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Deseos por Discord Di Vongola Arcobaleno

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Notas del fanfic:

Ehm... creo que Reborn no me quedó tan... "Reborn"

Notas del capitulo:

Katekyo Hitman Reborn no me pertenece TT_TT solo los tomo prestados de Akira Amano.

Quien sabe que clase de dogra tenía a la mano la Coca Cola que me estaba tomando para cuando escribí esto XP

Esta historia comienza una mañana donde los rayos del Sol lograron atravesarlas delgadas y finas cortinas dando directo en mi rostro. Sentí como un cuerpo entre las sábanas se removía, pero en lugar de levantarse, se aferro con cariño a mi cuello, lo que provoco que no pudiera evitar una ligera curva de mis labios.

-Reborn. - llamó una dulce voz.

Aunque quería levantarme y decirle que auí estaba no reaccioné más que para apretar su delgada cintura contra mi cuerpo.Soltó una dulce risita. Yo me levantaría con una condición y él sabía esa condición perfectamente.

Acercando su rostro de hacia el mió comenzó a darme suaves besos suaves por el rostro con esos carnosos labios color rosado. Besó mi barbilla, y mis mejillas, besó mi nariz, frente, mis ojos cerrados y parte de mis rizadas patillas hasta que no pud resistirlo más tiempo y atrapé emtre mis labios los ajenos.

Acaricie su espalda, cintura y cadera con adoración pueso eso es él para mi: Mi mayor tesoro. Mi ángel.

Mientras su mano derecha comenzaba a trazar círculos imaginarios sobre mi pecho, la otra se alzaba más, específicamente, a mi rostro, a jugar con mis peculiares patillas rizadas, una acción que solo tú tienes el placer de realizar.

El oxígeno, volciendose en nuestra contra ante su ausensia tuvimos que separarnos. Aún así, tengo el honor de tener aquel suave rostro sonrojado y jadeando, en busca de todo el aire que me perdio por mi culpa, de lo cual, no me arrepiento.

Hizo un adorable puchero, finjiendo molestia ante lo ocurrido. Acerqué mi nariz contra la suya y la comencé a frotar contra la mía en un beso esquimal, lo que logró sorprenderlo y sonrojarlo y como no, ni yo mismo me imagino realizando un acto tan cursi como el que estaba haciendo en ese momento.

Algre ante tal imposible acción de mi parte se arrojó sobre mi dandome un corto pero apasionado beso en los labios y en aquel corto lapso de tiempo aprovecho para enganchar sus dedos en mi cabello, deordenandolo más de lo que ya había hecho la almohada.

-Bien, pequeño besucón. - dije después de levantarme sin despear mi mirada de aquel ángel de cabellos castaños. - Ve a banarte, yo haré el desayuno.

-Seguro. - contestó antes de darme un cariñoso beso en la mejilla.

Tomé los pantalones grises que estaban en el suelo y, siendo la única prenda de vestir que llevaría por ahora, me dirigí a la cocina.

Una vez adentro saque huevos del refrigerador y un plato ondo de la alacena, también saque un poco de harina para panqueques pues eso planeaba hacer para desayunar. Batí los ingredientes, encendí la estufa y deje aquel líquido biscoso comenzara a tomar forma circular en el sartén; tomé una espátula y le doy vuelta para también quedara bien cocinada la otra cara del panqueque.

Escuché unos pasos ligeros acercarse con calma a la cocina para luego sentir unos pequeños brazos abrazar su cintura.

Deberías ponerte más ropa. - murmuró el menor. - Te vas a resfriar.

-Estamos a pleno verano, Dame-Tsuna - repliqué a mi niño. - Mejor ya vete a sentar que voy a empezar a servir.

Después de que desenredara sus brazos de mi abdomen y se diera la vuelta aproveche para darle una rápida nalgada en su redondo trasero.

-¡Hiii! - chilló sonrojado. - ¡Reborn!

-Apuraté, Dame-Tsuna. - dije, sin esfrorzarme en ocultar mi tono risueño.

