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Fate [ChanKai] por Valeeemotions

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Notas del capitulo:

 Escucha mientras lees: 


https://www.youtube.com/watch?v=AQxGOHrgphc

     Cuando el sonido de la máquina dejó de sonar y una palmada de consuelo en su hombro se hizo presente, Jongin pensó que nunca, en toda su vida, sintió tanto frío como en ese momento. El clima parecía no acompañarle en absoluto; hace tres días que la lluvia se hacía presente en la ciudad, anunciando la venida del otoño, dándole a entender que este invierno sería el más frío de toda su existencia.

Con temblorosos dedos delineó las perfectas y masculinas facciones de su novio una vez se acercó a él. Jongin pensó en cómo podía sentirse tan cálido en un momento así.

Tan cálido como siempre.

Buscó su mano, sentándose a su lado y entrelazó sus dedos, recostándose en la cama para así quedar acurrucado en su cuello. Un dulce gesto que sabía Chanyeol adoraba, y que Jongin, por estúpido, se limitó tanto de hacer.

Todos los arrepentimientos llegaron hacia el moreno, apretando su garganta, pues ya era demasiado tarde.

Jongin deseó haber sido más cálido. Tan cálido como Chanyeol. Tan cálido como su corazón; porque sí, Jongin lo amaba, y Dios, ¡Cómo lo amaba! Pero su cuerpo y corazón actuaban diferente. Jongin quiso decirle tantas veces a Chanyeol que lo amaba, quiso explicarle con dulces gestos todo lo que sentía por él, pero su actitud arisca era algo que casi no controlaba. Se avergonzaba sin poder evitarlo. Chanyeol siempre le decía que no importaba, que sabía que Jongin lo amaba tanto como él lo hacía y que no le importaba que le respondiera con una simple sonrisa cuando Chanyeol le decía "Te amo" antes de dormir.

Jongin se sintió un tonto. Un estúpido. Quiso que, por un momento el tiempo regresara y así pudiera decirle a Chanyeol todo lo que sentía, todo lo que tuvo guardado en los cuatro años de noviazgo.

— T-Te amo, Chanyeol. . —Le susurró en su cuello; una caricia, como mil hormigas recorriendo sus labios en cada sílaba. Las mismas hormigas que se arremolinaban en su garganta y no le dejaban respirar ni hablar correctamente.

Chanyeol no respondió.

Sus ojos entreabiertos, como siempre los tenía cuando dormía, y su relajada expresión solo le daban falsas esperanzas a Jongin, quien no supo en qué momento había comenzado a llorar de voz baja, aferrándose a la ropa del chico alto. Aferrándose a esperanzas moribundas.

— Chanyeol, n-no me dejes. —jadeó Jongin, delineando los labios de su novio con sus dedos. Aquellos labios con los que compartió tantos besos, y de los que escuchó tantas palabras de amor, tantas promesas que ya no tenían sentido, porque no se cumplirían, porque ya era demasiado tarde y Jongin lo sabía, sin embargo su mente era débil y no lo soportaba. No lograba asimilar que Chanyeol ya no estaría, que Chanyeol ya no sonreiría para él como solía hacerlo, que ya no acariciaría su piel y no escucharía jamás a Jongin decirle que le amaba.

Chanyeol no despertaría, porque su luz se había apagado y su cuerpo estaba frío, tan frío que Jongin se estaba desesperando.

Jongin siempre amó las cosas cálidas, así como los abrazos de Chanyeol.

— Joven Jongin, debemos llevarnos el... cuerpo.. —la voz la enfermera se hizo presente en la sala, dulce y temblorosa, como si quisiera acariciarle los cabellos al moreno en un susurro temeroso.

— Se llama Chanyeol. . . —respondió Jongin, ahogando un Jadeo de dolor. Ahogándose el alma al hablar— ¡Se llama Chanyeol, joder! —Espetó, colapsado de tristeza, de ganas inmensas de morirse junto a Chanyeol, porque no era justo. No era justo que, alguien tan lleno de vida, alguien que era tan bueno, muriera por culpa de un irresponsable. El hombre que los arrolló manejaba en estado de ebriedad. Así se lo había confirmado JunMyeon, hermano mayor de Chanyeol, quien también era el médico que lo trató. A Jongin no le había pasado nada más que una pierna rota, pues todo el impacto se lo llevó Chanyeol, quien conducía.

