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Mi dulce ángel por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

Hola, ¿cómo están? Sé que me quieren matar porque mi última actualización fue hace varios meses, pero tengo la excusa perfecta.

Tuve mis XV años, y tuve mucho estrés con los preparativos, estaba muy limitado mi tiempo a la organización del evento y a hacer la tarea.

Además, como estoy en tercer año de secundaria, necesitaba estudiar para el examen de admisión a la preparatoria, y de eso me encargué los meses restantes (abril, mayo, junio).

Merezco tomatazos, creo que hasta merezco que me avienten toda la verdulería, chanclas y los zapatos que cuelgan en los cables de los postes de la luz, hasta la palita de cocinar de las mamás, pero era necesaria esta gran pausa.

Sin más, aquí está el tan ¿ansiado? Capítulo.

¿A quién engaño? Nadie sigue esta historia D:

 

(Segunda edición 17/01/2019)

3

Mucho gusto, soy Gotenks, ¿y tú?

 

 

Gotenks se levantó, fue al baño a lavarse la cara y se quedó despierto el resto de la noche. Su mirada se centró en un punto fijo del techo una vez que se recostó de nuevo, su mente buscaba una respuesta lógica a lo que hace unos momentos había pasado, pero nada, no encontraba nada que fuera útil.

     Sin más, lo único que le quedaba era descansar, olvidarse del asunto y seguir adelante aunque existan inconvenientes de ese tipo.

 

***

 

Los días pasaban, y todas las noches eran un martirio para Goku, quien no podía olvidar a Vegeta. ¿Cómo es posible que alguien, con quien sólo pasó unos días y con quien no compartió muchos momentos a su lado, se haya vuelto una parte importante en su vida? ¿Cómo es posible que, cuando las cosas parecían ir mejorando, el destino irrumpe en su tranquilidad y crea situaciones inhóspitas para ambos? ¿Cómo es posible que la vida le haya arrebatado de un segundo a otro a la persona que más amaba?

     Siempre se preguntaba eso, pero jamás encontraba una respuesta...

     Ahora… ahora tenía que aguardar. Presentía que aquel muchacho de cabello bicolor era Vegeta, pero no podía explicarlo, simplemente lo sentía en una parte de su corazón.

     Y su padre… él estaba molesto, mucho. Entendía que su hijo menor se pusiera así por lo que le pasó a su amor, pero ¿suicidarse? Casi le daba un infarto cuando se enteró por medio de Raditz lo que su hijo intentó hacer en el puente Wiss. Aunque, mezclado con el enojo, también había preocupación, tristeza, decepción, angustia… Lo amaba, lo amaba tanto; cada cosa que el menor se hacía a sí mismo, cada corte, cada herida, cada noche que se la pasaba en vela por llorar, cada cosa que hacía era como si se las estuviera haciendo a él mismo. Como su padre, cada daño a su pequeño era como una ráfaga de espinas clavadas en su pecho, espinas venenosas que se clavan más y más en su interior buscando causar dolor y más dolor, un dolor insoportable como el que se siente cuando un fuerte peso cae sobre tu cuerpo y rompe cada uno de tus huesos hasta pulverizarlos por completo o simplemente hasta que queden inútiles o inservibles…

     La decisión estaba ya tomada: Goku iría a la Esfera del Dragón, ese internado del cual le había mencionado Raditz. Ya había estudiado lo suficiente para el examen de admisión y tenía la certeza de que lo aprobaría, incluso sabiendo que entraría de todos modos. Y el malentendido se había aclarado: Fasha era amiga de su padre, pero la directora del internado era su hermana, y por ello ella pudo influenciar para que él entrara de cualquier manera. Si lo pensaba bien, su padre no les había explicado bien la situación, y eso demostraba el por qué su hermano le había dicho otras cosas distintas.

     Sharotto, la directora del internado, ya había llamado a la casa diciendo que estaba ya registrado su nombre en el sistema, sólo faltaba que fuera a presentar el examen y ya. No había hablado con ella, pero sí con su hermana, quien le contó que ella estaba a cargo de un orfanatorio, y también un muchacho de ahí se estuvo preparando mucho y estudiando arduamente porque también quería estudiar ahí; sin embargo, cuando preguntó el nombre del muchacho, ella sólo se quedó callada por unos segundos y luego dijo “No te puedo decir su nombre, porque ni siquiera nosotros estamos seguros de cómo se llama”, lo cual le pareció muy extraño.

