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La peor traición por minima

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Notas del capitulo: Saludos y felices fiestas, espero que se la hayan pasado bien en estas fiestas. En mi casa tuvimos como siempre cena navideña con la familia que vive en la ciudad y con algunos familiares que vinieron para vacaciones, hubo mucha comida, y recalentado yumi.
~11~

-¡RAYO NARVAL!- explosiones y gritos de la princesa se escuchaban en el campo de entrenamiento de los caballeros, la joven había estado ahí desde muy temprano y no había parado de lanzar hechizos a diestra y siniestra a los diferentes blancos que tenía enfrente.

Los caballeros que ahí entrenaban decidieron dejarla sola, los más veteranos conocían y apreciaban a Star Butterfly por alguna vez haber sido sus guardianes personales (niñeras, aunque no preferían que los llamaran por ese término) cuando está aún era del tamaño de una pequeña cabra cerdo, sabían que era una princesa muy alegre y entusiasta que aprendía rápidamente las mejores formas de luchar contra sus enemigos gracias a ellos, pero sabían también lo hiperactiva y desastrosa que podía ser algunas veces, ahora con una varita su potencial digamos… podía ser impredecible.

Aunque los caballeros y soldados novatos tenían curiosidad de ver usar a la actual portadora de la varita mágica real, los veteranos les sugirieron que si no querían salir volando por una explosión se mantuvieran alejados de la práctica de la princesa.

El único que se quedó a vigilar y cuidar no solo de la princesa sino también de que esta no terminara destruyendo no solo los blancos sino también las armas y demás equipos que utilizaban los caballeros para entrenar, fue el más antiguo de todos y con quien más veces se había quedado como guardia personal de la princesa cuando esta era una niña, el caballero Cole.

-Otro blanco- exigió la princesa esperando a que el hombre ya con barba gris y cicatrices de guerra en la cara pusiera un poste de madera pesada con una muy caricaturesca cara pintada por la princesa de lo que según ella era un monstruo de ojos amarillos y fríos.

Si Star hubiera sido más fuerte, si hubiera tenido más experiencia, si sus hechizos fueran más potentes, las cosas hubieran sido diferentes. Era lo que se repetía una y otra vez mientras realizaba este entrenamiento.

De las pocas veces en que reflexionaba sobre sus fallas estaba poniendo mucho esfuerzo en remediar las que concernían en sus ataques, su fuerza y magia, pero estaba olvidando las que de verdad importaban.

Su carácter, su inmadurez, esa sed de venganza que en el futuro no le traería nada bueno.

Cole miraba con admiración la dedicación que ponía su ex pupila, para guerreros como ellos era de suma importancia mantenerse en forma y siempre buscar la forma de mejorar y hacerse más fuertes, aunque le preocupaba que estos esfuerzos fueran guiados por una furia que aunque justificada (en su opinión) fuera a segarle a la hora de la batalla.

No era el único como imaginaba quien miraba con cierta admiración los entrenamientos de la joven princesa.

Desde una de las ventanas del castillo la reina observaba a su hija, satisfecha que por fin estuviera dedicando su tiempo en practicar de manera más controlada y responsable sus hechizos sin causar tanto caos a su alrededor, como en el primer día que causo incendios en todo el reino y llego a intimidar a los monstruos cercanos a su reino hasta ponerles los nervios de punta.

Ella era partidaria de la idea de mantener a raya a esas creaturas, algo de intimidación recordándoles su lugar estaba bien, pero si se excedía estos en lugar de mantenerse pasivos hasta cierto punto se alzarían contra ellos por la constante opresión como en las anteriores guerras.

Había sido generaciones de prueba y error para llegar a esa conclusión logrando de esa manera mantener a los monstruos a raya creando años de paz para Mewni (según el criterio de las monarcas del reino), ser estrictos y hasta intimidantes con ellos recordándoles quien mandaba en esas tierras, pero sin crear suficiente fricción como para que estos explotaran contra ellos, no siendo suaves con su trato con ellos porque esa era otra manera de hacerles entender que tenían alguna clase de oportunidad contra ellos.

Esa era la manera “correcta” de gobernar.

Star era una chica de lento aprendizaje, en opinión de su madre, por no decir inmadura y terca al querer hacer las cosas a su modo y no como generaciones anteriores habían enseñado una a la otra, pero al parecer uno de los objetivos de que madurara en su carácter estudiando y entrenando lejos de su hogar había sido logrado, al menos hasta cierto punto, y gracias a eventos realmente traumantes para ella, pero el precio lo valía.

