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Into the night por Ishida Rio

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Notas del fanfic:

Disclamer: Free! No es mío. Eso. 

Notas del capitulo:

La verdad es que esto no iba a ser una serie, pero al final me convencieron <3

++Into the night++


Parte I.

"De calenturas y otros vicios"

Se besaron con dientes, lengua, mordidas de labio, tirones de pelo y de ropa.

Ni siquiera prendieron las luces. No era como si fueran a admirar la pintura nueva que Makoto había comentado que adornaba sus paredes.

Sousuke paseó su lengua en la boca de Tachibana. Le encantaba sentir esos colmillos puntiagudos que no se notaban porque nunca sonreía con los dientes.

La risa ahogada del castaño contra su boca, mientras le succionaba la lengua le pegó directamente en la punta de la nariz y en la entrepierna. Justo a tiempo para que Makoto –el siempre atento y servicial Makoto –comenzara a tironear de su cinturón y su zipper.

-En serio… no…. Lo entiendo… -murmuró entre besos. Sousuke hizo un sonido ronco contra su cuello que sonaba a un "¿el qué?" -¿Para qué mierda usas cinturón?

-Admite que te encantan los cinturones. –lamió su oreja, haciéndolo temblar.

-Alrededor de las muñecas, por supuesto –apretó su sexo sobre la ropa, logrando un gemido.

Sousuke hacía tiempo había dejado de preocuparse de esa terrorífica dicotomía de la personalidad de Makoto que fue descubriendo en la medida que lo conocía. Ahora, la guinda de la torta, era la bienvenida a la poco conocida vida sexual de Tachibana, que sonaba de lo más entretenida.

El castaño no paró de morderle el cuello y de manosearlo en los pantalones mientras lo llevaba hacia la cama. De un suave empujón dejó al Samezuka sentado, y se colocó a horcajadas sobre él. Con movimientos lentos desabrochó su camisa y cinturón, y dejó al descubierto su propia erección.

-Tócame –ordenó con una sonrisa torcida que obligó a Yamazaki a tragar duro. El mejor amigo de Matsuoka se acomodó para tomar ambos sexos y darse placer al mismo tiempo.

-¿Haces esto muy seguido? –le preguntó antes de morder su hombro.

-Mmm… a veces… -respondió con tono juguetón. -¿Y tú?

-Estoy seguro de que mi "a veces" no es como tu "a veces"…

Tachibana rió con toda la cara, lanzando un par de carcajadas que Sousuke no le había visto jamás. El castaño le rodeó la cintura con ambas piernas y se enganchó a su cuello, dejando caer el peso de su enorme cuerpo hacia atrás.

-Fóllame –le susurró al oído al Samezuka cuando se inclinó para evitar que ambos cayeran al suelo –Tan duro como quieras.

Y el moreno tuvo que admitir que se descolocó y sonrojó. Nunca ninguna de sus parejas le había hablado así, y era casi una dimensión paralela si era precisamente el Capitán de Iwatobi quien estaba haciéndolo.

-¿O prefieres que te folle?

Palabras sucias, garabatos, mordiscos indecentes.

-Voy a partirte, Tachibana.

-Rómpeme todo lo que quieras.

Probablemente era un sueño. Y dios que quería recordarlo cuando despertara.

Tendido sobre la cama, apoyado sobre un codo para poder verlo darle el mejor oral de su vida, Sousuke perdió el aire cuando sintió la nariz de Makoto chocar contra su cuerpo…

-M-mierda… tu… mierda… -lo presionó contra sí mismo, tratando de llegar aún más adentro en su boca, provocando una arcada que hizo que la garganta del otro se cerrara de una forma nunca antes sentida y, desde ahora, terriblemente añorada.

Makoto tenía los ojos llorosos cuando sacó el pene de Sousuke de lo profundo de su garganta, pero el hilo de saliva que quedó desde sus labios a la hombría de su compañero fue tan pornográfico que Yamazaki sintió que podía venirse en esa lengua toda la maldita noche.