A regañadientes de fue a sentar en la cabecera de la silla pues ese siempre era su lugar, siendo el mejor de todos.

Luego de crear una pila de panqueques me senté a la derecha de mi jefe y comenzamos a comer.

Acabando el desayuno entre risas y momentos de un silencio cómodo nuestros estómagos quedaron satisfechos.

-Lavaré los platos. - dijo Tsuna, levantando los objetos ya mencionados.

-Yo ire a trabajar. - mencioné para darle un beso en la frente. -Recuerda hacer el papeleo de esta semana.

Y volvió a hacer un adorable puchero de disgusto. Mi giré para salir de la cocina cuando sentí como una mano le daba una nalgada a mi trasero, vi sobre mi hombro como el causante sonreía seductor (sin darse cuenta, obviamente).

-Ya estamos a mano. - contestó, moviendo sus caderas de manera bastante atractiva.

Sonreí de medio lado, me estaba provocando y aunque parecía completa y absolutamente a proposito yo sabía que no se daba cuenta que me estaba seduciendo.

Salí con un traje negro y paso presuroso pero bien disimulado de la casa. mientras más pronto mata a aquel mafioso más rápido recibiría mi paga y podría poder estar más tiempo con mi castano.

No fue un trabajo de más de 5 horas aunque los 285 minutos de aquel recorrido fue más bien el tiempo que iba de ida y vuelta. Los otros 15 minutos fue cuando maté a mi víctima y recibí mi paga.

Llegué a las 5:30p.m. a mi hogar; entre por la puerta puesto que sabía que a Tsuna no le gustaba por la vetnana "como si fuera un ladrón". Mi nariz olfateó el aire, al parecer, Tsuna estaba cocinando; dejando mi sombrero en la mesa de la sala logré encontrarme en la cocina, viendo al pequeño Vongola cocinando spaguetti. Aprovechando su baja estatura pude apreciar como ya casi estaba lista la comida así que le ayude a servirla en la mesa donde comenzamos una conversación mientras comiamos y escuche sus quejas sobre todo el papeleo que te dejaron tu leal mano derecha, el ilusionista acosador y tu guardián del Sol al haber destruido la mitad de un pequeño pueblo en una misión yo yo te hable de las novedades de Vongola estos días.

Mientras reía ante uno de mis comentarios no vió que uno de los spaguettis que tenía era excesivamente largo, por lo que sin que se dieras cuenta me acerqué a él y atrapé el extremo contrario con mi boca y cuando succiono para acabar con él, yo imité su acción, logrando unir nuestros labios, dándome la oportunidad de besarlo.

Lo tomé de su cintura y é se recargo sobre mí, colocando sus pequeñas manos sobre mi hombro y pecho, correspondio el beso y aproveche su ligera sorpresa para que mi lengua lograra entrar e invadir su boca donde saboreé todo lo que tenía a mi paso, encontrandome con el sabor encontrandome con el sabor del tomate y la pasta, hasta que Tsuna se atrevió a acercar su tímida lengua hacía la mía, investigué con curiosidad innecsearia la cavidad ajena, con cariño poco común en mí hasta que otra vez el aire se volvió en nuestra contra, alejandomé de los hinchados labios de mi niño. 

Me levanté de mi asiento, acaricie con ternura sus reboltosos e indomables cabellos castaños para luego recoger los platos.

-Ve a la sala, Tsuna. - le dije para darle un corto beso en la frente. - Es mi turno de lavar los platos.

Comencé a arremangar mis mangas mientras escuchaba como el jefe salía de la cocina.

Enjaboné y enjuagué los platos donde comimos y lo que Tsuna ocupó para cocinarlo; sonreí levemente ante el recuerdo de cuando aprendió a cocinar; la primera semana casi quema la asa, la segunda semana ahora solo se quemaban los trastes y la comida, la tercera semana la comida sabía terrible, 4 meses después, su comida resultó siendo más deliciosa que la de los mejores cocineros de Vongola.

