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Pequeña inspiración por Nielie

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Notas del fanfic:

Los resúmenes no son lo mío :[D 

 

Ver aquella serie completa junto a su proclamado mejor amigo, había sido una buena idea para aquel día. Porque si hubiera salido a hacer el vago en su día libre, o quizás estar junto a Jongin preparándose para alguna fiesta en la noche en casa de algún  supuesto amigo. No hubiera conocido al nuevo inquilino de la residencia, quién le había iluminado los ojos, haciendo que tuviera que pestañear e incluso sobarse los ojos, ya que, exageradamente creía que aquel ser que estaba con su rostro casi hundido en una gran bufanda roja, era algún tipo de ángel que se había perdido y pedía ayuda a unas personas de las cuales más le valía alegarse antes de que se le perdiera la pureza.

 

Suho no le había dicho que un nuevo inquilino vendría a ocupar el lugar de Luhan en la residencia. Y Chanyeol se preguntó cómo fue a dar a un lugar como aquel. Porque la residencia era acogedora, sí. Pero eso no le quita que tenga sus desventajas, grandes desventajas. Quitando alguno que otro mal funcionamiento —el cual Suho siempre prometía arreglar— y la lejanía de este del centro de la ciudad, podría considerarse un buen lugar.

 

El llevaba ya dos años y medio en aquella residencia, aun no queriendo encontrar un lugar fijo. A pesar de que sus ahorros ya podrían alcanzar para algún lugar propio y estable. Pero, en aquella pequeña residencia tenia a los que se habían convertido en sus mejores amigos y casi familia.

 

Aún recuerda como fue la despedida del primer integrante de su segunda familia. Kris había sido un gran amigo, una persona que a  pesar de su exterior aparentemente frío, era muy divertido. Se había propuesto como meta el visitar a su amigo en China, donde al parecer ahora era dueño de la empresa de su padre. De todos modos, gracias al alto chico había aprendido chino. Hasta ahora molestaba a Jongdae hablándole en chino algunas veces, sabiendo que su bajo amigo no entendía nada y se malhumoraba cada vez que sentía que Chanyeol se burlaba de él en otro idioma.

 

El segundo había sido Tao, aquel chiquillo insolente del que se había encariñado mucho, y había disfrutado mucho el enseñarle el país en su no tan breve —año y medio— estadía. Aunque se hubiera podido quedar más tiempo, y quizás encontrar un empleo fijo en Corea, pero un titán Chino lo había engatusado y se había ido detrás de aquel amigo suyo. Patearía el trasero de Kris si hacia sufrir al chico.

 

Luego fue Luhan. La familia de a poco se iba aminorando, pero las fiestas de despedida hacían que todos derramaran lágrimas y se prometieran amistad eterna, que de todos modos era el caso.

 

Chanyeol no se alegraba de que la ida de Luhan fuera la entrada para alguien más interesante, bueno, interesante en otros términos. El alto aún estaba combatiendo con la flecha que se había quedado incrustada en su corazón cuando escucho por primera vez la voz del chico.

 

Se había ofrecido amable a llevar sus numerosas maletas a la habitación del segundo piso. No sabía si el chico se había traído su colección de piedras en aquellas maletas, porque sí que pesaban. Pero siempre con una sonrisa y algo de sudor en su frente, decía que estaba bien, y pronto ya había llegado por fin al frente de la puerta; recibiendo una oculta sonrisa detrás de esa bufanda y unos lindos ojos en forma de media luna. Oh, y por supuesto,  una linda melodía en forma de Gracias.

 

No demoro en invitar al pequeño chico a integrarse a la familia, aunque al parecer al bajito algo lo aquejaba, alguna cosa de la cual no tenía conocimiento. Más pronto tuvo sonrisas y largas conversaciones en la mesa que se compartía de vez en cuando con la mayoría de los inquilinos.

 

Suho había propuesto aquella idea un día que Chanyeol y Jongdae veían una película en el sillón de la sala común, derramando comida por toda esta. Ahora, la mesa era exclusiva  para comer. Pronto se instauro el sábado como día de películas. Todos los chicos de la residencia estaban presentes, disfrutando de una película de quién la elegía de turno y de la siempre deliciosa comida que preparaba Kyungsoo. (Después de intentar turnar, y de que Yixing se enfermara del estómago por tres días por aquella masa de comida que había hecho Sehun). El bajito se había ofrecido para cocinar siempre aquellos días. Nadie se negó, así que tenían un excelente cocinero.