Jongin aún podía sentir los los brazos de Chanyeol,protegiéndolo del choque, salvándole la vida, recibiendo el impacto por los dos.

Estuvo dos días en coma antes de que su corazón dejara de latir. Jongin estuvo a su lado en el momento de su último respiro, y ahí seguía, aún cuando las máquinas dejaron de sonar, y Chanyeol por fin era libre de aquellos aparatos.

— No te vayas, por favor. . . —Jadeó Jongin nuevamente, desgarrando su garganta en su llanto.

Pero era tarde, Chanyeol ya se había ido.

Las manos de JunMyeon acariciaban la espalda de Jongin, intentando, de manera inútil, darle fuerzas.

Fuerzas que él tampoco tenía al ver a su hermano en esas condiciones.

Jongin ya no tenía. Su única fuerza siempre fue Chanyeol, ¿Cómo se suponía que iba a seguir viviendo ahora sin él? Jongin quería morir también e ir con Chanyeol.

— Por favor no me dejes. —Gimoteó contra sus labios en el beso más frío que jamás sintió. El primer beso que Chanyeol no correspondió, y el último que Jongin sería capaz de darle.

Pensar en esa idea solo generó más angustia en él. JunMyeon le hablaba, era dulce, le intentaba hacer entender que debían seguir con el procedimiento, que era mejor para él, para Chanyeol, para todos, pero Jongin estaba cegado y se negaba a separarse de su novio. El corazón de la enfermera se estrujó cuando escuchaba las suplicas de Jongin. Pero Chanyeol ya se había ido y sin despedirse.

— Prometiste que estarías conmigo para siempre. . . ¡Lo prometiste, Chanyeol!

Y todo era caos en él. Cuando JunMyeon tuvo que administrarle un tranquilizante, Jongin continuó llorando en el cuello de Chanyeol hasta dormirse.

Jongin deseó no volver a despertar. . . Pero la vida era cruel y cuando abrió los ojos fue que deseó en serio morirse.

Chanyeol no estaba a su lado.

Chanyeol ya no estaría más.

Nuevamente el caos se apoderó de él y fue el mismo Junmyeon quien le explicó qué había pasado. Los padres de Chanyeol habían decidido respetar la decisión de su hijo antes de cremarlo y darle la sepultura tradicional, donando así sus órganos, dándole vida otras personas... Dándole otra oportunidad de vivir, la misma que Jongin deseaba fuese de él.

Los días pasaron lentos, y dolían. Dolía saber que Chanyeol ya no estaría con él. Dolía recibir condolencias de personas desconocidas por la muerte de su novio, cuando días anteriores ambos recibían felicitaciones por el nuevo departamento que habían comprado con mucho esfuerzo. Jongin ya no tenía ganas de sonreír, ya no tenía ganas de llorar. Los días habían sido en serio agotadores, pero estaba agradecido de la familia de Chanyeol. Le habían permitido incluso llevar sus cenizas en la ceremonia religiosa. Le habían dejado estar en todo momento, le dieron , a pesar de que nunca tuvieron demasiada relación. No se llevaban mal, para nada, pero a los Padres de Chanyeol les había costado aceptar la homosexualidad de si hijo, y Chanyeol había sido muy discreto con su vida privada. A decir verdad esta era na tercera vez que se reunían. Jongin lamentaba que el primer abrazo que recibió del padre de Chanyeol fuera en esas condiciones, pero también lo entendía. Jongin suspiró, por un momento sintió que era su novio quien le abrazaba. Los brazos del señor Park eran cálidos... Jongin adoraba las cosas cálidas, así como los abrazos de Chanyeol. 


* * *

Las hojas de los árboles pintaban lentamente de rojizo y Jongin sintió la brisa en su rostro como una dulce caricia. El otoño estaba llegando.