-Makoto… tengo que hacerlo… dime que puedes…

-Puedo. Absolutamente puedo –susurró contra su boca.

-¿Aún si no sabes lo que es?

-Puedo.

Con Tachibana de espaldas sobre la cama, con la cabeza colgando por el borde, Sousuke se sintió como el protagonista de una porno. Quiso decir algo que se le antojó cursi, y se mordió la lengua.

Guiado por su mano, puso su erección (viva y pulsante aún) en la boca de su compañero, que lo recibió con suaves besos, apretándolo suavemente con los dientes, tocando por aquí y por allá, jugando con los testículos, apretando los muslos.

-¿Qué quieres hacerme, Sousuke? –ohh, la maldad en sus ojos. Esas orbes verdes que relampagueaban con una cosa obsena y oscura que no asomaba más que en esos momentos fugaces.

-Quiero follarte la boca… -Makoto sonrió y Yamazaki supo que estaba sonrojado. No podía creer que el castaño fuera así de… de… -Dios, quiero follarte la boca…

Y lo hizo. Y se deleitó con las contracciones de la tráquea del backstroke, con sus intentos por respirar, por su cuerpo tembloroso y sus manos que buscaban constantemente de dónde sujetarse para evitar que Sousuke le llegara a la boca del estómago.

-Mako… ¡Mako!

Tachibana logró moverse un poco y dejó media estaca en su boca para cuando Sousuke se corrió dentro de ella. Lo recibió con los ojos cerrados, apretando las mejillas, masajeando el resto del tronco con tres dedos. El más alto apenas y fue consciente de que lo vio tragar, lamer sus propios dedos y limpiarse la comisura de la boca con la lengua.

-Delicioso…

-Revíveme, maestro –pidió Sousuke apuntando a su miembro medio flácido. - Aún nos queda mucho por hacer

-¿Dulce o travesura?

-…Ambas.

Lubricante, condones, una tira de pastillas (a la que le quedaban la mitad de las píldoras) y una botella grande de agua.

Makoto se elevó apenas y alcanzó los labios de Sousuke, metiendo la lengua en su boca, junto con el pequeño medicamento blanco.

-¿Me drogas?

-Solo un poquito…

Yamazaki rodeó al otro por la cintura con un brazo y con el otro se fue a su nuca, como intentando evitar que escapara. Tiró de su pelo, para obligarlo a darle espacio en el cuello y escuchó su risa como una campanilla mecida por el viento.

-¿Qué puedo hacerte, Makoto? –le preguntó mientras lo dejaba en la cama y buscaba su miembro con su boca.

-Lo que quieras… por esta noche soy todo tuyo…

Le mordió el muslo y le sintió temblar. Lo rodeó con sus labios y sus suspiros llenaron sus oídos. Sintió las manos grandes del nadador en su pelo, sus "Si", "Ahí", "¡Sou-!" y se estremeció a su ritmo.

-Quiero marcarte… -susurró contra su ombligo, tratando de morder algo de piel suelta inexistente, alcanzando la cadera, apretando con los dientes y las manos.

-No cariño, eso está prohibido…

-Dijiste que podía hacer lo que quisiera –le reclamó con sus ojos cerúleos brillando en traición.

-…Nada permanente…

Y Makoto le acarició como se toca a un niño que está aprendiendo a caminar, con ternura y suavidad, pero sobre todo con orgullo. Y Sousuke hizo cosas que nunca pensó que haría, porque Tachibana era delicioso, su piel era suave, su olor era intoxicante y su sexo, pulsante. Su calentura era sucia y turbia, como el agua estancada, y lo invitaba a perderse en esa nube de opio que parecía exhudar su pelo.

Le tocó, le mordió. Puso su lengua en su ano, puso los dedos y le preguntó si podía poner el puño ("¡Eres un gigante, Yamazaki! ¡Prohibido!" y luego había reído y en su risa había un silbido que cantaba "en otro momento, Sousuke. En otro momento"), le pellizcó entero y se deleitó en todas y cada una de sus reacciones.