La misma reina tuvo que enfrentar sus propias dificultades y pruebas para madurar para ser la monarca que era hoy en día, era parte de crecer.

*+*+*

Hacer tratos con una adolecente terrana no era lo más peligroso o sensato que se había propuesto hacer para cumplir sus objetivos, o es lo que pensó cuando al final convencido por la oferta de la joven llamada Hanna acepto hacer intercambio de información con ella por él conocimiento del libro de hechizos de la familia Butterfly.

Sabía que en alguna parte debía haber información valiosa de los conocimientos mágicos de aquella varita, pero tener la oportunidad así de fácil de acceder a ellos aunque sea por parte de terceros era algo que no podía desaprovechar, aunque aún tenía sus reservas como para esperar que estos conocimientos fueran realmente exactos.

Y a pesar que ambas partes estaban más que entusiastas para cumplir y recibir parte de su trato, una calle transitada no era lugar para ello. Toffee no quería testigos de su visita en la Tierra, y Hanna dijo que tenía casas por visitar y cosas por hacer ese día, pero al día siguiente podían estar en su casa sin inconvenientes.

Accediendo a esto se encontró en el día acordado en la tarde sentado en un sofá en una sala pequeña, hogareña y con varios adornos de diversos tipos, entre pequeños cráneos de roedores sobre la repisa de la chimenea fotos de madre e hija a lo largo de los años. En el florero de margaritas recién cortadas un pez azul brillante (pez beta o guerrero) nadando entre los tallos. El sofá aunque cómodo tenia parches muy particulares en respaldo y reposabrazos, un par de calaveras, un trisquelion, otro más con forma de ojos.

Al parecer Hanna vivía con su madre y participaba muy activamente en la elección de decoración de la casa por lo que podía ver. No en la mejor de las armonías o el mejor de los estilos cabe mencionar.

Hanna llego con un par de vasos grandes de limonada y se sentó entre de él en un sofá individual que obviamente la chica había tomado como propio si contabas la cantidad de parches más numerosos y llamativos en este así como el cojín redondo y con bordado de telaraña que había en este.

-Así que comencemos, ¿quieres empezar tu o yo primero?-

-Sé que accedí a venir aquí, y no me retracto de mi decisión. Pero hubiera pensado que te sentirías un poco reticente al brindarme esta información debido a tu relación con Star Butterfly-

-¿Star y yo que? Es solo otra compañera de escuela, interesante pero no tanto. Sin varita o sus particularidades alienígenas es solo una chica hiperactiva que al parecer toma triple ración de azúcar todos los días. Es buena para causar alboroto y destrozar cosas pero no sabe usar lo que tiene a la mano con todo su potencial-

Con eso dicho Toffee no debía de preocuparse por alguna cosa como arrepentimiento por parte de ella o lealtad hacia la princesa Butterfly, aunque lo último dicho por esta era verdad. Star tenía un artefacto sumamente poderoso en sus manos y con las habilidades de la chica era como ver un amateur con todas las herramientas para crear una hermosa pintura y que al final solo pintara corazones y caras sonrientes en el lienzo.

Por eso en teoría era un blanco fácil, pero también algo impredecible.

-Aunque Marco es historia diferente, me cae bien y siempre es divertido fastidiarlo un poco. Hace las caras más graciosas-

Esto lo puso en alerta, así que la chica en cuestión no tendría lealtad por Butterfly pero como ella misma había dicho Marco Diaz era otra cosa, y si realmente parecía tener los medios para saber qué es lo que había dentro del libro de hechizos de los Butterfly seguramente ya sabría lo que él le había hecho a su amigo, ¿o Marco era algo más para ella que eso?

Genial, posiblemente estaba frente una enamorada muy furiosa por haberle hecho daño al objeto de sus afectos. Aunque la joven en cuestión apenas era una adolecente reconocía que la furia de una mujer en ese aspecto no tenía comparación.

Podía ser una trampa a fin de cuentas y había caído ante ella por la esperanza de conseguir algo tan valioso como información.

