El día esta nublado es normal en esta apoca del año, ya todos los días lucen igual, tan monótonos que realmente no se puede saber si es lunes o viernes si no fuera por el calendario montado en la pared de mi sala mucho menos saber si son las nueve de la mañana o las tres de la tarde, si no fuera por la ayuda del reloj en mi muñeca, así que la giro para ver qué hora marcan las manecillas, las 6 de la tarde, estoy aburrido no tengo nada que hacer, es extraño pero incluso el ritmo de mi trabajo disminuyo y me está dando un descanso; no me enorgulleced decirlo pero solo hay una cosa que me puede ayudar a pasar el rato en días como estos.
Asi que me pongo de pie comienzo a caminar y dejo atrás el sillón negro de piel que me costos unos cuantos miles, igual que la mayoría de los muebles que llenan el espacio en donde vivo, es un buen departamento, está lleno de lujos o al menos eso es lo que piensa mi padre, él dice que es un buen lugar para vivir y que alguien con nuestra posición debe de vivir así, a mí no me molesta, pero tampoco es algo que me preocupe, después de todo casi no suelo pasar tiempo aquí.
Camino hasta el closet del recibidor y tomo mi abrigo de pana color café, la tela es algo molesta o mi piel es muy sensible, pero rasco mis brazos por la comezón, pero con una noche tan fría es necesario, así que me lo pongo y lo acomodo para que luzca con clase, hombros abajo, pecho hacia afuera, espalda recta, tomo las llaves de mi auto del año y salgo.
Me dispongo a ir a ese lugar, un lugar a donde no se supone que deba de ir, un lugar que está prohibido por la sociedad para cualquier persona decente, o eso se supone, supongo que no soy una persona decente entonces y de nuevo esa mentalidad indiferente ante todo, no me importa porque es el único lugar en donde puedo encontrar lo que busco... además conozco a más de diez personas “decentes” que frecuentan esos lugares mas seguido que yo.
el camino es largo, es lo que pienso una vez ya en mi coche ni la música de fondo me distrae de lo que quiero hacer, mi destino está al otro lado de la ciudad, alejado lo más posible de la zona pudiente a la que pertenezco, me toma alrededor de unas 2 horas en carretera poder ver la fábrica Konoha, según mi padre es una pocilga donde mandan a los esclavos a morir, imposible no prestarle atención es enorme a demás siempre da un olor a podrido alrededor de ella, ¿qué harán en ese lugar que huele tan mal?¿o serán los cuerpos de los esclavos que lanzan por las chimeneas los que hacen que huela tan mal?
Por fin llego a el lugar son pasadas las 8 de la noche pero esta igual de obscuro que cuando Salí de casa, dejo mi auto estacionado cerca de la luz mercurial y prendo la alarma con todos los seguros activados, supongo que es una suerte que no me hayan robado el coche aun, pero será cuestión de tiempo si sigo frecuentando este tipo de lugares, camino haciéndome paso entre la nieve, mis zapatos de cuero rechinan en cada zancada que doy, veo el callejón al que siempre voy, en ese lugar es donde tienen la mejor mercancía, siempre encuentro algo que me ayude a pasar el rato.
-Aquí tenemos lo que está buscando- Escucho decir a varios sujetos moviendo la mano para que me acerque a ver lo que ofrecen, no es necesario nada me gusta, es mercancía barata y de tercera, no, lo bueno esta al fondo, asi que no volteo y caminomas apresurdo.
-Buenas noches- saludo con un pañuelo en la boca, tratando de respirar lo menos posible el aire del lugar, un hombre con ojos amarillos y cabello negro gira para verme bien y sonríe; por supuesto que sonríe, ve mis ropas y sabe que tengo dinero, que puedo pagar.
-Llega justo en el momento adecuado, un sujeto de la zona centro me cancelo este pedido
Pose mi vista en lo que tenía en la mano, se veía bastante sucio aun así parecía en buen estado.
- ¿Su estado? -Pregunte examinando
-Limpio ¡por supuesto! -Exclamo empujando hacia mi
Su cabello era negro, su piel blanca, solo vestía una camisa azul bastante grande para su complexión y un short blanco o ese parecía ser el color con el que originalmente fue teñido; ni siquiera temblaba a pesar del frio, seguramente ya no podía sentirlo con tan poca ropa que tenía, la mirada la mantenía baja y ausente, sabía cuál era su lugar, en ningún momento intento veré el rostro ni levantar la vista del suelo.
- ¿Cuánto’?- Pregunte
-200 la hora, 350 2 horas…
-Toda la noche -Aclare
-No señor, toda la noche no es negocio para mí- Dijo el hombre acomodando su cabello de tras de su oreja
-Entiendo-Conteste molesto por hacerme perder el tiempo y dispuesto a dar la vuelta para buscar algo más.
-Espere-alzo la voz
Deme 1500
- ¿1500?