El yeso en su pierna había desaparecido hace meses, por lo que caminar por su cuenta, y ya sin la ayuda de muletas era mucho más cómodo. 
El camino fue largo, pero a Jongin no le importó; lo recorrió completo para poder aclarar su mente.

— Ya vine, Gigante... —anunció con una pequeña sonrisa, una nostálgica, dejando las bolsas a un lado para poder sentarse frente a la fotografía de un sonriente Chanyeol. Jongin recuerda el día en el que tomó esa fotografía. Fue cuando cumplieron dos años de noviazgo y Jongin le regaló el gorro que usaba en la imagen. Tan felices...

— Ha pasado un año desde que... Desde que te fuiste... Y no tienes idea de cuánta falta me has hecho. Ya no sé que hacer... —sonrió, melancólico, dejando las flores amarillas sobre la lápida de Chanyeol. Una lápida brillante y de mármol que los padres de su gigante habían enviado desde Japón ahora que vivían allá. La vida para ellos había sido compleja, pero habían podido sobrellevar la partida de Chanyeol. Jongin no. 
Jongin no se acostumbraba. Cada día que llegaba al departamento y veía las fotografías de ambos, colapsaba. Había pasado los últimos doce meses profundamente deprimido al punto de dejar la universidad.. De dejar la danza, y se odiaba, porque él sabía que Chanyeol estaría decepcionado, porque sabía que el gigante hubiese querido que Jongin fuese feliz, que hiciera lo que más ama, que era bailar, pero no podía... La depresión que consiguió luego de la muerte de su novio era tan grande que lo consumía. Hubo noches en las que no dormía, o en las que despertaba simplemente para pedirle a Chanyeol que regresara a su lado, que tenía frío y quería su abrazo.

Pero Chanyeol ya no volvería,y Jongin no quería una vida sin él.

Cuatro horas pasaron. Cuatro horas en las que el moreno lloró sin poder contenerse, al punto de desesperar su corazón, porque no tenía fuerzas,no podía vivir sin Chanyeol. Lo necesitaba para respirar.

Hubo muchas veces en las que pasó semanas sin comer, solo bebiendo agua. Había perdido peso, haciendo que Junmyeon se preocupara demasiado por el estado de su ex cuñado. A veces dudaba de su salud mental, pues muchos días Jongin sonreía y le comentaba cosas, cosas que hacía como si Chanyeol aún viviera. Junmyeon en serio se preocupó cuando fue a visitar la tumba de Chanyeol y vio a Jongin dormir sobre esta. Quién sabe cuántas veces lo había hecho. Jongin tampoco recordaba.

Había tenido que pasar unos días hospitalizado por neumonía, pero a Jongin no le importaba. Él realmente esperaba morirse, porque no tenía el suficiente valor como para suicidarse. Muchas veces lo intentó,pero no lo conseguía, y solo terminaba llorando, pidiéndole disculpas a Chanyeol por no poder hacerlo, por no poder ir a su lado.

— Gigante...—susurró, recostado sobre la lápida, acariciando el nombre de Chanyeol mientras respiraba lentamente. — No voy a ser capaz de venir durante un tiempo... Junmyeon dice que debo internarme..pero no quiero... Chanyeol, yo solo quiero estar contigo... —continuó, cerrando sus ojos al sentir que las lágrimas comenzaban nuevamente a salir. Había pasado un año desde que Chanyeol había muerto, y Jongin no podía dejar de pensar en ese fatídico día. En cómo ese camión se acercó a ellos con tal agresividad, arrebatándole lo que más amaba en la vida. Arrebatándole a Chanyeol.

Jongin, por más que quería no podía salir de ese hoyo oscuro en el que estaba sumergido. Había intentado tantas veces salir de allí, demostrarle a la vida que él ahora podía volver a vivir y hacer que Chanyeol se sintiera orgulloso de él, pero antes de que siquiera estuviese pensando en la posibilidad de hacerlo, se rendía y se volvía a sumergir en esa tristeza que le arrebataba poco a poco el alma.. llevándose la vida que realmente no quería, porque vivir sin Chanyeol no tenía sentido para él.

