Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prohibida Seducción por Uchihauchiha

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es una idea que estuvo calando mi cabeza y fue más fuerte que yo. 

Según su aceptación, dependerá su continuación. 

POV Uchiha Sasuke

                Soy Uchiha Sasuke, tengo 22 años de edad, actualmente vivo en Tokio, junto a mi hermano mayor, Uchiha Itachi, soy cantante, solista y empresario, ya que tengo por padre a Uchiha Fugaku, dueño de las empresas Uchiha de Japón, mi hermano es el vicepresidente a sus 28 años de edad, anteriormente tenía mi apartamento de soltero, pero desde hace 1 mes estoy viviendo en el de mi hermano, que es mucho más grande y espacioso, él no le hacía mucha ilusión que viviese con ahí, pero quise hacerlo por dos razones, mi apartamento es el blanco de mil y un paparazzi y de fans por doquier y porque me dio la gana.

                Generalmente, nuestra relación es de amor y odio, él pues… Es muy perfecto, mucho más que yo y no lo soporto, siempre tan gentil, educado, elegante, altivo, orgulloso, dulce, amable, amoroso, imponente y es todo un malnacido, aunque él está soltero, yo no, pues hace un tiempo noté que mi único amigo me… Pues, me gustaba. Aún es algo difícil de decirlo, pero así es, entonces desde ese día que nos dimos cuenta, ahora mantenemos una relación, dónde sólo mi hermano, él y yo sabemos, hasta ahora…

                Es lo más inusual que me ha sucedido, nunca me habían gustado los hombres, bueno… Siempre he sentido una aguda atracción hacia mi hermano, pero creo que es más de admiración que de cualquier otra cosa, sin embargo, no me considero homosexual, pues Naruto es el único chico que me ha gustado, de lo contrario sólo he estado con mujeres únicamente para pasar el rato.

                A Itachi no le agrada demasiado la idea de que esté saliendo con él, siempre dice que eso me afectará en mi carrera como cantante y como empresario, en fin… él siempre se ha caracterizado como sobreprotector conmigo, desde que tengo memoria. Mi relación con Naruto es bastante extraña, siempre nos tratamos como amigos, aunque por razones obvias hay momentos excepcionales, pero por lo general nos tratamos igual que siempre, nos conocemos desde pequeños, él es adverso a mí en todos los sentidos, es gritón y revoltoso, mientras yo soy callado y tenaz, lo único que tenemos en común es la pasión por las artes marciales, practicamos ninjutsu juntos desde que recuerdo, al igual que mi hermano, él nos lleva ventaja, ya que es mayor, sin embargo soy casi igual de bueno que él.

                Actualmente estoy en el apartamento de Itachi, de vacaciones, terminé mi gira por toda Europa hace 3 semanas, mi padre no está de acuerdo con esa carrera, sin embargo no me importa, disfruto cantar al igual que el ninjutsu, no me agrada demasiado la vida como empresario, es lo que menos hago, mi padre cada vez que puede intenta meterme hasta por los ojos el gusto por ello, pero no me gusta ni me gustará.

                Me encontraba relajado en la sala del apartamento, haciendo zapping en la tele, apenas estaba despertando, siendo las 11am, amanecí con ganas de absolutamente nada, me encontraba sólo, mi hermano estaba de viaje, llevaba aproximadamente dos semanas viviendo sólo allí, estaba en cuestiones de negocios. De pronto, escuché como la manilla de la puerta principal se giraba, lo cual significaba dos cosas, Itachi había vuelto o mi padre estaba de visita y sinceramente crucé los dedos porque fuese la primera, miré con parsimonia cada movimiento de la puerta, mientras esta se abría lentamente, entonces vi como unos mechones negros largos empezaban a asomarse por la puerta.

— ¡Itachi! — Pensé al instante y efectivamente era él, finalmente la puerta terminó de abrirse y pude verlo completo, lleno de bolsas y cajas por todos lados.

