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Mi dulce ángel por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

Bueno, ya saben qué va aquí: mis excusas de por qué no actualicé pronto. Como son las mismas de siempre, no las pondré :'v

Aclaraciones:
-Goten tendrá el peinado de dbgt, porque su peinado de adolescente rebelde (XD) no me gustó mucho para este fic, además de que no podía llevar el de niño porque el punto es que no se parezca tanto a Goku.(ya verán por qué).
-Este capítulo parecerá reporte de investigación porque tiene muchos datos científicos, pero es para que se entienda por qué está pasando uno de nuestros personajes principales.
-Es algo duro al final, no me hago responsable por traumas XD

 

(Segunda edición 18/01/2019)

8

Distancia.

 

 

—Yo... tal vez... no lo resistiría—confesó luego de unos minutos de silencio—. Al menos no solo...—agregó.

     —Entonces... quiero que sepas que tendrás mi apoyo incondicional—el mayor lo abrazó un poco más fuerte.

     —Gracias—limpió todos los residuos de lágrimas que le quedaban y sonrió. Olfateó un par de veces al notar un peculiar aroma—. Huele... a comida...

     —Ah, sí... "La cerecita" según tú, tenía una fiesta, y pues... me dio pizza con tal de que no los delatara—explicó—. Son dos rebanadas, una para ti y la otra para mí—le dedicó una sonrisa.

     —Gracias, pero... no tengo hambre—rio—. No suelo comer a las dos de la mañana.

     —Yo tampoco—tomó aire—. Gotenks, ¿volverás a dormir?

     —Mmm... Creo que lo mejor es que me quede despierto—abrazó sus rodillas—. No quiero volver a tener otro ataque de pesadillas, al menos no por esta noche...

     —De acuerdo, entonces me quedaré despierto contigo para hacerte compañía—se levantó para ir por la soda y la pizza, buscó dentro de los cajones de la mesita de noche una bolsa con vasos desechables y tomó dos, para vertir el contenido de la lata en ambos. Le extendió uno y él sonrió.

     —Gracias... Me sorprende que tengas estas cosas—el castaño volvió a sentarse a su lado, mordiendo la rebanada.

     —Son buenos haciendo fiestas, pero no limpiando... Sobraron muchos vasos y platos desechables dentro de la bolsa, además servilletas y varios caramelos y chocolates. No se dieron cuenta, así que los guardé.

     —¿Limpiaste tú solo?

     —Ellos no lo iban a hacer, mi compañero tenía práctica el día siguiente, aproveché su ausencia y lo hice. Volvió a media noche cuando ya dormía—vio al techo—. Y al día siguiente me estuvo cuestionando el por qué no lo esperé para que me ayudara.

     —Vaya...—sonrió de medio lado—. Ahora lo entiendo todo—soltó una risa algo baja.

     —¿Entender qué?—algo confundido, preguntó.

     —Quería ayudarte a limpiar, durante la fiesta insistió en que te quedaras pero al pedirle espacio accedió, y ahora te da comida...—miró al castaño—. No me hagas mucho caso, pero cualquiera supondría que quiere algo contigo.

     —¿Eh? Te equivocas—respondió tranquilamente—. Es imposible eso, además... Un bravucón como él no es de mi tipo.

     —Nunca se sabe...

 

***

 

Goku terminó de ducharse y se vistió. Vendó sus muñecas y se dispuso a peinarse un poco. Practicó varias veces su sonrisa y voz alegre falsas y se sentó en la orilla de su cama para anudar las agujetas de sus tenis.

     La puerta fue abierta y vio a su compañero de habitación entrando con un plato desechable en mano y su mochila colgada en los hombros. Bajó de nuevo la mirada para atar correctamente sus agujetas.

     —¿Estás bien?—preguntó el menor acercándose a él.

     —Sí... ¿Cómo te fue esta noche? ¿Todo bien?—lo vio a los ojos y le mostró una media sonrisa.

     Una media sonrisa falsa, como esas que había practicado desde que se despertó.

     —No tanto... te extrañé...—le entregó la rebanada de pizza—. No es lo más saludable del mundo, pero puedes desayunarla.

     —No, gracias. Comeré fuera—desvió la mirada.

     —¿Con quién?—inevitablemente el de cabellera bicolor preguntó resentido.

     —Con... mi primo... Él también asiste a este lugar—respondió en voz baja.

     —Ajá—no quería creer esas palabras. Volteó a ver a otro lado—. Primero tus "desahogos" y ahora tu lejanía. ¿Qué vendrá después?, ¿un intento de suicidio?—volteó a verlo—. ¿Qué diablos te pasa? ¿Acaso te hice algo malo, o por qué no quieres estar conmigo? Dime, ¿acaso fue por lo de la cafetería?—empezó a cuestionar.

     —Basta—pidió en voz baja.

     —No, no me detendré—se puso de pie y se colocó delante de él—. Dime, ¿qué demonios te pasa? Acaso... ¿te hartaste de mí? Porque si es así prefiero que lo digas a que me trates con tu maldita indiferencia—exclamó casi gritando, sin percatarse de que el Son empezaba a empuñar sus manos con cada vez más fuerza—. Y esos besos... ¿sólo fui un juego para ti? ¿Acaso sólo fui el idiota con quien liberabas tus ganas ya que tu noviecito se fue?

     —¡Ya cállate!—levantó la mirada, mostrando su rostro lleno de lágrimas—. ¡Tú no entiendes! ¿Quieres la verdad? Me siento fatal, y lo que menos quiero es acarrearte en mis problemas, pero tú ni siquiera eres capaz de verlo. "Soy Gotenks, y perdí la memoria". ¿Acaso no sabes que hay cosas peores que la amnesia? Si no te habías dado cuenta, tú por lo menos eres feliz—bajó la vista—. No sé si llegue a dormir, no me esperes—se puso de pie y salió de la habitación.

