Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hilos de Muerte por GrimmPanther06

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nombre del Rol: Hilos de Muerte.
Pareja(s) principal(es) del Rol: Mihawk x Shanks
Nombres de los participantes: ArumaDTrafalgar y GrimmPanther06
Parejas preferidas de los participantes: KidLaw, ZoSan y MihiShanks.

 

Es un rol que hemos hecho mi geme (ArumaDTrafalgar) y yo (GrimmPanther06) para el "Concurso de fanfics y Concurso de Rol" de LPF - One Piece Yaoi Español, por su tercer aniversario. Este rol lo cortamos por falta de tiempo así que es un final abierto. Cuando tengamos más tiempo, lo continuaremos y publicaremos el final definitivo.

Notas del capitulo:

Los personajes son propiedad de Eiichiro Oda.

 

1999, Inglaterra, Brístol.

 

 En aquel tiempo surgió la mayor tragedia mundial, un hecho del que nadie hubiera querido vivir, incluso contarla causaba pesadillas, ¿La causa de ello? Una sustancia creada para revivir a los muertos. Un par de científicos locos que habían creado dicha fórmula ya comprobada experimentado con muertos, lo anunciaron por todo el mundo. Claro que muchas personas no les agrado que sus seres queridos fuesen de nuevo revividos ya que no deberían de alterar la vida y la muerte, principalmente la Iglesia estaba en contra de dicho descubrimiento, resultaba una falta a sus creencias, aunque para los científicos era un “descubrimiento favorable” para la iglesia era un “desafiar a Dios”. Además que revivir de entre los muertos personas peligrosas también era un riesgo. Hubo reacción negativa por parte de medio mundo, haciendo huelgas yendo mucha gente al lugar donde sucedían estos experimentos pero nadie sabía que un experimento resulto siendo una catástrofe, el inicio de una pesadilla que se haría realidad.

 

~En el laboratorio días antes del desastre total. ~

 

Un científico llamado Caesar Clown junto con Vegapunk fueron los que iniciaron con proyectos de este tipo para que la humanidad comprendiera que esto sería el nuevo futuro. Claro que el científico Vegapunk lo veía de ese modo, mientras que Caesar Clown lo veía más por el hecho de ocultar sus malvados planes detrás de las palabras de razonamiento del científico Vegapunk.

 

Muchos de sus experimentos se planificaron con muertos aun manteniendo su piel y órganos intactos sin que los gusanos u otros animales se comieran la carne en descomposición. No podían regenerar la piel o revivir por completo a los muertos, pero podían hacer que sus cerebros funcionasen para que pensaran como un humano de nuevo; sus capacidades de moverse, hablar, etc. las aprendieran de nuevo como un bebé aprende todo esto en sus inicios.

 

Todo esto les tomó varios años en que teniendo algunos “zombis”, -que así los llamaron temporalmente por su poca capacidad de moverse rápido-, pudiesen obtener estímulos gratos. Los mantuvieron a cada uno en habitaciones de vidrio las 24 horas/7 días de la semana. Ningún científico se les permitía descansar, ya que cualquier reacción era importante. Claro que tiempo después varios de los zombies murieron de nuevo, ¿la causa? No les dieron la suficiente dosis de fórmula para que pudieran “vivir” y que ellos mismos absorbieran dicha dosis y sobrevivieran por su cuenta, pero hubo solo uno que se mantenía fuerte. Era tanta la fuerza de voluntad que ya pudieron considerarlo como un logro.

 

Siguieron con estudios a este mismo zombie, les podía hablar como todo humano; pensar, razonar, recordar varios momentos de su vida, moverse de manera más rápida, pero lo que no podían conseguir era que dejara de comerse a los demás. A los demás, me refiero a que ya hubo varios atentados que se comía a muchos de los científicos; para Caesar Clown era algo fabuloso ver algo tan atroz y asqueroso, como comerse la carne de las personas sin realmente tener hambre, toda la sangre escurrir por el vidrio, los gritos de agonía que se escuchaba de los ilusos que no podían huir del experimento. Mientras que, Vegapunk no le gustó esto. Hasta incluso temió que este monstruo pudiera traer la muerte al mundo si es liberado. Puesto que, su capacidad era en grandes niveles superado por cualquiera; la fuerza, la mente, la rapidez. Es como si, lo que crearon fuese más un arma que algo a que pudieran llamar una nueva vida, un nuevo futuro.

