Es sábado por la mañana, y el ruido de la calle me despierta, aunque yo solo me giro y vuelvo a dormir. El trabajo que hago por las noches es bastante agotador, aunque ya tenga tiempo haciéndolo. Enredándome entre las cobijas, pienso en cuanto tiempo más debería trabajar ahí. Cada vez será más arriesgado tener una doble vida, y si consigo un trabajo me meteré en problemas si se llega a descubrir que vendo mi cuerpo. Aun si dejara mi vida normal por dedicarme solo a venderme durare solo algunos años, ya no seré tan joven y las oportunidades se acabaran. Tampoco es lo que decidí para mi vida.
Es casi medio día cuando me levanto, en pijama y con hambre. No tengo ganas de cocinar, así que mejor voy a comer fuera. Busco algo de ropa cómoda para salir, y después me pongo a buscar mi billetera, que sabrá dios donde quedo. Usualmente suelo ser ordenado, pero si llego tarde a casa suelo dejar las cosas en donde sea.
.- dinero… dinero… dinero…- murmuro, revolviendo en los cojines de los sillones, incluso debajo del sofá. Al final la termino encontrando entre la ropa sucia del cesto del baño. ¿Debería invitar alguien conmigo? Creo que es algo tarde para hacer planes con mis amigos. Al final decido ir solo y usar un poco mi motocicleta a pesar de que este nublado y parezca que va a llover.
.- hola.- pego un brinco cuando la voz suena a mis espaldas.
.- Julien… ¿Qué…?-
.- ¿Te asuste?-
.- No. ¿Qué haces aquí?- es la primera vez que me encuentro con alguno de mis clientes fuera del área del bar, y es algo incómodo.
.- solo pasaba por aquí...-
.- aja, y yo nací en marte y tengo tres cabezas.- me cruzo de brazos, algo molesto. Que Julien quiera algo conmigo en el trabajo es una cosa, pero aquí las cosas son distintas.
.- relájate Mitch. De verdad esto no fue más que una coincidencia.- su cara seria me hace dudar unos momentos. Puede que sea un completo imbécil, pero hasta ahora no tengo razones para no creerle.
.- ¿Qué es lo que quieres?-
.- saludarte, hablar contigo.-
.- estoy ocupado.-
.- no lo pareces.-
.- no quiero hablar contigo.-
.- Mitch, sé que no estás en horas de trabajo, no te pediré algo así.- suelto un bufido. Julien parece sincero, pero no sé cómo debería comportarme con él después de mi rechazo y el hecho de que aun después de eso seguimos acostándonos. Además, no conozco mucho al verdadero Julien.
.- es la primera vez que me encuentro con alguien de esta manera.- reconozco al fin.
.- ¿A dónde ibas?-
.- yo…-
.- te invito a comer.-me pregunto si no habré juzgado mal a Julien. No sigo interesado en él, y cualquier error mío puede hacer que el crea que yo tengo algún interés en él. Mi estómago gruñe, ah es estupendo que este en la calle y no se haya escuchado nada.
.- bien.- acepto. Tengo hambre, es comida gratis y algo de compañía para comer no cae mal, si bien es Julien de quien hablo. Aun me molesta el hecho de que Julien sepa donde vivo.- que no sea muy lejos y ni creas que esto puedes ir más allá.- Julien alza las manos, sonriendo.
.- entendido. Mi auto esta allá ¿vamos?-con un suspiro desganado camino siguiendo a Julien. Lleva un traje informal y unos lentes de sol ocultan sus ojos. Algunas chicas que pasan por ahí le miran sin discreción y por primera vez me pregunto si Julien es gay ¿se ha acostado con alguien aparte de mí en el bar? La verdad, no me acuerdo.
.- eres muy guapo.- digo, mirando aun a las chicas.