     En estos momentos se encontraba recostado sobre su cama, abrazando la almohada que antes pertenecía a Vegeta, aspirando su aroma tan embriagador que aún conservaba. Por fin pudo quedarse dormido, tenía que estar muy bien descansado para la prueba de mañana.

 

***

 

Gotenks se encontraba en su habitación, las luces estaban encendidas pero la puerta cerrada, sin embargo la poca iluminación  se veía en el pequeño espacio que quedaba entre la puerta y el suelo. Él estaba sentado en su cama, con un libro en las manos, repasando para el día de mañana.

     —La fórmula general es equis es igual a menos b, más menos la raíz cuadrada de b cuadrada menos cuatro ac entre dos a…—murmuraba en un intento de memorizar dicha fórmula.

     Mientras seguía repasando, la puerta se abrió causándole un pequeño sobresalto, pero al ver quién era se tranquilizó.

     —Gotenks, ¿qué haces despierto?—le preguntaba la mujer peliazul.

     —Estoy estudiando para el examen de mañana—respondió.

     —¿Te falta mucho?—preguntó un poco preocupada por la hora que era, ya que el reloj marcaba las 2:37 a.m. y el examen sería a las ocho en punto.

     —No, de hecho acabo de terminar—dijo y le sonrió.

     —Realmente quieres entrar ahí, ¿verdad?—exclamó al ver que había mostrado gran entusiasmo y empeño para ese día.

     —Sí. Escuché que tienen distintos equipos deportivos, clubes y diferentes actividades extracurriculares…—dijo emocionado—. ¿Me podrán llevar, verdad?—preguntó dubitativo.

     —Sí, no te preocupes, ahora descansa. Tendré que venir a despertarte a las cinco para que puedas alistarte, sólo dormirás dos horas...

     —Sí, está bien. De todos modos, sólo será una ocasión. Estaré bien…—le dijo y se acostó, se acomodó y colocó el libro bajo la almohada. Ella se acercó y lo cobijó bien,  le besó la frente y apagó la luz. Salió de la pequeña habitación, no sin antes dirigirle una última sonrisa al menor.

 

***

 

Todos los alumnos estaban ya en las respectivas aulas, sólo esperaban a que el maestro llegara y les entregara la prueba. Gotenks ya estaba ahí, sentado, algo nervioso; sin embargo, mientras miraba hacia la ventana, pudo ver a alguien con una cabellera inconfundible.

     —Es… ese muchacho que intentó arrojarse del puente…—pensó.

     Sólo vio su cabello, y sus ojos, además de que lo vio de perfil. Pero no pudo evitar sonrojarse al recordar la plática que había tenido con sus amigos y el hecho de que le haya parecido apuesto.

     —No... no debo distraerme… al menos no por ahora…—pensó. El maestro entró con varios cuadernillos en las manos, a lo que todos se acomodaron bien en sus asientos.

     Entregó uno a cada quien y una hoja de respuestas en la que debían llenar los alveolos, dando inicio a ese examen.

 

***

 

Bulma estaba sentada en una de las bancas que había cerca de la entrada del internado, leyendo un libro. Llevaba ya varias horas esperando a que Gotenks saliera. Al levantar la mirada pudo verlo acercarse, tenía una expresión neutra, lo cual tomó como una mala señal.

     —¿Cómo te fue?—preguntó cuando llegó a su lado. Él sonrió.

     —Bien, me sabía casi todo—dijo emocionado.

     —¿Sabes qué? En casa te tenemos una sorpresa. ¿Nos vamos ya?—preguntó sonriéndole.

     El menor, antes de responder, se volteó hacia la multitud de jóvenes que salían del interior, pero ninguno tenía ese cabello que creyó haber visto.

     —¿Acaso fue mi imaginación?—se preguntó mentalmente. Se volteó con un poco de resignación hacia Bulma y dijo—: Sí, vamos a casa.

    

*~* *~* *~*

 

Ya ha pasado mucho desde aquello. De hecho, ya eran vacaciones de verano. Gotenks ya había hecho su registro y presentado su examen de admisión a la preparatoria, todo en caso de no haber entrado a La Esfera del Dragón. Los resultados de su examen aún no se los daban, tenía que esperar unos días más, lo cual lo ponía sumamente nervioso.

     Sus constantes pesadillas también lo hacían quedarse durante el día pensando en qué había vivido antes como para soñar cosas de ese tipo. Lo peor era que nunca encontraba una respuesta aunque lo pensara mucho.