Sin darme cuenta ya había terminado de dejar rechinantes de limpio los platos así que me dirigí a la sala para acompañar al torpe de Tsuna que no hacía más que cantar una canción extranjera.

Creo que no mencioné otro de sus únicos talentos era el cantar, si no hubbiese sido el líder y jefe de la mafia más poderosa del mundo, hubiera triunfado como uno de los mejores cantantes de estos tiempos, y como no, si al cantar parecía más angelical de lo normal, como un ángel guradián que cantaba para aliviar todas tus penas.

Me acerqué con cuidado para no perturbar su canto, me senté a su lado en el sillón para luego inclinarme y recostarme en sus piernas; cerré los ojos disfrutando de su voz que apenas y noté cuando sus dedos coemnzaron a acariciar mis cabellos ébano.

Empezó por la punta y luego por la raíz, cada uno de ellos, como si estubieras acariciando el pelaje de Natsu.

Este no soy yo. Este no es el famoso Reborn, el hombre más perfecto del mundo, el mejor asesino y el más atractivo y mujeriego de todos. ¿Qué me hiciste, Tsuna? ¿Por qué ya no puedo herirte...? ¿Por qué...?

-Reborn. - me llamaste.

Abrí mis ojos para ver de cerca su rostro contraido en una mueca de preocupación, sus ojos de chocolate brillaban angustiados, él siempre preocupandose por los demás; ni me di cuenta cuando dejó de cantar.

-Estoy bien, Tsuna. - contesté a su muda pregunta.

Para no seguir alterado, me levanté, dejando a todo su esplendor mi mano tendida en su dirección como una muda invitación, el cual, no se negó, con una dulce sonrisa en el rostro. Levantó su brazo y coloco la palma de su mano sobre la mía, donde le ayude a levantarse.

Sonriente y risueño, mi niño abrió su boca para poder cantar a gusto.

1, 2, 3, 4 y 1, 2, 3, 4.

Fue un pequeño baile. Tmbién fue lento, pero siento que podría quedarme así para siempre, con mi ángel entre mis brazos.

Otro recuerdo me invadió, fue el día en el que comenzamos las prácticas de baile con Dame- Tsuna. Primero de tropezaba con sus propios pies y también pisaba los de su acompañante, 5 meses después aprendió a bailar decentemente pero aún no era un experto y probablemente nunca lo sea.

Tsuna dejo de cantar y tararear en el mismo instante en el que dejamos de bailar y nuestros pies quedaron platados en el suelo. Lo único que podía escuchar era el sonido acompasado y calmado de nuestras respiraciones mientras nuestros ojos se veían con profundidad, como si nu fueramos personas realmente, solo dos hombres enamorados en alguna pintura vieja.

Con lentitud casí imperceptible no fuímos acercando; antes de darme cuenta, mis labios ya se encontraban acariciando los contrarios hasta que el simple contacto no fue suficiente y dí el primer paso, donde estampé mis labios con los suyos y le besé con toda la pasión y cariño que contenía, pero, después de unos momentos, eso tampoco fue suficiente. Rodeé mis brazos en su cintura y lo levanté a mi altura para poder besarnos a gusto, sin tener que arrodillarme tanto y el ponerse sobre la punta de los dedos de sus pies.

Después de aferrarse a mi cintura con ayuda de sus piernas, lamí su labio inferior provocando que él abriera sus labios gustoso, dando paso a uan guerra de lenguas.

Mientras tomaba el control del beso mis piernas se movieron en automático. Destino: La cama.

Pasando como si nada por el pasillo hasta la habitación recargué por unos segundos el delgado cuerpo de Dame-Tsuna en la pared para cerrar con los pies la puerta del cuarto y seguir con el recorrido.

Con cuidado aún extraño en mi persona, coloqué a Tsuna sobre las blancas sábanas para comenzar a desvetir su cuerpo. Comencé a besar su cuello con las claras intenciones de dejar chupetones que lograran demostrar que este niño me pertenece, abrí su saco y lo quité al igual que la camisa blanca y la corbata; mi niño, en lugar de esconderse a si mismo trás sus brazos y manos, me tomó del cuello y me abrazó con fuerza para cubrirlo de las vistas ajenas y el frío de la noche.

