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Diario de un amor por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki.

Viento frío.

 

Un día normal con la nieve cayendo, las calles resplandecen en un hermoso color blanco, justo en una de ellas, se encuentran caminando un par de  jóvenes, uno bajito de cabello y ojos azul celeste y otro alto cabello y ojos rojos cual llama ardiente, envueltos en una muy animada conversacion.

 

- Kagami-kun, a donde dices que vamos.

 

- Iremos a un lugar muy especial, tengo algo que decirte.

 

- Oha-Asa dice que hoy sería un día favorable para acuario ademas de ser usado como consejero.

 

- Kuroko tu, desde cuando ves eso, te afectó pasar un fin de semana con el obsesivo del horóscopo.

 

- Midorima-kun nos invitó a los dos, que tu no hallas querido ir, es otra cosa y para tu información prendí la televisión justo cuando ella estaba hablando.

 

- No te enojes, sólo bromeaba * Robándole un tierno y delicado beso * - Sigamos, ya no falta mucho para llegar.

 

- De acuerdo, pero * Poniéndose en pinturas, se acercó a probar los labios del pelirojo * - Quiero muchos de estos.

 

Continuaron su trayecto, tomados de la mano, con un leve  sonrojó. Su perfecta burbuja de romance silencio, de vio disuelta por un grito  chillón, muy conocida por ambos.

 

- Kurokocchi * Un rubio de ojos color miel, abrazaba al peliceleste, mientras lloraba * - Kurokocchi, estoy tan triste ( Snif Snif ) Aominecchi me engaña ( Snif Snif).

 

Los dos chicos se miraron, en un diálogo mudó, acordaron ayudar al rubio y después seguir con sus planes.

 

- Kise-kun, de que hablas, calmate y  dinos que paso.

 

- Es muy malo, yo ... caminaba rumbo a su casa, habíamos acordado vernos en las canchas que están cerca y... y lo vi, besándose con una pelirroja pechos grandes y ... yo sólo salí  corriendo, trató de detenerme pero le di un golpe y seguí el camino hasta que los vi.

 

- Ese Ahomine, valla tipo que resultó ser.

 

- Comprendo, será mejor que busquemos un lugar para tomar algo, mientras hablamos.

 

Con un Kise desecho y casi  arrastrandolo para poder llegar a una  cafetería, ubicaron una mesa vacía, se sentaron pidiendo un chocolate caliente. No muy lejos de ahí, un moreno de ojos azules como el océano profundo y cabello del mismo color, caminaba como fiera enardecida, buscando al rubio escandaloso, sin saber por donde empezar, optó por hablarle a su celular, uno, dos, tres y hasta cuatro timbres sonaron, pero no hubo respuesta, lo cual enfurecía más y más, su segunda opción llamar al chico fantasma y mejor amigo.

 

- Hi, Tetsu, estas ocupado.

 

- No mucho porque? Necesitas algo o tal vez perdiste a alguien.

 

- Esta contigo verdad, no es necesario que trspondas sólo dime donde están.

 

- No es necesario que lo sepas Aomine-kun, lo que hiciste no tiene perdón, de entre las idioteces que had hecho, esta es la peor.

 

Su pelea por teléfono hubiese  seguido, de no ser por un rubio, el cual dijo sin querer el lugar donde se encontraban, por lo que el moreno se encaminó hasta el sitio donde estaba su ojidorado. Al entrar en la cafetería, escaneo de forma rápida las  mesas, hasta dar con la inconfundible cabellera rubia, sin embargo la situación en que los encontro no le gusto, pues el pelirojo acariciaba de manera dulce la mejilla de su niño. Dispuesto a soltar golpes, se dirigió hasta ellos, pero fue detenido, un dolor fuerte en el estómago , lo hizo caer de rodillas al suelo, levantó la vista para encontrarse con unos ojos celestes.

 

- Tetsu, maldicion que te sucede.

 

- Te mereces mucho más, pero desafortunadamente no soy yo quien deba hacerlo.

 

- Te equívocas, ese idiota malinterpretó la situación.

 

- No te creó, pero tampoco confió en lo que Kise-kun dijo.

 

- Yo sólo, lo hice para obtener esto * De su bolsillo izquierdo sacó una cajita de terciopelo azul con un moño en dorado* - Es un regalo para el rubio  idiota.

 

- Tengo cosas que hacer con Kagami-kun, los dejaremos solos para que se arreglen.

 

Así lo  hicieron, tanto el pelirojo y el peliceleste continuaron con su cita bajo la nieve, con paso lento, disfrutando cada instante que estaban juntos, llegaron a un observaritorio recién inaugurado, una vez adentro el mayor guió al más bajito, hasta la ventana lateral, donde se podía el más hermoso espectáculo de la naturaleza, una aurora boreal.

 

- Aunque es sólo una proyección, quería verla contigo.

 

- Kagami-kun es maravillosa, gracias.

 

- Me alegro que te gustara.

 

Con las manos entrelazadas, se unieron en un beso inocente y puro, al  separarse un poco, tomaron asiento, viendo el espectáculo de luces, así se quedaron un buen tiempo, hasta que el ruido de otros visitantes los devolvió a la realidad, saliendo del lugar, notaron lo tarde que era por lo que decidieron pasar la noche con el pelirojo y de pasó avisar a sus padres donde estaría durmiendo, ya que era la primera ocasión que sucedía. Llegaron al complejo de departamentos en un taxi para más de rápido, luego de pagar subieron por las escaleras hasta el piso correspondiente, entrando lo primero que hicieron fue tomar algo caliente, para después darse un baño juntos. 

 

- La idea era bañarnos y dormir 

 

- Kagami ngh ... ya no mhg ... más agh

 

- Sólo decía que ...

 

- No hables ... sólo sigue agh 

 

Su noche juntos como casi siempre, terminaban sobre la cama exhaustos, pero felices por estar a lado de la persona que más quieren y aman. Acostados,  abrazandose, conversaban acerca de lo que harían al levantarse.

 

- Como crees que halla terminado el problema de esos dos.

 

- Seguramente en la casa de Aomine-kun, haciendo las pases.

 

- Yo pensaba que en la cama bien juntitos.

 

- Kagami-kun, duerme te ya, eso mismo dije.

 

- Kuroko tu 

 

Fue callado por beso rápido, para después acomodarse y dormir hasta que el sol aparezca, los pajaritos canten y ellos despierten con ánimo de seguir juntos.

Notas finales:

Gracias por leer.

 

Sus comentarios, quejas y sugerencias son bien recibidas.


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