— ¿Quisieras dejar de mirarme? Al menos levántate y ayúdame.  — Me dijo, con el ceño fruncido, yo me burlé bajito y sólo me levanté a ayudarle, olvidando por completo que estaba en bóxer. — ¿Sigues invernando? — Me preguntó mientras pasaba y dejaba algunas bolas en la barra de la cocina, pues lo último que supo de mí era que no deseaba salir de su cómodo apartamento, estaba agotado entre tanto jaleo de las giras, fans, escenarios, fiestas y todo eso.

— Sí. — Dije, con mi neutralidad habitual. — ¿Cómo te fue? — Cuestioné imitándole, acomodando las bolsas sobre la misma barra.

— Hmn, sin novedades, pude solucionar los problemas que habían suscitado en Australia. — Dijo, sin mirarme, buscando algo en una de las bolsas. — Ten, ropa para que te vistas, ya que al parecer no tienes. — Dijo irónico, refiriéndose a mi casi desnudez, entregándome una camisa negra muy elegante y un pantalón de vestir negro igualmente, sentí como mis mejillas se tiñeron de rosa, Itachi no me veía en bóxer desde los 8 años.

—Idiota. — Dije, tapándome con la ropa teniendo el rostro encendido, Itachi se burló e hizo caso omiso.

— ¿Cómo va tu vida llena de fans? — Preguntó, sacando una coca cola de lata del enfriador.

— Hasta ahora no he salido de acá, no tengo pienso de hacerlo, por si tienes dudas. — Dije, volviendo al sillón donde anteriormente estaba.

— No es como si te estuviese invitando a hacer algo. — Respondió de la misma forma que yo.

                Desde que comencé a vivir con él, sólo hemos convivido por dos semanas, por mi gira y su repentino viaje, así que ahora me sentía un poco extraño teniéndolo allí, hice caso omiso a mis pensamientos, Itachi se llevó unas cuantas bolsas a su habitación y cerró la puerta, yo continué mi sedentario día frente al plasma. A los minutos mi celular vibró.

New whatsapp, Naruto, 04-12, 11:25am:

—Teme, estoy aburrido. ¿Puedo ir al apartamento de tu hermano?

Naruto venía casi todos los días a hacerme compañía, vivíamos peleando, pero era mi único amigo y bueno, pareja. Pero Itachi estaba de regreso, no era buena idea que viniera estando él aquí.

Ya Itachi regresó.

¿Qué? A veces siento que Itachi me odia-tteba.

No seas imbécil, sólo no está de acuerdo con… ya sabes con qué.

No me digas imbécil, idiota. ¡Ya lo sé-dattebayo!

Entrenemos.

¡En el dojo en 20minutos!

                Finalmente Naruto me convenció para salir, entré a mi habitación, me cambié rápidamente, metí el uniforme en mi bolso, me puse unos lentes y una gorra, tratando de pasar desapercibido. El dojo era el lugar donde entrenábamos, quedaba en un pequeño lugar de Tokio, una pequeña aldea a las afueras de la ciudad, llamada konoha, no era frecuentada ni popular, perfecto para alguien como yo para pasar inadvertido.

— ¿A dónde vas? — Cuestionó Itachi, saliendo de su habitación con una pequeña toalla alrededor de la cintura y el cepillo de dientes en su mano izquierda, mientras la otra sostenía otra toalla.

—A… — Dije suspensivamente, hace mucho que no lo veía sin camiseta, siempre andaba con camisas largas, sacos y cosas así. — *Carraspeo* Al dojo a entrenar. — Dije, incorporándome, sinceramente el cuerpo de Itachi a cualquiera dejaba sin aliento, era tal como una escultura, me siento un poco extraño teniendo estas clases de pensamiento, pero, realmente debo admitirlo.

— Bah, apenas llego y tú ya te vas. — Dijo, girándose.

— Si quieres ven y entrena con nosotros, hace mucho que no entrenamos. — Le dije, despreocupado.

— Estoy un poco cansado, ve tú, nos vemos más tarde. — Dijo finalmente, entrando de nuevo a su habitación.

