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¡El fútbol me aburre! por Zkatlmjx2

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Notas del fanfic:

intento de lemon.

 

Notas del capitulo:

Hace un año (mas o menos) no escribo lemon. No sé, espero les guste :C

Luhan se encontraba sentado sobre el sofá mirando uno de sus tantos partidos de futbol favorito mientras que en una mano sostenía una lata de gaseosa y en la mesa de centro varios aperitivos, mientras que esperaba a su esposo, Minseok.

Kim estaba en el cuarto de sus tres pequeños, que luego de hacerlos dormir pudo bajar junto con su pareja, sentándose a su lado. Minseok rueda de ojos al ver el contenido de la televisión, realmente a él le aburría un poco (mucho) aquel tipo de programa, quizá no el tanto practicarlo sino el verlo. Incluso bostezó más de una vez y sus ojos se volvían adormilados con el transcurso de los minutos. Iba a pedirle a su esposo que cambiara de canal, pero al divisarle tan entretenido y sumido en ese partido sabía que iba a sentirse culpable luego de ello (Pero sólo un poco)  y era ahora que se daba el tiempo de mirar con cuidado a su esposo que notó cuan guapo se lo veía cuando se ponía eufórico por un simple deporte. ¡Vaya que Luhan lograba calentarlo!

Sonríe ladinamente cuando una idea pasa por su cabeza en esos momentos. Y mientras su esposo dejaba la lata vacía sobre la mesa, él se acerca más a él dejando un reguero de besos sobre su cuello; Luhan le volteo a ver con una sonrisa divertida, sabía que su esposo estaba buscando su atención, por esa razón le rodeo por la cintura con su diestra mientras que continuaba viendo la televisión.

Los besos no se detienen, y puede notar como el su mayor se tensa ante esos besos sobre la piel de su cuello. Y no para sino que continua besando e incluso hace presión, succionándole tan sólo un poco.

­— Joder…Minnie ­— Oye un susurro, pequeño. El pelinegro se queja cuando su esposo le muerde el cuello, y es en ese momento que ya no puede prestar más atención a la televisión y sólo cierra sus ojos dispuesto a disfrutar de los besos y succiones que recibía por su menor. Pero ahora no son sólo besos sino que también hay una mano traviesa sobre su entrepierna, acariciando sobre su pantalón de la forma más descarada que puede haber. Minseok sonríe sobre su cuello, acariciando con la punta de su nariz, olfateando su aroma. Se aferra a Luhan mientras que sube sus besos hasta la línea de su mandíbula y muerde con suavidad, y luego sus bocas se unen y comienzan a besarse.

Sus labios se acoplan, se mueven sincronizada, en mesclas de sinfonías de lujuria y un mar lleno de sentimientos mutuos. Luhan le alza, tomándole de la cintura mientras que el adversario se pone sobre él, a horcajadas. Ambas bocas no se separan de la ajena, sino que sus besos se vuelves más feroces y sus labios se vuelven rojos por la fricción. Luhan muerde el labio inferior de su menor y cuando este entreabre su boca para quejarse cuela su lengua dentro de su cavidad bucal en busca de la sinhueso de su adversario. Ambas lenguas se tocan, se entrelazan y luego unos labios succionan la otra y viceversa, hasta que nuevamente ambas están danzando y al siguiente momento la intensidad aumenta y mantienen una guerra, una guerra que ninguno desea perder pero el calor es tan sofocante que sus bocas se alejan de forma simultánea y se sonríen recíprocamente.

Kim, quién está sobre el regazo de su esposo comienza a mover sus caderas, en movimientos suaves de adelante hacía atrás, rozando su trasero con la creciente erección del chino.

— Mmh…Hannie, te estás poniendo tannnn duro — Susurra él relamiendo su labio inferior, buscando con la mirada los botones de la camisa de Luhan. Sus manos se acercan a ellos para quitar cada botón de su ojal, y así dejar el pecho de Luhan a su vista, completamente para él. Sus manos se pasean por él, y luego su boca se acerca a una de sus clavículas para morderlas y sentir como su propia erección crecía cuando oyó el gruñido por parte del ajeno.

