Nowaki, Usami y Miyagi se encontraron en una plaza, cada uno regresando de sus respectivos trabajos. A pesar de conocerse de vista, casi nunca conversaron como es debido. Por lo tanto, aprovecharon la ocasión para hablar de ellos mismos y de sus respectivas parejas.
- ¿Cómo va en el hospital, Kusama san? - le preguntó Miyagi.
- Va bien - Le respondió Nowaki - aunque casi nunca tengo tiempo libre. Desearía estar siempre junto a Hiro san.
- Me pasa lo mismo con Misaki - dijo un cansado Usami - últimamente estoy muy atareado con mi nueva novela y casi nunca lo veo. Y él está entre la facultad y su nuevo trabajo. ¿Y qué hay de tí, Miyagi sensei?
- En lo personal, no tengo casi problemas con los encuentros - dijo Miyagi - pero cada vez que lo encuentro, me obliga a comer la misma comida una y otra vez. ¡Y encima cocina como el demonio! Aaah, cómo envidio a Kamijou, que tiene una "esposa" que le cocina todos los días. ¡y no me convida nada! - dijo esto mirando a Nowaki - y tu "esposa" seguro también cocinará rico. ¿no es así, Usami sensei? - le preguntó a Usami.
- La verdad, si no fuera por Misaki, hace tiempo moriría de intoxicación - respondió Usami - aún así, desearía que no se hiciera el difícil a la hora de "hacerlo". Aún espero el día en que tome la iniciativa, de eso hace cuatro años. Pero no, al final soy yo quien siempre lo termino atacándolo.
- Al menos sus parejas siempre piensan en ustedes y se preocupan por su bienestar - les dijo Nowaki - A Hiro san, en cambio, le tengo que rogar para que se ponga cariñoso conmigo. Aún espero el día en que me reciba en casa con un delantal puesto. ¡se vería tan tierno!.
- Y yo a que Shinobu me sorprenda con una deliciosa cena - dijo Miyagi - tampoco pido que sea un gourmet, pero por lo menos me sirva algo comestible.
- Y yo deseo que Misaki me ataque y me dé donde me guste, cada vez que esté demasiado cansado como para hacerlo - dijo Usami, entusiasmado.
Tanto Miyagi como Nowaki lo miraron como si estuviese loco.
Cerca de donde estaban, unas chicas estaban conversando delante de una fuente. Los tres semes escucharon la conversación, dado que una de ellas habló acerca de "la fuente de los deseos".
- ¿Me vas a decir que esta fuente hace tus sueños realidad? - preguntó una de las chicas.
- ¡sí! - le respondió su amiga - el otro día le pedí que me hiciera aprobar el examen de matemáticas. ¡y pasé! Y eso que no estudié nada. Jajajajja
- mmmh... No te creo, pero haré el intento. Capaz así consiga novio.
- Y yo deseo que nadie me sorprenda viendo yaoi.
- ¡No seas pervertida! Jajajaja.
Las chicas sacaron sus monedas, cerraron sus ojos pidiendo sus deseos en sus mentes y lanzaron las monedas a la fuente.
Cuando se fueron, los tres semes se acercaron a la fuente y, para sorpresa del trío, las monedas desaparecieron.
- ¿Entonces... Será cierto...? - empezó a decir Nowaki.
- ¡Vamos! ¡no seas supersticioso! - dijo Miyagi - aunque me sorprende que no estén las monedas.
- ¿y si lo intentamos? - sugirió Usami - hace semanas Misaki me regaló unas canicas mágicas y mis deseos se hicieron realidad.
- ¡entonces hagámoslo! - dijo un emocionado Nowaki - ¡ya quiero ver realidad mis deseos!
- ¡yo también!- dijo Usami, sacando su moneda.
- Bueno, para no sentirme excluido, creo que también lo haré - dijo un resignado Miyagi, preguntándose cómo fue que Hiroki conocía a personas tan extrañas.
Los tres, entonces, sacaron sus monedas, cerraron sus ojos, pidieron sus deseos en sus mentes y arrojaron las monedas al agua.
Y esa misma noche, les esperaría una sorpresa.