                Por mi parte, decidí salir en la moto de Cross que tenía para casos especiales, la encendí y a toda velocidad me adentré en las calles de Tokio, aceleré el ritmo y el 19min estaba en konoha, frente al dojo, viendo como Naruto llegaba en su moto igualmente.

—Siempre quieres hacer lo que yo, Usuratonkachi. — Le dije alzando la voz, viendo cómo se estacionaba, picándole, ya que coincidimos al elegir el vehículo. Naruto es hijo de los Namikaze, al igual que yo, una familia bastante adinerada, incluso sus padres y los míos están asociados con negocios empresariales.

— ¡Sasuke-teme! — Me gritó, quitándose los lentes que llevaba en ese momento.

— Deja de gritar. — Le dije, serio. A pesar de todos los años que llevo conociendo a este idiota, jamás entendí como puede ser tan buen ninja, si es tan revoltoso.

— Jamás dejarás de ser un estirado-tteba. — Dijo, bajándose de la moto.

— ¿Estamos acá para entrenar o para tomar el té? — Le dije con ironía, Naruto arrugó el ceño, yo sólo subí una ceja, solíamos entendernos a través de gestos y señas, caminamos sin hablar demasiado, hasta entrar al dojo, ambos nos cambiamos y comenzamos el entrenamiento, luchando sin miramientos, llevábamos años practicando, éramos ninjas de elite, mi padre Uchiha Fugaku y su padre Namikaze Minato también eran ninjas, sin embargo, eso por razones obvias era secreto, sólo los que formábamos parte del ninjutsu lo sabíamos. Transcurrieron varías horas, trabajando sólo derribes, técnicas, equilibrio, concentración de energía y meditación.

                Al cabo de unas horas, decidimos hacerlo más realista, salimos de allí y nos sumergimos en el bosque de entrenamiento, y sobre los arboles comenzamos a luchar, siempre me caractericé por un excelente y casi perfecto manejo del kenjutsu, Naruto siempre fue mejor en taijutsu, sin embargo también manejaba otras armas, con cuchillas, lanzas, y otras. El entrenamiento se alargó, me había cansado, quería detenerme, el tiempo pasó volando, bueno, cada vez que entrenábamos el tiempo corría a una velocidad inhumana, la noche estaba a punto de caer e Itachi acababa de llegar de un viaje largo, como mínimo debía llegar temprano al apartamento hoy, estaba justo sobre una rama cuando decidí detenerme.

— Detenga… — No pude acabar la frase cuando el idiota se fue sobre mí y para no caerme tuve que sostenerme como fuera, provocando un tirón muscular en mi pierna izquierda. — ¡Maldito infeliz! — Le grité intentado incorporarme, sentándome en la rama del árbol.

— ¿Qué demonios? — Dijo Naruto, confundido.

— Grandísimo idiota, quería avisarte que iba a detenerme, por ello bajé mis defensas, deduje que comprendiste mi pausa. — Le dije, sosteniéndome el área del muslo interno de mi pierna.

— Lo siento teme, no creí que te detendrías ¿Todo está bien? — Me preguntó, preocupado.

— ¡Por supuesto que no idiota! Ahora tengo un maldito tirón muscular. — Respondí, molesto.

— Es tal como si fueses un maldito novato-ttebayo, a parte pareces una mujer menstruando, estás más quejicas que siempre Sasuke. — Dijo serio, y no dejaba de tener razón, había algo que me tenía irritado e incómodo, sin embargo, no sabía lo que era.

— Cállate. — Dije, mucho más serio. 

— *Suspiro* Vamos, te llevaré al apartamento de tu hermano. — Me dijo, ayudando a levantarme, no me opuse, Naruto siempre estaba ahí cuando lo necesitaba, me cambié y guardó mi moto en el dojo, con su ayuda me subí en la suya y arrancamos. A toda velocidad íbamos en aquella moto, sin permitir a las personas alrededor que distinguiesen quienes iban en el vehículo.