 

Baekhyun se había integrado rápidamente al lugar. Chanyeol descubrió que aquel nuevo inquilino era una nube de entusiasmo y bromas la mayor parte del tiempo.

 

Así que si bien no pasó una semana, se lanzó con simples indirectas y sutiles invitaciones, que en el momento parecían bromas, pero que notaba causaban algo en el bajito. No sabía si era bueno ¿El ceño fruncido era una buena señal? De todas maneras el bajito se veía lindo cuando lo hacía.

 

—Déjalo ya, no quiere salir contigo, eres un cabeza hueca. —Jongdae no era sutil con sus palabras, aunque Chanyeol sabía que en esos momentos estaba siendo amable a su manera.

 

—No me ha dicho que no directamente, y de todas maneras, si lo hiciera, no le quitaría lo deseable.

 

—Creo que sus gustos son algo diferentes. Y que lo estés hostigando a cada hora, no es un movimiento inteligente.

 

Chanyeol miro con el ceño fruncido y una sonrisa al chico al lado suyo. Jongdae tan solo dejó el control remoto de su mano y refugio sus costillas con los brazos. Conocía esa mirada y tenía que protegerse.

Pronto estaba Chanyeol encima de él tratando de producirle risas por medio de tocar puntos clave en su cuerpo. Y entre la travesía de hacer que Jongdae dejara libre la zona de su torso para atacarla, Chanyeol vio entrar a alguien más interesante por la puerta.

 

Baekhyun siempre llegaba a esa hora de su trabajo.

 

Dejando a un algo adolorido Jongdae en el sofá, se dirigió a Baekhyun para bombardearlo con preguntas. Y este día al parecer el bajito estaba de buen humor, porque respondía a todas las preguntas con una sonrisa, e incluso hacia bromas acerca de algunas cosas. Siendo que en otros días trataría de evitar las preguntas del alto y se internaría en su habitación hasta el otro día.

 

—Usualmente no estás tan conversador luego de un día de trabajo, sobre todo cuando haces horas extra. —hablaba el alto, que se había auto invitado a la habitación de Baekhyun, estando ahora recostado en la cama de lo más cómodo.

 

—No fue un mal día como los demás, me doy el lujo de estar hablando contigo y dejar que estés en mi habitación, para seguir hablando. —sonrió desde su asiento de algodón puro al lado de su pequeño librero.

 

—¿A quién debo de darle las gracias? —pregunto tentativamente, esperando que aquel motivo no fuera algún chico listo que le haya llamado la atención a Baekhyun.

 

—Nadie en especial. Tan solo me han ascendido en mi trabajo y eso amerita estar feliz ¿No crees?

 

Después de eso, Chanyeol tan solo levanto la voz en alegría, sacando a Baekhyun de su habitación y llevándolo a la sala de estar, pidiéndole a Kyungsoo que preparara algo especial por la nueva noticia.

Baekhyun se vio de muchos abrazos y felicitaciones por su ascenso. No quería celebrar aquello, sobre todo porque aquel acenso significaba ver a alguien que no quería ver más seguido, pero el cariño de aquellos chicos no era algo que pudiera rechazar.

 

—Es bueno que mañana no tenga que ir al trabajo. No me había ido a dormir a las cinco de la mañana desde hace mucho tiempo. —Decía el bajito, mientras caminaba al lado de Chanyeol, ambos dirigiéndose a la azotea del edificio.

 

—Quizás sea a las seis, querrás quedarte un buen tiempo en la azotea. ¿Sabes? Aquí celebramos las despedidas. —decía mientras abría la puerta del lugar, mostrando donde se colgaba la ropa.

 

Mantas blancas eran ondeadas por el aire mañanero, y se podía oler la reciente humedad  en las macetas de plantas de la orilla. Se sentaron en aquella banca blanca que había implementado el mismo Chanyeol cuando había descubierto el lugar. La azotea, desde que la conoció, se instauro como su lugar de pensar. 

 

—Nunca te lo he preguntado. —comenzó a hablar Baekhyun mientras miraban el paisaje de la ciudad aun a oscuras. — ¿En que trabajas? Siempre te veo en la residencia cuando llego.

 

Chanyeol fue uno de los primeros inquilinos, luego de Jongdae. Quizás debería de darle un poco de vergüenza decir que no trabajaba en nada y hacia el vago la mayor parte del día. Y que sus padres pagaban la renta del lugar y un extra para él.