-Toda la noche, es un precio justo
-Bien, lo tomo
-Excelente- Dijo acercándose al doncel y desatando las cadenas de su tobillo, jalo la que sujetaba su cuello y estiro acercándola a mí mano para que pudiera tomarla.
Tomé mi cartera y le di el dinero para entregárselo el cual tomo con demasiado gusto.
-Mañana a las 6, tráigalo aquí, tiene una cita importante a la que no puede faltar- Me dice el hombre con gran similitud a una serpiente.
-Bien- Me limite a contestar y jalar la cadena para alejarme de ese lugar lo antes posible.
Caminaba algo rápido o por lo menos lo que me permitía la nieve, volteé a ver al doncel y noté que no tenía zapatos, sus pies estaban casi morados, y fruncí el ceño, es decir estúpidos proxenetas deberías de cuidar su mercancía, pero no, a ellos no les importa si sus pies ya no sirven mientras que puedan abrir las piernas y cobrar por ello. Incluso se de algunos que pagarían por un doncel que ya no respirara.
Llegamos a mi coche después de unos minutos de caminar bajo la fría nieve, él se mantuvo de pie con la mirada gacha hasta que le di indicaciones de entrar al coche, entre y le coloqué el cinturón de seguridad pude notar como se estremeció pero no supe si fue por estar tan cerca de mi o que temblaba por el frio,
-Salgamos de aquí -Dije colocando mi cinturón rápidamente, entre menos tiempo pasara allí sería mejor.
Ya en camino prendí la calefacción para que el doncel entrara en calor me desesperaba el verlo temblar y encogerse para mantener el poco calor que su cuerpo delgado y escuálido lograba producir
-Acerca las manos- Le dije tomando sus manos heladas y poniéndolas sobre la ventila.
Todo el camino fue silencioso, él no hablaba sin que se lo pidiera como debía ser y yo no tenía ni el más mínimo interés en hablar con él, solo lo usaría como al resto de los donceles que usualmente llevaba a mi departamento y lo regresaría al día siguiente para nunca volver a saber de él, no es que fuera una persona cruel e insensible, no nunca me considere así yo solo entendía como se movía el mundo real y había aprendido a sacarle el mejor provecho a todo lo que el ofrecía.
Yo me llamo Naruto Namikaze tengo 26 años mi vida ha sido algo solitaria desde que tengo memoria pues mi madre falleció el día en que yo nací y mi padre siempre fue distante por el trabajo, me educo a distancia por así decirlo con mucha ayuda de Kakashi un doncel mayordomo que siempre ha estado a nuestro servicio, con el trabajo y la escuela no suelo tener tiempo para relaciones amorosas pues mi trabajo es una amante muy celosa, tampoco había encontrado a la mujer indicada para mí, pero como todos los hombres tengo necesidades y aunque lo niege la sociedad nos da ese servicio con los donceles esclavos.
Llegamos a la entrada del apartamento y estacione el coche, Salí para abrir la cajuela y sacar un cambio de zapatos que siempre cargo, camine por de lado hasta abrir la puerta del copiloto
-Toma ponte estos, están grandes, pero te ayudaran- el doncel tomo los mocasines cafés y se los puso aunque antes intento limpiar sus pies con las palmas de sus manos que estaban igual de sucias para segun el no ensuciarlos lo cual me causo algo de risa que no pude ocular, se puso de pie y entonces, no sé porque, supongo que no lo pensé cuando me di cuenta de lo que hacía ya me había quitado el abrigo para ponerlo sus hombros y ayudarlo a entrar a mi departamento; parecía sorprendido seguramente nunca había entrado a un departamento tan grande ni tan lujoso, no, seguramente él estaba acostumbrado a lugares de mala muerte que me producen asco de tan solo imaginarlos.
- ¿Tu nombre? - pregunte demandante, el levanto la vista unos segundos, pero inmediatamente la bajo y su respiración comenzó a agitarse, el sabía que no debía verme a los ojos pues se considera como una falta de respeto muy grande y muy probablemente se lo habían enseñado muy bien a punta de golpes.
-Sa Sasuke- Tartamudeo por los nervios
-Esa puerta- señale-Es el baño, ve y toma un baño, toma el tiempo que necesites, y usa lo que sea necesario pero asegúrate de quedar completamente limpio antes de ir a la habitación- Señale la puerta de mi recamara. - Te estaré esperando allí.
Asintió con la cabeza y camino lentamente sin titubear, así pude observar su cuerpo esbelto y la forma en que se movían sus caderas, lucia bien a pesar de ser lo que era, Mi mirada se quedó fija en su cuerpo contoneándose y mis pensamientos comenzaron a divagar en la forma en la que ese cuerpo tan delgado luciría sin ropa y un cosquilleo entre mis piernas comenzó a aparecer, debía evitar pensar más de lo necesario en la vida de ese doncel después de todo el solo servía para una cosa y para eso es que estaba allí en mi departamento, al fin de cuentas solo era un esclavo, a fin de cuentas solo era una prostituta más que entraba a mi departamento para que yo pudiera ir mas relajado al trabajo al día siguiente.