                A los minutos llegamos al apartamento, llamé a Itachi que bajase un momento, ya que él vivía en el piso 13 y realmente no podía caminar, el tirón era fuerte y dolía. Itachi llegó a los segundos a donde nos encontrábamos Naruto y yo.

—Ototo-baka ¿Qué te sucedió? — Preguntó, con un deje de preocupación.

— Un… accidente entrenando, ayúdame a subir. — Le pedí.

— ¿Por favor? — Me dijo, picándome.

— Imbécil. — Dije, arrugando el ceño.

— Sasuke…. No seas maleducado. — Habló Naruto, mientras yo me giraba con la única intención de asesinarlo con mis ojos. — Sé amable con tu hermano. — Dijo, dedicándole una mirada a Itachi, mientras mi hermano esperaba mis palabras.

— Cállate Naruto. — Dije regresándole una filosa mirada — Por favor. — Tuve que pronunciar entre dientes, Itachi sonrió satisfactoriamente, mientras se giraba y se acercaba a la moto donde aún estaba sentado, ofreciéndome su espalda para montarme sobre ella. — ¿Qué? ¿Estás loco? Dije que me ayudaras a subir, no que me cargaras idiota.

— Cállate y sube. — Me dijo con ese tono autoritario pero a la vez amable que sólo puede crear él, no pude hacer más que obedecerle, con un ligero sonrojo en mis mejillas, subí a su fuerte espalda, mientras Naruto reía.

— Mejórate idiota. — Me dijo, guiñándome un ojo.

— Imbécil. — Le insulté, con una ligera sonrisa.

Itachi permaneció inmutable, sólo caminó y entramos en el ascensor.

— ¿Cómo ocurrió? — Preguntó.

— Fue culpa de Naruto, practicábamos taijutsu sobre árboles. — Le respondí, aún sobre su espalda.

— Ya veo, parece que estás oxidado hermanito. — Dijo, burlándose.

— ¡Tch! Cállate Itachi. — Dije, arrugando el entrecejo.

Finalmente el elevador llegó a su destino, Itachi caminó, entramos al apartamento y me dejó en mi habitación.

— ¿Puedes ducharte sólo? — Preguntó mi hermano, estando a un paso de salir del cuarto.

— Sí… Pero, creo que… no puedo quitarme el pantalón. — Dije, entrecortadamente, aquella situación era vergonzosa, la articulación de la pierna izquierda y el muslo me dolía a horrores.

— Venga, te ayudo. — Me dijo, sin más se agachó frente a mí y me despojó lentamente de la parte inferior de mi ropa.

POV End, Uchiha Sasuke.

 

 

POV Uchiha Itachi

                Realmente lo pensé dos veces antes de agacharme frente a Sasuke, aunque finamente me dejé de estupideces y lo hice, le solté el broche y le saqué con cuidado el pantalón, escuché como se quejó un poco de dolor y no pude evitar ver como ese color blanco impecable de su piel resaltaba ante ese pequeño Calvin Klein rojo que llevaba puesto ahora, ladeé la cabeza.

— ¿Estás seguro que puedes ducharte sólo? — Pregunté aún sin levantarme, estaba preocupado.

— Que sí Itachi. — Respondió ceñudo, haciéndome a un lado.

— Vale. — Respondí, justo cuando iba a levantarme, pude percibir un olor exquisito, demasiado diría yo, aspiré más profundo y efectivamente venía de Sasuke, su transpiración ligada con el olor a ese perfume que usaba, ese one millon que enloquece a cualquiera, justo en ese instante noté como Sasuke me veía mientras yo inhalaba profundo, di un giro brusco a la mueca de gusto que tenía en mi rostro, para reemplazarla por una de asco fingido. — Y vaya que te hace falta una ducha. — Le dije y me levanté.

— Idiota. — Me insultó creyéndose la farsa, mientras se levantaba con ayuda de la cama y caminó con dificultad hasta al baño de su habitación, cerrando la puerta.