Entonces vio a Makoto arreglarse el pelo hacia atrás con un gesto que le había visto en la piscina. Expulsó el aire que retenía cuando –con ambas manos- sacó el flequillo de su frente. Parecía tan expuesto y frágil, pero él sabía muy bien que –aunque fuera el penetrado de esa noche –de sumiso no tenía nada.

-Creo que soy yo quien es tuyo hoy –dijo. El castaño sonrió y lo atrajo a un beso francés con lengua, dientes y saliva.

-Entonces métemela. No aguanto más.

El viaje dentro de Makoto fue brusco, torpe y roto por quejidos y suspiros, pero Sousuke no se detuvo, porque Makoto le dijo que no se detuviera.

-¿Lo has hecho con Rin? –le preguntó, medio afónico mientras lo montaba –Dime… ¿has follado con Rin?

-No… no… -le sujetó de las caderas, lo aplastó contra su cuerpo chocando algo dentro que hizo que Makoto se encogiera en sí mismo con un sonido que parecía más una puerta chirriando que un adolescente de 17 años y más de 1.70 follando con otro de similares magnitudes.

-Ah… yo… yo quiero follar con Rin… -lloró cargando todo el peso de su cuerpo contra Yamazaki –Quiero verte follar a Rin…

-No hables de él mientras te lo meto…

Yamazaki quiso parecer enojado, pero la calentura no le dejaba pensar con claridad, y por un momento tuvo la imagen mental de Matsuoka en medio de ambos, roto, frágil y pequeño, y solo pudo azotar con mayor fuerza el cuerpo de Tachibana.

-Makoto… Makoto…

-Mierda, Sou... Córrete dentro… -le rodeó con sus piernas, le obligó a pegar sus cuerpos y le mordió el cuello con tanta fuerza que la marca era inevitable.

Sousuke cerró los ojos y abrazó con tanta fuerza a Makoto que le quitó el aire de los pulmones.

Yamazaki se tendió junto a su compañero y procedió a quitarse el condón y amarrarlo. Hizo un gesto hacia el castaño que decía "¿dónde lo dejo?" y no pudo evitar reír cuando Makoto abrió la boca.

-Asqueroso.

-Hubieras visto tu cara.

Se dieron una ducha juntos. Se toquetearon y volvieron a tener sexo gastando tanta agua como diez familias de Tokio en todo el año.

(Esta vez no hubo condón. Ni siquiera se acordaron.)

Volvieron a la cama chorreando agua por todos lados. Con el pelo mojado arruinaron las almohadas y sus cuerpos dejaron las sábanas empapadas. Rieron como dos tontos y follaron lo suficiente para acabarse toda la tira de pastillas.

(Durmieron dos días seguidos. Apenas despertaron cuando Rin les botó la puerta de la habitación a patadas, vociferando que si no estaban muertos en una zanja ya, los mataría el mismo.)

Makoto apenas abrió los ojos, pero se giró sobre su costado cuando la luz le golpeó la cara.

-Mierda… Apaguen eso…

Haru tuvo que contener al pelirrojo cuando vieron el desastre en la habitación. El olor era insoportable, la humedad estaba pegada a las paredes y había botellas vacías, ropa rota, y otros artilugios que Rin preferió no mirar dos veces, por todos lados.

("Por todos lados" tomó un sentido completamente nuevo cuando reconoció que eso que colgaba desde el aire acondicionado era un… dios… OH DIOS)

-Voy a vomitar. –dijo el pelirrojo, y enfiló al baño con la mano en la boca.

Parte II

"Resaca del día(s) después"

Nanase tomó una sábana que parecía en mejores condiciones y la puso sobre Makoto y Sousuke, que apenas se podían sus propios cuerpos. Acto seguido, abrió las cortinas y las ventanas, dejando entrar aire fresco por primera vez en… quizás cuántos días.

-Makoto, ¿te sientes capaz de comer?

Resaca del puto demonio. Tachibana hizo un gesto patético y se enrolló en sí mismo.

-Vomitaré…

-¡Rin! ¡Desocupa el baño!