.- ¿es un cumplido?-
.- no, es algo así como una verdad. Las chicas te observan mucho.-
.- bueno, no es como si fuera mi culpa. Tú tampoco eres feo que digamos. De hecho, eres muy atractivo.-
.- lo sé, pero la gente nunca me mira como a ti.-
.- yo te miro.- maldición, se supone que tengo que evitar que piense que sigo interesado, y ahora parece que estoy coqueteando con él. Genial, Mitch a ver si algún día dejas de ser tan hablador. ¿Alguien se pregunta si no me da miedo subir al auto de un casi desconocido con tanto demente que anda por ahí? La verdad, no. No confió del todo en Julien, de igual modo siempre agradeceré las clases de defensa personal que tome. No digo nada mientras el auto se mueve por la ciudad.
El restaurant al que llegamos es bastante normal considerando a Julien, había esperado que llegáramos algún lugar caro y elegante y no, no es que me guste frecuentar esos lugares. Quizá la parte de Julien que conozco no sea tan verdadera como creía.
.- creo que hoy solo quiero un hamburguesa.- digo, mirando el menú. Todo lo demás no me gusta.
.- ¿seguro?-
.- si.- la comida me hace recordar al mocoso diciendo que mi comida estaba quemada. Mocoso insolente.
.- ¿Mitch?-
.- recordaba algo molesto.- digo, olvidándome de Enzo. Miro a Julien, sin saber que decir. ¿Qué le puedes decir? No estoy en horas de trabajo y sinceramente no tengo ganas de hablar con él. Parece que él tampoco sabe que decir.
.- Hay…- Julien se aclara la garganta.- hay algo que quisiera hablar, pero...-
.- ¿podemos esperar a que terminemos la comida?- interrumpo, pues he visto nuestra comida acercarse, además, si decido huir me habré largado sin comer y no valdrá la pena todo esto. El olor de mi hamburguesa solo hace que se me haga agua la boca, y sin esperar más me la llevo a la boca dándole una gran mordida. Termino mucho antes que Julien, que está comiendo una clase de sopa o algo aguado.- ah, estaba deliciosa.-
.- umm.- me dedico a juguetear con las papas fritas y la captsu. ¿Me podre ir ya? ¿Julien va a pagar o yo pagare lo mío?- Mitch…-
.- ¿Qué?-
.- estaba pensando que quizá deberíamos conocernos mejor, no se hablar sobre lo que nos gusta y esas cosas.-
.- Julien, esto es algo incómodo, creo que no deberíamos. Eres mi cliente en una casa de citas y esto está algo fuera de lo que acostumbro.- Julien me observa.
.- ¿Por qué me rechazaste?- guau, que directo.
.- porque… no quería nada contigo.-
.- pero tu… estuviste tanto tiempo… pensé que tu querías…-
.- oye… disculpa si hice que me malinterpretaras, pero eso es parte de mi trabajo. No negare que eres guapo y todo, pero realmente no estoy interesado en ti.-
.- solo trabajo entonces…-
.- si lo quieres ver así. Pienso que quizá sea más fácil para ti si buscas a otro acompañante en el bar, solo para evitar más malentendidos.-
.- el único que malentiende las cosas eres tú, ¿Por qué sigues en ese lugar si puedes venir conmigo y dejarte de esas cosas?- Ja, parece que he enojado a Julien. No es que me interese.
.- solo porque no quiero estar contigo, y es cosa mía si sigo vendiéndome o no. Si solo quieres hablar de eso, entonces será mejor que me vaya. Gracias por la comida.- digo, levantándome y dejando algunos billetes en la mesa, un buen precio para alejarme de él.
.- ¡Mitch!- yo solo camino más rápido para salir. De igual modo, las meseras no dejaran que Julien salga solo así, cosa que aprovechare para irme lo más lejos que pueda. Cuando salgo del restaurant, comienzo a correr.
