Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Prohibido por Tem-chan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, aquí viene el regalo para Misutore-chan, se lo prometí por sus notas, en verdad confío en que aprobó porque no las pude ver bien pero me pareció que todo estaba aprobado así que felicidades!! Intentaré que te guste el fic, aunque en verdad tenía una idea pero no sé si pega más con otra pareja, así que debo pensar en otra, jeje al final lo ambienté en el mundo de los vikingos, jeje espero que les guste la temática.

Amor Prohibido

Eran tiempos de guerra, los guerreros iban a la batalla mientras que los demás solo rezaban para que los guerreros volvieran vivos del combate. Pero si morían en batalla tampoco importaba porque eso era honorable. Era mucho más honorable que morir de vejez o enfermedad, y por eso los que morían en guerra tenían un premio especial. Iban al Valhalla, donde se encontraban las valquirias que les servirían hidromiel y carne de un jabalí llamado Saehrímnir. Este jabalí tenía la propiedad de que renacía cada día y cada día se lo comían y volvía a aparecer para alimentar a los Einherjar, los muertos en batalla que cada día luchaban hasta el cansancio preparándose para la batalla final. Su bebida también era especial, bebían hidromiel, pero no una cualquiera, sino que bebían el hidromiel que salía de las ubres de la cabra Heidrún. Esta cabra para poder manar esta bebida alcohólica suficiente para emborrachar a todos los Einherjar que han llegada al Valhalla y todos los que vendrán, come las hojas del árbol Léradr. Por lo que se podía decir que había comida y bebida abundantes para todo el mundo y en grandes cantidades, y encima los hombres podían disfrutar de ser servidos y acompañados por verdaderas preciosidades. Estos cada día luchaban, comían y bebían hasta que no podían más, dormían la mona después de la borrachera por la bebida, sin tener resaca al día siguiente, cuando volvían a empezar con la lucha y con la rutina. Casi se podía decir que los guerreros esperaban morir en batalla para poder ir al paraíso de todo lo que les faltaba en vida.

En estas circunstancias sociales y con estas creencias, todo sentían un gran orgullo por ser guerreros, y eso era lo que se quería. Era un momento de expansión y necesitaban guerras para poder dominar otras regiones, pero también era cierto que Odin, el Dios de los dioses quería que fuera así. El motivo era sencillo, Loki iba a intentar destruir el mundo y Odin quería que los guerreros que murieran fueran a entrenar al mundo de los dioses para su batalla contra el dios del mal. Por ese motivo las valquirias eran enviadas por este a las batallas en busca de los hombres que les parecieran más honorables y mejores guerreros y los llevaban al Valhalla.

 

------------------------------

 

En una cabaña en un pueblo de por allí, se encontraba un chico de pelo-azul que estaba despertando. Hizo sus arreglos matinales y cogió su espada para empezar a practicar en la batalla, se estaba entrenando para ir a la siguiente batalla, ya le tocaba ir, y aunque él preferiría más trabajar en el campo junto a su madre, lo habían reclutado. A diferencia de otros chicos de la aldea o de su propia cultura él no quería ir a la guerra, pero le había tocado ir. Con un suspiro se resignó y siguió con el entrenamiento, pensando en la vida tranquila y pacífica que podría vivir si no fuese por todas esas guerras en las que estaban sumidos los suyos. Él entendía que la guerra era algo importante para el crecimiento de su territorio, para conseguir riquezas y todo eso, pero él solo quería vivir en su casa en el campo cuidando de esta y de conseguir las materias para sobrevivir, como la comida y herramientas. Con eso él se conformaba. A pesar de estar con esos pensamientos consiguió derrotar a sus compañeros. Estos lo admiraban por lo buen luchador que era pero para él no era nada bueno eso. Quizás si no fuera tan bueno le hubieran dejado marchar pero en esos momentos no había pensado en eso y solo se había dejado llevar por la intuición.

—Seguro que si mueres en batalla una linda valquiria te llevara al Valhalla de los primeros.

—No sé si me apetece morirme, sinceramente.

—Vamos hombre, no seas así, irías al paraíso.