El trabajo era un ámbito frustrado en la vida del alto chico. Cuando fue el momento de decidir, simplemente no pudo. Había tomado obligadamente varios cursos de negocios gracias a sus padres, quienes siempre lo empujaban a elegir algo rápidamente y que lograra hacerse un “hombre”. El mismo muchas veces se sintió frustrado por no saber que querer hacer con su vida, no había nada que hiciera que quisiera hacer algo más. Quizás el encerrarse en alguna cúpula con un computador frente y muchos papeles por hacer, no era un paisaje muy llamativo para él. Pero tan solo les pidió tiempo a sus padres, los cuales a regañadientes se lo dieron.

Aun recibía llamadas los fines de semana de parte de ellos, preguntando por sus pensamientos.

 

Se había sentido curioso por el trabajo aquel día, porque Baekhyun se veía más brillante que de costumbre cuando le dijo que había sido ascendido. ¿Él podría sentirse así?

 

—Tan solo soy un vago que trata de disfrutar de la vida. —Había respondido, haciendo reír al chico bajito a su lado.

 

—¿Aun no encuentras algo interesante? Puedo sugerirte algunas cosas.

 

—Eso sería genial.

 

Cuando el sol estaba por salir, y luego de una larga conversación. Chanyeol escucho por primera vez una negación de parte de Baekhyun de una invitación a salir. Había sido tan seca, tan rápida. Ni siquiera lo miro a los ojos cuando respondió: No.

 

Tan solo eso había sido. A pesar de que quizás aquello debió de parar sus intenciones, no lo hizo. La siguiente vez había sido un poco más atrevido y lo había besado. Los labios de Baekhyun eran suaves y sabían dulce.

 

No recibió un golpe, un insulto o una amenaza de: No vuelvas a hacer eso, si quieres seguir viviendo. No, tan solo un silencio extraño, y luego la voz del bajo diciéndole Buenas noches.

 

—Qué fuerte. Creo que es una nueva forma de rechazo. —Reía Jongdae, luego de escuchar la pequeña historia de Chanyeol.

 

—No fue un rechazo. —reclamo— Fue algo extraño, sí. Pero definitivamente no un rechazo.

 

—Claro campeón, claro. —le palmeo el hombro en un intento de reconfortarlo.

 

Cierta noche Chanyeol decidió sorprender  a Baekhyun, porque había conseguido un pequeño empleo que encontraba agradable cerca de la residencia. Y creía que el bajito se sentiría orgulloso de su pequeño paso, causando que quizás, aceptara su oferta de salir a algún lado, después de todo, el podría pagar con el dinero que había ganado por su trabajo.

 

Suaves sollozos habían llegado a sus oídos cuando había ingresado medio cuerpo en la habitación. Tratando de seguir con su silencio de ninja, entro su cuerpo entero, y pudo ver entre toda la oscuridad al bajito sentado en la pared, su cobertor cubriéndolo, haciéndolo ver como una masita de cobijas. Un poco de luz salía de frente de su rostro, al parecer estaba viendo algo. Quizás alguna película un tanto triste, porque aun podía escuchar los leves sollozos.

Se preguntó si sería correcto el interrumpir, porque sus ojos estaban clavados en la pantalla. Al parecer estaba viéndolo del móvil o algún objeto pequeño.

Decidió preguntar al siguiente día.

 

Baekhyun se había puesto muy alegre por la nueva noticia del alto chico. Más había dado otra negativa a la propuesta de Chanyeol.

 

El alto esta vez había pregunta la razón. Diciendo que porque perdía la oportunidad de salir con alguien como él. A veces —o siempre— era muy halagador con el mismo.

 

—No quiero estar en ninguna relación hasta un buen tiempo.

 

Esa había sido la respuesta, simple, comprensible. Aunque quizás debió haberse quedado tan solo con esa respuesta, porque no le gusto la que vino luego de otro; ¿Por qué?

 

—Culpa al idiota de mi ex.

 

Había ido a dar justo en la parte más blandita del corazón de Chanyeol, y también al instinto asesino por aquel tipo que le había hecho algún mal a Baekhyun.

La información era algo que aún estaba procesando, por un  lado era bueno, ya que al parecer Baekhyun no se dejaba engatusar por nadie fácilmente. Por otro lado era malo, porque no sabía cuánto tendría que estar esperando por una oportunidad. Y por otro lado era tormentoso, porque quizás el bajito aun sienta algo por aquel tipo.