-Y es buen amigo, aun con las personas que lo exasperan demasiado. Solo hay que ver a Ferguson siendo uno de sus mejores amigos jjajajaja Aunque Marco es raro a su manera. Pero no estamos aquí para hablar de Marco, o tal vez también podría intercambiar información de él si quieres-

-Solo me interesa lo que puedas saber del libro de hechizos, Marco Diaz es irrelevante-

-Si tú lo dices, cuando lo mencione te viste algo interesado-

-…- Toffee permaneció callado, Hanna era una joven que en un principio parecía muy despreocupada, rayando en lo descuidada, pero al parecer era mucho más de lo que se dejaba ver, entre estas cosas demasiado observadora, ni el mismo se dio cuenta que hubiera hecho algún gesto para indicar algún cambio de ánimo cuando empezó a hablar de Marco Diaz.

-Bueno empecemos, comencemos con preguntas y respuestas, tú preguntas, yo trato de responder y viceversa-

-Por el momento me parece lo más adecuado-

-Fantástico, comencemos-

*+*+*

Aunque trataba de hacer su tarea inevitablemente su mente persistía ese día en regresar a pensar en Mewni, lo que le paso, y de las cosas que se enteró en el proceso.

Aparte de la traición de Star, reflexionó sobre el comportamiento de su madre la reina Moon al decirle lo que sabía y él de Toffee que realmente podía haberlo dejado morir aplastado pero no lo hiso era cosas que rondaban su mente.

Toffee era un villano, sus acciones hablaban por él, secuestro, extorción, amenazas eran algunas de las cosas que había visto que era capaz de hacer solo por haber sido testigo de estos hechos, quien sabe que otras fechorías habría hecho a lo largo de su vida, y era una muy larga vida si se ponía a pensar en el detalle que estuvo vivo cuando los primeros mewmanos llegaron a Mewni.

Una larga vida, demasiados años, demasiadas reinas, demasiados planes, todo por una venganza… justicia.

Sabía que muchos de los monstruos eran malos, Ludo y sus secuaces por ejemplo, pero incluso el creía que algunas personas merecían segundas oportunidades, incluso monstruos, trato de ayudar a Pinzas de langosta cuando se le presento la oportunidad, pero algunas personas no pueden cambiar, son felices tal como son o tienen miedo de hacerlo.

Al final Pinzas de langosta era feliz estando en el bando de Ludo, porque era lo que conocía, era donde creía pertenecer, tampoco ayudo a que Star le hubiera ayudado a regresar al lado de Ludo, ahora que lo pensaba debió de haberse dado cuenta desde ese entonces lo egoísta que podía ser Star.

Ella pudiera haber argumentado que lo había hecho por el bien de todos, Pinzas era feliz siendo un villano, un secuas más de Ludo, tal vez tenía razón, pero ahora que lo pensaba sus motivaciones en el fondo eran más egoístas, quizás no creía que un monstruo no podía cambiar, no era necesario perder su tiempo en mejorarlo cuando era simplemente un… villano.

O quizás no soportaba que alguien más recibiera más atención que ella.

Después de todo era una princesa.

Amaba recibir atención en clases de sus compañeros, no podía procesar las miradas de odio y desdén de Brittney Wong y de su escuadrón de animadoras, y él pensaba que era por lo ingenua que era, pero también podría ser que la razón era que jamás había recibido esa clase de mirada de otras personas, quizás de monstruos sí, pero quien en su sano juicio se atrevería a mirar de esa manera a la realeza y más cuando esta podía vaporizarte con un rayo mágico; incluso en su propia casa se sentía realmente feliz por recibir la cálidas atenciones de sus padres, hasta que se puso paranoica y llego a pensar cosas extrañas del bueno de Charlie Booth, ¿acaso habría algo que ver con que se hubiera tan pronto de casa en su visita?

Quizás eso último era una exageración y el dolor y la rabia en vez de quitar los brillos a sus recuerdos y ver las cosas como eran de verdad también los estaban distorsionando.

Pero de algo estaba seguro, Star no era tan buena amiga como él había creído.

Su lápiz se soltó de su mano y rodo por su escritorio pero no cayó al suelo, se había detenido por cierta piedrita nueva que adornaba su escritorio.

El regalo de Hanna por el momento había quedado como pisapapeles por el momento en su escritorio y zona de trabajo, aunque extraño al final no le había desagradado el regalo, se la había pasado todo el camino de regreso a casa jugando con este en su bolsillo memorizando con el tacto la forma y textura del ámbar.