No tenía prisa alguna, por lo que con calma hice que mis manos pasaran con leves caricias por sus mejillas, cuello y hombros. Mis labios vovlieron a descender hasta que llegué a su pecho donde después de desarlo con cariño comencé a dirigirme a los pequeños botones rosados de Tsuna.

Pasé mi lengua por el pezón izquierdo, reciviendo como recompensa una sinfonía de gemidos, demostrandome l sensible que podía llegr a ser mi Dame-jefe ante este tipo de caricias.

Alentado por aquella "música" que salía de los labios de mi anterior alumno seguí mi trabajo de hacerlo sentir bien. Besé, lamí y mordí con ligereza aquel adorable pezón mienras que mi otra mano se encargaba de atender el contrario.

-Ngh... Reborn...

Sonreí con arrogancia mal contenida pues Tsuna se encontraba desesperado por recibir más de mi atención. Empecé a atender el botón derecho con mi boca mientras que mi mano jugaba con el recién atendido. Mi mano contraria, inquieta, la conducí por el cuerpo del menor, acariciando su cintura y cadera de paso; alcanzñe los pantalones negros que tenía y los quité con tal fuerza que también me llevé la ropa interior.

-¡Hiii! - chilló Dame-Tsuna. - ¡Reborn!

Levanto un oco sus piernas y bajo sus brazos mientras un furioso sonrojo invadía sus mejillas.

-¿Qué sucede, Dame-Tsuna? - prgunté burlón.

-Re-Reborn... - dijo con un intento tono de reclamo. - P-por fa-vor...

-Por favor ¿qué? - repliqué. - Si no me dices lo que quieres no te lo puedo dar.

Soltó un gruñido disconforme que realmente era bastante divertido.

-Mhmm... Reborn.... - jadeó. - T-t-tócame...

-Oh, pero si no te has dado cuenta, ya te estoy tocando, Dame-Tsuna. - dije burlón, acariciando sus caderas con ambas manos. - Tendras que ser más específico.

-¡Reborn! - exclamó con evidente disgusto. 

-Okey. - dije, aunque aquella sonrisa traviesa no lograba despegarse de mis labios. - Que impacente.

No le dí tiempo para cuando bajé mi mano y la mirada para aprciar aquella adorable erección. Tomando aquella punta rosada entre mis largos dedos la comencé a acariciar, procovando que aquel majestuoso sonido que soltaban los labios de mi acompañante salieran con más intensidad.

Continué aquellos leves movimientos sobre el miembro excitado de Dame-Tsuna y de poco a poco noté como se iba desesperando ante caricias tan débiles por lo que empecé a masturbarlo ya con toda mi mano; mi palma acarciaba con fuerza sin llegar a hacerle daño y mis dedos jugueteaban con la punta y a veces acariciaban los testículos, todo en un movimiento rítmico y acalorado. 

-¡Ngh!... ah... gya... ¡ah...! ¡Re-Reborn...!

Fui reduciendo la velocidad de mis movimientos, logrando sacar un gruñido insatisfecho del menor. Sonreí divertido y burlón pero antes de darme cuenta, Tsuna me empujó hacia un lado para posicionarse sobre mi; se veía increíble todo jadeante y desnudo, con sudor perlando su cuerpo y sus ojos chocolates, los cuales cambiaron a unos brillantes ojos anaranjados.

Con desesperación casi agresiva, quitó a jaloneos mi saco, camisa y corbata, pareía que habían sustituido al paciente jefe Vongola por alguna bestia bastante similar en apariencia. Aunque detuvo cualquier movimiento de un segundo para otro, hasta había dejado de respirar. Fije mi vista donde se encontraba su mirada y me encontraba observando mi fornido pecho pues todos estos años de entrenamiento bastante músculo, y sí, es por presumir.