     Impactado.

     Esa palabra definía perfectamente el estado actual del de cabellera bicolor. Su vista se empezó a nublar, su pulso a acelerar, y su respiración comenzaba a agitarse.

     Hundió su rostro en la almohada y empezó a llorar.

 

***

 

Goku suspiró vacíamente. No se arrepentía de lo que había hecho, al contrario, dijo lo que pensaba. Aunque le doliera, sabía que debía alejarse de Gotenks (o Vegeta, como él quería pensarlo).

     Él, contrario a sí, era capaz de formar nuevas amistades, incluso de conseguir pretendientes. Era consciente de que existía la posibilidad de que alguien más se enamorara de él. Sin embargo, lo que acabaría por matarlo lentamente de dolor sería que se comenzara a alejar, ser remplazado por alguien más que llegara a sus vidas.

     —Me alejaré por el bien de ambos... Tú ya no me necesitas, Vegeta, así que ya no te estorbaré. Si tú así lo aceptas, así será...—pensó.

     Bajó de la barandilla de la azotea y se adentró al edificio. Suspiró hondo nuevamente y caminó con las manos en los bolsillos y su mirada perdida en el piso, chocando accidentalmente con varios chicos por no prestar atención a lo que había frente a él.

     Bajó al cuarto piso y siguió caminando por la extensión de éste, confiado en que caminar le ayudaría a despejar su mente y acomodar sus ideas, sobre todo a tranquilizarse, que era lo que verdaderamente necesitaba.

     Sin embargo, al levantar la vista, su mirada se cruzó con la de alguien conocido.

 

***

 

Goten y Trunks salieron de su habitación. Tal y como el mayor lo había prometido, irían a visitar a Goku a su habitación. Goten estaba completamente emocionado, ¡Por Kamisama, vería de nuevo a Goku! Lo extrañaba demasiado, este año que estarían internados ahí sería de lo mejor.

     Sin embargo, el pelilila aún dudaba. ¿Cómo reaccionaría Goten al ver el estado tan lamentable de su primo? Claro que él estaría ahí para apoyarlo, pero ¿y si no es suficiente? Sacudió levemente la cabeza y dejó de pensar en ello, tenía que confiar en que todo estaría bien.

     Guardó la llave en su bolsillo y se giró a ver a Goten, dedicándole una cálida sonrisa.

     —¿Listo?—el menor asintió rápidamente con una sonrisa llena de ilusión al igual que su mirada.

     —¿Te digo algo, Trunks?—habló mientras caminaban en dirección a las escaleras—. Quisiera pasar la noche en la habitación de Goku... Sé que siempre dormimos juntos tú y yo, pero me gustaría estar con él, además...—levantó su mirada y vio al otro lado del corredor a un chico pelinegro de cabellera alborotada.

     Su rostro se iluminó, dejó a medias aquella oración y corrió a toda velocidad hacia el frente.

     —¡Goku!—gritó mientras se lanzaba contra él, provocando que cayeran fuertemente contra el suelo.

     Muchos paseantes estaban completamente confundidos, ¿por qué aquel niño había tacleado a aquel chico que caminaba tranquilamente sin molestar a nadie? Algo extrañados se alejaron de ahí por seguridad propia.

     Ambos Son se miraron a los ojos, sus rostros sólo estaban distanciados unos centímetros, incluso la punta de sus narices se tocaban. Goten estaba sobre él, con su pecho apoyado en el de su primo.

     —Hola—saludó con una risita ante aquella situación.

     Pero, en lugar de molestarse, Goku sonrió de medio lado, divertido por la situación. Hace mucho que no tenía un encuentro de ese tipo con Goten y vaya que le encantaba.

     —Goten, ponte de pie—pidió serenamente el pelilila extendiendo su mano para ayudarlo.

     Enérgicamente el menor se puso de pie sin ayuda. Goku, por el contrario, se permitió tomar aquella mano que le brindaba su ayuda, agradeciéndole al de ojos azules.

     —Te extrañé—abrazó al más alto con fuerza.

     —Goten, lo asfixias—el pelilila se tocó el tabique con una sonrisa de resignación. Toda la mañana intentado prepararlo para que su encuentro fuera tranquilo, y resultó en esto: correr a gran velocidad a través de un pasillo con el riesgo de llevarse a alguien por accidente, una tacleada, y un intento de asfixia.

     —Goku, te quiero—el menor seguía aferrado al más alto.

     —Yo también te extrañé, Goten—sonrió y colocó su mano sobre su cabeza.

     Aquella sonrisa no era falsa, al contrario, era muy sincera. En un inició pensó que tendría que fingir, que verlo sólo lo haría sentir más soledad e incomprensión. Pero no, se sentía querido, feliz, que él estaba ayudando a su corazón a calentarse por esa manera tan especial de ser del menor.

     —Goten, tu primo necesita oxígeno—insistió el pelilila.

     —No. No lo soltaré hasta que me diga que me quiere—levantó la mirada.

     —Te quiero, Goten. Te quiero mucho—accedió el de cabellera alborotada.

     —Goten—tomó de la cintura a su pareja y la empezó a jalar hacia atrás, haciendo que libere su agarre del más alto. Eso fue un pequeño alivio para Goku, ya que su rostro comenzaba a enrojecerse.

     —Trunks, eres un amargado—cruzó sus brazos e hizo un puchero. Luego se percató de algo—. Goku, ¿por qué traes puestas esas vendas?