                Me quedé pensando en ese instante, ese pequeño idiota ha crecido demasiado, es todo un hombre de espalda ancha, abdomen formado y fuertes pectorales, cada día se parece más a mí y es todo un caos. Ladeé la cabeza por segunda vez consecutiva, respiré profundo y salí de la habitación, yéndome a la mía. Me acosté en mi cama y encendí el plasma, me quedé viendo absolutamente nada, sólo hacía zapping, no sé ver televisión sólo, me aburren todos los programas.

                Pasaron 20min exactos cuando escuché un estruendoso ruido que provenía de la habitación de Sasuke, volé de la cama y llegué al instante a su habitación, la imagen que vi fue… no sé cómo describirla, el caso es que vi a mi hermanito tirado en el suelo, cubierto por una toalla y con el pie derecho enredado en la alfombra del cuarto.

— ¿Por qué coño tienes una maldita alfombra aquí? — Me dijo, aún tirado en el suelo, me moví rápido y lo levanté con cuidado mientras intentaba contener la risa. — Ríete nada más, idiota. — Me advirtió agarrándose de mí, sentándose en la cama.

— Eres todo un inútil por un simple tirón Sasuke. — Me burlé, no pude evitarlo.

— ¡Cállate Itachi! Lárgate. — Me gritó bastante sonrojado, lo que este no sabía era lo adorable que se veía cuando sus mejillas se teñían de ese color tan característico en él.

— Vamos, no seas tan quejicas Sasuke, termina de vestirte y tendré que darte un masaje en ese musculo, sino acabarás con algo peor que un simple tirón. — Le dije, simulando seriedad, pero era bastante gracioso verlo en ese estado de vulnerabilidad. Sasuke me miró ceñudo, me di cuenta que no quería levantarse de la cama, al parecer si le dolía. — ¿Te alcanzo el bóxer? — Le pregunté.

— No. — Me dijo sin mirarme, aún sonrojado y con el ceño fruncido.

— Entonces sólo acuéstate y no te muevas hasta que te dé el masaje, ototo-baka.

— No quiero un masaje idiota. — Respondió sin más.

— Entonces supongo que podrás dormir con el dolor. — Le dije, aparentando indiferencia. Tenía algo de conocimiento sobre las cosas de ninjas médicos, por lo tanto sabía cómo calmar un dolor de esa magnitud, Sasuke lo sabía pero era terco.

— Vale, pero que sea rápido, quiero dormir. — Me dijo, accediendo a mi masaje, sonreí por lo bajo, caminé hacia el closet de mi habitación, tomé aceite tibio con fragancia a canela, fui de nuevo a su habitación y lo vi acostado boca arriba aún con la toalla blanca alrededor de su cintura.

— Voltéate Sasuke. — Le dije, Sasuke intentó hacer fuerza para girarse, quejándose al instante de dolor.

— ¡Maldición no puedo! — Me dijo, golpeando el colchón con el puño.

— Vamos, cálmate, te ayudaré. — Me acerqué con cuidado, lo tomé por su cintura y lo giré un poco hasta que se quedó boca abajo. Tuve que pestañar varias veces, estaba sólo en toalla, y sus glúteos se veían perfectamente redondos debajo de la tela que lo cubría, ladeé la cabeza y unté el aceite en mis manos y las froté, haciendo que este se calentara, coloqué mis manos con cuidado en los tobillos, no hubo reacción por parte de Sasuke, masajee suavemente, ascendí un poco con timidez, me posé sobre sus gemelos, masajee con ambas manos.

— Realmente están contraídos. — Le dije, refiriéndome a la parte posterior de sus piernas, Sasuke murmuró asintiendo, mis manos estaban tibias y por naturaleza son bastante suaves, así que al menos sé que no le desagradaba, al contrario comenzaba a sentir como se relajaba progresivamente. Ascendí un poco más por sus piernas, llegando justo en sus articulaciones, escuché como se quejó ligeramente de dolor, había llegado al área que tanto le dolía. Su piel era suave como el terciopelo, podía tocarla toda la noche si me lo permitiese.