Volví a dirigir mi mirada al rostro de Tsuna, se había puesto más rojo que antes y sus ojos se encontraban abierto cmo platos.

-Tsuna. - llamé con una voz grave, seria, autoritaria y algo ronca. - Date la vuelta.

Volviendo a su adorable actitud, tímida y penosa se ido la vuelta con nerviosismo y lentitud, dejandome la gloriosa vista de su redondo trasero frente a mí.

-¿A-así? - preguntó.

-Si. - contesté, bastante sonriente. - Ahora, sigue mis instrucciones: Baja el cierre de mis pantalones y saca mi pene.

-¡Reborn! - exclamó, abochornado. - ¡N-no digas ese tipo de cosas!

-Tú solo hazlo, Dame-Tsuna.

Con vergüenza incluida y manos temblorosas, desabrocho el botón con clara otrpeza y bajo el cierre con endemodiana deltitud y siguió con tomar entre sus manos el elástico de la ropa interior con lentitud dramatizada para lograr su cometido. Sus ojos se abrieron en su máximo esplendor mientras se tensaba de la cabeza a los pies y su rostro formaba una mueca de asombro.

Mi miembro de por si ya era bastante grande pero estando excitado ya era otra historia. Si, eso también es para presumir.

-Mételo en tu boca. - dije.

Me miró con sorpresa y vergüenza desde su posición para después mirar mi pene nuevamente.

Dio temblorosas y tímidas lamidas por el alrededor como si fuera un helado derritiendose mientras unas manos rodearon el tronco, cerca de los testículos.

Gruñi al sentir como dejo de darle lamidas para hacerle un lugar en su boca y coemnzaba a succionarlo, reemplazando la timidez y vergüenza por curiosidad. Insatisfecho al haberme quedado quieto, conducí mis manos pos sus muslos. Eran suaves y cremosos. Con tortuosa lentitud compleetamente a propósito comencé a subir mis manos, dejando un rastro de caricias por donde iba; mi mano izquierda se encargo de volver a masturbar el miembro erecto mientras que la otra comenzó a apretar aquel suave y redondo trasero.

-Ah.. ¡Reborn...! Mhgn... ah... - gimió el castaño.

-No te distraigas, Tsuna. 

-Y-yo... ah... no... ¡Gah...!

Ese gritito hizo que sonriera con arrogancia mientras seguía con mi trabajo. Lamí la paqueña entrada de Tsuna, dilatandola mientras sentía como mi niño su engullia boca lo mayor posible de mi pene erecto y masturbaba lo que no loraba cubrir, temblando de placer en el intento.

Metí mis dedos en mi boca para comenzar a ensalivarlos mientras mi otra mano se entretenía prestandole su atención al miembro del menor.

Cuando terminé de lubricarlos los saqué de mi boca e introducí el índice en el rosado ano de Tsuna.

-Mph... Reborn... s-se siente raro..

-Calma. - le contesté. - Ya lo disfrutaras.

Dilijeras embestidas con aquel dedo a la vez que intentaba ensanchar lo mejr posible la entrada de este. Cuando fue suficiente introducí el otro dedo, esta vez no solo seguí con los movimientos rítmicos, sino que también los abrí en forma de tijera en su interior, escuchando sus gemidos ahogados. Luego metí el tercer dedo, aprovechando los espamos de placer que sufría. No mucho después sentí como movía sus caderas al compás de las pequeñas embestidas.

-Tsuna, levantaté. - ordené con voz ronca.

Obediente, se levantó de sobre mi para sentarse a mi lado donde aproveche para darme la cuelta y acorralarlo entre la cama y yo. Viendome con duda, curiosidad e incertidumbre le besé para borrar todo eso de su mirada anaranjada. Aprovechando la distracción de este, levanté sus piernas con cuidado para colocarlas en mi cintura y luego frotar la punta de su erección en mi entrada.

-¡Re-Reborn! - chilló a la vez que daba un respingo.