     —¿Eh?—le dirigió una mirada rápida al de ojos azules, que lo veía con un poco de preocupación—. Verás, Goten. Hace unos días, porque yo vendría aquí, intenté cocinarle a mi familia... un pastel, ya sabes, con la receta de mamá... Pero cuando estaba calentando agua para preparar el glaseado no sostuve bien la olla y... me quemé ambos brazos—explicó.

     —Oh...—susurró. Luego volvió a sonreír—. Amaba ese pastel de la tía Gine... Recuerdo que cada vez que cumplía años lo llevaba a mi casa en la Montaña Paoz—lo abrazó—. Lo siento mucho, Goku. Sé que la extrañas demasiado y...

     —Estoy bien, tranquilo, Goten. Sigo triste, lo admito, y a veces recordarla me hace llorar. Pero estaré bien—le revolvió la cabellera.

     —Yo te apoyaré en todo, Goku. Te lo prometo—lo soltó y abrazó por un costado al pelilila—. Te presento a Trunks, él era mi mejor amigo desde que estaba en el kínder—explicó.

     —Ah, sí, hola, Trunks. Un gusto en conocerte—aparentó ser la primera vez en verlo.

     —Hola Goku. Me alegra por fin conocerte, Goten me ha hablado demasiado de ti—siguió el plan que el más alto impuso—. Goten, como te lo mencionó, fue mi amigo en un inicio, pero ahora somos pareja. Espero no te moleste esto.

     —No, descuida. Sólo quiero que Goten sea feliz—respondió con sinceridad. Vio al menor y sonrió al ver el brillo en la mirada y ese tierno sonrojo que tenía. Se veía tan enamorado... así como él lo estaba cuando tenía a Vegeta a su lado...

     —Ehm... ¿Quieren ir a almorzar? Yo invito—propuso al notar que el mayor comenzaba a deprimirse nuevamente, no quería que su novio lo notara.

     —¡Sí! Muero de hambre... Anda, Goku, ven con nosotros. No te preocupes por el dinero, Trunks tiene mucho, así que puedes pedir lo que sea—lo tomó del brazo y comenzó a arrastrarlo mientras seguía hablando rápidamente, consiguiendo que Goku volviera a sonreír.

     Trunks los siguió a una distancia considerable. Tenía que estar pendiente de todas las reacciones de Goku para que no se entristeciera nuevamente y Goten lo notara. Sacó su teléfono y llamó a alguien.

     —Hola, Black, ¿también estudias en "La esfera del Dragón", verdad? Perfecto. ¿Ya tienes la investigación que te pedí? Excelente. Déjala en el cuarto de estudios del edificio "B", en el pupitre 23. La recogeré hoy a media noche. Gracias por todo—colgó y continuó su camino—. Ahora sabré por qué estás pasando, Goku....

     Los tres jóvenes llegaron a la cafetería. Colocaron en bandejas algunos platillos y buscaron una mesa. Una vez acomodados ahí, comenzaron a charlar.

     —Dime, Goku, ¿qué técnica te interesa?—llenó el silencio incómodo que comenzaba a hacer presencia.

     —¿Técnica?—levantó la mirada confundido, bajando la cuchara con un bocado de pastel de chocolate.

     —Sí. La preparatoria se especializa en varias ramas, por ejemplo, si te interesa Sistemas Computacionales tomas ciertas materias que te hacen volverte experto en ese ámbito, como arreglar equipos o programación —bebió un poco de agua y aclaró su garganta—. Las materias normales de preparatoria se llevan en las mañanas, y al mediodía se ven las de la especialidad que quieras tomar. El interés principal de la escuela es volverte competente para ello, al menos en el campo laboral, una especialidad completa tendrías que llevarla en la universidad, pero llevarías un gran porcentaje de conocimientos más allá de lo básico—explicó.

     —No sabía que se podía hacer eso—admitió.

     —Puedes tomar la preparatoria sola, pero si tomas una técnica saldrías con un título—mordió su pastelillo. Goten bebió de su malteada de fresa y quitó una galleta del plato de Trunks.

     —¿Y ustedes qué escogieron?—preguntó analizando la situación.

     —Yo Actividad Física y Deporte, no me interesa otra cosa—dijo el menor emocionado—. Veré de todos los deportes. ¿Acaso no es genial?—introdujo un pastelillo entero a su boca, haciendo que la comisura de sus labios se llenaran de crema batida.

     —Yo quisiera estudiar Mecatrónica Industrial—el de ojos azules sonrió de medio lado—. Tal vez te interese Diseño y Comunicación Visual. Goten me comentó que tú adoras dibujar. Básicamente se enfoca en dibujo, pintura, dibujo digital, arquitectura, hacer maquetas, planos... es algo muy completo...

     —Supongo que estudiaré eso... No sabía que era posible estudiar cosas así aquí—sonrió al probar el glaseado de la galleta en su plato y bebió de la malteada—. Sé que Goten ama los deportes y por eso escogió lo suyo, pero ¿por qué elegiste eso, Trunks?

     —Heredaré la Corporación Cápsula tan sólo cumpla dieciocho, así que tengo que estar lo más preparado posible para tomar el puesto de presidente—explicó.

     —Cualquiera supondría que eres un chico rico mimado, pero ahora veo que tienes muchas responsabilidades y eres alguien agradable—comentó con una risilla.

     —Tú no lo conociste cuando éramos niños—dijo Goten riéndose—. A todos les caía mal porque era muy presumido a veces, y nadie le hablaba por ser nieto del dueño de la Corporación Cápsula. Pero sólo yo sabía de la vida de Trunks y de lo difícil que era lo que tenía que pasar día a día, así que lo acompañé hasta el final—un sonrojo apareció en sus mejillas y bajó la mirada—. Lo quiero mucho a pesar de que a veces es insoportable, o está estresado... O cuando tiene mucho trabajo y parece zombie de tan agotado que está.