Las horas habían pasado y el llanto de Jongin se había detenido, pero continuaba. ¿Cómo era posible que sintiera tanto dolor a pesar del tiempo? No había nada, absolutamente nada que le hiciera tener ganas de vivir en ese momento. 

Sus ojos se habían cerrado hasta que escuchó unas voces cerca. Se levantó, y a lo lejos vio una pareja de muchachos. Supuso que eran novios por el entrelace de manos que compartían. Se veían felices, tan felices mientras caminaban, que, por un momento, Jongin se vio a él y a Chanyeol y sonrió con felicidad, con nostalgia. Sus ojos rojos demostraban que había estado llorando, pero trató de ocultarlo, levantándose de allí para así acomodar sus prendas. No quería parecer un loco al ver que los muchachos se acercaban a la misma dirección donde estaba.

— Es por aquí —escuchó decir a uno de ellos. Jongin pudo reconocer que era extranjero por el particular sonido de sus palabras. El más bajo de los dos asintió, apuntando al mismo lugar donde Jongin se encontraba, a la lápida de Chanyeol.  "Quizás son amigos de Chanyeol"  Pensó Jongin, sin saber muy bien qué hacer cuando les vio a dos pasos de él. 

— Hola.. Disculpa, solo venimos a dejar un par de flores...—dijo el más bajo de los dos, dedicándole una dulce sonrisa. Jongin se sintió reconfortado por un momento con aquella expresión. Sin decir nada, solo haciendo una ligera reverencia, asintió. El otro muchacho, de largas pestañas y perfectas facciones, tomó el ramo de amarillas flores, dejándolas justo a un lado de las que Jongin había llevado horas antes. Luego de eso, un silencio se hizo presente, y en realidad fue un tanto incómodo para los tres.

— Gracias... —escuchó decir al muchacho alto, haciendo que Jongin girara su vista hasta ellos, percatándose que nuevamente el lazo de sus manos se había hecho presente, y ambos miraban la imagen de Chanyeol con verdadera gratitud. Jongin no comprendió, aún así no se atrevió a preguntar. 

— ¿Eras familiar de Chanyeol? —inquirió el más bajito, el de ojos felinos. Jongin sonrió con suavidad.

— Algo así.. —respondió. — Él... Él era mi prometido. —dijo casi en un susurro, sonriendo al decir por primera vez su real compromiso con Chanyeol, quién le había pedido matrimonio la misma noche en la que falleció. Jongin pudo ver cómo los ojos del chico más alto se abrieron con sorpresa.

— Y-Yo... Lo siento mucho... —Jadeó el más alto, acercándose a Jongin al ver que sus ojos se habían llenado de lágrimas. Jongin no le conocía, pero de alguna manera no le incomodó su presencia. El más bajo de ambos se acercó, entonces Jongin pudo percatarse de que caminaba con cierta dificultad. Al igual que él, también sus ojos parecían quemarle. — Mi nombre es Lu Han. —se presentó el alto, y Jongin asintió a modo de entendimiento. — Él es Minseok. Mi prometido. —le dijo, alzando su mano hasta el hombro de Jongin, apretándolo con cautela, con dulzura, como si le estuviese abrazando. Jongin entonces comprendió que el muchacho alto, "Lu Han", empatizaba con él.. O al menos eso creía. Aún así, no dijo nada e intentó por todos los medios no llorar; pero joder, le estaba costando demasiado.

— S-Soy Jongin.. —se presentó torpemente, haciendo una ligera venia, tragándose el alma en cada respiro. — ¿Eran amigos de Chanyeol? Muchas gracias por venir a verlo y traerle flores.

El más bajo de ambos, Minseok, negó con su cabeza.

— No, no lo conocimos. 

Jongin se sorprendió. Quiso preguntar el porqué de su visita, pero la respuesta del muchacho se hizo presente antes de que pudiese hacerla. 

— Nunca lo conocí, y es primera vez que lo visito... Pero no tienes idea de todas las noches en las que he pensado en él.. —le explicó, y Jongin frunció ligeramente el ceño; clara señal de no comprender una palabra de lo que decía. — Gracias a él estoy vivo, Jongin. 

