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La peor traición por minima

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Notas del capitulo: Pues los invito a leer mis otros fics y a ver algunos videos que e empezado (lo que quiere decir que no son muy buenos) en youtube con el nombre de iranea barrera, tal vez puedan sugerirme algunas cosas también.
~3~

Después de despedir a su invitado inesperado se quedó un momento más reflexionando en su porche, normalmente no era tan comunicativo con extraños, mucho menos dando indicios de su pasado o de los motivos que impulsaban sus acciones, podía culpar a su leve grado de intoxicación y embriagues por haber bebido medio botella de agua de pantano fermentada, lo cual había soltado un poco su lengua, pero la verdad era que ese pequeño terrano le había provocado quiéralo o no cierto nivel de empatía por así decirlo.

Cosa difícil de hacer tomando en cuenta que había endurecido su corazón desde hacía años.

Incluso con los de su propia gente o especie no había experimentado esa clase de emoción en mucho, pero realmente mucho tiempo.

La que alguna vez fue una prospera sociedad estaba en decadencia, lo que pudo haber sido fue brutalmente borrado por la codicia de fríos invasores, la mayoría de los monstruos eran un atisbo de la orgullosa especie que eran, pocos podían conservar la gloria de lo que alguna vez fueron antes de su invasión, ahora muchos eran como Ludo y tu pandilla de inadaptados.

La mayoría vivía inconforme con su situación pero nadie hacia realmente nada para cambiarla, tenían pocas opciones para desarrollarse y muchos habían terminado siendo orillados a ser “los malos” para sobrevivir, como robar, ser de los que contratas para un trabajo sucio, estafar, dedicarse a negocios poco bien vistos, denigrarse, etc.

Pocos tenían exitosas vidas en esta que era su dimensión natal, su planeta nativo, por lo que no solo matanzas tuvo que sufrir la población de creaturas monstruosas de Mewni, si no también emigración a otros lugares para buscar oportunidades de vida mejor. Varios de los de su especie lo hicieron, eran lo suficientemente inteligentes para saber que tenían todo en contra si querían recuperar lo suyo, él lo sabía, pero lo suyo no era buscar justicia si no venganza, él si era malo.

Y lo sabía.

Los auténticos colonos habían muerto hace siglos, incluso esa fría y cruel reina, pero su descendencia aún seguía ahí atormentándolos. Los pecados de los padres los pagan los hijos, había escuchado alguna vez a alguien decir, y por muchos años estaba inclinado en que su plan A fuera el de matar a “los hijos de los pecadores”, pero sería algo un poco vacío, buscaba algo mucho más grande, y ¿Qué mejor golpe que golpear en el orgullo de la familia real?

Su amada varita mágica. Básicamente la vida de ellos giraba en esa cosa.

Destruir ese artefacto se volvió en su motivo de existir, literalmente. Dedico años de investigación, estudio y exploración, descubriendo muchas cosas inesperadas, por ejemplo la razón de la propia emigración de estos colonos a su mundo. Descubrirlo lo motivo aún más a deshacerse de esa maldita varita.

Podía decir incluso con satisfacción que sabía mucho más sobre la varita, su historia, sus poderes, sus alcances, que su propia actual portadora.

Hiso un sinfín de sacrificios por la obtención de esa información, esfuerzo y años invertidos, por lo que sabía gente como Ludo hubieran hecho lo que fuera, pero él solo quería destruirla, por eso había decidido no confiar en nadie, la tentación era muy poderosa y si a alguien supiera un atisbo de lo que él había una alta posibilidad de traición y que fracasaran sus planes.

Había estado solo por mucho tiempo, tanto por iniciativa propia como por el hecho de que no existía nadie que lo comprendiera, como había dicho antes la mayoría de las personas que participaron en la masacre de los monstruos, monstruos sobrevivientes incluidos, habían dejado el plano terrenal, o los que tenían la capacidad de vivir una longeva vida o hacer que su reloj biológico corriera más lento como ellos quisieran, no compartían sus mismos intereses.

Aquel simple “lo siento”, dado por aquel terrano, fue inesperado, y aún más sorprendente, le pareció realmente sincero.

Por una fracción de segundo, breve y efímera, sintió que alguien le comprendía. Y así como paso, rápidamente se reprendió a pensar en ello, no podía creer que se había permitido esa clase de pensamientos.

