Comisaria 86- 12:30pm
- Esto es estúpido- Arrojó el archivo arriba de su escritorio molesta- Ya no hay nada- Comentó tirándose cansada en su silla.
Tres meses, tres malditos meses en los cuales no habían conseguido nada. Siempre que estaban a punto de encontrar algo, aparecía una pista que los llevaba a otro camino, que resultaba ser un callejón sin salida.
El cansancio se notaba en sus ojeras, conseguida gracias a las incontables noches sin dormir. Si no fue por su café, ahora mismo estaría tirada sobre el escritorio roncando como nunca
- Ya, tranquila Brenda- Juntó los papeles desparramados por todo el escritorio, en el golpe su archivo se abrió tirando todo su contenido fuera- Volveremos a encontrar algo, ya verás- Se sentó en frente consolando a su compañera
- ¿Para que? ¿Para volver a encontrarnos con un callejón sin salida? Seamos realistas, Oliver- Suspiró molesta, en esos momentos ni las palabras de su amigo podrían consolarla
- Disculpen detectives- Interrumpió un oficial, tocando la puerta- El jefe los esta llamando- Anunció retirándose
Los dos fueron al encuentro. No era raro que los llamara, con esa reunión se hacían cinco, en lo que va de la semana. Al llegar al despacho, tocaron la puerta, esperando respuesta. La recibieron y pasaron tranquilos, más que tranquilos cansados.
- Bien señor y señora, siéntense por favor- Ese día el jefe se notaba distinto, feliz tal vez. Un sentimiento que no paso desapercibido por sus visitas- Tenemos buenas noticias- Informó conteniendo su entusiasmo
- ¿Qué noticias pueden ser esas?- Preguntó Oliver, siendo contagiado por el entusiasmo de su jefe
- Ya tenemos la solución para lo asesinatos que se han estado dando- Les dijo
Lo que pudo llegar a ser entusiasmo, cambio abruptamente a sorpresa y alteración
- ¡¿Como que la solución?!- Saltó en asiento Brenda, ¿Realmente tenían al culpable?
- Si, una persona nos ayudara a resolver el caso- Para decepción de ambos detectives, no esperaban que alguien más estuviera entre ellos.
- ¿Alguien más? ¿Quién?- Fue Oliver quien pregunto lo obvio, necesitaba saber si esa persona realmente ayudaría o solo sería un estorbo más- Sin ofender jefe, pero las demás persona que vinieron resultaron ser un desperdició
- Lo se, y me disculpo por eso. En esos momentos no veía a quien ponía, pero ahora si. Esta persona será la clave para todo- Su entusiasmo volvió- Lean esto- Les extendió un archivo, una carpeta color piel.
Brenda abrió la tapa y una foto calló al piso, fue Oliver quién la recogió. Ambos pudieron observar el contenido que daba la hoja, dentro.
Nombre: Colette
Apellido: Gust
Edad: 17
Fecha de nacimiento: 22-10-1998
Grupo Sanguíneo: A+
Nacionalidad: Estadunidense
Dirección: Avenida Atlantic- Barrio Prospect Heights- Casa N° 253
Alergias: No presenta ninguna alergia.
Historial delincuente: No presenta ningún historial delictivo
Hija de Jacerina Freir y Rodolfo Gust, ambos esdunidence. Nació en New York, seis años después de su hermano, Jack Gust.
Su madre, de 43 años, es una respetada forense, trabaja para el FBI. Su padre, con 47 años, un detective, trabaja de encubierto, en estos momentos. Su hermano mayor, con 23 años, es abogado del estado, nunca perdió un caso.