Arg, al final ha sido una pésima idea haber venido con Julien. Unas calles más dejo de correr y comienzo a caminar. Sobre mí, el cielo retumba y de nuevo aprieto el paso tratando de llegar a la parada y buscando algún taxi por la calle. Estoy algo lejos de casa. No hay ningún taxi en lo que llego a la parada y tengo que correr porque el autobús está ahí y no pienso esperar el otro. Ah, estupendo ahora llueve… parece que da igual si corría o no. Verán, el autobús me dejara a varias cuadras de mi casa, no necesito ser muy listo para saber que me mojare.
Cuando me bajo, porque el autobús va lejos y tengo que bajar, vuelvo a correr. Siempre he pensado que correr bajo la lluvia es de idiotas, pero también es algo inevitable cuando te estas mojando. La lluvia es bastante fuerte, por lo que termino refugiado bajo el toldo de una tienda.
.- estupendo.- murmuro, sacudiendo mí cabello. La lluvia solo parece aumentar, y comienzo a resignarme a que me tendré que mojar. Cuando estoy a punto de salir corriendo, alguien se me atraviesa y termino empujado de nuevo a la pared.
.- ¡lo siento! Discúlpeme… ¿Mitch?- es Nash quien llega igual de mojado que yo.- lo siento, te confundí con una chica.-
.- ¿y por eso no merezco tus disculpas?- respondo, cruzando los brazos.
.- ¡No, no! Eso no es verdad.- suelto una carcajada al ver la cara que ha puesto.
.- estoy jugando ¿Dónde está Enzo?-
.- en casa de sus abuelos, algunos fines de semana se queda allá. Siempre vamos en autobús, hoy es un mal día para usarlo.-
.- dímelo a mí.- me reclino en la barda.- no parece que vaya a dejar de llover pronto.-
.- eso parece.- Nash mira al cielo.- ¿ibas a tu casa?-
.- sí, estoy mojado ya. Un poco más de agua no hace diferencia.- parece meditar mi respuesta. No pienso quedarme ahí esperando a que deje de llover. Antes de que digamos algo más, un auto pasa por la calle, levantando una gran cantidad de agua. Por puro reflejo mis manos se alzan, pero el agua nos baña por completo.- ¡MALNACIDO HIJO DE….!
.-Mitch…-
.- ¡ojala y se te quede el auto!- sacudo el agua de mi ropa, aunque es inútil.- Estúpido conductor, estúpida lluvia…- murmuro, exprimiendo mi ropa. La risa de Nash me hace voltear.- ¿es muy divertido?-
.- un poco, sí.-
.- ah, maldición. Me largo a casa.- digo, saliendo del toldo y chapoteando en el agua. Estoy empapado, un poco más de agua no hace diferencia pero que me le hayan echado de esa manera me molesta. Unos pasos más y Nash me alcanza.
.- te acompaño. Yo también ya estoy mojado.- me dice, gritando para que pueda escucharle sobre el ruido de la lluvia. Las tres cuadras que nos separan de los departamentos las recorremos rápidamente, pues la lluvia es muy insistente. Cuando entramos en el pasillo de los departamentos, ambos nos sacudimos. Yo con más fuerza.
.- que frio. Maldición.- murmuro.
.- procura bañarte con agua caliente y toma chocolate caliente también para que no enfermes.- parpadeo antes de reír.
.- claro, padre negligente.- le digo, sacándole una sonrisa. Camino hasta mi puerta, buscando mis llaves. Nash hace lo propio. Mis ojos se quedan viendo como tantea por toda su ropa, una y otra vez.
.- ¿pasa algo?- pregunto, reclinándome en la pared y sonriendo burlonamente.
.- mis llaves, creo que se me cayeron en la lluvia.- suelto una risa.
.- ¿no tienes otras?-
.- Enzo las tiene. Y un cerrajero no vendrá con esta lluvia.- suena abatido.
.- ah, bueno que más da ¿quieres venir o dormir en el pasillo?-
.- ¿de verdad? Ah, muchas gracias.- Nash camina hacia mí, mientras rio de nuevo.