No sabía si ese terrano era demasiado ingenuo o demasiado bueno, quizás un poco de ambos. Lo mejor para este sería que no se volviera a relacionar con esa maldita familiar real, no es que lo volviera a utilizar como carnada, aprendía de sus errores y procuraba no volverlos a repetir, pero esas reinas y princesas eran tan egoístas y caprichosas que serían mala compañía para alguien como él. Y esto no era compasión o empatía, solo era una observación.

*~*~*
~Cuando buscas días tranquilos, estos no llegan~

De su secuestro habían pasado un par de días, no había visto a estar desde aquella vez en que su familia vino de visita a dar sus respetos por su aparente fallecimiento, muchos preguntaban por la ausencia de la rubia, cosa que con la que respondía que muy probablemente estaba de regreso en su dimensión; solo sus mejores preguntaron por el par de días que falto a la escuela, cosa inaudita en un chico tan responsable como él a menos que estuviera realmente enfermo.

Ferguson y Alfonzo fueron los únicos que se enteraron bien cuál fue la razón de su ausencia en la escuela.

-Viejo, ¿en serio existen hombres pollo?- pregunto Ferguson en la hora del almuerzo después de que terminara su relato.

-¿En serio es lo que vas a preguntar primero?, Marco fue secuestrado y casi aplastado como waffle- le regaño Alfonzo.

-A mí también intentaron de secuestrar-

-El equipo contrario de fotboll de la escuela porque decidiste postularte para usar la botarga de la mascota, no unos villanos internacionales. No es lo mismo-

-Pero fue igual de traumante, el chiste es no recordar los malos ratos-

-Casi termina a-p-l-a-s-t-a-d-o- volvía a enfatizar Alfonzo, en su opinión Ferguson estaba tomando muy a la ligera lo que le paso a su amigo.

-Está bien Al, en algo Ferguson tiene razón- dijo por fin Marco interviniendo en la reciente discusión, a veces ese par discutia como un viejo matrimonio.

-¿En serio?- pregunto el par igualmente asombrado.

-Si-

-¿En que los hombres pollo son aterradores?- pregunto el pelirrojo sonriente, no muy seguido le daban la razón.

-¿Te golpeaste la cabeza muy fuerte con esa aplastada?- pregunto algo preocupado Alfonzo, suficiente tenía con las locuras de Ferguson, si gracias a esa aplastada Marco había terminado tan mal de la cabeza como el pelirrojo no creía que el mismo podría conservar la cordura.

-Los hombres pollo no son aterradores, si fuera hombre gallo tal vez. Y no me golpee tan duro la cabeza. En lo que Fergus tiene razón es que no enfatizar tanto los malos ratos, al final estoy aquí, y pude regresar a casa- lo dijo con una sonrisa pero era más que obvio que era falsa.

Ahí Alfonzo y Ferguson guardaron silencio, ambos conocían de años a Marco, eran amigos de la infancia desde preescolar.

Marco era un chico bueno, bien portado, sincero, cuidadoso y responsable, entre otras cualidades, pero que más apreciaban era que era un buen amigo, fiel y tolerante.

Siendo sinceros con ellos mismos el trio no era popular, pero Marco tenía el suficiente potencial de resaltar un poco más que ellos y no ser un completo cero a la izquierda, era listo, pero no un completo ñoño, cuatro ojos y debilucho como Alfonzo, no era el jugador estrella de la escuela, pero se mantenía en forma y practicaba karate, y no era un nerd o chico raro con sobre peso como Ferguson.

Cuando ingresaron en la secundaria de los tres era obvio que Marco estaba ganando cierto atractivo, sino fuera por su timidez, que fuera un chico tan bien portado y responsable, que si fuera un poco más relajado y algo un poco más atrevido, pudiera a llegar a tener más popularidad que el ser conocido por todo su salón como el chico seguridad.

Si Marco fuera un chico distinto del que conocían este al darse cuenta de su potencial haría lo que la mayoría de los chicos hacían en busca de popularidad en la escuela, apartarse de aquellas amistades que le estorbarían en su escalera social y llegar a ser popular, prueba de ello era Brittney Wong y Hanna.