 

~Horas antes del desastre total. ~

 

El científico Vegapunk viendo por fuera del vidrio al monstruo que creo, decidió que destruirlo era lo más inteligente. Cómo si el zombie supiera sus intenciones, llegó tan rápido frente al vidrio que lo sorprendió con un estruendoso golpe agrietando ligeramente aquel vidrio. Asustado, el científico prendió la alarma y llamó a Caesar su estudiante para que lo ayudara, pero Caesar al ver que su maestro intentó aniquilar el experimento, no se lo permitió.

 

– ¿Qué estás haciendo? ¡No toques ese botón!

 

–Es lo que debí hacer hace mucho tiempo, doctor Vegapunk –sonrió cruelmente, pulsando el botón “abrir”. Miró con total fascinación cómo los científicos corrían despavoridos por todos lados pero las puertas estaban selladas. No le importo esto al de la cabellera rizada y color negro—.

 

Escucharon todos, los rugidos provenientes de aquel cuarto abierto y la sombra del corpulento ser que salía de allí.

 

– ¡Nos mataras a todos! –Miró con terror aquella sombra hasta fijar su vista a su estudiante–. ¡Deberíamos matarlo!

Vieron estos dos científicos que el zombie mataba con gran furia a los ayudantes.

 

Sonrió siniestro Caesar alzando ambos brazos como lunático –Es cierto, ¿pero sabes a quién hemos estado ayudando? Es más y nada menos que el famoso Donquixote Doflamingo –satisfecho por lo horrorizado que estaba su maestro prosiguió—. Moriremos, pero si salimos de esta, seremos como él. ¿No sería fascinante?

 

–Estás loco… –miró por última vez a Caesar para después gritar desenfrenado pues aquel zombi llamado Donquixote le había arrancado la carne del cuello. Caesar quién vio excitado la escena abrió a lo ancho sus brazos para que lo mordiera también, y así lo hizo soltando carcajadas hasta que su respiración se detuvo—.

 

Aquel corpulento y horripilante zombie miró sereno la escena que hizo, sabía que en unos minutos más, muchos de ellos se levantarían pero lo mejor es que los podría manejar a su antojo como títeres. Si les iba bien, el gen les ayudaría a ser fuertes casi como él, pero si no les iba tan bien serían cuerpos vacíos que comerían sin saciar, cuerpos sin mente propia.

 

Mostrando una siniestra y malvada sonrisa llena de sangre, Donquixote abre las puertas que estuvieron selladas hace momentos atrás y deja salir la manada de zombis que creó – “Será un nuevo mundo bajo mi dominio” –pensó internamente el rubio. Viendo cómo estos salían del edificio y escuchaba a la gente  morir en instantes para momentos después ser parte del grupo—.

 

~Tres meses después~

 

 “El gen zombi” como lo hicieron llamar muchos, se expandió a otros países y por lo tanto miles de personas resultaron infectadas. Muchos soldados, Marinos y demás tropas de policías fueron a rematarlos pero muchos fueron también infectados o salieron despavoridos. Ahora, hay un grupo llamado los Cazadores de Zombis. Estos, una gran masa de personas con habilidades extraordinarias, parecían del otro mundo pero solo eran humanos y tal vez la salvación del mundo.

A pesar de todo ese tiempo aún no se encuentro una cura. Algunos tenían teorías de que Vegapunk nunca creo una cura porque tal vez la dosis de la sustancia zombi algún día podría desaparecer y morirían de nuevo. Pero nunca vieron más allá de lo que podría pensar uno de estos zombis. Todos creían que solo estos muertos vivientes se los comían, pero al ser transformados y manipulados por Donquixote Doflamingo, les impedía poder comunicarse con los vivos. Podría decirse que muchos de estos zombies podían sentir, si tan solo les dieran paciencia.

