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Notas del fanfic:

Este fic nació gracias a los AU'S que vi por tumblr y google, dejo los links. 

Crédito a sus autros respectivas. 

http://40.media.tumblr.com/8ca50ce46aac3db2aeacc9dd31e07b92/tumblr_mqbdg1XF9i1s6jzogo1_500.png 

 

El fic se dividirá en dos partes -como un segundo libro corto- 

Este fic es un OMEGAVERSE.

Will sonrió detrás de ese mostrador, hablaba por el auricular de su móvil con Beverly  mientras verificaba su agenda. La puerta del negocio se abrió y la campana colgada arriba de esta, sonó. Los tacones resonaron por la duela de madera.

-Hey, Bev, tengo clientes. Hablamos más tarde- Will dejó que Beverly colgará del otro lado de la línea, levanto la vista y una mujer rubia estaba delante de él con una gran sonrisa. Se quitó el auricular y lo dejo arriba del mostrador.

- Buenas tardes, Graham- saludo la mujer quien se quitaba sus guantes y dejaba el bolso en la mesa.

-Buenas tardes, Bedelia- salió detrás del mostrador para saludar a su clienta y por el rabillo de su ojo pudo ver a un hombre con elegancia, porte y la gracia de una pantera; portaba un traje perfectamente planchado y colocado, husmeando las cosas de las vitrinas que Will tenía colocadas en su tienda.

Will era dueño de Dreams&Dreams, una Wedding Planner muy famosa en Baltimore. Llevaba 6 años en el negocio desde que su prima lo había recomendado a otras a sus amigas de tan impresionada y complacida que quedo con la suya. Y poco a poco el negocio fue creciendo. Planeando todo lo de la boda, desde los tiempos, la comida, los colores, invitaciones, adornos, la iglesia, la música, TODO.

Era un local pequeño pero adornado de una forma tan sutil, delicada, con tonos pasteles que parecía un sueño, flores aquí, luces allá, de ahí el nombre famoso de Dreams&Dreams.

Hacía unos meses atrás había recibido a una de sus primeras clientas muy importantes, una mujer rica, guapa y con un doctorado en psiquiatría, Bedelia Du Maurier. Le había comentado que se acababa de comprometer con otro colega de ella, el Dr. Hannibal. Will había escuchado pocos detalles del magnífico hombre, pocos detalles que habían despertado su curiosidad pero no la suficiente para indagar en la web y saber quién era.

- Cómo te he dicho, te he traído la lista completa de invitados para que puedas dar pie a la elaboración de nuestras invitaciones- Will vio la lista, eran casi 500 personas…emitió un pequeño silbido y Bedelia dejo escapar una pequeña risita, discreta, de una dama de su calibre- ¿Podrías permitirme la muestras de la invitación? Quiero que mi prometido de su visto bueno, si los colores le gusten, las texturas, el olor y sobre todo la caligrafía. Eso es tan importante, es amante de la buena caligrafía y del orden- Will sonrió.

-Claro, permíteme ir por ella- Will seguía sin creer que tenía en sus manos el negocio cerrado. El más grande en meses, 500 invitados, si que eran importantes en Baltimore o de donde trabajaran.

Dio al media vuelta y entro a su despacho, donde tenía los diseños encargados en la semana, separados por apellidos en orden alfabético. La encontró, una invitación en blanco con letra color sepia, el pedido era firme: cada letra hecha a mano. Will tuvo que contratar a alguien para hacerlas, el precio no importaba.

Salió del despacho con la invitación en mano mientras observaba el buen trabajo, antes de levantar la mirada el prometido de Bedelia le susurraba algo al oído, él estaba de perfil y su cabello un poco desalineado no le dejo ver el rostro completo a Will quien tenía la mirada agachada; al darse cuenta que era observado por Will, el prometido de Bedelia desapareció de enfrente del mostrador y nuevamente le dio la espalda a Will. Era un hombre raro.

Will le entregó la invitación a Bedelia y esta sonrió complacida, la invitación era lo que justamente quería y sabía que a su prometido le gustaría.