Era un hecho casi no conocido en la secundaria en estos días a menos que hubieras compartido preescolar con ese par, pero Brittney y Hanna habían sido las mejores amigas en aquella tierna infancia, eran unidas como mantequilla de many y mermelada en un mismo sándwich, siempre jugaban juntas a la princesa y al monstruo, obviamente Brittney siempre seria la princesa y Hanna amaba hacer el papel del monstruo custodiando a la princesa, Brittney siempre invitaba a Hanna a sus fiestas, y Hanna siempre le contaba las cosas raras que ella se iba enterando.

Luego de preescolar y llegando a la primaria las cosas cambiaron en ese par, ahí los niños se enteraron de que había estos grupos de chicos populares, y si querías ser genial debías pertenecer a este, y algunos no les importaban, pero otros les pareció la cosa más importante, entre estos niño estaba Brittney que tenía el aspecto y los medios como el dinero de sus padres para llegar a ser una chica popular, comprando cosas para estar a la moda, viéndose bien en todo momento, siendo admirada por sus compañeros y otros niños, pero había un problema para alcanzar la cúspide de popularidad, tenía que empezar a juntarse con otro tipo de niñas más interesadas en su aspecto y que es lo que estaba de moda que una niña que le gustaban las cosas raras.

De la primaria a la secundaria la relación de Brittney y Hanna se distancio tanto que era como si prácticamente jamás se hubieran conocido, ahora estaban en dos esferas sociales totalmente diferentes en la secundaria.

Marco no era como Brittney o cualquier chico o chica superficial, Marco era simplemente Marco, y no se apartaba de la gente que consideraba sus amigos, los protegía y era fiel a ellos, solo lo que pedía a cambio era que parte de esos sentimientos sinceros fueran recíprocos, podía aguantar bromas pesadas, alguna que otra discusión, pero si estabas ahí para él como él siempre estaba para ti en los momentos difíciles, entonces seria tu amigo incondicional.

Star había hecho la peor cosa que le podías hacer a Marco Díaz, literalmente traicionar su amistad abandonándolo cuando más te necesitaba, ella lo había dejado morir prácticamente.

Marco no se recuperaría tan fácilmente de ese duro golpe de un día para otro.

-Entonces… ¿realmente tienen en tu casa esa celda donde te capturaron?- pregunto Alfonzo, tratando de continuar la conversación sin tocar el tema sensible.

-Sí, de momento es la nueva mesita de café de la sala ya que es demasiado pesada para mover-

-Súper, ¿podemos ir hoy a tu casa para verla?- pregunto emocionado el pelirrojo.

-Claro, ahora es totalmente inofensiva así que no habrá problemas-

=Marco Díaz, repórtese en la oficina del director lo más pronto posible. Marco Díaz, repórtese en la oficina del director lo más pronto posible= resonó la voz de la secretaria del director en los altavoces.

-¿Creen que me estén llamando por faltar a clase?-

-Tal vez solo te llaman para cumplir otro recado del director chico responsable- bromeo Alfonzo, pero era muy probable que fuera eso.

-Preferiría que fuera lo primero, no estoy de humor para hacer mandados-

-¿Te terminaras de comer eso?- pregunto Ferguson señalando el almuerzo sin terminar de su amigo, empanadas de carne picada, se lo había preparado su madre.

Esos últimos días había sido realmente consentido por sus dos padres, preparándole sus comidas favoritas, siendo abrazado constantemente, incluso lo habían dejado a la escuela en coche cosa que habían dejado de hacer desde que empezó a utilizar el autobús escolar a mediados de primaria, no se quejaba, era agradable recibir ese tratamiento de sus padres, pero sabía que esto se debía mayormente porque aún seguían afectados por lo que le había pasado, había veces en que le tenía que repetir a su madre y a su padre que ya estaba todo bien, que estaba de regreso en casa sano y seguro para tranquilizarlos, había veces en que se lo tenía que repetir el mismo.

-Claro, cometelas-

-Nos vemos luego Marco- se despidió Alfonzo, Ferguson estaba en calidad de bestia devoradora de empanadas así que tenía la boca muy llena como para hablar correctamente.

-Nos vemos al rato chicos-

Camino hasta el edificio de las oficinas de la escuela preguntando seriamente si realmente estaba metido en problemas por faltar a clase los pasados días, bueno, había sido secuestrado, eso debería ser mucho más que justificable como razón de faltar a clases, pero no tenía idea si el director estaba enterado de esos eventos o que si sus padres se habían comunicado con este para dar justificante a sus faltas. Adiós historial de asistencia casi perfecto.

