra vez. Estaba tirado en el piso y Kyouya me había pateado el estómago y me gritaba que me parara, ya que esa victoria no podía ser tan sencilla, por mi parte no tenía nada de fuerzas ya no sentía nada mi cerebro estaba en ese momento mágico donde Hibari me había dicho que me amaba y me había consolado cuando Kyoko me había rechazado, estaba en cada momento que habíamos vivido juntos en batalla, las veces que me había salvado, las veces donde se habían dejado llevar por la pasión y al final de esas imágenes volvía la mirada de odio tan fría como el hielo, pero a la vez tan hermosa como diamantes recién pulidos.

Hibari notó que la conciencia del herbívoro se había ido a otro mundo y que ya no iba a pelear, además que estaba llorando sin hacer ningún sonido en el piso, se sentía decepcionado pensó que le iba a dar una mejor pelea, pero al parecer ese era su límite así que solo tomo su chaqueta lo vio de reojo y empezó a caminar de nuevo hacia la escuela, pero mientras se alejaba escucho al herbívoro tarareando una canción, volteo de inmediato y se le quedo viendo con los ojos abiertos a más no poder, esa canción era la que le cantaba su madre antes de que falleciera, ¿cómo ese maldito herbívoro la conocía? Decidió alejarse los más rápido posible, empezaba a sentir que una debilidad.

 

Hibari llegó a la escuela y se sentía perdido, la canción que le cantaba su madre antes de morir era prácticamente sagrada, la había compuesto especialmente para él, se le había regalado en su 4° cumpleaños y se la había cantado prácticamente todos los días de su vida, hasta que había fallecido cuando él tenía 10 años, se había encargado de que nadie la conociera siempre había sido su más sagrado secreto y ahora ese herbívoro que siempre estaba metido en su cabeza causando sensaciones extrañas la había cantado justo después de entrar en una estado de colapso nervioso. Cada vez entendía menos a ese herbívoro, al inicio le había dado la impresión que era un conejo que entraba rápido en pánico y le habían dado ganas de matarlo de inmediato, por eso había ido por el a la enfermería, sentía que debía de eliminarlo de inmediato, cuando había peleado contra él y se había dado cuenta de que el herbívoro no era ningún debilucho no solo había logrado mantenerse con vida durante los últimos 3 meses que lo había perseguido para matarlo, sino que también le había dado batalla y con valor lo había enfrentado casi todos los días, claro que siempre paraban de improvisto, ya que llegaba el bebé que lo cuidaba.

Se recostó en el sofá viendo hacía el techo tratando de entender que pasaba en su vida justo en ese instante, desde que había conocido al herbívoro tenía la extraña sensación de peligro corriendo por su piel y siempre que lo veía quería matarlo, pero cuando estaba a punto de hacerlo o cuando tenía la oportunidad de hacerlo siempre terminaba con el pensamiento de “es lo único que tienes, si lo matas desaparecerá” y entonces se detenía porque tenía miedo de que el herbívoro desapareciera de la nada así como había aparecido un día en su vida.

Decidió dejar de pensar tanto las cosas y se quedó dormido, en su sueño se veía a si mismo con el herbívoro, se veía que lo agarraba de la mano, ambos traían una sospechosa sortija en el dedo anular de la mano derecha de cada uno, en ese sueño el herbívoro tenía el cabello ligeramente más largo y usaban ambos un traje negro, la única diferencia era el color de la corbata, mientras el castaño llevaba una corbata naranja la corbata de él era de color morado, él sonreía de manera discreta casi imperceptible para cualquier persona que le tuviera miedo, pero era más que obvio que el castaño era el culpable de que él mostrara una mueca tan ordinaria, una que podía deshacer todo el imperio de terror que había forjado en la escuela.

-          “Kyouya, te amo” – las palabras resonaron como si su cabeza estuviera dentro de una campana y el resonar de cada campanada lo dejara sordo, ya que a pesar de que le había hablado muy bajito para él había sido como un grito que había causado eco en todo su interior y lo había llenado de calor.

-          “También te amo”- no sabía de donde había salido esa voz tan amable, profunda y llena de sentimiento, era obvio que no era él, por más que se vía a sí mismo a la cara, no podía simplemente creer que había correspondido sus sentimientos.

-          “Prométeme que no me vas a extrañar…” – no entendió las palabras pero lo llenaron de terror, ¿a qué se refería? – “es hora de irme Kyouya, cuida de toda la familia…” – al terminar esa frase el castaño se empezó a alejar de él de manera rápida como si estuviera volando, trataba de perseguirlo de manera rápida, pero era inútil justo cuando sintió que lo había alcanzado volteo a verlo y vio un aura en su frente, sus ojos de color naranja trasparente y con una cara sería, era el carnívoro que vivía dentro de herbívoro – “es momento de separarnos lamento no estar contigo de ahora en adelante, espero que puedas perdonar mi falta de valor”.

Había despertado de manera tan brusca que parecía que había dejado su estómago en el suelo y que su cabeza había salido volado por la ventana, tardo varios minutos en que todo su cuerpo le obedeciera y entonces escucho una voz a lo lejos, sabía que era la del bebé que seguía al castaño, al parecer le trataba de decir algo, pero ninguno de sus sentidos estaba al 100% entonces lo último que alcanzo a escuchar fue “está en coma en el hospital, es el peor ataque de ansiedad que ha tenido, si quieres ir a verlo a partir de las 2 am ya no hay nadie con él” y se había retirado del lugar, no había entendido a que se refería ya que su cuerpo no reaccionaba como quería.

Casi podría jurar que había viajado en el tiempo ya había vuelto de un golpe… debía morder a alguien hasta la muerte para poder volver a la normalidad, ya después averiguaría que le que quería decir el bebé.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW. 


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