Quizás Toffee era como aquel lagarto atrapado dentro del ámbar, un reptil solitario congelado en un momento en el tiempo.

Uno no muy bueno.

Hacer girar su vida por solo y solo una razón no era saludable, eso ya no era en realidad vida.

¿Qué era lo que sería capaz de hacer para cumplir su venganza? Su plan había fallado, la varita no había sido destruida y los Butterfly seguían gobernando Mewni.

¿Mewni sería el verdadero nombre de ese mundo o era uno que los conquistadores impusieron a fuerza como lo hicieron los europeos cuando llegaron a las americas?

Colonos o conquistadores, casi siempre cuando una civilización avanzada llegaba con una menos desarrollada se sentía con el derecho de imponerle sus normas y creencias, había excepciones, pero con eso también llegaban enfrentamientos con gran violencia.

…l lo sabía por las clases de historia, un conocimiento que aunque trágico era necesario comunicar para tratar que las generaciones futuras no cometieran los mismos errores. ¿Moon le había enseñado a Star de su historia? Muy probablemente no si su comportamiento cuando le conto lo que sabía fue tan casi desesperado, como si mantenerlo cerrado haría que la verdad igualmente se mantendría guardada con él.

Pero la verdad siempre encuentra una manera de ser contada.

Como la lagartija en ese ámbar, era evidencia que en algún momento, cientos de años quizás, existió un árbol y que en él se posó una lagartija, tal vez en persona jamás vería ese árbol que muy probablemente ya estaría muerto y vuelto a la tierra o era otro fósil en esa venta de cochera, o que jamás vería a esa lagartija escalando por su tronco, pero ahí estaba la evidencia que en un momento, cientos de años atrás, existió un árbol y que por su tronco escalo una lagartija.

Tal vez la gente de Mewni no sabía con exactitud su historia, cosa grave, pero alguien sabia la verdad, y esta encontraría a alguien para ser escuchada, eso le había pasado a él después de todo.

Como los mismos seres humanos, los mewmanos no estaban exentos de maldad. Había personas buenas y malas. Lo mismo para los monstruos.

Y alguien bueno podía volverse malo y viceversa.

*+*+*

Después de incontables horas, de docenas de blancos destruidos y otros objetos más explotando, Star Butterfly no estaba satisfecha.

Pero estaba agotada y aun con su determinación y varita mágica ella necesitaba descansar aunque sea un poco.

-Su alteza, aquí un poco de agua y comida, no es mucho pero espero que le satisfaga aunque sea un poco- Cole le extendió a la princesa una jarra con agua y un modesto bocado de pan de maíz, la joven lo acepto y procedió a comer con la delicadeza de todo un guerrero y no el de una noble princesa.

-Gracias, lo necesitaba- logro decir Star entre bocado y bocado repartiendo varias migajas en sus mejillas y ropa.

El aspecto descuidado y escaso de modales de la futura gobernante de Mewni podía traer algo de disgusto para personas de la corte si la vieran en esos momentos, después de una soberana era un ejemplo y representaba todo lo que era bueno en su reino, nobleza y poder, pero para Cole le alegraba que la joven aun tuviera la suficiente confianza para demostrar quién era en verdad y aun no esconderse en la noble mascara llena de políticas de la realeza, ¿Cuántos años pasarían hasta que eso ocurriera y fuera solo una sombra de la niña que estaba viendo ahora mismo?

Esperaba que ese momento aun fuera muy pero muy lejano.

-Mucho mejor, ¿Cuántos blancos quedan ahora Cole?-

-Ninguno más princesa, los destruyo uno tras otro hasta acabar con todos ellos y luego los de practica de caballeros, además de un par de cubetas y parte de la bodega de armas de practica-

-Uhh sí, eso último fue cuando me resbale al pronunciar un hechizo. Upsy-

-Está bien, es comprensible el tropiezo, no habíamos limpiado tan bien los suelos antes de su imprevista visita el día de hoy-

Oh que tan bueno y comprensible era el caballero Cole, casi le recordaba tanto como era Marco cuando sentía que había cometido un error o hecho algo realmente mal. Solo que Cole no era Marco, era más un maestro, un mentor, y como tal no tardaría en apuntarle sus fallas.