­— Es por ti, bebé. Vos me calentás así…—Suscita entre cortado por culpa de los estímulos que recibía. Alza su cadera en busca de más roces cuando Minseok se detuvo tan sólo por unos segundos.

— Espera bebé, no estés tan desesperado. — Menciona el coreano cuando siente ese movimiento por parte de su ajeno. Se baja de su regazo y se hinca en el suelo, entre sus piernas. Sus manos quitan el cinturón y lo lanza al suelo, luego quita el botón y baja la cremallera, y con ayuda de Luhan es capaz de bajarle el pantalón junto con el bóxer siendo recibido por la gran erección de Luhan; Caliente y húmeda, como a él le gustaba y le volvía loco.

Su boca saliva más de lo normal pero se contiene. Su diestra se posa sobre el pene y comienza a masturbarlo, de arriba hacia abajo. Suave, lento y tortuoso.  Su pulgar e índice bajan el prepucio, jalándolo hacía abajo viendo como el pre semen comenzaba a salir por el orificio del glande. Y su otra mano se instala sobre los testículos, masajeando con tranquilidad. Sus dedos se cierran sobre el falo y comienza a mover su mano sobre el pene de su esposo, masturbándole rápido, sintiendo como su se generaban sonidos mojados entre roce y roce.

Su boca se dirige automáticamente al glande y saca su lengua para lamer el líquido transparente y degustarlo.

­— Mierda… ¡Sí! — Gruñe Luhan.

Y Minseok puede tomar eso como un incentivo para no detenerse, sino que ahora toma el glande con su boca, y comienza a succionar suavemente y luego con su lengua moverla alrededor del ápice del pene de su pareja. La mano que estaba sobre el pene la quita, y ahora va descendiendo sobre el (pene), metiéndolo poco a poco, centímetro a centímetro, a su boca; quien gustosa va tomándole por completo. Y cuando lo siente completamente dentro de él tanto que llega a golpear contra su garganta, rozando la campanilla generando una pequeña arcada que sabe controlar. Saca el pene de su boca con la misma lentitud, y cuando llega al glande lo vuelve a introducir, haciendo esa acción una y otra vez, cada vez más rápido y profundo, hasta que literalmente estaba auto penetrando su boca con la erección del ajeno.

Luhan muerde su labio inferior al sentir ese cosquilleo sobre su pene, extendiéndose de par en par por sus testículos, y luego por su columna vertebral. Varios gemidos y gruñidos se escapan de su boca, junto pequeños susurros llenos de improperios cuando su esposo se tragaba su pene. Sus dedos se pierden entre los castaños cabellos del más joven cuando siente que la velocidad aumenta, los jala con suavidad y comienza a alzar su cadera de a poco, acoplándose a los movimientos del más bajo.

Se queja en cuanto Minseok se separa de su pene, dejando un pequeño hilillo de saliva colgando del labio inferior del menor y su glande, pero este va desapareciendo hasta ya no existir. Minseok nota con el reproche que su esposo le estaba observando, y por esa razón solo sonríe mientras que ahora es su turno de ir desnudándose porque pronto vendría lo que ambos estaban esperando desde que comenzó todo.

 

Luhan le toma por el brazo y lo pone en el sofá, que se sostuviera sobre el respaldo con sus manos y alzara su trasero. Deja un azote sobre su blanco trasero y deja pequeños besos sobre sus nalgas. Sus manos abren el trasero del ajeno, y su boca se pierde en ese pequeño orificio, su lengua lame con tranquilidad mientras que su mano se dirige al pene del ajeno, masturbándole al mismo tiempo que lamía y succionaba con parsimonia el ano del ajeno. Minseok echa su cabeza hacía atrás en cuanto siente la lengua sobre esa zona tan sensible, y luego perdió su cordura cuando su esposo comenzó a masturbarle. Los gemidos salen, suaves y tenues a medida que los estímulos se encargan de hacer que su cuerpo cosquilleara y vibrara por el placer descomunal que su pareja siempre lograba hacer sentir en él.