.- aparte de negligente, descuidado.- Nash ríe un poco, pero luego ríe mucho más cuando resbalo en el piso con los zapatos mojados. Mis piernas se mueven cómicamente tratando de mantener el equilibrio antes de que caiga de rodillas.
.- lo siento ¿estás bien?- estúpido Nash. Ignoro su mano extendida para levantarme con cuidado y por mi cuenta.
.- lo estoy.-
.- ¿no es impertinente que me quede?-
.- Naa, descuida.- lo dejo en la sala mientras voy al baño por unas toallas.- toma, preparare el baño o ambos terminaremos con gripe.- no paso mucho para que el agua este tibia y entre a darme un baño rápido.- listo, puedes usar el baño.- digo entrando a la sala y secándome el cabello. Mi ropa quizá te quede un poco ajustada, la deje sobre el cesto.-
.- muchas g… ammm…-
.- ¿Qué?- pregunto, levantando la toalla de mis ojos. Nash me está mirando, con una expresión avergonzada. ¿Qué hice ahora? Según yo, nada.
.- nada… gracias por la hospitalidad…-
.- ¿es porque no llevo camisa?- pregunto mirándome, haciendo que Nash de sonroje un poco.- ¿es en serio?- resoplo, algo fastidiado.- ¿acaso eres adolecente o qué? Padre degenerado -
.- no, no es… por favor, ignora eso.- dice, suspirando derrotado, a lo que yo suelto una risita. Es bastante entretenido molestar a este par, padre e hijo.
.- bien. El baño esta por allá.- señalo, mientras voy al sofá y enciendo la televisión. Maldición, siento demasiado frio, así que solo me hago bolita en una esquina del sofá. Estoy tan como que comienzo a dormitar. No es muy tarde, pero los días lluviosos me dan sueño, no hay nada que hacer y la televisión no logra entretenerme.
.- termine, ¿Dónde puedo dejar la toalla?-
.- déjala en…- trato de no reír, de verdad que lo intento, pero al final suelto una carcajada al ver a Nash con una ajustada playera negra y unos short cortos.- lo siento, lo siento… déjala en el baño.- logro responder con dificultad. Nash no me dice nada, y regresa al baño.
.- ¿tan mal me veo?- pregunta cuando regresa a la sala.
.- ridículo, sí, pero mal no.- mi ropa nunca se ve mal, en mi.- siempre te veo con trajes. Es raro el cambio.-
.- bueno, no tengo mucho tiempo libre. ¿Puedo usar tu cocina?-
.- adelante… ¿No te aburres de estar todo el día en el mismo lugar? En el banco donde trabajas. Yo creo que no podría hacer un trabajo como ese.- digo, aburrido después de un largo rato de escuchar solo los ruidos de la cocina, la lluvia y la televisión.
.- no es muy complicado, pero de vez en cuando es agotador. Muchas veces no puedo estar en los eventos escolares de Enzo.-
.- umm. Yo pensaba en los clientes molestos. Como sea, vestir ropa formal no es lo mío.-
.- bueno, no lo es para muchas personas… ten.- me retuerzo para ver qué es lo que me da. Una taza humeante, la tomo con cuidado.- es té caliente. No tenías chocolate.-
.- no soy un niño.- respondo soplándole a la taza.- si tienes hambre puedes revisar el refrigerador.- le doy un sorbo a la taza, probando el sabor. Es demasiado bueno, tanto que miro incrédulo el líquido humeante.
.- está bien… ¿pasa algo? ¿No te gusto el té?-
.- está buenísimo. ¿Qué le pusiste?-
.- eh... nada, es solo té de sobre.- doy otro trago. A mí no me sabe igual cuando lo preparo.
.- sabe muy bien. Ah.- suelto una risa.- es la primera vez en mucho tiempo que alguien prepara algo para mí.- digo, sentándome correctamente. Nash me mira algo sorprendido.