     —Goten—habló el pelilila con una media sonrisa.

     —¡Aigh!—se puso de pie avergonzado—. Dame tu billetera, quiero más pastelillos—pidió con sus mejillas en color carmín.

     —Está bien, trae algo más para nosotros—pidió comprendiendo su sentir.

     —Sí—tomó la cartera del mayor y se fue corriendo.

     —Nunca antes lo vi así—dijo Goku con una sonrisa.

     —Me costó un año seis meses para hacerle ver lo que sentía por él—colocó su codo sobre la mesa y apoyó su rostro sobre su puño—. Y vaya que valió la pena...

     —Trunks, cambiando de tema—dijo al ver que su primo tendría que hacer una larga fila. Bajó su rostro y su mirada se entristeció—. Me imagino que sabes casi de todo, ¿no?

     —Bueno, siempre llevé materias avanzadas desde que era un niño, en todas las ciencias. Así que sí, se podría decir...

     —Una persona con amnesia, ¿qué tan probable es que recuerde las cosas?

     —Mmm... Depende de qué tipo de amnesia tenga... ¿Se trata de ti?—preguntó analizando todas sus reacciones.

     —No. De mi... compañero de habitación... Yo quiero ayudarlo y...—apretó sus ojos con fuerza mientras empuñaba sus manos sobre la mesa—. Trunks, tú eres un genio, necesito tu ayuda para algo—sus ojos se pusieron vidriosos—. El día que mamá murió, mi novio, Vegeta Saiyan, tuvo un accidente, y estuvo en coma unos días... Se perdieron sus signos vitales y lo dieron por muerto... Estoy consciente de que lo sepultaron, yo vi cuando metieron la caja a ese agujero y lo cubrieron con tierra. Pero mi compañero de habitación es idéntico y dice haber perdido la memoria y no saber quién es. Creo que es Vegeta, porque habla entre sueños y una vez dijo "Tarble", ese es el nombre de su hermano.

     —¿Y qué es exactamente lo que dice entre sueños? Tal vez el contexto ameritaba decir una palabra similar y tu cerebro, al notar el parecido de esta persona con él, quiso escuchar eso.

     —Te diré todo lo que decía, pero promete no decirle a nadie, es un tema delicado—el mayor levantó su mano izquierda mientras colocaba su mano derecha en su pecho a la altura del corazón—. Dime, ¿qué supones al oír frases como "basta", "déjenme en paz", "deténganse", "no me toquen", "Tarble, corre"?—pronunció cada palabra con amargura.

     El de ojos azules guardó silencio y comenzó a analizar cada palabra dicha por el mayor. Soltó un suspiro y bebió un poco de agua para aclarar su garganta.

     —Una violación, al parecer de dos o más agresores, y una segunda víctima involucrada que tuvo oportunidad de huir, con lo poco que has dicho dudosamente podría deducir si tuvo o no éxito en su intento de escapar—miró aquellos ojos negros directamente—. ¿Estoy equivocado?

     —Vegeta...—volteó a ver hacia donde estaba Goten, que seguía haciendo fila pacientemente mientras veía la barra de postres—. Fue víctima de una violación, lo tomaron entre cuatro sujetos. Su hermanito, Tarble, estaba cerca, pero pudo escapar. Lamentablemente Vegeta no y... esos tipos hicieron con él lo que quisieron—una sonrisa triste se hizo presente en sus labios—. Empezó así su actitud suicida, ya no le encontraba sentido a la vida, su familia se preocupaba mucho por él, pero jamás lo iban a poder comprender. Sufría en las noches pesadillas, recordaba entre sueños ese martirio que vivió... Y luego de tres años lo conocí... Confieso que sólo bastó una mirada para enamorarme profundamente de él, esa aura guerrera que emanaba me atrajo demasiado, y su voz... Todo en él me interesó... Cuando leí su diario me enteré de todo, y lo fui a buscar a su casa. Hablamos y creí que todo se había solucionado...

     —Goku, ¿qué lo hizo recaer en su depresión?—preguntó serenamente.

     —Que una noche un sujeto volvió a abusar de él en su propia casa... Se intentó suicidar y yo lo evité... Le dije lo que sentía y aceptó ser mi novio, pero después otra tormenta llegó: mi mamá y la suya murieron en un accidente de auto, que más bien fue planeado por la misma persona que había abusado de él días atrás.

     —¿Y él cómo lo tomó cuando se enteró?

     —Se vengó, destruyó el auto del sujeto. Lo detuvieron, pero después nos topamos a los tipos que habían abusado de él cuando era un niño. Los enfrenté, pero él se alteró demasiado. Discutimos y lo dejé solo, y cuando él fue a buscarme... lo atropellaron en medio de la calle... Llegó una ambulancia, lo llevaron al hospital, pero—su voz quebró y comenzó a sollozar.

     —Goku, no es momento de que llores. Intento comprender qué ocurrió; por favor, aunque sé que es difícil, continúa con tu relato—pidió.

     —Está bien—se limpió las lágrimas y continuó—. Después de que lo dieran por muerto y de que lo sepultaran, yo caí en depresión y también intenté suicidarme... Una ocasión quise arrojarme desde el puente Wiss, pero Gotenks lo evitó, después él se tuvo que ir. Fue en ese momento en el que creí que él era Vegeta por su parecido físico y en la voz.

     —Sigue hablando.