­— Diossss…Hannie — Hunde su rostro contra el final del sofá y se muerde el labio inferior, moviendo su cadera contra el ajeno, en busca de más. ¡Porque joder, su esposo sí que se las ingeniaba como para dejarle deseoso por más y más! ­— No más…necesito tu pene, bebé. — Casi ruega, porque sabía que si su esposo continuaba de esa forma él sería el primero en correrse sin haber pasado ni siquiera veinte minutos luego de haber comenzado.

Luhan se separa de su trasero más no de su pene, sin dejar de masturbarle. Y sonríe al notar que su menor estaba necesitado por su erección, y para ser sinceros él deseaba hundirse en ese hoyito que siempre lograba ponerle más y más loco. Y sin moverle de esa posición toma su pene para alinearlo contra la entrada estrecha del ajeno para ir hundiéndose en él, penetrándole tan lento que ambos sufrían pero ninguno se quejaba. Y en un atraganto de placer Luhan mueve su cadera rápidamente, enterrándose por completo entre las paredes anales de su esposo.

­— ¡Joder!

Gruñen ambos. Minseok porque sintió como el glande del ajeno había dado un golpe de suerte, dando contra su  próstata más rápido que nunca. Y Luhan porque amaba cuando el interior de su esposo se estrechaba cuando golpeaba su punto dulce.

Sus manos se aferran a la cintura del ajeno, y comienza a mover su cadera de adelante hacía atrás de forma más lenta y cuidadosa, cierra sus ojos y muerde su labio inferior en cuanto siente que su esposo se encontraba tan caliente, apretado y mojado y facilitaba muchísimo más sus movimientos dentro.  Los jadeos inician, y pequeños gemidos de placer huyen entre las bocas de ambos involucrados.

Y Minseok comienza a alzar su trasero, moviéndolo contra la erección sintiendo como cada golpe rozaba muy apenas su próstata, y eso le volvía loco porque necesitaba volver a sentir como su interior vibraba en placer  y su mente se ponía en blanco, despegándose del espacio-tiempo real en el cual ambos estaban situados.

­— Mmh, mi amor…más, más fuerte — Exige mientras que frunce suavemente su  ceño, y volteaba su mirada a su ajeno como podía. Si bien no podía ver exactamente como aquella dureza ingresaba en él, le bastaba ver como el cuerpo perlado del ajeno arremetía contra su cuerpo, cerrando sus ojos y mordiéndose el labio inferior y arrugaba su nariz cada vez que gruñía.  Todo, y cada una de esas cosas volvían loco a Minseok. Luhan le volvía loco sin reparo alguno.

Y Luhan acató, y comenzó con embestidas más rápidas, iniciando un frenesí que realmente ninguno deseaba que se detuviera. Sus testículos chocaban contra la piel del trasero de Minseok, cual poco a poco se volvía rosa por los tenues azotes, golpeando una y otra vez, y también se mezclaba con el sonido húmedo y chapoteante de la entrada del menor al recibir el pene de su esposo dentro y fuera, sin detenimiento alguno.

— ¿Te gusta así…Minnie? — Dice el pelinegro entre jadeos y una voz entrecortada por cada movimiento que realizaba, y cada gemido tenue que dejaba salir de sus labios.

— Si, si me gusta… ¡Me encanta, amorcito! — Responde Minseok agarrotando sus manos sobre la funda de los almohadones del sofá. Sus nudillos se vuelven blancos y de su boca ya no salen gemidos sino que lloriqueos de completo placer ante cada embestida que rozaba su punto dulce, y otras que llegaban a tocar descaradamente su próstata haciéndole sentir histérico cuando su ano se expandía y su interior vibraba, entre pequeñas contracciones y espasmos del mismo placer.

— M-mierda…me voy a correr bebé…

— Córrete dentro amor, vamos… ¡Hazlo! — Lo que más amaba Minseok era sentir como su esposo le llenaba de su esencia y recorría su interior, para luego perderse por sus piernas.

Y varias embestidas más bastaron para que el Luhan llegara al clímax, gruñendo con fuerza cuando con ello le acompaño la eyaculación, acabando en el interior de su esposo; y sin dejar de moverse sintiendo como su propio semen se desbordaba del ano de Minseok y se paseaba por los muslos internos, bañándole las piernas.

 

Ambos acabaron con la respiración entrecortada, y exhaustos. 

Notas finales:

Dejen su comentario, plis. 


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