     También empezó a practicar deportes, su favorito era el futbol soccer, y también le gustaba el baloncesto. Aunque no había muchos  de su edad con quien jugar, entre ellos se las arreglaban para formar un equipo y convencer a las encargadas del orfanato para que los dejaran ir al parque y retar a otros equipos; ganaban la mayoría de las veces, pero los malos perdedores casi siempre terminaban burlándose del hecho de que no tenían familia. Esa era una de las razones por las cuales Gotenks pensaba seriamente en practicar también boxeo o artes marciales, sólo por si su paciencia se agotaba, ya que los comentarios eran cada vez más crueles.

 

Por otra parte, Goku había terminado ya la secundaria. El año fue muy largo, más al tener que haber visto muchas parejas abrazadas al salir de la escuela el día de su graduación. Cómo le hubiera gustado haber salido así con Vegeta; haberlo cargado, abrazarlo, besarlo, salir a pasear o a festejar yendo a un restaurante a comer… Pero no estaba ya… se había ido… Y a ese muchacho que conoció en el puente Wiss ya no lo había visto de nuevo, lo que provocaba que sus esperanzas disminuyeran drásticamente.

 

*

     Las vacaciones estaban pasando muy rápido, pero cierto día ocurrió algo distinto y bueno para el de cabello bicolor.

     —¡¡¡Gotenks!!! ¡¡¡Gotenks!!!—gritaba Bulma en el patio, intentando localizar al menor. Lo vio lejos, junto con otros jóvenes, por lo que se acercó corriendo a la vez que gritaba—. ¡¡¡GOTENKS!!!—esta vez su voz fue audible para el joven, quien corrió hacia donde estaba ella al verla tan agitada.

     —¿Qué sucede? ¿Qué pasa?—preguntó al tenerla en frente.

     —Gotenks, tienes que ir inmediatamente con Fasha. Es sobre la escuela en la que quieres estar…—le dijo entre jadeos por haber corrido y gritado tanto.

     El menor no lo pensó dos veces y corrió hacia donde estaba la mujer. Ahí estaba, en su oficina, sentada frente a otra mujer de cabellos azabaches pero largos, ambas sostenían una plática. Se acercó a ellas y saludó.

     —¿Me llamó, señorita Fasha?—preguntó intentando ocultar lo cansado que se encontraba por el largo recorrido.

     —Sí, Gotenks, quiero presentarte a alguien. Siéntate—dijo y el menor acató la orden, pero antes saludó a la otra mujer.

     —Buenos días—dijo y se sentó en la otra silla que estaba frente al escritorio.

     —Es un muchachito muy educado—dijo la de cabello largo.

     —Lo es… Gotenks, quiero presentarte a mi hermana. Su nombre es Sharotto.

     —Mucho gusto, señorita Sharotto—dijo y estrecharon sus manos.

     —El gusto es mío—le dijo con una sonrisa.

     —Gotenks. Ella es la directora de La Esfera del Dragón. Estuve hablando con ella, quería convencerla de que te dejara entrar ya que estuviste muy emocionado y…

     —Espere… Yo no quisiera entrar ahí porque me ayudó, señorita Fasha. Yo quisiera entrar por mi propio esfuerzo, por eso me estuve preparando mucho—dijo interrumpiéndola, pero con gran respeto.

     —De todos modos—dijo Sharotto—no podría hacer eso. Mi hermana ya me contó sobre tu situación y no podría dejarte entrar así, como si nada, ya que no tienen ninguna papelería tuya—le explicó. El menor creyó que le intentó decir que no podía estudiar ahí por esas razones, así que bajó la cabeza con un poco de tristeza; ella, al entender ese gesto, prosiguió—. Pero como sacaste la décima calificación más alta tienes el derecho de estudiar en mi escuela, además de que te voy a dar una beca para lo que necesites—le dijo con una sonrisa.

     —¿E-entré?—dijo el menor con una sonrisa, lleno de emoción.

     —Sí. Yo me las arreglaré por tu falta de papeleo, pero te quiero dentro. Serías un gran elemento—le dijo—. Quiero entregarte algo—sacó de su bolsa varias hojas grapadas y se las entregó—, tienen información sobre la escuela, bases, reglas… Además, creo que pueden aclarar todas las dudas que puedas tener.

     —Gracias—dijo sonriendo.