 

~En una base secreta en Manchester, noroeste de Inglaterra. ~

 

Los cazadores tuvieron que hacer “bases”, aunque más bien eran “puntos seguros” porque obviamente nunca tuvieron tiempo de crear alguna ya que ser perseguidos por esos seres les resultaba difícil salir con vida, pero lograron usar algunos refugios de la marina. En dichos lugares siempre hacían vigilancia y para ellos se organizaron en equipos de dos personas pues consideraban que estar juntos más de dos sería complicado cuidarse las espaldas, además eran como super humanos y así salían mejor las cosas o por lo menos hasta ahora. En la base “13C”, dentro yacían dos cazadores de zombis categoría elite; uno era pelirrojo y el otro pelinegro. El azabache yacía cómodamente dormitando sobre un sillón desgastado pero acolchonado, su cabeza estaba agachada hacía adelante y sus manos entrelazadas posadas sobre su regazo, sus pies uno sobre el otro yacían sobre la mesa donde su compañero y amigo veía concentrado el mapa mundial y otro sobre el mapa del Reino Unido analizando la ruta que los zombis habían tomado durante esos meses.

 

 ¿Cómo llegaron a conocerse? El pelirrojo, de nombre Shanks, nacido en Japón pero transferido a los 8 años a Londres siendo adoptado por una familia humilde, se metió de policía a los 19 en el Scotland Yard, reconocido y respetado por donde lo vieran, con grandes reflejos y bueno en artes marciales mixtas, era muy capaz de hacer su trabajo sin ayuda de su compañero, también era bastante astuto y por lo tanto alguien necesario en su cargo.

 

Mientras que el pelinegro, Dracule Mihawk, también nacido en Japón pero creciendo allí hasta llegar a la adultez y perseguir un nuevo rumbo hacía Inglaterra, era el CEO de una empresa de marketing. Por supuesto que en sus ratos libres practicaba artes marciales solo u acompañado pero estaba más al pendiente en el kendo. Claro que siendo pequeño su padre lo llevo a todo tipo de clases marciales siendo un experto en Jiu-Jitsu, Kendō, Taekwondo, Aikidō, Yudo, y Karate.

 

Cuando el caos se desato en Inglaterra, el pelirrojo salió a cumplir con su deber, no era algo para lo que fuera entrenado o haya enfrentado antes pero debía salvar vidas; mientras que el pelinegro teniendo su única arma en mano, una katana, cortaba a todo zombi que quería comérselo y así poder defenderse. Aquel día el pelirrojo estuvo en aprietos por una manada de zombis que venían hacía él, de la nada el pelinegro corto con su katana afilada los extremos de una escalera de acero y después la empujo con el pie, cayendo así encima de los zombis asustando al pelirrojo. Hecho una que otra maldición al aire por la sorpresa y al ver quién había hecho aquello, le dijo que le podría avisar a lo que el pelinegro seriamente y a la vez desinteresado contestó: “No tuve tiempo, estás a salvo ¿o no?”. Desde allí ambos tenían una gran rivalidad, ambos por sus diferentes modos de ver la mejor opción de cualquier situación, no ponerse de acuerdo era lo peor, pero tenían que estar juntos por motivos de que en ese lapso de tiempo eran ellos dos solos contra los zombis que aparecían frente de ellos.

 

 Con todo esto, la población comenzó a descender, eran cada vez menos las personas, aun así ambos comenzaron a encontrar a más personas en su largo trayecto y lucha con las cuales fundaron tiempo después las bases; allí mismo podían entrenar y cuando estos dos peleaban, peleaban hasta que uno de los dos no podía más, sin embargo el pelinegro tenía más experiencia en combate cuerpo a cuerpo en diferentes áreas que el pelirrojo; claro que ganaba con dificultad, pero lo lograba, sin tener que usar su katana al menos. Con el paso del tiempo sus habilidades fueron más que extraordinarias y se superaban mutuamente en cada encuentro, hasta hubo una vez que lo sorprendió dejándolo inmóvil sobre el suelo, tanto pies como brazos, lo que antes no podía hacerle el pelirrojo. El pelinegro agarró después un interés en este ya que al parecer tenía sorpresas escondidas que aún no tenía intenciones de dejar salir.

 

Ellos dos eran los que prácticamente llevaban el mando de las personas que habían encontrado y no solo porque eran los mayores, sus habilidades y razonamientos llegaban a ser mejor que los otros tres grupos que habían formado, ahora debían encontrar el modo de exterminar por completo aquel gen, cosa que no sería tan fácil, ya que una de esas se toparon con Doflamingo y su encuentro fue casi un desastre, de milagro salieron con vida.