     —Y después me enteré de que sería mi compañero aquí, pero al preguntarle me dijo que él sufría de amnesia, no recuerda nada más atrás de hace unos meses. Dijo haber despertado en un callejón y encontrar un papel con su fotografía diciendo ser del Orfanatorio Esperanza, sin embargo no estaba su nombre en el sistema.

     —Hay al menos siete orfanatorios con ese nombre, lo que los diferencia es el sello o logo que usan—buscó entre sus bolsillos un pequeño cuadernillo y comenzó a anotar cosas con un bolígrafo—. Si te preocupa que crea que estás demente, descuida, no lo hago. De hecho tiene mucho sentido todo lo que has dicho. Sólo hay una cosa que no concuerda, y es que tú dices haber visto cuando lo sepultaron. Suponiendo que fuera catalepsia, ya habría muerto de todos modos por la falta de oxígeno. Pero esto no responde el por qué esta persona tiene datos suyos. Otro punto importante es que las historias, tanto tuya y suya, se complementan. Y ninguno sabía nada del otro hasta ese día en el puente. Goku, podría pensar en negligencia médica diciendo que te dieron mal el último diagnóstico, pero eso no explica por qué está él aquí—guardó silencio unos segundos—. Habrá que investigar más acerca de algunas posibilidades aparte de la catalepsia.

     —Entiendo...—susurró.

     —Sobre la amnesia, que era tu pregunta original, suponiendo que realmente es Saiyan, mi diagnóstico final es que padece amnesia disociativa. En resumen, su mente bloquea temporalmente sus recuerdos traumáticos. Lamentablemente, no sólo lo es la violación, sino todo aquello que vino después, ya que como tú mencionas día a día era infeliz a causa de ello.

     —¿Hay una cura?—levantó su mirada con esperanza.

     —Sí, y no. Muchos estudios demostraron que las terapias muchas veces no aplicaban cuando se sufrió violación infantil. Sin embargo, tal vez lo pueda hacer, ya que es reciente, y fue cerca de la pubertad... No te garantizo nada, pero tal vez pueda recordar todo. O mínimo a su familia y a ti.

     —Yo... tengo su diario... No sé si quieras leerlo para saber qué exactamente sufrió...

     —Es algo privado, pero me ayudaría mucho para saber la gravedad del asunto. Aun así, para tratar este tipo de amnesias se hacen varias cosas, aunque dudo que te gusten... La primera consiste en hacerlo recaer en su trauma original para que recuerde, implicaría que alguien intentara abusar de él—el mayor iba a reclamar algo, pero hizo un ademán para que se calmara—. La segunda implica que su mente se deprima, para que una sección de su cerebro se vea estimulada y pueda recordar. O sea, que aunque sea feliz tienes que hacerlo sufrir...

     —¡Esto es ridículo!—inmediatamente se molestó.

     —Y la última, de las tres que recuerdo, a mi juicio es la peor de todas—calló para acomodar sus ideas en su mente y decirlas correctamente—. Implica que poco a poco le digas cosas o asemejes sonidos que le parezcan familiares, para que recuerde poco a poco su anterior vida... No, no te emociones, Goku, no es tan bello como crees. Dejemos en porcentajes la situación, es cincuenta por ciento posible que sea él, pero todavía queda la otra mitad. Si resulta que no es Saiyan, su cerebro podría aceptar todos los datos y adoptar la identidad aunque no lo sea—explicó.

     —O sea que... Si Vegeta realmente murió, y Gotenks sólo sea una gran coincidencia, y yo le hablo de todo lo que su familia pasó... él ¿puede creer que es su vida, así no lo sea?

     —Básicamente, así es. Por eso te pido que pienses mucho lo que harás. Yo estoy dispuesto a ayudarte, tenlo por seguro, sólo no te decepciones de los resultados, sea lo que sea que concluya.

     —Está bien, gracias...

     —¡Ya llegué!—exclamó muy alegre el menor con una enorme bandeja llena de postres y golosinas. La colocó sobre la mesa y se introdujo un pastel en la boca.

     —Iré al baño, ahorita vuelvo—el Son se puso de pie y se retiró.

     Pero no fue al baño, sino a buscar un teléfono. Al encontrar uno llamó a alguien con quien necesitaba hablar de algo importante, sentía la necesidad de contarle a una persona de lo charlado hace unos minutos.

     —¿Hola?—la voz de su hermano al otro lado de la línea se hizo presente. Pero antes de responder, prefirió colgar.

     ¿Se lo tomaría a bien aquello que le quería decir, o terminaría por darlo por demente? Suspiró y caminó de regreso a la cafetería, no sin antes darse una refrescada en el baño.

 

***

 

Gotenks observaba molesto su comida. Miró una vez más hacia la mesa de la esquina y no pudo evitar molestarse al ver a Goku hablando plácidamente con otros dos chicos. ¿Cuál de los dos era en el que estaba interesado? Seguramente era en el de cabello negro, que parecía sonrojarse muy seguido.

     —¿Por qué se fijaría en él? Se comporta como un niño—murmuró con cierta molestia.

     —¿Celoso?—comentó el castaño que estaba a su lado derecho, sin dejar de leer su libro.

     —¿Eh? ¿Por qué tendría que estarlo? Goku sólo es mi compañero de cuarto. Y si acaso quisiera algo yo con él, sería algo casual únicamente—dijo indiferentemente mientras giraba su rostro a otro lado.

     Inmediatamente volvió a ver en dirección a aquella mesa arrinconada, notando perfectamente cuando Goku se levantó y se fue cuando el pelinegro, que había ido a hacer fila para comprar más comida, regresó.

     —Gotenks, la verdad es que creo que ellos sí son primos—comentó—. ¿En serio no piensas regresar sólo por esto?