 

-

 

La primera vez que salieron juntos, fue divertido, aunque no fue una cita, ya que salieron junto a todos los chicos del edificio al parque de diversiones, incluso Suho, quién no abandonaba mucho el lugar, accedió a salir.

 

Había descubierto que el bajito era muy asustadizo. Siempre había tenido que fingir su poco miedo por la casa de fantasmas, ya que siempre iba con Jongdae, y este pareciera siempre pasar sin temor alguno por el lugar. Era un hombre sin sentimientos. Se decía el alto.

Pero gracias a aquella casa horrorosa, había podido obtener contacto físico sin pedirlo. Incluso Baekhyun se había quedado muy junto a él durante todo el día, aferrado a su brazo.

Jongdae era de los pocos que se había dado cuenta, y le daba codazos y risas cómplices.

 

—¿Cómo te va en tu trabajo? —le pregunto Baekhyun cuando iban de regreso en el auto de Suho, la mayoría de ellos durmiendo.

 

—Bien, no es nada del otro mundo, pero es divertido.

 

—Me alegra. Ya verás que luego encontraras algo mucho mejor.

 

—¿Sería bueno que lo hiciera?

 

—Por supuesto, es parte de la vida. O quizás te lo diga porque me gusta mi trabajo.

 

—Casi siempre traías una cara larga luego del trabajo —reclamo riendo el alto, empujando con su hombro al contrario al lado suyo.

 

—Mi ex trabaja conmigo, y la mayoría de las veces es un idiota. Secretamente espero que lo cambien de sección. —rió, como si no le diera importancia, cuando pareciera todo lo contrario.

 

—Me uniré a tus proclamaciones mentales de que suceda. —dijo animando al bajito.

 

A pesar de saber un poco más del ex de su proclamado ángel, no detuvo que siguiera insistiendo. Aun recibiendo negativas, eso no importaba, nada importaba, porque notaba que el bajito le sonreía ahora de una manera diferente. Especial. Y esperaba con todas sus fuerzas que no fuera su imaginación.

 

Sus instintos asesinos se despertaron cuando entro en la habitación del bajito y lo encontró llorando. Baekhyun se había apenado y se secaba rápidamente el rostro, dejando la habitación, diciendo bajo; Es un idiota. Lo había visto huir a la azotea, no lo siguió, porque algo más había llamado su atención. Una cámara de vídeo en la cama del bajito, junto a las sábanas revueltas que antes estaba usando como abrigo.

 

Al parecer estaban en el río Han, aquel tipo estaba grabando, la cámara fija en la figura de un algo despistado Baekhyun que estaba mirando sus pies rozando el agua. Sonrojándose al darse la vuelta y ver que lo estaban grabando. Luego una conversación entre un enfurruñado Baekhyun y un risueño tipo grabando las lindas pero enojadas expresiones del bajito. “Hey, te quiero.” Había dicho aquella voz extraña en el vídeo. “Yo también.” Se escuchó con la voz de Baekhyun, quién tenía una sonrisa.

 

Paro el vídeo, notando que aún faltaba más por ver, pero no quería hacerlo. Aquellos escasos minutos habían sido suficientes para él. Para comprender el porqué de algunas cosas. El porqué de los sollozos que había visto, de los que había visto también anteriormente.

 

Aun lo quiere. Se dijo bajito a sí mismo, dejando la cámara de vídeo donde había estado anteriormente y haber salido de la habitación.

 

No sabía si lo que haría sería masoquista. Pero se dirigió a la azotea, y en aquella banca que era suya, consoló al bajito.

 

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Era extraño. Aquel chico lo era. ¿Por qué la necesidad de quitarle su especio personal?

 

Haberse mudado del piso que compartía con su ex novio era un acierto, por supuesto que lo era. Además, aquella nueva residencia quedaba cerca de su cafetería favorita, y cerca de su antiguo vecindario. Le traía recuerdos.

 

El lugar era reconfortante, había olvidado la última vez que había convivido tanto con otras personas. Su trabajo había sido su todo desde que comenzó con él. Luego a su pequeño mundo se había sumado el hombre que en un comienzo había pensado era el ideal. Pero estaba equivocado. Se había peleado con sus padres por haber seguido a ese hombre, había terminado sus anteriores amistades por aquel hombre. Pensando que lo valía. Pero no.

El engaño le había dolido mucho, tanto que no pudo soportar el tener que dormir en la cama que su ex novio y su amante habían profanado, si es que ya no lo habían hecho por todo el departamento.