 

–Esto no esta tan mal –hablo Shanks después de mirar por un rato el mapa–. Me refiero a que siendo una isla no hay posibilidad que lleguen más lejos ¿cierto? o ¿Acaso ya encontraron como llegar a Francia? –Puso una cara de pánico–. ¿Y si el gen se fue en un barco? ¿Qué tal si en un futuro solo quedamos tu y yo? –Miro a su acompañante–. Aunque eso no suena tan mal... –a veces el pelirrojo podía exagerar las cosas y por otro lado gustaba de molestar al azabache–.

 

Su acompañante aun yaciendo sentado en aquel sillón desgastado, abrió lentamente un parpado visualizando su orbe color dorado, lo dirigió hacía el rostro del contrario y si acaso sintiera irritación no lo mostró; bajo su vista a la mesa diciendo con calma –Todo dependerá de cómo hemos supervisado la isla, si fuera el caso de que el gen se transportó en un barco… –deja salir por la boca un suspiro cansado–. Entonces debemos averiguarlo –abrió el otro ojo para después levantarse del asiento. Miró seriamente los mapas frente a él sin decir palabra alguna de los puntos rojos donde se propago el gen y prosiguió–. Roronoa y Kuroashi están en Francia debajo de nosotros… –señala con el dedo índice el lugar–. Ya saben lo que tienen que hacer si habrá algún peligro, el problema son los países vecinos a ellos.

 

–Pero eso es lo que debemos evitar, es un doble problema –hablaba en serio, aunque con el tono dramático que podía llegar a usar Shanks no hacía que se entendiera de esa manera así que se sereno, le preocupaba la situación y es que el gen había tomado más del 65% del territorio, no podían permitir que llegara a mas–. Deberemos llegar como sea al puerto, es mejor evitar a eliminar más gente inocente.

 

Sus orbes dorados los dirigió de nuevo a los oscuros orbes del ajeno y musito casi en burla –Dejando tu hijo atrás, eres buen padre, Akagami –molestó un poco a éste sabiendo bien que el pelirrojo por ningún motivo dejaría de lado su tesoro más preciado–.

 

 –Ace puede parecer un malcriado a veces, pero siempre lo corrijo –sabía que llevar consigo a su pequeño niño es complicado pero es por quien sigue luchando–. Es mi pequeño y por nada dejare que algo le suceda. –no le hizo mucha en gracia el comentario del azabache y por ello le seguiría molestando–. Mihi... bebamos algo, ayuda a calmar los nervios- sonó más a un pretexto para beber que otra cosa.

 

Su ceño fruncido se intensifico más pero cuando iba a punto de abrir la boca para hablar, miró a tiempo hacía un lado del pelirrojo para presenciar un nuevo invitado a la conversación; de allí, su semblante serio y calmado, observó la interacción entre estos dos.

 

El desconocido de pequeña estatura llegó sigilosamente hacía la tienda donde estaban su padre y el otro sujeto que no le caía nada bien; trayendo consigo una vara de tubería en una mano, su expresión no sé notaba nada agradable al verlos tan juntos. Que para atraer la atención del pelirrojo, le pateo fuertemente en la pantorrilla –¡No bebas esa porquería, te pudre el cerebro! –Miró enojado a su padre para después dirigir su mirada amenazadora al azabache; por supuesto que el mayor omitía gran parte sus molestas y celosas acciones–.

 

El pelirrojo ante la patada repentina emitió un quejido de dolor, a pesar de la corta edad de su hijo tenía bastante fuerza, se sentó casi de inmediato en una silla de madera y se sobo la parte golpeada, miro con molestia a su pequeño — ¡Ace! ¿¡Por qué me pateas de esa manera!? así no es como se trata a tu padre —se dejó de sobar, realmente no estaba molesto con el menor y es que sabía por dónde iba el comportamiento de él, Shanks quería a veces convivir solo con Mihawk pero no podría teniendo a Ace y claramente le daría la preferencia al menor más en la situación actual—.

 

El pequeño niño de pecas características en él, se cruzó de brazos, haciendo una mueca hacía su padre–. Por qué te lo mereces, viejo –murmuró cabreado–.

 

El de iris dorados no le ponía atención a estos dos, su atención yacía completamente a los mapas frente suyo  –Si ya terminaron… —fijó su mirada a ambos que discutían–. Akagami, creo que…

 

En ese momento, una fuerte explosión se activó fuera de la base y de inmediato se disparó la alarma, los tres se alertaron ante esto —No te muevas de aquí –fue lo que dijo el pelirrojo a su hijo antes de seguir al azabache a la parte superior de la base. Ace, quién no le agradó la idea que le diera órdenes y más cuando estaba solo pensando en lo peor, se quedó aun así, porque sabía que su padre es fuerte, y no dejaría que nada malo le sucediera—.