     —Yo...—bajó la mirada—. No sé cómo mirarlo a los ojos luego de lo que pasó. Le dije cosas horribles, reconozco que toqué un punto delicado en él... Pero también me respondió de mala manera... Yo sé que debo disculparme, pero no me siento capaz de ello. Al menos no por ahora.

     —Mientras sigas consciente de tu error, está bien. Puedes quedarte conmigo.

     —Gracias. Y sobre lo que dijiste, no entiendo por qué sugieres eso. Mira de una extraña manera a Goku.

     —Tienen cierto parecido, no es muy evidente porque tu amigo tiene piel un poco pálida, pero sí comparten ciertas características—cambió la página y sin despegar la vista de su lectura continuó—. Y si no me crees, sigue observando.

     Gotenks miró nuevamente hacia allá. No pudo evitar sonrojarse levemente al observar esa escena. El pelilila deslizaba su dedo índice por el rostro del pelinegro, tomando la crema batida con él y llevándoselo a la boca, dirigiendo una mirada algo seductora.

     Notó perfectamente cómo se acercaba a su oído para susurrarle algo, cosa que hizo colorar el rostro del más joven, y después pasó su lengua por la comisura de sus labios, quitando todos los residuos de esa cosa blanca.

     Y no sólo eso. Contrario a que parecía una insinuación sexual, después le besó dulcemente la mano y depositó un tierno beso en su frente, a lo que el menor se acurrucó en su costado con una sonrisilla. Sí, se veía como una dulce pareja feliz.

     —Soy un idiota—bajó su cabeza y ésta se golpeó contra la mesa—. Yo y mi bocota.

     —Si no lo hubieras hecho, ninguno habría dicho cómo se sentía con la situación. Aunque no lo creas, fue lo mejor.

     —Sí, lo sé... Hiroshi, ¿te quedas? Iré a buscar al entrenador del equipo de baloncesto, quiero unirme—se puso de pie y tomó su botella de agua.

     —Te acompaño. De todos modos hay mucho ruido en este lugar—se paró y lo acompañó a la salida.

 

***

 

Goku se adentró a la cafetería. Sintió de nuevo aquellas ganas de llorar al ver a Gotenks yéndose con aquel chico. Pero resistió, tenía que ser fuerte por Goten.

     Al llegar a la mesa ellos ya estaban de pie, el más pequeño le entregó una bolsa de papel.

     —Pedí que te envolvieran las tartaletas de chocolate, tus favoritas—se acercó a él, tomó su mano y caminó—. Quiero conocer tu habitación, quiero ver todas tus cosas. Tomaré una camisa tuya y me la llevaré, y también...

     El menor hablaba y hablaba, mientras que el más alto reía. Goten llegaba a ser muy extrovertido a veces y algo inquieto, pero con él tenía felicidad garantizada.

     Trunks los seguía tranquilamente a un metro de ellos, tomando la debida distancia para no entrometerse en su relación.

     Por fin llegaron a la habitación del azabache mayor, entraron y el más pequeño fue el que observó todo con mayor detenimiento. Se subió sobre la cama de la izquierda y comenzó a brincar sobre el colchón, ganándose inmediatamente un regaño por parte de su pareja.

     Goku, por otro lado, se acercó a la mesita de noche, donde reposaba un papel doblado de color amarillo. Lo desdobló y comenzó a leer su contenido.

 

____________________________________

 

Goku,

Ya lo pensé bien, y creo que debemos darnos un tiempo. No estamos en las mejores condiciones para vernos luego de lo ocurrido. Aun así, te agradezco por las noches anteriores cuando me apoyaste por mis pesadillas, lamento haber sido una molestia para ti.

Ya no lo seré más, al menos no por un tiempo. Sé que antes de que tome cualquier decisión, debemos hablarlo, aunque no me siento listo en estos momentos para ello.

Pasaré la noche con Hiroshi, en la habitación 93, puedes ir a buscarme si necesitas algo. No sé si decida quedarme más días, si no vuelvo es por eso.

Atte. Gotenks.

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     Goku suspiró hondo y guardó el papelito en su bolsillo. Miró de reojo a la parejita que "discutía", y fingió una sonrisa.

     —Mi compañero pasará la noche fuera, así que tendré la habitación sola...

     —¡Genial!—bajó de un brinco al suelo y comenzó a empujar a Trunks en dirección a la puerta—. Lo siento, pero son cosas confidenciales de primos y tú no estás autorizado para saberlas.

     Lo sacó del cuarto, pero salió él también y cerró tras sí, se apoyó contra la puerta y lo vio con una sonrisita algo coqueta.

     —Nos vemos mañana, Trunks—se despidió y lo besó en los labios.

     —Adiós—sacó de su bolsillo una cadenita plateada y se la colocó alrededor del cuello. Como dije llevaba la llave de su habitación—. Tal vez salga, no lo sé. Depende si me envían algo para trabajar.

     —Oh—susurró con decepción—. Bueno, está bien, de todos modos me quedaré aquí esta noche...—volvió a besarlo y se adentró a la habitación.

     —Más te vale, Goku, que él no sufra—pensó con cierta preocupación. Sin más se alejó, ya no le correspondía eso a él.

 

***

 

—¿Y qué quieres hacer, Goten?—preguntó tranquilamente sentándose en la orilla de su cama.

     —Hablar—respondió seriamente—. Goku, ¿por qué te cortas?

     El mayor se quedó estático en su lugar. Observó sus muñecas, y no, nada, tenía un perfecto vendaje que ocultaba sus marcas. El menor se sentó en la orilla de la cama contraria, viéndolo serenamente.