-Descuida, Tsuna. - le dije.

Tomé su mano entre la mía, tratando de expresarle confianza y seguridad.

No quise entrar lento y lastimarlo poco a poco por lo que entre de una vez dentro de él.

-¡AH! ¡REBORN! - gritó Tsuna a la vez que sus ojos se volvían vidirosos.- ¡Du-duele!

Quería moverme, claro que quería moverme, era demasiado excitante como aquellas paredes aprisionaban mi pene sin piedad, tan caliente y húmedo, quería embestirlo como nunca pero no debía, no podía, porque sino, lastimaría a MI Tsuna.

Me acerqué a su rostro, lo miré con dulzura y él a mi con sorpresa, seguía sin creerme como me había cambiado este pequeño ángel, como es que mi congelado corazón volvió a latir de amor cuando este niño drritió aquellos muros de hielo con solo sus brillantes ojos chocolate. 

Muy cursi.

Lo besé, con todo el amor que nuncca creí experimentar, colque mis manos en sus suaves mejillas y limpié con los pulgares las lágrimas que no logró retener. Nos pasamos los minutos entre besos cursis empalagosos y amorosos, tano que si no hubiera sido porque Tsuna movió sus caderas me hubiera quedado el resto de la noche con sus labiós sobre los mios.

Di la primera embestida, era lenta y pequeña pero lo suficiente para sacarle un gemido placentero y bastante sonoro a Tsuna. Seguí con leves movimientos, más concentrado en el bien de mi jefe que en mi propio placer o ese era el plan hasta que sin darme cuenta nuevamente apretó mi cintura con sus piernas, logrando entrar más profundo.

Gruñi, ninguna mujer se comparaba con Tsuna, y si alguien llegaba a compararlos sería una gran ofensa hacía mi ángel.

El calor no se hizo esperar, nuestro sudor hacía contacto sobre la piel dle otro, la habitación se lleno de gemidos y gruñidos al igual que del oor a sexo y sudor, mientras tanto yo embestía con fuerza, buscando aquel punto que haría a Tsuna delirar de placer...

-¡Reborn! ¡Ah! ¡Gya!

Y lo había encontrado.

Comencé a embestir con salvajismo mal contenido el pequeño cuerpo de Tsuna, ni me molestaba en frenarme uesto que lo que más me alentaba era el rostro sonrojado y delirante de placer del jefe Vongola al igual que aquellos gemidos, gruñido y gritos que solo hacían que me excitara más que antes.

-¡Ah! ¡Reborn! ¡Hya! ¡TE AMO!

Esa. Esa fue la palabra que me dejo helado, me petrificó en mi lugar pero Tsuna no pareció notarlo, es más, se encontraba embistiendose a si mismo con mi pene. Todo el calor que sentía se volvió frío. Dolía; dolía mucho. Era demasiado dolor para un pequeño corazón como el mío, así que lo hice, me desahogue, me valió un carajo que no fuera el momento adecuado así que sí, lo hice, me desahogué. Libere toda la rabia e impotencia que sentía, toda esa ira mal contenida y todo el dolor que soporte desde la primerza vez que lo conocí.

-¡Tsuna! - intenté gritarle pero no escuchaba mi porpia voz. - ¡Tsunayoshi! ¡NO TE VALLAS!

-¡Reborn! ¡Te amo! - exclamó. - ¡TE AMO! ¡Reborn! ¡Reborn!

Y lloré, me permití verme débil frente a Tsuna aunque el fuera la última persona con la que quisiera mostrar vulnerabilidad pero es demasiado dificil, incluso para mí, seguir siendo fuerte, creyendo obvias mentiras que quisiera que fueran verdades. Mis caderas se movieron con violencia sobre tu ser, ignorando cualquier cosa menos el placer que te proporcionaba,

-¡Te amo! - gritaste delirante. - ¡Te amo, Reborn! ¡TE AMO!

-¡Tsuna! - grité, con la esperanza de que me oyeras, cerrando mis ojos mientras más lágrimas caían de estos. - ¡No te vallas! ¡No me dejes!