El tiburón aún no salía de su estupor. Miraba sin entrar a la habitación, como Haru comenzaba a tomar los restos de todo aquello que no fuera biológico y lo metía en una bolsa.

-¿Qué demonios…? –buscó una respuesta en el nadador, porque su mejor amigo parecía muerto en medio de lo que había sido una cama bien hecha, pero no encontró nada. Solo silencio. -¡Haru! ¡¿Q-qué mierda…?!

-Es un hobby de Makoto. –dijo, simplemente. La devolución de todo lo que Tachibana tenía en la sangre, el estómago y los intestinos sonó de fondo como un mal chiste.

-¡¿Hobby?! –gritó Rin, haciendo un gesto de incredulidad con ambas manos -¡La gente arma avioncitos por hobby, Haru! ¡No esto!

-Silencio, Rin… -sonó una voz de ultratumba. Sousuke se sentó en la cama, con cara de no ser siquiera capaz de devolver todo lo que bebió.

-No te tocaré hasta asegurarme de que te hayas desinfectado correctamente.

-Solo…cállate… se me parte la cabeza…

-Apuesto a que se parten otras partes también…

-Rin..

-¡Haru! ¡No lo defiendas!

Makoto apareció completamente mojado. Se metió un par de minutos bajo la ducha y venía botando agua nuevamente.

-Gracias, Haru.

-Makoto… vístete.

Matsuoka saltó hasta el techo cuando se dio cuenta de que su amigo estaba completamente desnudo detrás de él.

-¡Ten pudor, por un demonio!

-Deja de gritar… -reclamó Yamazaki de nuevo.

Tachibana, se puso unos boxer y –sorprendemente recuperado –comenzó a recoger lo que no había tomado Haru (los condones, la ropa con manchas y… uh. Eso no saldría de la alfombra).

-Haré desayuno –anunció Nanase. –Botaré todo esto, Makoto. –completó, apuntando la bolsa.

-Gracias.

Fue el turno de Sousuke de salir al baño. Tachibana aprovechó de desarmar la cama y buscar ropa en el armario. Sacó una tenida para él y algo para Yamazaki que -creía- podía quedarle. Luego miró a Rin, que no aún no cruzaba el umbral de su puerta.

-¿Estás enojado, Rin?

Y ahí estaba, se dijo Matsuoka, con esos ojos de perro apaleado. Si casi podía ver las orejas bajas y la cola alicaída. 

"Como si pudiera enojarme contigo..."

-Estoy… sorprendido. –dijo, tratando de tapar con su antebrazo el sonrojo de sus mejillas. –No tenía puta idea de todo esto…

-Lo siento… no es fácil de comentar…

Rin finalmente entró en la pieza y cerró la puerta en su espalda, tomando a Makoto del brazo y obligándolo a sentarse en la cama, para poder mirarlo hacia abajo.

-Espero que sepas lo que todo esto conlleva –y enfatizó el "esto" con un movimiento que abarcaba toda la habitación. –Y no hablo de habladurías o secretos entre amigos. Hablo de enfermedades y personas locas que andan detrás de mocosos calientes como tú.

Makoto sonrió y se abrazó a la cintura de su amigo.

-No te preocupes. Soy cuidadoso. Me chequeo cada seis meses y trato de no ir a lugares sospechosos.

-Entonces llevas tiempo con este… hobby

-Esa conversación la tendremos otro día Rin. –dijo el castaño, trepando por el torso de su amigo y sorprendiéndolo con un suave beso en los labios. –No te recomiendo encerrarte conmigo en una habitación que huele a sexo…

Con la cara tan roja como el pelo, Matsuoka salió maldiciendo en inglés, atropellando a Sousuke en el camino.

-¡Desinféctense! –les gritó desde la cocina, cuando ambos aparecieron para desayunar.

Yamazaki apenas probó bocado porque el mundo aún le daba vueltas, pero Makoto comió con una sonrisa junto a Haru, que parecía no estar mayormente interesado en la situación.