-Pero si esto hubiera sido un campo de batalla real no solo hubiera acabado con todos sus enemigos sino también por el tropiezo pudo haber herido a alguno de sus tropas-

-Sí, lo sé. Lo siento, solo quiero mejorar lo más rápido posible, pero creo que este método no es tan rápido-

-Incluso con la magia no creo que uno pueda mejorar sin practicar su majestad-

-Mff- Star resoplo y trago en ultimo trozo de su pan de maíz y volvió a pensar en formas de hacerse más fuerte, entrenamientos diarios, ejercicios, todo era necesario pero en esos momentos no quería perder tanto tiempo en ellos.

-¡…l libro de hechizos!- grito de repente la rubia sorprendiendo a su acompañante.

-¿Disculpe su alteza?- Cole no creyo escuchar bien, la princesa habia dicho ¿libro?

Era sabido que la joven princesa no era fanática de estudiar o gastar su tiempo con su cabeza metida en algún libro, incluso recordaba una ocacion que cuando niña dijo que cuando fuera reina mandaria a quemar cada libro aburrido de todo el reino para no tener que ver uno de nuevo.

-Luego nos vemos Cole, tengo que ir a buscar algo- dicho esto Star se levantó y se fue corriendo adentro del castillo pensando ir directamente a su cuarto donde el libro de hechizos se encontraba. Sus hechizos aun no eran tan poderosos, pero seguramente en el libro encontraría nuevos que las anteriores reinas habían inventado, ¡incluso Glossarick podía ayudarle!

¿Por qué no había pensado en esto antes?

+*+*+

-Me rehusó a responder esa clase de pregunta, es desagradable y de muy mal gusto-

-Oh vamos, es solo biología básica. Si eres un hombre lagarto, ¿esa parte es más lagarto o de hombre?-

El intercambio de información había comenzado muy bien, ahora sabía que en el libro habitaba una especie de genio y servía como guía para las portadoras de la barita y futuras reinas, con esta nueva información tenía un par de ideas nuevas para posibles estrategias; también sabía que el libro contenía los conocimientos de todas las generaciones anteriores de monarcas a lo largo de la historia de las Butterfly, algo sumamente poderoso como peligroso. Los hechizos y la magia que explicaba dicho libro no solo abarcaba los de defensa o ataque, existían capítulos de magia blanca como también negra, no le extrañaba, tantos años y monarcas diferentes habrían explorado diferentes aspectos de la magia.

…l había cumplido parte de su trato y respondido todas las preguntas de Hanna de la manera más clara posible, de hecho el interrogatorio por parte de la joven eran preguntas muy bien formuladas y que buscaban la mayor información posible como un buen investigador, cultura, especies de monstruos, adaptabilidad, etc. hasta que las preguntas se volvieron mucho más invasivas. Especialmente con su biología.

La chica era demasiado curiosa para su propio bien.

-Tu curiosidad… científica, es demasiado indiscreta por decirlo de alguna forma-

Algunas personas no aguantaban esa clase de preguntas aunque ni siquiera la había hecho por morbo o mala intención, en realidad si tenía curiosidad en ese aspecto que tan semejante podía ser a un reptil o a un humanoide, quizás algo intermedio.

A veces Hanna no se detenía dos veces a pensar que sus cuestiones o acciones podían ser algo ofensivas para algunas personas.

Esta había resultado ser una productiva tarde, pero muy larga y agotadora también.

+*+*+

Algo de aire fresco siempre es bueno para despejar la mente, había logrado terminar sus deberes de la escuela aun y con tantos pensamientos rondando por su cabeza los cuales aún no le dejaban tranquilo.

En estos momentos llevaba de paseo a los cachorros laser, una de las cosas buenas que había hecho Star por accidente era haberlos creado.

Eran revoltosos y juguetones como cualquier cachorro, pero su particularidad de que lanzaran rayos por los ojos tenía un nuevo conjunto de dificultades para criarlos y cuidarlos, no eran rayos láser mortales al menos, pero si eran muy irritantes cuando te golpeaban en el cuerpo o la piel, y aunque ya no lanzaban tantos rayos como en el primer día que fueron creados, los seguían lanzando sin control cada vez que se emocionaban demasiado lo cual pasaba muy a menudo para cualquier cachorro o como cuando los sacaba a pasear.