     —No dije nada frente a Trunks porque sé que él se preocuparía. Pero yo ya suponía esto, la tía tenía en casa guantes de cocina, no pudiste haberte quemado. Además, su receta no necesitaba nada de agua caliente—soltó una risita triste—. Al principio te creí, pero mientras hacía fila recordé y... te vi llorando mientras hablabas con Trunks.

     —Me preguntó cómo me sentía y sólo le dije la verdad. Además, él lo sabe, anoche me lo topé y se dio cuenta de todo.

     —Es muy inteligente, y se fija en todos los detalles. Analiza todo lo que ve, no se le escapa nada—susurró—. ¿Puedo ver?

     —A él le preocupa cómo puedas reaccionar al verlas... y que caigas en lo mismo. Además, no es agradable, no te gustará verlas...

     —Goku, por favor. Ignora todo lo que te dijo Trunks—insistió.

     Algo resignado comenzó a descubrir sus muñecas, quitó cuidadosamente ambos vendajes y dejó libres sus brazos. El menor se acercó a ver la gravedad, no pudo evitar desviar la mirada al ver múltiples marcas, cicatrices y heridas aún abiertas en ambos brazos. Volvió a ver y se arrodilló frente a él. Acarició con delicadeza su piel, tomó ambas manos y lo vio a los ojos.

     —Yo no caeré en tu dolor, al contrario, estaré aquí por siempre para ayudarte a salir de él—le sonrió y lo abrazó.

     Goku no pudo evitar sollozar ante aquel contacto. Era tan cálido y lleno de cariño, realmente tenía a alguien que lo quería y apoyaba sinceramente. Sonrió hacia sus adentros.

     Se sentía querido.

 

***

 

Ya era medianoche, Gotenks y Hiroshi se alistaban para dormir. Cada uno se acomodó sobre su cama y se arropó muy bien, aquella noche sería fría.

     —¿Seguro que quieres que te deje despertarte por ti solo si es que tienes otra pesadilla?—confirmó.

     —Sí. Quiero recordar, y espero con mis sueños poder hacerlo.

     —Mañana tienes tu primera práctica, ¿seguro que quieres alterarte tanto esta noche?—intentó convencerlo de la pésima idea.

     —Sí, no importa. Además, la práctica es en la tarde—se acomodó y le dio la espalda, para que la luz de la lámpara (que tenía encendida para poder leer un poco antes de dormir) no le molestara—. Buenas noches.

     —Buenas noches—suspiró con resignación.

     Sería una larga y difícil noche.

 

***

 

Goku y Goten dormían abrazados plácidamente. No como pareja, más bien como un padre abrazaría a su hijo luego de un mal sueño. Esa tarde el mayor pudo desahogar sus penas, se permitió incluso hablarle de Vegeta (exceptuando sus teorías sobre que seguía vivo) y contándole su relación con "Gotenks" junto con sus peleas.

     Contrario a los demás, Goten no lo regañó, le hizo ver una vez más la belleza de la vida, la unión de su familia, los regalos del destino. Lo hizo sentir paz interior de nuevo.

     También logró lo más difícil de todo: que Goku se perdonara a sí mismo por lo que pasó y que viera que no fue culpa suya. Eso fue lo que terminó de liberar su alma, por ello ahora estaba relajado, incluso era evidente con él dormido.

     La verdadera pregunta era ¿cuánto tiempo podría permanecer así?

 

***

 

—Muy puntual, como siempre—mencionó un chico de cabello rosa y ojos grisáceos que estaba sentado en la oscuridad bajo la tenue luz de una lámpara de techo.

     —Hola, Black—lo saludó y se sentó frente a él—. ¿Cómo has estado?

     —Bien, gracias a tu abuelo tendremos otra semana más de vacaciones—le extendió varios papeles grapados—. Aquí está tu investigación sobre depresión adolescente ante la pérdida de un ser querido, síntomas, consecuencias, daños mentales, suicidio y cómo detectar señales—bostezó—. Iré a dormir, mañana tengo una fiesta.

     —No era necesario que me esperaras—se sentó en el pupitre y sacó una libreta de apuntes.

     —Lo sé, pero esperaba que me contaras el chisme de eso. Aunque al ver tu cara de aburrido ya se me quitaron las ganas de saberlo, le quitarías el drama—lo observó unos segundos mientras leía los archivos que le entregó y transcribía puntos importantes—. ¿Cómo lo haces?

     —¿Eh?—dejó de lado sus cosas y volteó a verlo con confusión—. ¿A qué te refieres, Black? No comprendo—sacó sus lentes y se los colocó, la escasa luz comenzaba a molestarle un poco.

     —Casi cumples dieciséis, creciste sin padres, únicamente con tus abuelos; has llevado clases avanzadas desde niño; hablas japonés, chino, español, ruso, inglés e italiano a la perfección, y otros diez idiomas en proceso; dentro de dos años te harás cargo de la Corporación Cápsula, incluso ya te están asignando gran parte del trabajo; estudias una preparatoria técnica en Mecatrónica Industrial; tienes tiempo para pasarla con tu novio, y para ir a comer con amigos, incluso te hiciste tiempo para pertenecer a varios equipos deportivos. Y ahora puedes hacer de psicólogo sin esfuerzo alguno. ¿Cómo le haces?

     —Nunca me había puesto a pensar en eso—soltó una risilla—. Sólo hago las cosas y ya, no pienso mucho.

     —Sí piensas en todo, pero no piensas en esto—reconoció—. Bueno, ya me voy. Si quieres ir a la fiesta mañana, estás invitado. Puedes llevar a Goten. Adiós, Trunks.

     Se terminó de despedir y se fue. El pelilila siguió leyendo aquella investigación que encargó, la cual,

 

 hasta ahora, sólo confirmaba sus sospechas del futuro comportamiento de Goku. Además, había notas de señales que podría presentar una persona depresiva que piensa en el suicidio.