 

Aquella residencia era un escape temporal para su vida. Pero nunca espero encontrar tan buenas personas en aquel lugar.

Ser querido le agradaba,  ahora tenía amigos. Pero había uno que quería destacarse por los demás. Y lo hacía de una excelente manera, sobre todo por su altura.

 

Cuando sintió la insistencia del alto, tuvo miedo. El chico era bueno, entretenido, le gustaba. Pero eso era lo que le daba miedo, que fuera perfecto y que luego lo destruyera como su anterior novio. No quería equivocarse nuevamente.

 

Aquel vídeo que casi siempre veía; era lo único que mantenía de su anterior relación. Lo hacía para recordarse de que no debía de caer tan rápido. Porque aquel alto chico era un imán gigante.

 

No había esperado que Chanyeol ofreciera su hombro como paño de lágrimas. Y él no creía como podía estar llorando en el hombro del hombre que las estaba causando.

 

Le dolía estarse encariñando tanto con Chanyeol.

 

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—¡Chanyeol! ¿How are you?

 

La imagen de un sonriente Kris estaba en la pantalla, de fondo cristales gigantescos, al parecer estaba en una oficina, su atuendo lo delataba.

 

—¿No eras Chino? —pregunto Chanyeol entre risas. Le alegraba ver a su amigo después de tanto tiempo, y aunque su viaje a China estuviera en Hiatus, una video llamada por Skype era algo. — Además ¿Estás llamándome en horas de trabajo?

 

—No haría tal cosa. —El alto chico se acomodó en su lugar, haciendo un movimiento de mano hacia delante de él, llamando a alguien— Los papeles.

 

Chanyeol abrió sus ojos más de lo que ya estaban al ver quién se posicionaba al lado de Kris con papales en la mano.

 

—¿Chanyeol? —Preguntó el recién llegado— ¿Por qué no me avisaste que lo llamarías? —Reclamo, golpeando el hombro de Kris.

 

—Porque hablaremos de negocios, estamos en la oficina. Además, no puedes golpear a tu jefe, Tao.

 

Por qué Tao estaba con Kris, y al parecer era su empleado, lo preguntaría después, porque Kris había mencionado hablar de negocios, y él se confundió demasiado.

 

—Iré al grano Chanyeol. Te ofreceré trabajo, tengo un puesto que será excelente para ti. Tiene un buen salario y horario. Te conozco lo suficiente como para saber que no lo podrás rechazar. Tao, mándale una copia del contrato al correo. —Dijo el alto y antes de que Tao abandonara su lugar al lado de Kris, este golpeo con su palma el trasero del chico— Buen trabajo.

 

—¡Eso es acoso! —Se escuchó el grito del chico alegándose.

 

—¿Tendré el mismo trato si acepto? —Rió Chanyeol.

 

—Mi asistente tiene un trato exclusivo Chanyeol. —Sonrió, fingiendo ordenar algunos papeles en su mesa— Revisa tu correo, espero que pueda verte por aquí pronto. Y no tienes que agradecerme, para eso están los amigos.

 

Luego de una pequeña discusión por la arrogancia de Kris. Chanyeol reviso su correo, definitivamente era un buen contrato. Un documento aparte explicaba su futuro trabajo; no estaba nada mal. Definitivamente Kris lo conocía bien.

 

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—Me mudare a otro departamento.

 

Eso había dicho Baekhyun cuando estaban viendo la ciudad una noche.

 

—¿Cuándo? —preguntó Chanyeol, tratando de no mirar al bajito y de que sus palabras no se quebraran por la noticia.

 

—La semana que viene.

 

—Felicidades. Creo que la próxima semana habrá una fiesta en este lugar.

 

No se había esperado esa respuesta. No de quién había estado proclamando su atracción por él desde que prácticamente había llegado al edificio. Algo incómodo se removió en su pecho. Pero fue calmado cuando sintió la mano de Chanyeol posarse en la suya. Estaba fría, pero con el correr del tiempo, alcanzo la temperatura adecuada. Ambos se quedaron en silencio durante varios minutos. Luego Chanyeol aviso de que el bajito debía de dormir para su siguiente día de trabajo.

 

Los comunes atracos de Chanyeol sobre el cuándo llegaba a la residencia, habían cesado después de haberle dado la noticia de su mudanza al alto. No era que lo ignorara, no. Porque aun así lo saludaba con aquella gigantesca y amable sonrisa, aun así le deseaba un buen día cuando salía de la residencia. Aun así le deseaba las buenas noches antes de dormir.

