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NO HAY PEOR MALDICION QUE UNA MUJER DESPECHADA por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Nuevamente de regreso con un fics. 

NO HAY PEOR MALDICION QUE UNA MUJER DESPECHADA

 

 

 

 

 

 

 

Cuando Harry termino con Ginny se esperaba de todo, llanto, pataleta, gritos y hasta golpes, mas nada de eso paso y con el paso del tiempo ya ni siquiera le fue incomodo el volver a sentirse un miembro mas de la familia Wesley, tanto que comenzó a llevar a sus parejas a la Madriguera para que la Sra. Wesley les diera el visto bueno, lo cual no pasaba muy a menudo.

 

 

 

Que esta flacucha, que esta muy baja, que es mandón, que no tiene porte, que acaso no era la tía de su vecina adolecente, en fin, siempre había algo mal en ellas y como si esto no afectara ya a su criterio, estas siempre le salía con alguna sorpresita que terminaba por acabar con sus felices relaciones.

 

 

 

-Te lo dije Harry, yo nunca me equivoco- le podía escuchar decir a la matriarca de los pelirrojos cuando se enteraba de una nueva ruptura de su hijo adoptivo y como esta a su vez miraba disimuladamente a su hija como queriéndole decir “ella es la chica ideal para ti”

 

 

 

Su nueva novia le había dejado en ridículo en pleno Pub, tal parecía Hermione tenia razón y ella solo se arrimó a el por lo único que últimamente se le acercaba la gente, fama mediática. Casi podía jurar que Ginny se moría por preguntarle que había ocurrido esta vez y que hacia un gran esfuerzo por no hacerlo, pues bien sabía lo que él pensaba en el fondo.

 

 

 

-¡Basta Ginny!, sé que me hechizaste para que fracasara en todas mis relaciones amorosas pero te digo desde ahora que nunca volveré contigo, ¡entendido!- le había gritado un dia alterado al ver marcharse a su linda novia rusa con una inglesa bastante Stlateryn para su gusto. Aun recordaba como su ex novia le había visto con grandes ojos cuando le había enfrentado con la única verdad en la que el creía en ese momento y como esta al ver que en realidad no se trataba de una broma no hizo más que doblarse de la risa contagiando a todos sus amigos que para colmo se encontraban para presenciar su nuevo fracaso amoroso. Entonces supo que Ginny no le había lanzado ninguna maldición, porque de ser asi la chica no solo le habría insultado, golpeado o lanzado un murcielamoco, pareciendo ofendida, si no mucho más.

 

 

-Harry, no es mi culpa que te busques parejas que solo desean saber como eres en la cama- había remetido un dia la chica al quejarse de cierta castaña con la que estaba a punto de romper.

 

 

-Si hermano, eso te pasa por calentón- agrego su amigo del alma descolocándolo porque a final de cuentas eso no era lo que el buscaba en una relación, no, el buscaba tener una verdadera relación con alguien que le amara sin importar quien era, aunque no podía negar que al principio se había dejado llevar por su entre pierna y no por lo que se encontraba en su pecho.

 

 

 

Estaba nervioso, por nada del mundo quería perderlo, ya hacia dos meses estaban juntos y aunque había evitado a toda costa llevarle hasta la madriguera las escusas se acabaron cuando la Sra. Molly se los encontró en el callejón Diagon y les invito a cenar en su hogar.

 

 

 

Ya podía verlos a todos juzgándolo, verificando y hasta cuestionando a su nueva pareja hasta el punto de fastidiar su relación. Sintió pánico y en un arrebato no encontró nada mejor que llevarse de un brazo a Ginny a la cocina y suplicarle una vez más que no hiciera nada para arruinarle esa relación. La peli roja solo le miro a los ojos por fracción de segundos, suspiro y regreso al comedor de su hogar moviendo la cabeza negativamente.

 

 

 

El moreno podía ver como aquella vengativa fémina se sentaba al lado de su bello rubio, sin saber qué cosas en su contra le decía, mientras él era retenido en contra de su voluntad por sus mejores amigos que no entendían que esa no era hora para contarles como es que ellos dos estaban juntos, sino para evitar no seguir estándolo.

 

 

 

-Y dime, ya le sacaste la maldición o piensas mantenerla hasta que te aburras de el- dos iris grises se le clavaban con fingida ignorancia ante lo cual no pudo más que sonreír -Vamos, puedo parecerte tonta pero no lo soy, es obvio que Harry por sí solo no echaría por la borda tantas relaciones amorosas- recalco con algo de gracia esta última frase.

 

 

-No se de lo que estas hablando Wesley pero te aconsejo que no te metas en mis asuntos- le respondio el rubio fingiendo una sonrisa para el resto de la manada de peli rojos que lo miraban de forma amenazante al estar a solas con la menor del clan.

 

 

-Claro, claro, lo hare no te quepa la menor duda, pero en serio, yo que tú se lo quito, al menos hazlo cuando te canses de jugar con el-

 

 

 

Y fue entonces que Ginny vio una chispa en aquellos ojos que le respondían cuales eran los verdaderos sentimientos del Stlateryn por su amigo.

 

 

-Eso nunca ocurrirá- respondio bajito y entre dientes el rubio mientras la peli roja se disponía a dejarle sin evitar sonreír para sus adentros porque ella sabía algo que el Gran Harry Potter no.

 

 

 

El moreno se le abalanzo nuevamente preocupado, preguntándole sin el menor recato que le había dicho a su nuevo novio para que se viera tan molesto.

 

 

-Nada Harry, porque siempre tienes que pensar lo peor de mi- respondio un tanto ofendida la peli roja.

 

 

-Te lo advierto Ginny, Draco no solo me gusta, lo amo y deseo formalizar con el, asi que si te atreves a…- La peli roja giro para mirarlo directo a esas esmeraldas que alguna vez adorara de forma desmedida de tal forma que el niño que vivió retrocediera.

 

 

-Cuidado Harry, si deseas seguir con Draco no me provoques- advirtió  la muchacha y una gran sonrisa que no alcanzo a ver nadie excepto un rubio que entendió todo desde su lugar no pudiendo evitar soltar una disimulada carcajada por ello.

 

 

-Ginny vamos…solo estaba bromeando…se perfectamente que tu no harías algo como eso…- dijo un moreno dudoso mientras regresaba con su rubio que extrañamente se encontraba renuente a ser abrazado por el.

 

 

 

Desde la puerta de su hogar una peli roja reía internamente, porque si Harry pensaba que no había peor cosa que una mujer despechada, más le valía no averiguar de lo que era capaz un rubio manipulador que fingía inocencia a la perfeccion con tal de  conseguir al gran amor de su vida.

 

 

 

 

 

 

 

Fin.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Como siempre, gracias por leer y mucho mas por comentar. 


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