No respondió, sabía lo que pensaban todos al respeto pero no podía compartirlo. Suspiró nuevamente y después hizo una sonrisa amable aunque tampoco era muy sincera. Quería llevarse bien con todos no le gustaban los malos rollos con nadie. Estos le sonrieron también y siguieron con la práctica. Al final como siempre pasaba acabó victorioso pero también cansado.

—¿Cómo creéis que sean las valquirias? —había preguntado Hamano que era el que estaba más animado con el tema.

—Seguro que tienen una hermosa cabellera rubia y larga, y unos ojos rojos y tiernos. Un rostro angelical y dulce. Unas hermosas piernas y una cintura de ensueño, con unas curvas exquisitas y una ropa algo erótica para contentar a la vista.

—Yo prefiero más una castaña de pelo corto y ojos azules, que sea inocente y alegre —respondió el hermano pequeño del peli-azul.

—Una mezcla de ambas, cabello castaño largo con una cola suelta y ojos rojos. Tímida y tranquila.

—Pues a mí me gustaría una chica de cabello azul y corto, pero que tuviera carácter, no me gustan las chicas que son inseguras y no tienen vida.

—Cierto, pero yo preferiría una chica de cabello castaño y corto con una mecha azul y ojos negros. Seguro que sería hermosa con su cara enfadada y sonrojada…

El mayor de todos no sabía que decir con esas conversaciones. Siempre que salía algún tema sobre las chicas que podrían gustarles le venía una tipo de chica que no creía posible que existiera, no entendía porque siempre le venía la misma imagen a la cabeza nunca había conocido a alguien como ella.

—Y tu Yuuichi… ¿Cómo te gustaría que fuera? —le preguntó uno de los chicos.

—Una chica de pelo naranja y corto, con el flequillo tapándole uno de sus lindos ojos de color azul y amarillo…

—Que rara imagen —comentó Hamano—. Pues yo… pienso que un cerdito de cabello castaño con moñitos y lentes sería linda, delgadita y muy tímida, que se sonrojase con facilidad y se pusiera nerviosa con solo mirarla, atenta y linda.

—¿Y tú hablas de gustos raros? —se burló Minamisawa de su amigo.

—No lo veo tan raro yo…

—Yo quiero una linda gatita de cabello canela y que le llegue hasta los hombros con un lindo flequillo y que se vuelva loco por las cosas tiernas, y que sea tsundere.

—Eres masoquista ¿verdad Gamma? —le preguntó Taiyo para molestarlo un poco.

Gamma se encogió de hombro, él no pensaba que tener esos gustos fuera ser masoquista, pero tampoco iba a pelear por una tonta provocación. Los otros rieron un poco y siguieron con su conversación sobre las chicas que les gustarían. Como querían que fueran y que esperaban encontrar una vez muertos si tenían la suerte de morir en batalla y no en la cama por vejez o enfermedad. No todos hablaban sobre lo que les gustaría, había algunos que simplemente escuchaban, tal vez imaginaban lo que les gustaría pero no lo compartían.

—Ja! Lo mejor es un cordero morado que sea sumiso y siempre te haga caso y este feliz de hacer lo que tú le pidas.

—Pero que dices idiota, es mejor que sea un leoncito morado y no un cordero. Que sea tímido y obediente pero que también tenga algo de carácter a veces.

—No seas iluso, si tiene carácter, te desafiará, es mejor que sea sumiso para poder hacer lo que quieras. Por eso es mejor un cordero que es herbívoro a un león que es carnívoro y encima el rey de la selva.

—Pues yo creo que un cordero debe ser muy soso, todo el día lloriqueando sin hacer nada más.

—A mi me gustaría un tejón matemático, de cabello lila y ojos grises —intervino Minaho de repente cortando la discusión.

—Ya no sé quien tiene peor gusto, creo que esta conversación se ha ido por las ramas. ¿Cómo empezamos con el tema de la zoofilia? Todo es culpa tuya Hamano, siempre dices cosas raras —exclamaba un Ichiban algo estresado por todo eso—. Vamos Alpha di como te gustaría que fuera tu chica ideal, seguro que serás más normal.

—Una conejita verde, muy animada que le guste hacer felices a los demás.

—¿Y tu Ichiban? —le preguntó Shindo.

—Bueno, una rubia de ojos azules no estaría mal… ¿Y tu Shindo? —preguntó para desviar sus pensamientos y dejar de pensar en una chica rubia con ojo azules y gafas de sol con poses y ropa erótica seduciéndole.