-¡¿Cómo es posible que no te moleste?! –gritó el pelirrojo a Nanase. El otro encogió los hombros. Luego los ojos carmín se volcaron a Makoto, que pensó un momento y puso en palabras el gesto de su mejor amigo.

-Creemos que Haru es asexual.

-Lo que me faltaba. Tenemos al Sátiro y al Asexual en el mismo cuadro.

-Rin, no nos digas así. Además, no hagas tanto ruido, Sousuke está durmiendo.

Efectivamente, Yamazaki se había quedado dormido en algún punto de la conversación.

-Tú… -gruñó Rin, apuntando a Makoto con el dedo –Tú me debes muy buenas explicaciones de todo esto…

-Por supuesto… –le sonrió, pero al abrir los ojos y fijarlos en Matsuoka, el pelirrojo sintió un escalofrío en la espina. Algo que no era de Makoto parecía moverse en esas orbes verdes y sonreír con su boca. –Puedo darte todas las explicaciones que quieras…

Haru le dio un suave golpe en la frente que trajo de vuelta al amable y consentido castaño.

-Lo siento, Haru.

Rin se llevó a Sousuke cuando este pudo mantenerse tiempo suficiente de pie y Makoto se lanzó sobre el sillón con pereza.

-¿Te quedarás, Haru?

-Hablaré con Rin.

Tachibana asintió, pero al no sentir movimiento, miró a su mejor amigo.

-¿Haru?

Había reproche en los ojos de Nanase. Quiso hacer como que no lo había visto, pero sabía que estaba ahí.

-Lo siento… -dijo, mirando el suelo, con las manos juntas.

-Recuerda que prometiste que no meterías a Rei y Nagisa.

-¡Y lo he cumplido!

-Prohibido acercarte a Gou.

Makoto apretó los labios y desvió los ojos…

-D-de acuerdo…

Pensó que lo siguiente era un "Prohibido Rin, también", pero esa frase nunca llegó.

-Mucho ojo con Rin –dijo, en cambio, Haruka. –Es un nadador profesional. –de su bolsillo, el moreno sacó la tira de pastillas vacía. –Prohibido esto también. Para siempre.

Tachibana suspiró y se sentó en el suelo, sobre los talones, muy serio.

-Me portaré bien, lo prometo.

-Confío en ti, Makoto.

Haruka salió de la casa luego de lavar los platos, y Makoto se dedicó a rearmar su habitación.

Con cuidado se subió al aire acondicionado a recoger los condones usados que se habían enganchado, y aprovechó de chequear la cámara de video que tenía apuntando a la cama, para asegurarse de que no se había movido. Lo mismo hizo con la que estaba en el armario y con la que se escondía en el marco de la ventana.

El aire puro le movió el cabello y cerró la ventana con un movimiento suave.

Tendría que recordar desarmar todo eso antes de irse a Tokio.

-Sousuke…

Una sonrisa se le formó en la cara, mientras recordaba algunos pasajes de los días anteriores. Ciertamente no tenía idea cuánto tiempo habían estado juntos, pero había sido la mejor sesión de los últimos seis meses…

Arregló su televisor y se dispuso a ver algunos de los videos que había grabado. Quizás haría algunas llamadas para esa noche. Todavía tenía algo del efecto de las pastillas circulando en la sangre y sabía que terminaría masturbándose antes de tomar el teléfono.

-¿Makoto-kun?

-¿Tienes tiempo?

-Para ti, todo lo que quieras…

-¿Y los demás?

-Veré a cuántos puedo contactar.

-Nos vemos donde siempre, entonces.

Menos mal que estaba de vacaciones y que su familia se encontraba fuera.

Espero hasta las 7pm y salió caminando. Acarició al gato blanco que siempre salía a saludarlo y bajó los peldaños visiblemente emocionado. Ni siquiera notó que Haru lo miraba desde el tope de la escalera, con el ceño fruncido.

Nanase bufó y entró a su casa.

Vaya idiota que estaba hecho Makoto.

+Owari+

Notas finales:

:) Espero que les haya gustado! :D


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