La información personal venía ligada a una foto. Brenda observo la imagen, el rostro sonriente de la joven se mostraba feliz, su cabello, rubio y largo, caía como cascada por sus hombros, sus ojos azules como el mismo mar, atraían a cualquiera que la viera por mucho tiempo, en realidad era una joven hermosísima
- Colette Gust, es como toda su familia, la más grande en lo que hace- El jefe comenzó a hablar- Ella, al igual que su hermano, fue dada con el don de la justicia. Siguiendo los pasos de su padre, quiere ser detective de grande, pero ella ya paso a su padre por mucho. Con tan solo sus 17 años, es la mejor detective que puede haber, le ha ayudado a su padre con casos que nadie se atrevería a resolver- El orgullo sonaba fuerte en la voz del hombre- El problema es que tiene solo 17 años, y para entrar debe de tener 18 y haber pasado por la academia antes
- ¿Entonces?- Oliver preguntó, impresionado de que su jefe le tuviera tanto respeto y admiración a la familia Gust
- Esta situación requiere de todo, legalmente puede ayudarnos si ella quiere y si sus padres están de acuerdo. Hable con su madre y me dio permiso, por parte de ella y su padre, ya que no lo podía contactar porque esta de incognito en algún lugar
- ¿Nos ayudara una niña?- A Brenda la idea no le gustaba mucho, trabajar con una adolecente no era lo que precisamente idealizó
- Esa niña es la mejor. Y la necesitamos para resolver un caso que ya lleva meses y muchos muertos- Su tonó grave se hizo presente- Ahora iran a verla, convencerla que trabaje para nosotros, y usted señorita- Señaló a Brenda- Será su compañera
- ¿¡Que!? ¿Por qué?
- Porque lo ordeno yo, ahora retírense y búsquenla- Cortó cualquier discusión que se haya querido formar, no tenía ganas ni tiempo de lidiar con caprichos
Casa de los Gust- 14:00pm
La casa de los señores Gust no era gran cosa, solo otra igual a la de al lado. Paredes blancas, ventanas con rejas, un portón del garaje color rojo y la reja negra que protegía la casa. Lo único diferente era el gran jardín que habia en la parte trasera y las rosas bien cuidadas que adornaban la entrada.
La puerta, de la casa y portón, estaban ligeramente abiertas, lo que alarmó a los detectives que enseguida sacaron sus armas. Se adentraron al patio con cautela, portando sus armas en lo alto, a la expectativa de lo que saliera por la puerta. Llegaron al marco, se quedaron en silencio, escuchando, el gritó de una mujer los asustó.
- ¡Alto ahí, policía!- Gritaron los dos al mismo tiempo, una vez que se adentraron en la casa de un salto
Apuntaban sus armas al aire, pero por más que buscaban no encontraron a nadie. Solo la televisión encendida, con un programa de investigación.
- Como que hacen mucho ruido- Una voz los alertó, apuntaron sus armas al sujeto. Colette los miraba del marco de la puerta, que daba a la cocina, tenía en sus manos un bol que rebalsaba con palomitas de maíz con caramelo- No alcanzarían a disparar- Comentó con gracia caminando hasta el sofá, en frente de la tele, sentándose se puso a verla
- ¿Por qué crees eso?- Oliver cayo en la duda
- Porque Furia los hubiera comido antes- Señaló, sin ver, detrás de ella, que también era la espalda de ellos
Ambos se voltearon lentamente, encontrándose con un perro enorme que les gruñía mostrando a más no poder, sus inmensos colmillos.
- Si el no lo hacía tal vez si Junior- Otro gruñido les llamó de la puerta, un segundo perro, igual al primero, hacía su aparición de igual manera- Ya siéntense, deben de estar cansados- Propuso palpando sus costados en el grande sofá- Tardaron mucho
- ¿Sabías que veníamos?- Brenda se sentó lejos de ella, Oliver la acompañó a su lado
- Claro, mi madre me aviso. ¿Porque creen que deje la puerta abierta? No quería que me interrumpieran a mitad de mi programa- Se llevó unas cuantas palomitas a su boca- ¡Junior! Cierra la puerta, entra tierra- Le ordenó a su perro
Junior se paró y camino hasta la puerta, parándose en sus patas traseras cerró con fuerza. Volvió con lentitud a su lugar, los pies de su ama junto a su compañero Furia.
- Eso es sorprendente- Comentó Oliver con entusiasmo, en su vida había visto a un perro obedecer de tal manera
- Lo se, los entrene yo- Con orgullo los miró- ¿Quieren?- Les extendió el bol. Brenda paso a la oferta y Oliver agarró unas cuantas, le encantaban.
- ¿Qué miras con tanta atención?- Cuestionó después de tragar
- Es “La ley y el orden” Una serie en donde pasan casos de distintos temas, pero se centra más que nada en la violación, esta buena deberían de verla
- ¿Sabes porque estamos?- Brenda preguntó cortante, solo no quería estar más allí.
- Claro, vienen a proponerme si trabajo con ustedes- No despegaba su vista de la tele por nada
- ¿Y qué dices?- La paciencia no era su rama más fuerte
- ¿Sobre que?- ¿Acaso le tomaba el pelo?