A pesar de ser creaturas hechas por Star ella realmente no se responsabilizó por ellos más que para jugar con ellos de vez en cuando, así que eran sus padres y él quienes se encargaban de darles de comer, bañarlos y mantenerlos limpios y sacarlos a pasear, en realidad los cachorros eran muy apegados a él ya que se responsabilizaba de varias de esas tareas además de tratar de educarlos y pasearlos a menudo para que hicieran ejercicio.

Siendo unas creaturas mágicas, porque si habían sido creadas por magia y eran capaces de lanzar rayos laser, se preguntaba a veces si no tenían otras necesidades o si cuando crecieran sus poderes se harían más fuertes, si era así esperaba que sus intentos de entrenamiento fueran capaces de controlar mejor lanzar rayos por los ojos y no quemar la casa o algo valioso.

Les tenía mucho cariño, la lealtad de los animales era la más sincera.

-Muy bien chicos, llegamos al parque. No se alejen mucho, voy a buscar un palo y jugaremos un rato-

Soltó las correas de su pequeña jauría de cachorros traviesos, sabiendo que pronto comenzaría la hora de juego los pequeños canes comenzaron a ladrar y saltar alrededor de su amo, ya que a pesar de haber sido creados por la magia de la barita ellos no reconocían como autoridad a la portadora de ella sino al chico que los cuidaba y mimaba y a sus padres que los consentían.

Marco busco a su alrededor una ramita o vara y cuando la encontró llamo la atención de sus mascotas y la lanzo lo más lejos que pudo, todos en grupo corrieron tras su presa de madera mientras él los esperaba en un banco cerca de ahí, los vigilaba con la vista y realmente no se preocupaba por si alguien trataba de robar un cachorro, este era un buen parque en quienes su mayoría asistían familias, además, con eso de que lanzaban rayos por los ojos asustaba o ponía nerviosos a la mayoría como mantenerse lejos y a sus hijos.

Sabían que podían tardar un poco pero no mucho para encontrar y traer la rama por distraerse o pelearse para ver quien la traía saco algo que trajo para entretenerse, la piedra de ámbar y algunas de las herramientas de su padre.

Al final pensó que sería un desperdicio solo tenerla como pisa papeles aunque fuera muy efectiva para el trabajo, y supuestamente un amuleto de la suerte debe acompañarte para que te de suerte a donde vallas, así que decidió transformarlo en llavero.

Con cuidado en su casa había hecho un pequeño agujero en la piedra lo suficientemente grande para pasar un alambre o cuerda delgada, justo lo que iba a hacer ahora, había conseguido un trozo de cuero negro y lo estaba pasando por el orificio y amarrarlo en los extremos para que la cadera de llavero se sujetara de ahí. No era tan habilidoso como su padre en artes manuales pero creía que estaba haciendo un trabajo decente.

Arrojo un par de veces más la rama y los cachorros la fueron a buscar y traer igualmente hasta que termino de hacer su llavero.

-¿Qué opinan chicos? Quedo bien ¿no?- pregunto a sus cachorros cuando estos regresaron nuevamente con la rama, alguno de los cachorros miraban la piedrita que colgaba de la cadena del llavero sin comprender que era, otros ladraban tratando de llamar la atención de Marco pensando que así lanzaría más rápido la rama y continuarían con su juego, incluso hubo un par que saltaron y trataron de atrapar la piedra pensando que era un nuevo juguete o alguna clase de premio –Hey, hey, no es comida chicos- aparto el llavero más lejos de sus mascotas y lo guardo en su bolsillo, acaricio la cabeza de algunos y a otros sus barrigas –ok, sé que solo quieren jugar ahora, jugaremos un poco más y luego regresamos a casa, ya casi va siendo hora de la cena-
Notas finales: Weee un capi más, tal vez no hubo mucha interacción en nuestra pareja a ser pero si pensamientos serios entre ellos. Mmm ¿alguien sabe el nombre de los cachorros en la serie? Y si no, al menos sugiéranme nombre para ellos D: siento que se vería muy mal si solo les digo cachorros en todo el fic. ¿Qué más? Hice más fanarts en mi página de youtube por si alguien le interesa ver :D, no son específicamente de este fic pero si una idea que tuve que plasmar de alguna manera para que no se olvidara, el dibujo fue la elección en ese entonces :3
nombres de los videos:
Devils and Monsters Fanart SVTFOE (Toffee y Marco)
&
Fanart Marco Diaz SVTFOE

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