-Hannibal ¿puedes venir un momento por favor?- el hombre se detuvo, metió sus manos en sus bolsillos, enderezó su espalda, dio la media vuelta y camino directo hacia el mostrador.

El aliento de Will quedo atorado en su garganta, sus ojos se abrieron de par en par, se quedó inmóvil, su corazón dejo de latir y los vellos de todo su cuerpo se erizaron.

Hannibal era alto, delgado, de hombros anchos, rubio, de ojos cafés claro, con unos labios delgados y rosados, con un porte y una elegancia única. Su traje era impecable y su voz…su voz derritió el equilibrio de Will.

-       Son perfectas Bedelia, la caligrafía es exquisita y los colores están bien combinados. Tenías razón, el dueño del lugar hace un trabajo excelente y además es excelente en su trabajo- Will sintió como sus mejillas se tornaban poco a poco de color rojo.

 

-       Gracias señor Lecter, es un placer para mi. Y que bueno que le guste mi trabajo, para eso estamos- Lecter le sonrió levemente pero sin dejar de mirar a Will.

 

-       Lo siento si lo incomode, Sr. Graham solo que no he dejado de oír su nombre en la última semana y quería conocerlo y confirmar por mi mismo todo lo que mi prometida decía. Ya que estamos aquí ¿podríamos ver los detalles?- Bedelia miró el reloj de la pared.

 

-       Oh, Hannibal, tengo que…tengo que ir por el vestido, no creo que tengamos tiempo- Hannibal seguía mirando a Will, como un cazador ve a su presa atrapada sin salida.

 

-       No te preocupes, querida, puedes ir tú. Me quedaré con el Sr. Graham a ver los detalles, quiero que nuestra boda sea perfecta, necesito asegurarme que todo esté en orden- la rubia sonrió, se colocó sus guantes y tomo su bolso.

 

-       Claro, te espero en casa para comer- Hannibal, tomo la mano de su prometida y la acerco a sus labios para besarla.

 

Hannibal y Will vieron como la puerta se cerraba detrás de Bedelia, cuando se cerró por completo, Hannibal se giro y vio a Will.

Will sudaba frío, estaba nervioso, algo en él había reaccionado ante la masculinidad de Hannibal. Su ingle estaba muy atenta a todo, a  cada mirada, a cada indirecta, cada palabra y gesto que salía de la boca de su cliente.

-       Tal vez se vea incorrecto que no acompañe a la novia a todos los detalles pero es el vestido. El novio no debe de ver el vestido de la novia antes de la boda, eso dicen ¿no?- Will tragó el nudo que se había formado en su garganta y asintió.

 

-       La Sra. Bedelia es capaz, se encargara bien del vestido, uno que resalte su esbelta figura, que la haga ver más alta y que sea de su agrado Sr. Lecter, algo que combine con el Smoking que usted usará ese día-

 

-       Será una grandiosa boda, será la novia perfecta- el silencio llenó la habitación pero saltaban chispas por todos lados- ¿Podemos?- Will analizo la pregunta y recordó el pedido de Hannibal.

 

-       ¡Oh, sí, claro! Lo siento, estoy un poco distraído últimamente. Por aquí por favor- Will le indico que lo siguiera a su despacho, entraron y Will rodeo su mesa y le indico a Hannibal que tomará asiento frente a él.

 

-       Bedelia me dio la lista de las cosas que quieren para su boda, cada una detalladamente, desde el pastel hasta los anillos peculiares en forma de astas de alce- Hannibal arqueo una ceja.

 

-       Es un símbolo muy importante para mi, tiene significado especial- Will vio al imprudencia que había cometido por el tono que Hannibal había usado

 

-       En verdad lo siento, yo…es la primera vez que hago una boda un tanto fuera de lo común y la primera en calidad de “importante” y sin decir única.

 

-       Lo entiendo, no se sienta mal ¿empezamos, Will? ¿te puedo llamar por tu nombre, cierto?- Will se sonrojó y asintió

 

-       Sí, adelante-

 

-       Y claro, tu puedes llamarme Hannibal- sería una mañana larga para Will, muy larga. 


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