Gon seguía riéndose, agradablemente.... Burlándose con sedosidad de la vida no amorosa de Killua.
Cierto que su amigo tenía toda justificación.
Él mismo no podría haber tenido citas con ninguna mujer, de haber sido criado a la usanza de los Zoldyck.
Tenía que solucionar eso.
-A todas les gusta sentirse deseadas, únicas... Quieren que toda atención sea de ellas y al mismo tiempo, ser las que manden y sean llenadas de apapachos y caricias, de atenciones y obediencias... Realmente, es un tanto difícil tratar con mujeres, Killua - Le explico Gon, tomando un café... Recordando la vez en la que la señorita Pam usó su Nen, derramando el líquido en pleno ataque de ansiedad.- Pero son agradables.
-Crecer con Mito-san te ha dado ventajas, eres todo un hombre, Gon.
-Cierto - Le contesto risueño- Siempre estuve rodeado de mujeres, así que sé cómo tratarlas. Sobre todo a las acosadoras.
-Eso explica porque puedes llevarte tan bien con Isoka - Gon se rasco la mejilla izquierda, fingiendo demencia sobre el tema.
Isoka seguía siendo uno de los cazadores a los cuales quería como su presa... Desde hacía mucho, que Gon había dejado de verse como la fruta en maduración de Isoka...y se esforzaba por hacérselo ver.
Desde palabras al viento hasta estímulos visuales, después de todo: lo que a Isoka más excitaba era una buena batalla y un trasero respingado.
-Pero estamos contigo, Killua.- Killua sufrió un escalofrió. Gon planeaba algo. Su instinto le pidió correr.- Tengamos una cita.
Killua se sonrojo de inmediato.
Se medio atraganto con el chocolate caliente que tomaba y golpeo la mesa del pequeño restaurante en el que estaban.
-¿Cita? ¿Tú y yo? - Se señalo, tratando de acentuarle a Gon que la idea le era descabellada - ¿Qué se supone que hagamos? Siempre andamos juntos; nos duchamos juntos; viajamos juntos; comemos juntos; peleamos en equipo; platicamos de todo y nada; entrenamos juntos... Con nuestros respectivos espacios reglamentarios; he ido a tu casa, haz ido a la mía; jugamos... Sólo nos faltaría besarnos, prácticamente somos una pareja - Dijo, notando lo mucho que Gon significaba en su vida.
-Eres mi mejor amigo, Killua.
-¿Estas entendiendo lo que te estoy diciendo? - Le pregunto exasperado.
-Si. Estas diciendo que somos un matrimonio de años - Killua se azoto contra la mesa. Le daba vergüenza la simpleza con la que Gon hablaba.- Y es que los somos, Killua.
Killua sacaba humo por las orejas... Gon era imposible.
-Pero es injusto que sólo yo conozca lo que es una cita.
-Ya, de cualquier forma... Lo que se hace en una cita es lo que hacemos ¿No? - Le contesto Killua, tratando de alejarse del tema lo más que podía. Esto de matrimonios y citas, era absurdo. - No hay necesidad de que tengamos una salida con tal titulo.
-Una cita es diferente, Killua - Gon se puso serio de repente.... Como si estuviera a mitad de un plan para entrenar - Ya lo dije, tengamos una cita.
-Que no, Gon. Yo no quiero tener ninguna cita contigo.
-Bien, porque no será conmigo - Killua abrió los ojos y se apresuro a abalanzarse sobre Gon... Intentado callarlo antes de que soltara cualquier tontería - Killua, yo te reto - Si, Killua había fallado miserablemente. Gon era muy ágil cuando quería. Gon estaba sobre la mesa, tambaleándose sobre sus talones... Llamando la atención de la gente en el local - Te reto a pedirle una cita a la primera persona que se pase enfrente de la puerta del café.
-Absurdo - Bufó - No lo voy ha hacer.
-¿Qué? ¿No puedes? - Rió, alterando a Killua, quién dejo ver lo erizado que estaba.... Gon disfrutaba de las extensiones de gato que Killua podía dejar ver.- Bien... Entonces, setecientas cuatro citas contra cero citas, a favor: yo.
Killua odiaba perder, fuera la razón que fuera.
Su naturaleza caprichosa y voluble, no lo dejaba pasar las cosas con la facilidad con las que Gon lo hacía.
¡Bien!
Si Gon quería compartirlo, lo compartiría.... Un momento, ¿Compartirlo? ¿En que momento se pensó de Gon?.
Sólo eran amigos.
La convivencia extrema le estaba jugando malas pasadas.
Camino hacia la puerta, sintiendo la mirada acaramelada de Gon sobre su espalda, detallándole los tensos hombros y su paso silencioso.
Killua apenas estaba creyendo lo que estaba haciendo, y todo por satisfacer a Gon.
No podía ser tan malo una cita.
De cualquier modo, si necesitaba ayuda: se la pediría a Gon, él tenía que hacerse responsable del desastre que estaba a punto de armar.
Su mejor amigo y sus ideas raras de matrimonio, de citas, de lo que fuera que tuviera en la cabeza.
Aun cerrando los ojos, trago saliva audiblemente... Jamás había hecho algo cómo eso: no era cómo asechar a una persona para saltarle encima y cortarle la garganta limpiamente.
Siquiera quería seleccionar a alguien... Pero Gon no podía creerle cobarde... Era fuerte, conquistador de los pisos en el Coliseo del Cielo, miembro de la familia de asesinos Zoldick (Aunque lo odiara)... Agarro con rapidez y delicadeza al primer cuerpo que desprendía un aura equilibrada, mitigada... Si el aura le atraía, la persona no podía ser tan mala.
-¡¡Tengamos una cita!! - Le grito.
Killua sintió su mano temblar ligeramente.... ¿Y si lo rechazaban?.
¡¡Demonios!!.
No debió de gritar... De seguro ahora todos verían la manera en la que le despreciarían.
-Es una sorpresa que nos volvamos a ver - Killua abrió los ojos, aun sin atreverse a levantar la mirada.
¡¡Joder!!... Que metida de pata.
En donde quiera podría reconocer esa voz.
Gon se puso a su lado de inmediato, aún viendo que Killua no soltaba el pedazo de tela que pescó.
-Aunque, jamás imaginé que la próxima vez que nos viéramos me pedirías una cita.- Killua se puso rojo hasta las orejas y de a poco, fue soltando la ropa. Sintiéndose tieso cómo piedra, Killua ni respiro.- Bien, entonces.... - Inmediatamente capto la mirada del otro mocoso, una que le prometía una pelea entretenida cómo se le ocurriese no salir con su amigo... De cualquier manera, iba a aceptar. El pequeño Zoldick era una promesa en toda regla. - Mañana, a la una en la fuente central, la que está enfrente del bazar “Malvaviscos Malditos”, es una cita.
Killua seguía sin poder respirar.
Gon chilloteaba a su lado, felicitándolo por la victoria.
¿¡Que victoria!?... ¡¡Maldita sea!!.
Iba a morir.
-¿Viste quien era? - Le pregunto igual de alterado que Gon, sólo que en el lado contrario de la acera.
-Si - Asintió varias veces - Felicidades, Killua... Vas a tener una cita con Kuroro Lucifer.
-Kurapika va a matarme... Si no lo hace el líder de la Araña. - Se lamento.