 

Una vez que llegaron al segundo piso, dado que el refugio era subterráneo, se asomaron por entre las maderas que cubrían las ventanas para observar que varios zombis estaba afuera intentando derribar el lugar, venían por ellos y eso era algo que no pensaron fuera a pasar, y es que si era un lugar seguro era porque a varios kilómetros a la redonda no había rastros de civiles, esto no pintaba nada bien.

 

–Esto no debería estar pasando... –expreso Shanks, estaba preocupado, se sentía acorralado... debía sacar al menor de ese lugar a salvo a como fuera—.

 

Mihawk quién en una milésima de fracción se notó su asombro ante lo que ve, rápidamente voltea a ver al pelirrojo apresurado —Rápido. Ve por Ace y… —fue interrumpido por los nuevos bombardeos de aquellos zombis—. Te veo aquí. Es necesario ir abriendo paso, nos moveremos hacía Oxford —dicho esto teniendo su compostura firme, se apresuró con la katana ya en mano hacía lo zombies que lograron traspasar el muro yendo directamente a invadir el primer piso—.

 

El pelirrojo solo afirmo con la cabeza antes de salir corriendo hacía la parte subterránea del lugar por su amado pequeño; por unos momentos él no había tenido cabeza para pensar en qué hacer, claro que el plan principal era salir corriendo con Ace entre sus brazos pero ¿A dónde?, eso era algo que en ciertos momentos admiraba de Taka No Me su manera tan calmada de actuar ante lo que fuera. En cuanto llego con Ace, se inclinó frente a él y hablarle con calma —Es momento de dejar este lugar, aquí ya no es seguro, pero descuida –sonrío el pelirrojo en forma de darle confianza al menor–. Estaremos bien, y Ace... por nada en el mundo te vayas a enfrentar a ellos ¿De acuerdo? —esa parte le preocupaba, sabía que el menor tenía agallas pero eso no le quitaba la inquietud de que algo malo le pasara, seguía siendo un niño—.

 

El pequeño al ver bajar de las escaleras a su padre un sentimiento de alivio surcó su ser, lo miró preocupado y entendió rápidamente a lo que se refería – ¿Estás seguro que estaremos bien? –cuestionó, ligeramente frunciendo el entrecejo para después, asentir levemente a la petición de su padre, pero si tenía que intervenir, lo haría—.

–Descuida, vamos –camino el mayor hacía el piso de arriba aunque no sin antes mirar que el menor le siguiera, en el camino tomo una metralleta que había podido conseguir días antes por si se era necesario, combate a distancia era su mejor elección ahora–.

 

Ace agarro con fuerza la tubería que traía consigo en la mano y siguió a su padre. Mientras ambos corrían para llegar al primer piso, se encontraron en su camino con algunos zombies. Los enfrentaron sin problemas, sin embargo, al llegar justo donde Mihawk estaba peleando, pudieron ver la gran manada de zombies que llegaban de todos lados.

 

Mihawk, quién en ese entonces luchaba con los cuerpos putrefactos no tenía problema alguno enfrentándolos, luchando con su katana fluidamente, en ciertos casos usaba los puños o patadas. Cuando su mirada la dirigió por milésimas de segundos hacía la entrada de la base, observó a ambos saliendo de allí. Cortando la cabeza de un zombie, les ordena desde la distancia ya que estaba ocupado–. Vayámonos, ¡ahora!

 

El pelirrojo asintió ante eso, prosiguió su camino luchando contra todo zombi que se le pusiera enfrente, eran demasiados pero a como dé lugar tenía que seguir avanzando y proteger al menor, les disparaba justo en la cabeza a unos y a otros los rebanaba con su sable ya que unos cuantos lograban acercarse, en todo momento estuvo al tanto de Ace. Logro llegar hasta las afueras de la base, y a pesar de haber eliminado ya a varios zombis al igual que Mihawk esto parecía no tener fin –Son demasiados... –dijo con preocupación y no es que no pudiera, pero tenía alguien a quien proteger, además que estaba las dudas de ¿Por qué había venido una manada de zombis tan de repente? y ¿Cómo es que supieron dónde encontrarlos?, esto era sin duda algo inusual–. 