—A mi me gustaría una chica de pelo rosa con dos colitas y ojos turquesa.

Al final el alcohol hizo mella en ellos y se quedaron durmiendo entre extraños pensamientos de chicas con diferentes combinaciones. El único que no se durmió fue el mayor de todos los chicos que se quedó observándolos. Hamano tenía razón era una rara combinación con la que pensaba pero por algún motivo no podía evitar pensar en ella e imaginarla en sueños. A menudo se le aparecía, y tenía la impresión de que la vería pronto. Con estos pensamientos él también se durmió.

 

---------------------------

 

Y llegó el momento de la batalla. Estaban todos preparados para la batalla. No solo los guerreros también las Valquirias lo estaban, habían ido a ver cómo eran los guerreros de esta guerra. Había algunos que ya los conocían de otras batallas pero siempre había de nuevos. Entre estas valquirias estaba un lindo chico de cabello anaranjado con el flequillo que tapaba uno de sus ojos exóticos, de dos colores. Al llegar al campo de batalla lo primero que vio fue a un chico peli-azul con un peinado encantador que tenía una peca en su rostro que le pareció muy sexy. Se quedó embobado viéndole y olvidó todo lo demás, tanto la guerra como su misión. Pero la aparición de un castañito de ojos azules le quitó de su ensoñación.

—Vamos Furetsu, tenemos cosas que hacer —le dijo al chico que asintió y lo siguió aunque sin apartar los ojos del peli-azul durante mucho tiempo.

Empezó la batalla y también el ruido de gritos y de las espadas metálicas al chocar entre ellas. Todo iba bien según el peli-naranja, el chico sexy en el que se había fijado luchaba muy bien y no parecía tener problemas. Se giró un momento y se dio cuenta que no era el único que se había perdido en sus pensamientos y visiones. Todos sus amigos ukes estaban igual. Sí, había algo que nadie sabía y era que entre las valquirias no solo había mujeres sino que también había chicos lindos para las personas que fueran homosexuales. Obviamente no eran muchos y tampoco estaban muy solicitados pero como eran lindos y algunos de ellos también eran algo afeminados pues simplemente hacían sus tareas similares a los de los camareros.

—Chicos —les llamó haciendo que algunos de ellos salieran de su ensoñación.

—Creo que me he enamorado —dijo un chico peli-gris de ojos negros que observaba a un lindo peli-azul de ojos azules.

—¿Miyabino? —preguntó el peli-naranja algo sonrojado por esa exclamación.

—¿Te puedes imaginar una historia de amor prohibida entre un guerrero y una de las valquirias que se hace realidad gracias a la fuerza del amor entre ambos? —dijo el peli-gris con ojos en corazón y un fondo difuminado que apareció a su alrededor.

—Creo que sí, ese capitán no está nada mal, es la primera vez que lo veo… pero no será la última —dijo con una sonrisa zorruna.

—Creo que no debemos enamorarnos de las personas que debemos llevar al Valhalla para que entrenen para la lucha final —intentó racionalizar un moreno con unos mechones tricolores.

—Alguien que dice algo lógico —dijo Kurama mientras miraba a Shuu— que bueno, que al menos Shuu tiene algo de sentido común.

—Mucho hablar pero no paras de mirar hacia un peli-lila —le dijo Hayato para molestarlo.

—Y tú al peli-blanco de la banda.

—No lo miro como si me gustara.

—No, lo miras como si fuera un perro al que educar, no sé que es peor, y yo tampoco lo miro como si fuera a gustarme, parece narcisista y creído.

—Sí, claro, pero te pareció guapo no digas que no.

—Esto chicos… no creo que debamos hacer una guerra nosotros también —intentó poner paz el bueno de Shuu.

—Cierto debemos de mirar quien morirá para… Aaah —gritó Furetsu al ver que Yuuichi había sido herido cuando luchaba contra 4 contrarios.