.- ¿no has vivido con alguien?-
.-no. Vivo solo desde hace tiempo. Cuando vivía en casa de mis padres también yo preparaba mi comida desde que tenía doce.-
.- yo tuve que aprender a cocinar cuando me quede con Enzo. Mi ex se encargaba de eso hasta que… bueno, decidió otras cosas.-
.- ah, cierto. ¿Tuviste problemas con ella?- pregunto, mientras Nash se sienta en el mismo sofá, pero no cerca de mí.
.- tuvimos diferencias por Enzo, desde que nació… de seguro piensas que no quiere a Enzo, pero te equivocas, ella lo quiere, pero es susceptible a lo que dicen los demás.-
.- ¿y que dicen los demás? No creo que el color de los ojos de tu hijo sea tan grave.- el mocoso puede ser incluso interesante si no fuera tan molesto.
.- lo sé, pero ella no cree eso. Enzo tampoco. Para ellos, los demás critican su apariencia. Al final decidimos separarnos, y yo elegí quedarme con Enzo. No fueron decisiones fáciles, la quise mucho, pero era imposible la convivencia si ella no daba la cara por Enzo.-
.- muy valiente. Ojala mis padres hubieran tenido la misma confianza en mí.- digo, suspirando y bebiendo otro trago de té, ahora más tibio.- fui un niño problema, y ellos nunca tuvieron muchas esperanzas en mi futuro.- murmuro, mirando la taza. ¿Cuándo fue la última vez que conté esto? Nunca. Nunca hablo de mí, pero la historia de Nash también es algo triste.- ¿Cómo se supone que fuera bueno? Tengo tres hermanas mayores, y ellas son perfectas.- ah, no puedo parar mis reclamos.
.- vaya. Debe ser difícil ser el menor.-
.- lo es. Ni siquiera piensan que mi carrera sea importante, que no llegare a nada con eso.- suelto, con molestia. Todo es verdad, nunca he tenido el apoyo de mis padres. Eso no significa que no me quieran, se que lo hacen a su manera. Pero un poco mas de confianza…
.- pienso que tu trabajo es genial. Al menos lo disfrutas. Yo no tuve muchas alternativas al ser padre soltero.-
.- demonios, ¿Por qué hablamos de cosas tan tristes?- digo, sonriendo.- ¿sabes jugar póker?-
.- sí.- me levanto por las cartas, y un rato después, estamos sentados en el suelo, usando la mesita para poner las cartas. Reímos y seguimos hablando hasta que se hace muy tarde. Hace rato que ha dejado de llover.- vaya, eres muy bueno.- me dice, soltando sus cartas cuando gano de nuevo.
.- Ja, en la universidad nadie quiere jugar póker conmigo.- digo, riendo.- y eso que no es póker de prendas. Siempre se quejan de que soy el único que queda vestido.-
.- eso es… bueno. Ah, ¿ya es tan tarde?- miro la hora, notando que son las once de la noche.- ¿no iras al trabajo?-
.- hoy no.- digo, recordando mí encuentro con Julien.- te traeré algunas cosas para que duermas.- me levanto y voy a la habitación a buscar unas sábanas y una almohada.- aquí está. Me voy a dormir también.- digo, dejando las cosas en el sofá donde dormirá Nash, el departamento solo tiene una habitación.
.- Mitch.- me giro cuando me llama.- muchas gracias.- me dice, revolviéndome el cabello. Siento que mi corazón late sordamente. Trato de decir algo, pero no puedo, solo le miro impresionado. No entiendo que pasa, la acción de Nash me ha sorprendido, dejándome sin palabras. Es muy… cálido.
.- de nada.- murmuro, girándome. Me arrojo sobre la cama.- vamos, vamos…- murmuro. ¿Qué ha pasado hace un momento? no entiendo mi reacción, vamos solo me acaricio el cabello, no es para tanto.- padre idiota.- murmuro, rindiéndome a buscar una explicación. Debe ser solo el hecho de que tengo compañía en casa después de mucho tiempo… si, eso debe ser.