     Sí, tendría que vigilar muy bien todos los movimientos y acciones suyas para saber si intenta quitarse la vida.

     —Aunque te acabo de conocer, me preocupas, Goku...—susurró.

 

***

 

Iba caminando tranquilamente por una calle solitaria. A lo lejos observó un grupo de tres personas, no sabía quiénes eran, sólo los observaba como si fueran sombras oscuras. Sin saber por qué sintió la necesidad de irse, alejarse de ahí. Pero al intentar huir una mano en su espalda lo hizo sobresaltarse, era un hombre, no distinguió su rostro, pero su vestimenta delataba su género.

     Ese hombre lo tomó con fuerza del cuello, y comenzó a arrastrarlo en dirección a las otras personas. Entre todos lo llevaron al interior de un callejón abandonado.

     Ya estando en las sombras, esos sujetos comenzaron a deslizar sus manos sobre su cuerpo sin pudor alguno. Sólo sentía una gran desesperación por no poder gritar, sentía cómo ese brazo en su cuello lo ahogaba y no podía tomar aire.

     Estiraron su camisa, la rompieron, dejaron su torso al descubierto, tocaron todo y dejaron marcas. Luego fueron sus pantalones, quedó desnudo su cuerpo completamente ante la mirada lujuriosa de esas personas. Aplicando fuerza lo obligaron arrodillarse y vulgarmente lo hicieron introducir sus miembros en la boca del menor.

     Sentía todo lo que le hacían, y no podía evitarlo. Lo peor vino después. Uno se sentó en el suelo y lo obligó a sentarse sobre su miembro. Un grito salió de su garganta al sentir cómo su interior se desgarraba.

     Suplicó para que lo dejaran, pero siguieron haciéndole lo que quisieron. Su cuerpo parecía sin vida, estaba entrando en un estado de shock, así fue hasta que su vista se perdió a lo largo de todo el callejón, y se centró en un espejo roto que se recargaba en una pared. Vio un cuerpo idéntico al suyo pero de cabellera completamente negra, siendo penetrado bruscamente por una sombra que asemejaba el cuerpo de un hombre.

     Vio todo, la manera en cómo otro hombre se sentaba y se adentraba al mismo tiempo, cómo la sangre escurría por sus piernas, la manera en cómo lo obligaban a hacer sexo oral a los que seguían de pie.

     Toda una violación, una violación que sentía hecha en su propio cuerpo.

     Después se corrieron en su interior y lo dejaron tirado en el suelo.

     Luego ese escenario cambió, ya no estaba en aquel callejón, sino en el techo de un edificio muy alto, veía bajo sus pies colgados una calle, el cielo estaba nublado y sentía el viento correr y acariciar su piel.

     Quería saltar, sabía que así acabaría todo. Hasta que una voz habló detrás de sí, una voz cálida. Volteó y vio un cuerpo muy conocido.

 

     —¡Hm!—su cuerpo se alzó, estaba temblando y su respiración sumamente agitada. Alguien lo abrazó por la espalda, y posó sus manos sobre su pecho de manera protectora.

     —Tranquilo, sólo fue un sueño, cálmate, por favor...

     —No fue un sueño—sollozó con dolor al recordar la violación que sintió hace unos instantes—. Fue real, ¡fue tan real!—se quejó.

     —Gotenks, por favor... Tranquilízate... ahora estás bien—se colocó atrás de él, muy cerca, apoyando su pecho contra su espalda y con sus piernas a cada lado de su cuerpo.

     —Fue tan real... de verdad lo sentí... sus manos tocándome... ellos metiéndose en mi interior... todo...—respiró hondo y pasó su brazo por su cuello sin abandonar su posición, causándole un sonrojo al mayor—. Por favor, dime la verdad... ¿Cuánto asco doy?

     —...—soltó aire y le besó la mejilla, el menor se removió un poco y se abrazó a sí mismo—. Ninguno, al contrario, eres una persona muy agradable, que podría conseguir a quien quisiera con dedicarle una sonrisa.

     —Necesito pensar muchas cosas—se separó un poco y se recostó de nuevo, dándole la espalda—. Tal vez sólo me metí demasiado esa idea en la cabeza y por eso soñé esto.

     —Posiblemente—se puso de pie y lo arropó.

     —Quédate—pidió—. Necesito a alguien ahora que Goku no estará conmigo.

     —Mmm... E-está bien—se recostó a su lado y el menor inmediatamente se abrazó a su cuerpo.

     —En mi sueño Goku estaba, yo iba a saltar de un edificio y él lo evitaba... Qué absurdo, ¿no? Ayudándome antes de conocerlo en el puente—sintió de nuevo las ganas de llorar.

     —Deberías disculparte, es más que obvio que lo necesitas en tu vida. Creo que tu mente te está enviando estas señales para hacerte ver que lo necesitas y debes recuperar la bonita relación que tenías con él.

     —Yo... tal vez no quiero volver a verlo...

 

Notas finales:

Ahora entienden por qué Goku no puede ir como si nada a decirle que es Vegeta, porque puede que no sea T^T
Su pelea fue algo fuerte, pero, según ustedes, ¿quién tiene la razón, Gotenks o Goku? Me gustaría saber qué piensan y quién reaccionó mal.
Black es sexy, tenía que incluirlo XD
Por lo menos Goten pudo ayudar a Goku, pero ¿cuánto tiempo durará así?
Espero comentarios a ver qué les pareció, fue escrito en el celular y no tengo para revisar gramática y ortografía, disculpen si hay errores, tal vez los corrija algún día XD o no ..

¡Ciao, amici miei!


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