Hasta el momento los había contenido bien pero eran demasiados contra él y en un pequeño descuido le habían hecho una herida de gravedad. Furetsu se acercó y vio que no iba a recuperarse. Efectivamente Yuuichi murió poco después de esa batalla aunque siguió peleando hasta que perdió el conocimiento. Entonces Furetsu se encargó de su alma y se la llevó al Valhalla, yendo solo ellos dos. Estaba nervioso y ansioso, había cometido algunas imprudencias a ser sinceros, sobre todo al acercarse de ese modo en medio de la batalla, pero le había afectado ver como herían al chico de cabello azul.

—Hola —le saludó el espíritu de Yuuichi al chico peli-naranja.

—Hola Tsurugi Yuuichi —le dijo el otro pareciendo tranquilo o eso intentaba—. Sea bienvenido al Valhalla, pronto llegaremos.

—¿Cómo te llamas?

—Furetsu.

—¿Eres una valquiria?

—En cierto modo, lo soy pero soy un chico.

—¿Un chico? —preguntó viendo esa silueta esbelta y esa ropa— eres muy lindo para ser un chico —añadió con una sonrisa acercándose al más bajo para poder quedar a su lado y ver su rostro— igual que en mi sueño… —musitó sorprendido.

—¿Sueño? —preguntó nervioso por la cercanía.

—A menudo salías en mis sueños, aunque ahora que estoy muerto será diferente supongo. Podré verte cada día.

—Y… ¿Y qué c-con eso? —preguntó sonrojado empezando a tartamudear.

—Estoy feliz por ello, quizás es cierto que la muerte no es tan mala.

—N-no seas to-tonto —recriminó, para él había sido doloroso verlo morir y era la primera vez que le pasaba eso.

El peli-azul lo miró con una sonrisa amable y tierna que derritió al menor y le hizo desviar la mirada aún más sonrojado. Eso hizo que el más alto sonriera más, las reacciones del chico eran adorables. Ahora estaba seguro de que la muerte en batalla te llevaba al paraíso como le habían dicho. Se alegraba de no haberse quedado en el campo como había deseado hasta hacia muy poco rato. Al parecer el amor te hacía cambiar de opinión respeto a la vida y lo que te importa.

 

--------------------------------

 

Hacía ya un tiempo que se había muerto y había ido a parar al mundo de los muertos en batalla, que no era nada más que un grandioso palacio de muchas puertas enormes. Los muertos, o mejor dicho, los Einherjar, luchaban en cuanto se habían puesto la armadura matándose los unos a los otros, pero a la hora del banquete todos volvían a la vida y se pasaban el rato comiendo carne de jabalí y bebiendo hidromiel servidos por las valquirias. Yuuichi solía acaparar la atención de Furetsu durante los banquetes. Nadie le daba mucha importancia, todo el mundo prefería a las chicas de grande belleza a los chicos que tenían apariencia de niños realmente.

—Vamos Furetsu, ¿Por qué estás tan nervioso? —le preguntó Yuuichi al pobre chico que estaba a punto de sufrir un ataque de nervios por la cercanía.

La escena era bastante tierna a decir verdad, Yuuichi había hecho que Furetsu se sentara en su regazo y lo estaba abrazando por la cintura con uno de sus brazos mientras con la otra mano le acariciaba la cabeza. Furetsu se encontraba en esas fuertes piernas, apoyando su cabeza en el pecho del chico mientras este le mimaba. Se sentía como un niño pero a la vez amaba que Yuuichi fuera tan tierno y dulce con él. Le ponía muy nervioso pero era por la falta de costumbre, a pesar de todo le costaba acostumbrarse a esos mimos.

—N-no e-estoy… e-esto… nervioso… —dijo tartamudeando de un modo que nadie le hubiera creído.

—Sabes que no es cierto —le respondió Yuuichi mirándolo de reojo— ¿te molesta que te mime?

—Ah… —soltó sorprendido antes de negar con la cabeza— N-no… me gu-gusta…

—Me alegro —contestó el otro dándole un beso en la cabeza que hizo que un poco más y saliera humo de las orejas de Furetsu por la vergüenza.