- ¡Sobre la propuesta!- Saltó elevando la voz, acción que alertó a los perros que también se pararon de un salto encarándola, mostrando sus dientes, gruñéndole fieramente, eso asustó a Brenda que se quedó inmóvil
- ¡Ah! Eso- Chasqueó los dedos, como si se hubiera acordado de una idea pasada. Observó a sus perros que seguían en la misma posición, silbando captó la atención en ellos y con un gesto de la mano, les mandó a acostarse otra vez- Acepto, será divertido hacer algo más. Después de todo estoy de vacaciones- Levantó los hombros restándole importancia
- Eso es genial, entonces ven a la comisaria 86- Oliver se paró despacio, no quería alertar a los perros como su compañera
- Seguro, después- Se llevó más palomitas a la boca
- ¿Cómo que después?- Brenda perdía el podo juicio que tenía
- Claro después, quiero terminar de ver la serie. Es un capitulo nuevo
- Puedes ver la repetición luego- Ya la quería matar, había cosas más importantes que terminar de ver un episodio
- Pero no será lo mismo
- Eres una…
- Gracias por aceptar- La interrumpió Oliver cerrando su boca, atrapándola antes de que le saltara encima- Entonces te veremos en la estación- Salió de la casa arrastrando a su compañera, que peleaba por soltarse
La subió al auto en donde se calmo
- La mataré- Murmuró una vez que el subió- Si la tengo como compañera, la asesinaré
- Ya cálmate- Encendió el auto
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El auto estaba en espera del semáforo verde, ya había pasado una hora desde que salieron de esa prisión y ninguno de los dos decía nada. Se conocían de años, uno sabía que el otro estaba molesto y no deseaban empezar una pelea sin sentido. Fue una sorpresa, cuando el jefe de la comisaria les comentó de la idea suya.
- Se que es molesto- Comenzó Oliver- Pero es lo mejor, conoces su pasado. Tambien leíste su expediente, nos beneficia a ambos
- No es la única- Aclaró Brenda.
- Es verdad, no es la única- Le dio la razón- Pero es la única que tiene el apellido Gust, esa familia es la perfección vuelta persona, bueno vuelta cuatro personas. Y si el jefe le tiene confianza, debe ser buena
- Si seguro- Rodó los ojos- Aun no entiendo porque tengo que ser yo la que haga pareja con ella
- Porque así lo puso el jefe. Vamos no es tan malo- Le pegó suave en el hombro, apagando el auto. Ya habían llegado a destino
- Entonces se vos el que haga pareja con ella- Propuso
- No gracias, sabes que no van las adolescentes- Sonrió burlonamente
- Eres molesto sabías- Bajó del auto escuchando la risa de su, ahora, ex compañero.
Comisaria 86 - 17:40 pm
Colette estaba sentada, cerca de las puertas de entrada. El oficial que la dejo no le dijo a donde tenía que ir, por lo que optó por quedarse allí. La brisa golpeaba suave su rostro, haciendo que su rubio cabello ondeé, veía a las personas entrar y salir alguna apresuradas otras más tranquilas, pero todas se quedaban viendo como aquella joven, sentada en la gruesa baranda movía sus pies de forma infantil y juguetona.
No podía irse, en realidad no quería irse. Fue una cara conocida la que le hizo bajarse de donde estaba, y caminar hasta su destino
- Hey Blanca ¿Verdad?- Preguntó detrás de la joven
Brenda saltó en su lugar del susto, tirando también los papeles que tenía en su mano
- Brenda- Comentó molesta- ¿Qué haces afuera?- Cuestionó más molesta de verla
- Nada- Levanto los hombros- No quería entrar- Señaló la puerta con el dedo
- No me importa que no quieras entrar, debes de hacerlo igual- Levantando sus papeles y encaró a la entrada- Sígueme- Ordenó
- ¡A la orden, detective!- Bromeó con el típico acento y gesto que hace un oficial de más bajo rango, cuando recibe una orden
- Por cierto, a partir de ahora seré tu compañera- Le explicó con seriedad y desanimada
- ¡Genial! Tendré a una novata como compañera- Molestó sabiendo la reacción de Brenda
Ella solo suspiró llamando a la paciencia que debía de contestar pronto, antes de que terminara presa por asesinato en primer grado de una persona, que por casualidad o desgracia era su nueva compañera