-¡Reborn! ¡Abre los ojos! - exclamó la voz de Tsuna. - ¡Reborn! ¡Despierta!

Con lentitud abrí mis ojos como pidió Dame-Tsuna; ya no me encontraba en aquella lujosa y elegante habitación, más bien, estaba en la habitación de mi alumno, acostado en una hamaca. Gire mi rostro para ver el suyo contraído en una mueca de preocupación y amargura.

-Tsuna... - murmuré para mi mismo.

-Al fin despiertas. - dijo sonriente para luego suspirar con alivio. - Me tenías preocupado, creo que tenías una pesadilla. 

Tsuna, sorpendiendomé sin demostrarlo realmente, acercó un pañuelo a mi rostro y limpio mis ojos y mis mejillas. Estaban húmedas. Había estado llorando. Mire su rostro concentrado ¿No iba a preguntrme que había soñado?

Cuando él se dio cuenta  de mi insistente mirada me sonrió y negó con la cabeza. No iba a preguntar nada y yo me sentía aliviado por eso.

-Tsuna. - le hablé.

-¿Si, Reborn?

Lo miré. Él era, por así decirlo, el amor de mi vida. Él es el ángel que te guía por el buen camino sin darse cuenta, él es increíble, amable, perfecto.

-Si tú...

Pero no debía. No podía. Tsunayoshi esta enamorado de perfecto de Namimori, Hibari Kyoya y este correspondía aquellos sentimientos, además... miré mis manos... pequeñas, suaves pero débiles. La maldición se había roto pero seguía siendo un nió de 4 años físicamente; cuando Tsuna tenga 20 yo apenas tendré 10, cuando yo cumpla 18 él ya  tendrá 28 y muy probablemente ya se hayá casado...

-Si... - me alentó a continuar.

-Si tú... le dices a alguien sobre esto... te mataré. - le amenacé apuntandolé con León, recién convertido en pistola.

-¡Hii! - chilló.

Baje el arma y volví a acostarme; suspiré mientras veía disimuladamente mis manitas. Era de noche, hacía algo de frío aunque la ventana estubiese cerrada. Nada que una sábana o una manta no pudiera arreglar.

-Buenas noches. - dijo Dame-Tsuna

De manera inesperada, vi como Tsuna se me acercaba y hacía lago bastante loco. Me besó.

No. No fue un beso apasionado, o largo, o incluso en ls labios. Sol fue un dulce y casto beso en la mejilla, pero eso logró hacer que además de sorprenderme, mi corazón se acelerada sin llegar a exagerar y mis mejillas tomarón un tono más profundo. Aún podía senir el calor de aquellos labios y la suavidad de estos. Un beso en ma mejilla por el era mucho mejor que un beso fránces que el Tsuna de mi "pesadilla". Sus besos son y siempre serán los mejores.

-Que duermas bien. - dijo luego de que, literalmente, se arrojara hacía la cama, ocultandose en el calor y protección que le aportaban las sábanas.

Aunque en ese momento me hubiera gustado saber que se había sonrojado más no poder despues de ese inocente acto, me hubiera gustado saber qu eme miraba con admiración cuando yo no me daba cuenta, me hubiera gustado saber que yo era la persona más importante en su vida, y sobre todo, me hubiera gustado saber que Tsunayoshi Sawada, el futuro décimo líder de Vongola se habia enamorado de su infante tutor asesino pero eso... 

Eso ya es otra historia...

FIN <3

Notas finales:

Tengo alguna clase de adicción para el Reborn amoroso XP 

Esto es un mensaje par las peronas que me conocen y les gustan mis fics: Debido a ciertos "problemas técnicos" no podre ingresar a Internet por un corto (esperemos) lapso de tiempo. Ojala me esperen, solo podre estar conectada por el resto del día de 9/1/2016 hasta un tiempo indefinido :( 

Sugerencias? Groserias? Alagos? Todo es bien recibido aquí! XD


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