     La conversación siguió, hasta que Sharotto tuvo que irse. Y fue ahí cuando pudo festejar por su logro, aparte de que sus compañeros y Bulma y Fasha lo felicitaron. Cenaron todos y comieron un pequeño postre que la cocinera preparó por esa pequeñita situación especial.

     Mientras degustaba el helado que tenía el postre, el menor no pudo evitar sonreír al ver a quienes lo rodeaban. Era… su familia… ¿Qué importaba que no llevaran su sangre? Ellos le demostraron su apoyo siempre, su cariño, su amor… Todo eso que no hace cualquiera.

     Sonrió agradecido y continuó comiendo.

 

***

 

El día llegó, faltaba una semana para que las clases iniciaran, pero los jóvenes ya podían ir al internado para conocerlo y acostumbrarse a su estancia ahí. Gotenks se despidió de todos y cada uno de sus amigos, compañeros, encargados… en resumen, de todos. Bulma se ofreció a llevarlo y se fueron ese día en la misma camioneta de color blanco. Ya llevaba su maleta con su ropa y unas cuantas pertenencias personales, sólo tenía que buscar la habitación que le habían asignado. Antes de entrar, la mujer lo abrazó.

     —Te extrañaré mucho, Gotenks—dijo la peliazul mientras rodaban unas lágrimas por sus mejillas.

     —No llore, por favor—le pidió al verla en ese estado.

     —Lo siento, es que así me pasa siempre que alguien tiene que irse por un tiempo, o cuando adoptan a uno de ustedes. Nunca se lo dije a nadie más que a Fasha, pero debes saber que yo no puedo tener hijos. Cuando era niña pasaron muchas cosas y perdí la capacidad. Es por eso que los veo como mis hijos a todos ustedes y los quiero como tal…—dijo y el menor la abrazó un poco más fuerte al escuchar eso.

     —Bulma… Perdón, señorita Bulma, créame que todos la vemos como una madre al igual que a la señorita Fasha…—le contó.

     Permanecieron así por unos segundos más, hasta que se separaron.

     —Cuídate mucho—le dijo y le revolvió la cabellera—. Ya veré cómo te traigo un poco de tinte de contrabando…—dijo y el menor se rio.

     —Usted es quien más se emociona a la hora de teñirme. De hecho, creo que usted es a la única que le gusta…

     —No, de hecho no. Te queda bien el color, es algo original y lindo…

     —Como sea, estoy seguro de que encontrará la manera…—dijo todavía riendo—. Tengo que entrar ya, nos vemos en Navidad—dijo sonriendo.

     Se despidió de un abrazo rápido y entró. En cada una de las paredes del interior del internado estaban pegadas las listas con los nombres de los alumnos y con la habitación a la cual estaban asignados, Gotenks se acercó a una lista, pero no alcanzaba a ver muy bien debido a que enfrente había una larga fila de jóvenes amontonados alrededor de ésta. De hecho, aunque hubiera varias listas había muchos que se peleaban por ver primero.

     Cuando por fin pudo acercarse, pudo observar que le tocó en la habitación 114, estaba en el piso 3 del edificio B. Al llegar ahí colocó sus cosas sobre la cama de la derecha. Era un cuarto lo suficientemente grande para dos personas, ya que se pudo percatar al ver la cama de la izquierda que tendría que compartirlo. Había una puerta en la pared de la izquierda, al abrirla pudo ver que había un baño con regadera y tina. Supuso que la escuela ganaba bien como para poderle brindar lujitos de ese tipo a los estudiantes.

     Regresó a la habitación y pudo ver que la base de la cama tenía cajones para guardar la ropa, lo cual le agrado, ya que así no tendría que abrir y cerrar su maleta todos los días.

     Se acercó a la cama, subió la maleta y la abrió, dispuesto a comenzar a guardar sus pertenencias. Sin embargo, la puerta se abrió, dejando ver a quien sería su nuevo compañero de habitación…

 

***

 

Goku estaba harto. Su padre no sólo lo había obligado a ir a un internado al cual no quería ir, sino que también, la noche anterior, lo había llevado con un psicólogo. ¿Acaso no podían ver que lo que se hacía era para regresar con Vegeta? Ahora se encontraba en el auto, en el asiento del copiloto, viendo hacia la ventana con los brazos cruzados. Al llegar, se bajó y bajó también su maleta, dispuesto a correr y alejarse antes de que su padre le diera un sermón sobre que lo que hacía era malo, que existían otras maneras de sentirse mejor, que aunque no conocía a Vegeta estaba seguro de que él no querría eso… bla… bla… bla…

     Pero al dar el primer paso hacia el interior, su padre lo sujetó del brazo. Y en lugar de escuchar un montón de palabras sólo escuchó el latir del corazón de su padre: él lo había abrazado y había apoyado su cabeza en su pecho.