Saludo a la secretaria ganándose una sonrisa de esta, no todos los estudiantes que llegaban podían sacarle una, normalmente los que venían con el director eran los chicos problemas y siempre eran un dolor de cabeza haciendo travesuras o comportándose muy groseramente en la recepción antes de entrar a la oficina del director, pero como Marco era lo más alejado a un chico problema era muy agradable para la secretara encontrarlo en sus dominios cuando venía.

Con una seña de cabeza le indico que ya podía pasar.

-¿Me mandó llamar director?- abriendo la puerta asomo media cabeza a la oficina esperando a que el director le indicara que pasara, realmente no esperaba que estuviera acompañado y menos por quien estaba acompañado.

-Joven Díaz, justo el muchacho que buscaba. Aquí su… alteza real- señalo a la alta y resaltante figura a su lado no muy seguro de como dirigirse a alguien de la realeza, esta era una escuela pública y las personas de más alto rango que asistían eran los hijos de algunos empresarios ricos de la ciudad –quiere hablar contigo-

Marco miro sorprendido a la madre de Star frente a él, solo la había visto un par de veces, el otro día cuando vino a visitar a su familia para dar sus condolencias y algunas veces cuando pasaba por la puerta de Star cuando hablaba con sus padres a través de su espejo mágico.

Era tan diferente a Star si la comparaba con su hija, era obvio que la princesa había heredado la mayoría de los rasgos físicos de su padre, el cabello rubio y los ojos azules así como el tono de piel, mientras que la reina Butterfly tenía una piel pálida casi blanca como la nieve, junto a su inusual tono de cabello azul grisáceo como su nombre “Moon”, la hacían parecer una figura pálida sacada de la misma luna, una fría y distante luna.

A lo cual también nos llevaba a comparar también su personalidad, Star era todo sonrisas, alegre, atrevida e ingenua entre otras cosas, mientras por lo que sabía de la reina Moon era estricta, de lo que había contado Star era que su madre también era exigente tanto con el comportamiento de su hija como de su marido, tanto como para expulsar a su marido del castillo cuando se peleaban.

¿Qué rayos hacia la reina Moon Butterfly en la oficina del director? ¿Qué rayos quería ella de él?

-Uh, hola señora Bu… digo, buenas tardes reina Butterfly-

-Buenas tardes Marco Díaz, tal vez te sorprenda mi presencia en estos momentos-

-Sí, un poco-

-Vengo a solicitar tus servicios para una importante cuestión real-

-¿Disculpe? ¿Es acaso algo de Star?- no pudo evitar preguntar.

Cierta parte de él, aunque ya no consideraba a la princesa de Mewni como amiga y que aún seguía muy dolido por sus acciones, se preguntaba cómo estaba ella y se preocupó al ver a su madre delante de él, debió pasar algo muy importante para traerla aquí, o al menos eso creía.

La última vez que vio a Star le cerró la puerta de su cuarto en la cara, en la noche cuando sus padres le cuestionaron porque la princesa se había ido de la casa con una cara deprimida él les conto la verdad, que ya no la consideraba su amiga y porque era eso, como escogió la varita en lugar de su vida. Como era de esperarse sus padres estaban sorprendidos y por un momento no supieron que decir, ellas apreciaban a la chica y mucho, les costaba creer que la niña alegre y amigable hubiera sido capaz de ello, no se mostraron enojados, sino decepcionados.

Sus padres comprendieron como se sentía su hijo, uno de los principales valores que le enseñaron mientras crecía era la amistad y lealtad, así como la familia, eran cosas muy importantes en su familia, así que le dijeron a su hijo que comprendían como se sentía y le sugirieron que no guardara rencor o enojo en su corazón, estaba bien que lo sintiera de momento pero que no se aferrara a él, solo lo dañaría a la larga.

-Oh no, esto no tiene que ver exactamente con mi hija, aunque también está relacionada con estos hechos-

-¿Qué hechos?-

-El atentado contra la familia real-

-¿Atentado?-

-Es obvia que el pasado evento en el cual fuiste involucrado era un claro intento de atentar contra la familia real, mi esposo y yo hemos analizado profundamente los hechos y a pasar de que nuestra hija nos brindó toda la información que pudo aún hay muchas piezas faltantes de información. Ya que tú también resultaste involucrado e venido aquí a pedirte a que nos des información de los eventos que viviste, algo debes saber que nos ayude a encontrar al responsable-

Fría, esa era la única manera que hallaba para describir la manera en que le contaba y le pedía las cosas. Lo decía como si realmente su relación de dichos eventos no fuera que lo secuestraron y amenazaron de muerte, bueno en este punto se había convencido que ese tal Toffee no tenía realmente la intención de matarlo, solo orillar a Star a que cumpliera lo que le pedía, pero le dolía ese recuerdo ya que ahí descubrió que no era tan valioso para la princesa como amigo.