 

¿Extrañaba las propuestas de Chanyeol? Eso tenía una respuesta fácil: Si, lo hacía.

 

Dos días fueron los cuales no había presencia por completo del alto en el edificio.

 

—Fue a visitar a sus padres.

 

Le había dicho Jongdae cuando se lo pregunto. Curiosamente se había preguntado si Chanyeol regresaría para el día en que se fuera.

 

Tenía algo preparado para el día que se fuera. Un sobre de color pastel para Chanyeol, el cual contenía su dirección y teléfono, aparte de un pequeño mensaje de su parte. Tenía la absurda idea de que esta vez, Chanyeol podría ser una buena opción, y que si quizás, no todo saldría bien, no se arrepentiría de ello.

 

Se sintió aliviado cuando dos días antes de su partida el alto había regresado a la residencia. Y se sintió aún mejor cuando le había pedido acompañarlo a la cafetería que quedaba cerca, aquella que le gustaba a Baekhyun.

 

Chanyeol le había hablado de su pequeño viaje a casa de sus padres. De haber vuelto a ver su pequeño vecino, el cual ahora era todo un adolecente, y había ido a jugar videojuegos con él. De cómo su madre lo había llenado por completo con comida casera, y de cómo disfruto viendo partidos de futbol con su padre.

 

—¿Sabes? Lo cambiaron de sección. —hablo luego de que Chanyeol había terminado sus relatos, y pareciera ser su turno.

 

—Oh. Debes estar mucho más cómodo ahora. —Sonrió el alto, terminando el chocolate caliente de su taza— Mis deseos mentales funcionaron.

 

—Los de los dos.

 

Baekhyun se había sentido muy bien aquella tarde. Disfrutando de su lugar favorito con una agradable persona. Charlando y riendo, así como no había hecho desde hacía mucho tiempo con alguien más. Al menos no con alguien por el cual ahora sentía algo.

Lo has logrado, le dijo mentalmente, mientras se despedía desde su puerta de Chanyeol.

 

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Globos de varios colores adornaban la azotea, un mantel con dibujos de animalitos era llenado de variados alimentos. Carcajadas muy fuertes resonaban. Todos estaban reunidos en la azotea aquel día.

 

—Sin duda, eres el mejor inquilino que he tenido, espero que todos sigan su ejemplo. —fueron las palabras de Suho, recibiendo algunos abucheos por parte de los demás, especialmente de Jongdae.

 

—Voy a extrañar que me ayuden en la cocina. —había dicho Kyungsoo, recibiendo un ceño fruncido de su moreno novio al lado suyo.

 

—Yo quiero escuchar lo que tiene que decir Chanyeol. —un Jongdae sonriente miro al nombrado.

 

—¿Ya me toca? Entonces. —Parándose, tomo el brazo del bajito— Lo mío es algo más personal. —dijo y se llevó a Baekhyun a un lugar más alegado, recibiendo reclamos y silbidos de parte de los demás.

 

Una vez llegados a la banca blanca en la azotea, y con los demás conversando y comiendo. Chanyeol palmeo el lugar al lado suyo.

 

—¿Qué es? —pregunto Baekhyun sentándose, un leve rubor en su rostro, auspicio de las frases anteriormente dichas por sus amigos mientras se alegaban de ellos.

 

—Has sido alguien especial en mi vida Baekhyun. —comenzó hablando el alto. Y el bajito pensó si Chanyeol podía ser tan precipitado como para pedirle matrimonio. — Antes no había sentido lo que sentí en tu tiempo aquí. Eres una persona realmente genial, y me has ayudado en algo que la verdad daba por perdido.

 

—¿A sí? —pregunto algo confuso, eran bonitos halagos, pero no entendía a que llevaría todo eso.

 

—Por supuesto, me alegro mucho de haberte conocido. —de la nada Baekhyun se vio envuelto en los brazos del alto, y con su rostro chocando el amplio pecho de este. Sintiéndose muy nervioso, su respiración agitándose un poco. — Y también quería darte las gracias. Cuando me comenzaste a ayudar con mi pequeño problema, nunca creí el hacer algo, pero yo quería que me dieras aquella sonrisa que me diste cuando te dije que había conseguido un empleo, uno que no era la gran cosa, pero aun así te alegraste por mí.

 

—Es tu esfuerzo, Chanyeol.

 

—No, tú fuiste quién me impulso, mi inspiración. —Chanyeol tomo una de las manos de Baekhyun, acariciándola tiernamente— Eres mi pequeña inspiración, Baekhyun.