 

El de iris dorados retrocedió un poco no porque estaba tan exhausto sino estaba concentrándose, mirando a todos lados. Remato a otros cuantos más jadeando en el proceso. Cuando pasó saliva, goteando su frente de sudor, observó por el rabillo del ojo algo impactante que sucedía donde yacían los otros dos.

 

El pequeño de cabellos color azabache veía con estupefacción frente suyo, eran bastantes zombies que poco a poco los estaban acorralando en un círculo. Su padre no le dejaba mucho que golpear a estos muertos, ya que hacía todo el trabajo el contrario, pero cuando el pelirrojo estaba muy ocupado en otra dirección, un escalofrío le recorrió la nuca al voltear su cabeza hacía su derecha, ya que algunos zombis estaban a metro y medio de ellos. Sin percatarse, agarro con fuerza el pantalón de Shanks antes de soltarlo por completo y correr hacía esa dirección; con determinación agarro con fuerza su tubería y al saltar frente a uno de los zombies para golpearlo en la cabeza que fue exitoso, no se percató que otro lo había rasguñado en la frente, brotando sangre sin cesar cayendo a sus orbes. Apenas y podía ver lo que estaba haciendo. Gruño enfadado limpiándose la herida, golpeándolos hábilmente pero no era suficiente. Los demás zombis se comenzaban a formar a su alrededor en grandes masas.

 

Shanks miró hacía su hijo, tenía miedo de perder a su mayor tesoro, su ira aumento –¡¡Ace!! –grito a todo pulmón mientras se quitaba del camino a varios zombis para llegar hacia el menor, sin embargo, el camino hacía el pelinegro parecía cada vez más lejano–.

 

Mihawk no sé quedó atrás, tenía que salvar al niño, quito a varios zombies de su camino gritando al mismo tiempo que el pelirrojo – ¡¡ACE!! –jadeando por el gran esfuerzo que le daba a sus músculos, vio estupefacto la escena pero no podía detenerse a quedarse mirando más la condición del niño. Así que, su vista la posó rápidamente a la figura que yacía a metros suyo, quitando a más cuerpos muertos de su camino–.

 

Uno que otro zombie ya estaba agarrando al menor por la ropa y otro por los hombros alzándolo al aire tirando su tubería al suelo. Escuchó los gritos de su padre y Mihawk pero parecían lejanas y en eso grito con desesperación – ¡¡¡Pa-pááá!!! –alzó el brazo hacía delante con miedo al tiempo que los zombies lo agarraron y lo arrojaron al suelo sin cuidado, topando su cabeza al concreto quedando inconsciente rápidamente; salía sangre por su frente y cabeza manchando gran parte del suelo. Un zombie lo agarro por detrás de la camisa arrastrándolo, ocultando su cuerpo con los demás zombies que iban tras los otros dos para obstaculizarlos y no vieran lo que estaba pasando. Este zombie quien se llevaba a Ace sigilosamente junto con otros más, se lo llevaban lejos de los vivos–.

 

Tanto luchar tenía al pelirrojo cansado y con lo que presencio su respiración era acelerada, sentía que moría en vida y unas lágrimas comenzaron a salir – ¡Ace!... ¡Ace! –gritaba continuamente, no podía creer lo que estaba pasando, había perdido a su pequeño frente a sus ojos, aun así trataba de llegar hacía él, tal vez algo se podía hacer, tal vez el médico de Swindon podía ayudar a hacer algo ¡por el amor de Dios! –.

 

- ¡...gami!...  ¡Akagami!... ¡Shanks! –Llamó a Shanks varias veces pero parecía estar en un trance. Mihawk tuvo que detenerlo, sabía que el pelirrojo estaba devastado por lo ocurrido de su hijo. Por consiguiente, lo agarro del hombro ordenando–. ¡Tenemos que irnos ahora, Shanks! -sentía revolver su estómago. El hijo de Shanks estaba muerto, pero debía ser fuerte por ambos–.

 

Shanks no sabía que se estaban llevando a Ace al cual quería seguir buscando, pero una mano en su hombro y la voz de Mihawk se lo impedía, en la mente del pelirrojo estaba que debía salir de allí con o sin su hijo, era doloroso pero debía seguir.

Notas finales:

Sus reviews son bienvenidos. Y les agradecemos por leernos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).