El mundo entero de Jongin se descolocó, y su expresión de incomprensión se hizo aún más presente. Lu Han pasó una de sus manos por el hombro de Minseok, quien había comenzado a llorar despacio, sin apartar vista de Jongin, con una expresión de gratitud enorme. 

Jongin entonces comprendió una vez la pareja logró explicarle completamente.

Minseok había estado mucho tiempo en el hospital producto de una enfermedad degenerativa. Había esperado tantos años junto a Lu Han por un trasplante de pulmón, que pensaron que la posibilidad de que este llegara sería imposible. La misma noche en la que Jongin y Chanyeol tuvieron el accidente, Minseok fue internado porque sus pulmones ya no le permitían respirar. Él no sobrevivía sin una máquina que hacía que el oxígeno entrara forzosamente a sus pulmones, manteniéndolo con vida. Lu Han fue consciente de cómo la vida de su novio se le iba de las manos sin poder hacer nada. El trasplante era su única salvación. Un trasplante que esperaron durante años, el cual llegó la misma noche en la que Chanyeol falleció. Entonces Minseok y Lu Han tuvieron una esperanza. 

Chanyeol era compatible con Minseok. El trasplante pudo llevarse acabo y ahora Minseok podía respirar por su cuenta. 

Lu Han nunca, en toda su vida, se sintió más agradecido. Ahora podrían vivir juntos, concretar los planes que tanto anhelaban; casarse, formar esa vida que tanto esperaron y que, por un momento, creyeron jamás podrían tener. Lu Han le habría dado sus pulmones a Minseok si fuese necesario.
Después de un tiempo, Lu Han decidió buscar a los familiares de la persona que había donado los órganos para Minseok. Él quería agradecerle, quería demostrarles y darles la tranquilidad y satisfacción de que su familiar había hecho que ahora Minseok pudiese vivir una vida normal. Encontrar los datos fue realmente difícil, pero lo consiguieron; bueno, al menos el lugar donde estaban los restos de aquella persona tan generosa que pensó en los demás incluso cuando estaba vivo.

Jongin ahora entendía. Chanyeol le había dado vida a alguien. Chanyeol le había dado la oportunidad a otra persona de poder vivir. Cuando comenzó a llorar, Minseok se acercó, estrechándolo tan fuertemente que Jongin no fue capaz de ocultar la tristeza que mantuvo oculta durante tanto tiempo. 

— Gracias a tu prometido estoy vivo, Jongin... —jadeó Minseok, porque él también podía entender la tristeza del muchacho. Él no sabría qué hacer si Lu Han alguna vez le faltara, pero quería hacerle notar a Jongin que la muerte de Chanyeol no fue en vano, y que, así como a él, seguramente le dio la oportunidad de vivir a alguien más. Jongin suspiró, aferrando sus manos en la chaqueta del muchacho. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien le abrazaba así, que le daba una pequeña esperanza.. Jongin sintió, en Minseok, la calidez... Y Jongin amaba las cosas cálidas, así como los abrazos de Chanyeol.  

Jongin supo entonces que Chanyeol solo estaría muerto si él lo olvidaba.. Chanyeol vivía en otras personas, vivía en su corazón y él jamás le olvidaría. Se recuperaría, buscaría por todas los medios hacerle sentir orgulloso. Jongin volvería a danzar, a comer, a sonreír.. Jongin volvería a vivir, porque Chanyeol, así como lo hizo con otros, le dio nuevamente vida.. Jongin le amaría por siempre, por toda su vida, pero no se estancaría.. 

Jongin haría lo que Chanyeol quisiese que hiciera... Jongin viviría. 

 

Quizás el invierno sería frío, el más frío que sintió, pero se empeñaría en que fuese cálido, después de todo, él amaba las cosas cálidas... así como los abrazos de Chanyeol.

Notas finales:

Leer también en:

 

https://www.wattpad.com/myworks/57544275-fate-chankai

 

Usuario: Valeemotions.


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