 

Sin darse cuenta, sus ojos se habían cristalizado con líquido y había salido sin permiso alguno. Nadie le había dicho algo igual en su vida.

 

—Hey, hey. Se supone que no debes llorar con lo que te estoy diciendo. Aun me quedan más cosas que decir. —Dijo sonriendo y limpiando las lágrimas.

 

—Es tu culpa. —un puchero en su boca— Eres un sentimental.

 

—Supongo. Pero terminare rápido, de todos modos debes seguir celebrando.

 

Baekhyun estuvo a punto de reclamar el que Chanyeol pensara que su partida fuera un motivo de celebración e iba a decirle lo cruel que era con eso. Pero el alto había comenzando a hablar de nuevo;

 

—He conseguido otro trabajo, uno mejor, se podría decir que me salte muchos niveles y llegue rápidamente a uno de los altos. —rió.

 

—¡Eso es genial! —Dio un pequeño salto en su lugar al escuchar la noticia.

 

—Lo es. He movido mis influencias en el mercado Chino. —hizo ademan de titiritero con sus manos.

 

—¿Mercado Chino? —pregunto algo confuso.

 

—Si. Un amigo me ha contratado. —se escuchó el grito de Jongdae, pidiendo que el par de tortolitos salieran de su nido de amor y volvieran a la fiesta. — Quería que fueras el primero en saberlo, ahora iré a decírselo a los demás. Esta fiesta será por nosotros dos. —Dijo y se levantó del lugar, corriendo al lado de sus amigos.

 

.

 

—¡¿Qué?! ¿Cómo pudiste decírnoslo hasta ahora? —Reclamaba un Jongdae algo alterado, mientras los demás estaban como piedra.

 

—Era una sorpresa, de eso se trata, de que sea sorpresivo. —Se defendió el alto.

 

—P-pero…

 

—Yo también los voy a extrañar. —dijo con su característica sonrisa el alto, siendo tacleado por Jongdae.

 

—Estúpido gigante. —le había dicho en el suelo— Te voy a extrañar bro.

 

Las siguientes horas fueron de Chanyeol respondiendo a todas las preguntas sobre su futuro empleo, y sobre su viaje a China. Incluso de las lágrimas de Suho, sacando su lado maternal a flor, sintiendo que uno de sus hijos se iba de casa.

 

Baekhyun se había integrado al grupo luego de que Chanyeol les hubiera dado la noticia. Tratando de sonreír por aquello.  Ahora la carta que tenía era algo estúpido, Chanyeol se iría del país. ¿Se había demorado mucho? ¿Realmente esperaba que lo siguiera? No había alcanzado ni a intentarlo, y ahora nada comenzaría.

 

.

 

—¿No deberías estar empacando tus cosas? —preguntó Baekhyun, con un alegre Chanyeol al lado suyo, ayudándolo a empacar.

 

—Ya está todo listo. No tengo muchas cosas aquí, y solo llevare una maleta a China. Mi amigo me dará alojo temporal, así que espero ir creciendo de a poco ahí, ya sabes, encontrar un lugar, llenar la casa, todo eso.

 

—¿Vivirás durante mucho tiempo allá?

 

—No lo sé. ¿Hasta retirarme? —Bromeo el alto, sacando una secas risas del otro— Es un buen trabajo, lo disfrutare, así como tu disfrutas del tuyo.

 

—Si. —respondió desganado.

 

—¿No te ha estado molestando, cierto? Puedo hablar con él antes de irme. —sonrió altanero.

 

—No, de hecho no lo he visto hace tiempo, solo he oído de él. Creo que esta con alguien más.

 

—Oh. —desvió su atención a lo que estaba ordenando, tratando de no tocar demasiado el tema de aquel tipo.

 

—¿Sabes? Ya no me preocupa. Lo supere, no tendría demasiado problema si lo vuelvo a ver, o hablar con él.

 

—Qué bueno. —Respondió, aun ordenando.

 

 

Ambos continuaron ordenando la habitación en un silencio algo incómodo.

Chanyeol apilo unas cuantas cajas, para luego buscar que más ordenar, y se fijó en una carta en el escritorio. Baekhyun estaba concentrado doblando su ropa. El alto tomo el sobre, buscando algo de información en el exterior. Encontró su nombre escrito en una de las esquinas. Sin pensarlo dos veces, abrió el sobre, encontrándose con dos papeles, uno con unas pocas líneas escritas y otra con unas pocas más.