                Comencé a dedicar ambas manos a la articulación izquierda que tanto le dolía, toqué con las yemas de mis dedos y vi como contrajo sus músculos, justo allí era. —Dolerá un poco. — Avisé, antes de aumentar la intensidad del masaje. Un gruñido de dolor salió de su garganta. — Relájate, sino dolerá más Sasuke. — Le dije, prolongando el masaje en esa área, allí estuve hasta que noté como ya no se quejaba, continué, llegando a sus muslos, justo en la parte interna, subí mis manos con delicadeza, deslizándola por su suave piel, por mi parte, había comenzado a sudar, mientras Sasuke permanecía inmóvil, supongo que el masaje estaba haciendo efecto.

                Subí todo lo que pude mis inquietas manos, llegando casi al borde sus glúteos, entonces sentí como Sasuke emitió un tímido quejido, casi imperceptible, sin embargo, supe que no era de dolor. Me quité una gota de sudor que se deslizaba por la frente, dar ese tipo de masajes requería de fuerza y técnica, pero también sabía que ese sudor no era precisamente por eso; continué masajeando el área afectada, justo en la parte interna del muslo izquierdo, allí me detuve por un rato, tocando con delicadeza ese fuerte musculo, estaba perfectamente definido, tenía unas piernas preciosas, realmente.

— Debes voltearte de nuevo Sasuke. — Dije, enderezándome, advirtiéndole que para continuar debía cambiar de posición.

— Ayúdame. — Me pidió, yo sin chistar de nuevo ayudé a voltearlo, se relajó de nuevo y cerró los ojos, mientras sus brazos reposaban en cada lado de su cuerpo. Y yo podía disfrutar de una escultural vista, su piel parecía tallada en mármol, era perfecta, similar a la mía, dos tonos más claros tal vez. Sus piernas permanecían ligeramente separadas, y yo luchaba por mantener mi mente centrada, tal vez lo tibio del aceite más aquel afrodisiaco aroma comenzaban a hacer estragos en mi mente.

                Subí mis manos desde los pies hasta llegar de nuevo a sus muslos, masajee con fuerza sus cuádriceps, pude percibir como sus músculos ahora estaban bastante relajados. Me detuve unos segundos, realmente estaba saliéndome de sí, inhalé profundo, tomé un poco de aceite y lo unté de nuevo en la palma de mis manos, me incliné un poco hacía delante y descendí ahora hasta la parte interna de sus muslos con delicadeza, sintiendo cada fragmento de su piel debajo de mis manos.

                Sasuke estaba en un estado de relajación casi rozando en la hipnosis, ni siquiera abría los ojos, sólo estaba allí, con su cuerpo en total reposo, mientras mi cuerpo hervía en calor y sudaba frío, pero al parecer mi mente estaba hipnotizada pero por la suavidad de su cuerpo, y cualquiera en sus cinco sentidos hubiese sabido que era hora de detenerse, ya había hecho el trabajo ortopédico que Sasuke necesitaba, ahora estaba por puro vicio. Me aventuré un poco más, y apreté un poco el área interna de sus muslos, entonces percibí como Sasuke dio un respingo, reacción que despertó mi curiosidad… Mala idea, sin embargo no pude detenerme, subí un poco más mis manos y me acerqué peligrosamente a su intimidad, entonces noté como Sasuke apretaba las sábanas con sus manos, le estaba gustando, de eso no había duda, le estaba gustando tanto como a mí.

                Me incliné un poco más, y aún con la toalla puesta, metí mis manos más allá, tocando sus caderas, sin invadir el área intima, con la necesidad de acceder a lo prohibido, pero negándome a hacerlo, observando como él suspiraba con profundidad, mientras sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas y debajo de aquella fina tela que lo envolvía, algo comenzaba a cobrar vida. Me mordí el labio inferior, la situación era confusa y Sasuke ni siquiera abría los ojos, era tal como si se negara a que parara pero que si abría los ojos debía detenerme, era como… como una ¿Prohibida Seducción?

Notas finales:

¿Reviews? <3. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).