     —Kakarotto… te amo, hijo. Sabes que lo que hago es por tu bien, ¿verdad? Te quiero mucho, cuídate—le dijo y se separó. El menor se acercó a él y le dio un rápido beso en la mejilla a su padre, cosa que no hacía desde los cinco años, y entró rápidamente a la escuela, ignorando por completo que su padre sonrió ante esa acción.

     Se acercó hacia una de las listas y vio a qué habitación debía ir, por lo que comenzó a caminar hacia allá. Estando por los pasillos pudo relajarse un poco, ya que esas palabras realmente le ayudaron. Sonrió un poco y creyó que quizás Vegeta podría esperarlo un poco… aunque también ese muchacho del puente podía topárselo en un fututo.

     Llegó, y una vez frente a la puerta, giró la perilla. Se llevó una gran sorpresa al ver que su compañero ya había llegado y ya se estaba acomodando. Su apariencia le era familiar, tanto, era quien robó gran parte de sus pensamientos.

     El chico de cabello bicolor se acercó a él, y le dio un abrazo, lo cual lo dejó más sorprendido.

     —Me alegra que estés bien—le dijo. Se separó y le sonrió—. Sé que quizás no sea gran cosa y que puede que no te interese puesto que soy un completo extraño, pero me siento orgulloso de ti—agregó.

     —¿C-cómo te llamas?—preguntó deseando que dijera “Soy yo, Vegeta. Sólo me teñí el cabello. Te extrañé mucho, te amo…”.

     —Ah, perdón por mi descortesía. Mucho gusto, soy Gotenks… ¿y tú?—saludó.

     —Goku…—susurró con un poco de tristeza.

     Para aclarar todas sus dudas, le acarició la mejilla con sus nudillos, causándole un rubor al de cabello bicolor. Pero eso respondía a todas las preguntas en la mente de Goku. Seguía estando seguro de que era Vegeta porque 1-Su piel es tan suave como la de Vegeta. 2- Su rostro es como el de Vegeta. 3-Su voz era la misma…

     La lista era larguísima, pero estaba seguro de que ese muchacho era aquel azabache que una vez amó.

     —Por favor, no hagas eso. Haces que me sonroje—pidió apenado el de más baja estatura.

     —De acuerdo…—dijo. Vio hacia la maleta que estaba sobre la cama.

     —Ah, disculpa. Tomé esa cama pero si tú la quieres me puedo cambiar a la de la izquierda…

     —No… está bien—dijo y se acomodó en la otra cama, dispuesto a guardar sus pertenencias.

     —Sé que eres tú, Vegeta…—pensó con una pequeña sonrisita en su rostro. Pero de pronto algo pasó por su mente—. ¿Cómo podré controlarme para no besarlo ni abrazarlo como quiero hacerlo? No podré resistir mucho tiempo—se asomó por encima de su hombro y lo vio de espaldas, guardando sus pertenencias en los cajones de la base de la cama—. Realmente extraño sus besos… Te sigo amando igual o más, Vegeta...

 

Notas finales:

Kyaaa… yo quería esperar como dos o tres capítulos más antes de que se volvieran a reunir, pero se me hizo que ya los dejé esperando varios meses…

Y el malentendido se había aclarado: Fasha era amiga de su padre, pero la directora del internado era su hermana, y por ello ella pudo influenciar para que… […] …eso demostraba el por qué su hermano le había dicho otras cosas distintas”

 

Disculpen si parece muy apresurado, realmente quería juntarlos ya y no tuve tiempo suficiente para escribir algo tan largo. Además de que tenía pensado actualizar el 25 pero se me olvidó que tenía que ir a una XV… ¡de dama de honor!... y me acordé apenas el lunes de esa semana y ahí voy a conseguirme un vestido rosa… y no lo encuentro… y me tengo que vestir de color negro como mi alma… ok, no…

Bueno, espero que les haya gustado o que por lo menos sea decente…

~~~Insectos ~~~

 

P.D. Nos vemos luego ;)

 

Pregunta: Les gusta más la fantasía o la acción... es para algo con respecto a este fic.


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