El reloj marcaba las 4.00 de la madrugada y un fuerte dolor en el costado impedía mi sueño. -tsk!!! Necesitare algún analgésico para liberarme de este dolor- estaba por dirigirme al baño pero un jalón me hizo retornar a la cama y unos fuertes brazos aprisionaban mi cuerpo; impidiendo mi salida.
-qué haces Akihito- una voz demandante, exigía explicaciones –que haces levantado a estas horas, ehh!-
-ahhh, espera, el costado me duele-sus manos estrujaban mi cuerpo, con mucha más fuerza-solo iba al baño, suéltame por favor-pero cuál es el problema de el ahora.
-no te lo permito, espera hasta que amanezca, ahora te quiero conmigo; a mi lado. Entiendes!-
-solo dame un momento y en unos minutos estaré contigo Hal, si!!-
-al parecer no quieres entender ¿verdad? Akihito porque no me escuchas, maldición!!-<hasta cuando tendré que repetirle lo mismo a este mocoso para que entienda.>
-comprendo, comprendo; no iré a ningún lado- es mejor obedecerle; me decía para mí, se perfectamente lo que sucederá si Hal, llegará a enojarse.
-Akihito?- un llamado interrumpía mis pensamientos. –Dime- dije al instante. –No quise golpearte, cariño, de verdad no quise- su tono de voz no mostraba nada de arrepentimiento y yo tenía muy en claro el porqué.
-siempre dices lo mismo Hal- y es que él disfruta del dolor de los demás, incluyendo el mío. –Pero siempre terminamos en esto, me golpeas y después finges arrepentirte-un sobresalto en la cama hizo que parara de hablar. -Tú te lo buscas Akihito, siempre abriendo esa boca tuya para quejarte. No sabes hacer más nada que eso- sus manos se enredaron en mi cabello, dándome un jalón.-maldición Hal duele, eso duele-me solté de su agarre, dándole un empujón para alejarlo aunque fuese un poco.- y cómo quieres que no me queje-trataba de calmarme, pero era imposible- si tantas ganas tenías de follarte a la domestica lo hubieses hecho en otra parte, pero porque aquí, en esta casa-mis ojos se humedecían, no estaba triste por la traición de este hombre, sino por saber de aquello y no poder largarme, irme, desparecer de su vista y no volverlo a ver. –hago lo que quiero, donde quiero y con quien quiero Akihito. No eres nadie para criticar lo que haga- ¡QUE! era enserio lo que escuchaba de aquel hombre, como que no era nadie para criticarle. ¿Entonces que soy para él? -Acaso no soy tu amante, Hal- lo miraba de frente, aquellas lágrimas que querían salir hace un momento habían desaparecido y solo enojo, ira y odio era lo que sentía y llegue a sentir con cada día que pasaba junto a este hombre, desde hace 6 meses.
Maldita sea el día en que lo conocí, decía para mis adentros. Como deseo el ser libre de las cadenas de este hombre.
Maldita sea el día en que lo conocí, decía para mis adentros. Como deseo el ser libre de las cadenas de este hombre.
*ring, ring, ring* sonaba insistentemente el teléfono celular que pertenecía a aquel que se hacia llamar mi dueño, lo cual corto toda esa tensa atmósfera que habíamos causado por nuestra corta pero importante riña. -aló-respondía aquel hombre desviando toda su atención; solo me quedaba esperar lo que fuera que me sucediese .
-¡QUE! tiene que ser una broma. ¿cómo que el negocio no va bien?¡maldición!.-estaba sorprendido, sinceramente era la primera vez que veía totalmente frustrado a este hombre; lo cual me causaba una completa alegría, ya era hora que algo le saliese mal.-estaré en una hora en la oficina y quiero un reporte completo de lo que a sucedido, le queda claro.<cuelga>-todos son unos inservibles-su mirada se posó en mí, nuevamente lo cual tuve que corresponder.
- no tengo tiempo para tus berrinches Akihito, pero que te quede claro que lo que yo haga, tú no tienes derecho a reprocharlo. ¡entiendes!.
-si, lo entiendo Hal, lo comprendo todo- siempre eh tenido muy claro que yo solo soy un distractor para hal, por eso nunca estaré satisfecho con esta relación; acaso siempre permaneceré ¿incompleto?.
-entonces se bueno y espérame en casa, mi amado Akihito, ahora ven y dame un beso antes de irme-
un simple roce, un beso, una caricia o un te amo, dejo de significar algo bueno para mi desde que conocí a este hombre.