 

-----------------------------

 

En otra ocasión un tiempo más tarde cuando ya había acabado el banquete y todos dormían como troncos para pasar la borrachera Yuuichi y Furetsu aún seguían hablando. El peli-azul no era muy dado a la bebida y aunque bebía durante la comida nunca bebía lo suficiente para acabar como sus compañeros de pelea. Eso en parte era bueno porque podía aprovechar más el tiempo para estar con su peli-naranja. Cada día le preguntaba cómo le había ido la batalla, y hablaban un poco sobre eso, no había mucho más de lo que hablar teniendo en cuenta que solo hacía eso. Furetsu tenía una duda respeto al peli-azul, él sabía que a este no le gustaba luchar pero en cambio no parecía molesto por tener que luchar por toda la eternidad en el Valhalla y eso le tenía un poco intrigado.

—Yuuichi —le llamó— esto… a ti… no te gusta lu-luchar ¿verdad?

Ahora cuando hablaba ya no tartamudeaba tanto, se había acostumbrado al menos un poco a estar en las piernas del otro chico, y también a la cercanía y a sus mimos. Yuuichi lo miró algo sorprendido por la pregunta pero como siempre respondió amablemente. No podría ser de otro modo con ese tierno chico, aunque tampoco entraba en su naturaleza. Podía enfadarse y según su hermano daba miedo cuando lo hacía pero no por eso solía hacerlo. Tenía mucha paciencia y dudaba que esa ternura que era el peli-naranja pudiera hacerlo enfadar.

—No me gusta ¿Por qué?

—Es que… a pesar de… eso, no parecer… hmm… triste… me preguntaba porque… —dijo aunque vio que eso sonaba mal y se apresuró a añadir— n-no es qu-que quiera q-que es-estés triste… y-yo… esto… —su sonrojo aumentó a medida que hablaba consiguiendo que el más algo sonriera enternecido por ello.

—No estoy triste porque gracias a eso puedo estar contigo cada día —dijo acariciando su mejilla— des de que te veía en sueños que no he podido pensar en nadie más, y poder estar contigo es la mejor razón por la que puedo quedarme en este lugar y ser el más feliz de todos los Einherjar.

Furetsu no pudo evitar quedarse sin habla al escuchar las palabras del peli-azul. No esperaba una respuesta como esa, y menos con esa sinceridad y esa voz tan amable y que a él le parecía tan sensual. Se había sonrojado como nunca, hasta sus orejas estaban de un color rojo como el pelo de Hiroto. No sabía cómo reaccionar, que decir o que hacer. Tampoco sabía cómo lo podría haber hecho porque se había quedado sin habla pero también se había quedado paralizado, su mente intentaba poner en orden tantas emociones por unas simples palabras.

—Furetsu, yo te amo —dijo Yuuichi con toda la sinceridad y simpleza de la que era capaz debido a los nervios que él mismo sentía.

Esas palabras sacaron al menor de su estado de trance momentánea y se quedó unos momentos mirando los ojos de su seme antes de asentir con la cabeza y buscar las palabras para poder responder, quería hacerlo bien, sin tartamudear como un tonto. Cuando creyó que ya tenía las palabras en la mente y que ya podría decirlo sin tartamudear mucho abrió la boca para responder.

—Yo… también te amo —respondió hablando algo rápido para no tartamudear y por los nervios.

Yuuichi sonrió por lo tierno que se veía su valquiria y se acercó a esta para darle un beso en los labios. Fue corto y tierno pero también fue dulce. Al separarse ambos se encontraban un poco sonrojados, Yuuichi llevaba mucho tiempo deseando ese beso y tenía su corazón acelerado por poder cumplir al fin su deseo. Por otra parte Furetsu no podía estar más avergonzado porque no se podía, pero también se sentía la valquiria más feliz de todas en ese momento. Sabía que no le molestaría que Yuuichi lo besara de nuevo y como si este le hubiera leído la mente lo hizo. Ambos estaban perdidos en su mundo de besos donde solo cabían ellos dos mientras lejos de allí alguien los observaba.

—Debía ser yo la valquiria que protagonizara la escena junto a Yukimura Hyouga —decía un peli-gris algo lloroso.

—Quizás cuando se muera tengas la oportunidad.

FIN

Notas finales:

Y hasta aquí la extraña historia de amor entre una valquiria uke y un guerrero vikingo. Creo que fue extraña y que tiene pocas escenas de YuuichixFuretsu pero bueno, espero que de todos modos os guste, he intentado ponerle un poco de humor en algunas escenas así que sería bueno que rierais y comentarais.

Hasta pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).