 

La primera hoja que leyó era un corto mensaje, de quién supuso era Baekhyun;

 

¿Qué harás con esto?  ¿Eh?

Has robado mi espacio vital, te has acercado mucho, demasiado.

Tanto que ya no quiero sentirte lejos.

Lo vuelvo a repetir ¿Qué harás con esto?

Idiota gigante, búscame.

 

En la otra hoja estaba la dirección y número de teléfono de Baekhyun.

 

Se había quedado boqueando durante unos segundos, porque no creía haber leído lo que estaba leyendo.

 

.

 

Al fin había terminado de ordenar toda su ropa en aquella maleta, al parecer su ropa había aumentado en tan poco tiempo. Ahora debía de salir de ahí y tratar de seguir su vida, quizás volver a tan solo enfocarse en su trabajo.

 

Ver a Chanyeol con el sobre en mano, que se suponía no debería de haber llegado a sus manos en primer lugar, no era lo que esperaba ver.

 

—Chan… —logro decir a medias el nombre al sentirse demasiado nervioso. La mirada del alto posándose ahora en él.

 

—¿Me la ibas a dar? —preguntó.

 

—Yo…

 

—Respóndeme, por favor.

 

—Tú te vas a China de todos modos. No es como si ahora importe demasiado. —Dijo, con la mirada baja.

 

—¿Te arrepientes de lo que dice aquí?

 

Más que tener dudas para responder la pregunta; era miedo. Si decía que si; eso rompiera algo dentro de Chanyeol y de él mismo. Y si decía que no… la verdad no sabía lo que vendría después de eso.

 

—No.

 

La segunda vez que sintió los labios de Chanyeol probar los suyos, había sido algo que no podía describir fácilmente, porque no había sentido la necesidad de separarlo, tan solo lo dejo estar hasta que el alto se separó un poco de él. El siguiente fue algo diferente, porque no estuvo dejándose estar, no. Esta vez siguió el beso y puso de su parte. El beso era algo exigente, ambos sentían que podían desaparecer en cualquier momento y debían hacerlo rápido. Un suave: Te quiero. De parte de Chanyeol entre el beso había sido capaz de volverlo más suave, luego un: Yo también te quiero. De parte de Baekhyun, había sido el que provoco que el beso fuera perfecto.

 

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.

.

 

—¿Una semana más? —Preguntaba Kris tras la pantalla.

 

—Trato de arreglar unos asuntos aquí, quizás vuelva con compañía. Así que tu departamento no será una opción. —Sonreía el alto.

 

—Ya decía que tu habitación se veía diferente. Y que tu piel tuviera nuevos adornos. —Kris se había dado cuenta del más limpio entorno de su amigo, y como no, de las manchas rojas en su cuello.

 

—¿Me tendré que buscar otro trabajo o aceptarás mi petición?

 

—Aceptaré solo porque eres mi amigo. Pero quiero tu trasero aquí rápido.

 

—Como usted mande jefe. —rió, bajando la pantalla de su portátil.

 

Baekhyun venia saliendo de la ducha, secándose su cabello mientras caminaba hacia el alto, sentándose en su regazo.

 

—Mi jefe ha visto lo que me has hecho. —dijo aparentando seriedad en su tono y expresión.

 

—No es como si no pudieras taparlo. —Sonrió el otro— Mañana es domingo, así que pienso hacerte muchos más.

 

El castaño había escuchado la conversación cuando estaba secándose un poco en la ducha. Le hubiera gustado saludar al amigo de Chanyeol, pero no estaba presentable en esos momentos y no quería estar luciendo frente a alguien más su cuerpo.

 

—Te llevaré conmigo, no quiero un no por respuesta. —Dijo repentinamente el alto, Baekhyun solo rió por lo bajo, hundiendo su rostro en el cuello del alto.

 

—No iba a decir que no de todos modos.

 

Habían pasado una semana conviviendo en el apartamento nuevo de Baekhyun, ahora ya siendo una pareja oficial. Discutieron el cómo arreglar su pequeño problema con sus empleos, y por supuesto formaron un nido de amor, que incluso repelió a Jongdae, quién había venido a visitarlo y no soporto diez minutos de acaramelamiento y salió corriendo.

 

Baekhyun no abandonaría aquello por lo cual había decidido dar todo, porque esta vez estaba seguro de que no se equivocaba, de que Chanyeol era la persona perfecta para él. Y de que Chanyeol nunca le haría daño.


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