Se removió incomodo bajo la mirada fija de la reina, ¿Qué le podía decir a ella? ¿Quería seguir relacionándose con esto?

Sabía lo que Toffee había hecho estaba mal, pero desde su plática en el pantano su punto de vista no estaba a favor de ningún lado en realidad con respecto a esta riña entre monstruos y esas reinas y princesas con varita mágica.

Realmente lo que quería tomar era un tiempo para sí solo y su familia, algo le decía que su relativa tranquilidad seria perjudicada si seguía enfrente de esa reina.

Pero solo tenía que contestar algunas preguntas y decirle lo que vivió, ¿verdad?

-Pues puedo contarle lo que paso, pero no sé si sepa más de Star sobre esto- dijo sin pensar dejando que su parte cortes hablara para luego recordar su plática en el pantano con el hombre lagarto.

¿Star sabría la verdad de su historia familiar? Lo dudaba si creía que la representación de día de independencia de Mewni que hicieron en su jardín era correcta.

¿Por qué estaba nervioso? No es que él estuviera haciendo algo malo, solo le diría que fue lo que paso en su secuestro, solo la verdad.

-Estoy segura que cualquier dato que nos des será de utilidad-

-Bueno, entonces podría comenzar…-

-No, no, no. Aquí no-

-¿Si gustan les podría dar algo de privacidad en mi oficina?- ofreció el director dirigiéndose a su puerta para salir, pero un gesto con la mano de la reina le detuvo.

-No es necesario director, me llevare a Marco Díaz a un lugar más privado. ¿Y qué mejor lugar que mi propio castillo?- dijo sacando un par de tijeras dimensionales.

-¿Qué? No, disculpe reina pero no es necesario ir hasta ahí, el director ya ofreció muy amablemente su oficina para responder sus preguntas-

Entre palabras “Ya no quiero viajar entre dimensiones. No quiero ir a su castillo. Quiero permanecer en mi dimensión”

-Tonterías, mi castillo es mucho más adecuado para la clase de interrogatorio que te vamos a hacer- dijo la monarca Butterfly mientras cortaba el aire y creaba un portal a su dimensión.

Esas palabras no le tranquilizaron para nada, todo lo contrario.

¿Pues qué clase de interrogatorio era como para que lo tuvieran que trasladar al castillo de Mewni? ¿O era solo paranoia de la realeza?

-Director, ¿Director?- llamo el joven latino a la otra figura de autoridad del cuarto esperando a que dijera algo como “Los estudiantes no deben faltar a clase” “Lo siento su realeza pero no tiene autoridad aquí”

-¿Eh? Oh sí, no te preocupes Marco, yo llamare a tus padres sobre esto. Después de mi almuerzo claro está-

¡¿Enserio?! ¿Por qué los adultos que le rodeaban parecían carecer de carácter responsable?

-Vamos Marco, camina, camina- un par de empujones no muy corteses ni amables hace que el terrícola pierda el equilibrio tan poco elegantemente y cae atreves del portal.

¿Quién dijo que realeza es sinónimo de buenos modales?

Marco solo había querido estar en la escuela continuando con un día relativamente tranquilo, no esto.

Algo le decía que su día estaría lejos de estar tranquilo.

~+~+~

Se encontraba en una de sus tantas guaridas entre el sin número de dimensiones que había visitado a lo largo de su vida. Probablemente Marco ya les hubiera contado en este punto en que clase de lugar lo había llevado, los pantanos de Mewni eran singulares y si los habías visitado al menos una vez sabrías como ubicarlos, quizás sospecharían ya donde se encontraba su casa en el pantano.

No estaba enojado, Marco no le debía nada y estaba en su derecho de ver decir que fue lo que vio y no.

Solo debía ser más cuidadoso de ahora en adelante. La paciencia era una virtud que le salía muy bien.

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