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La peor traición por minima

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Notas del capitulo: Como en mi pequeña búsqueda de inspiración (muchas veces involucrando buscar fanarts o música, otros fics, libros, etc.) no encontré muchos fanarts de este par, decidí hacer unos cuantos fanarst de ellos, los pueden encontrar en Youtube con el nombre Toffee x Marco
https://www.youtube.com/watch?v=jRl3FlxiJQ8
y El pasado de Toffee:
https://www.youtube.com/watch?v=aYAhwEerNLI
~7~

~La vida es una serie de sucesos inesperados, para lo único que podríamos estar preparados es saber que nada es predecible~

No estaba preocupado, para nada preocupado, solo era curiosidad, aunque no servía de nada está molesta curiosidad que le hacía preguntarse cómo estaba el terrícola.

Se había esperado que la reina solicitara la presencia del joven Marco Diaz para sacarle información, pero ¿el calabozo?

No era quien para criticar métodos de captura y recolección de datos. Había raptado a Marco una vez, dado un susto de muerte, y roto una amistad con aquella princesa de Mewni.

Al menos él había procurado que en su estadía obligatoria estuviera cómodo, le había ofrecido un cómodo asiento y comida, aunque sus malos modales le habían quitado el privilegio de la silla acolchonada (que le aventara su bocadillo a la pared fue algo muy grosero), al menos había procurado mantenerlo en un lugar cómodo, seco, a la vista para asegurarse de su estado.

Estaba seguro que meter a un calabozo a un “aliado” era mucho más descortés que meter a un “enemigo” en una cómoda celda.

Pero esto no era cuestión de ser un buen anfitrión con los prisioneros o aliados, era el hecho que la realeza de Mewni era tan hipócrita, tan insufrible, si el árbol desde la raíz está podrido es de esperarse que todas las ramas y frutos estén igual.

Podría decir que le había sorprendido enterarse que hubiera estado en un calabozo, era el nuevo chisme jugoso que circulaba entre los diversos reinos y dimensiones, igualmente el hecho que la emperatriz de las hadas, la hermosa y temida Titania, había intervenido para sacarlo de ahí a pedido de sus pretendientes, lo cual era lo que más se comentaba (por mucho tiempo no hubo alguien que llamara la atención de esa manera a la emperatriz del imperio de las hadas, por lo que entre las dimensiones se preguntaban qué clase de personas eran los pretendientes de Titania).

Uno de los tantos datos que había recolectado gracias al tiempo que estuvo engañando a Ludo como su aliado fue que al parecer que la princesa de Mewni y compañía habían ido a visitar Hadapolis, de los rumores que había recolectado gracias a esa visita hubo un incidente con la reina de las hadas, pero nada claro.

Lo había dejado pasar pensando que no tenía mucha importancia para sus planes, pero ahora se reprimía por no saber exactamente que paso y que le faltara información.

Las hadas aunque creaturas pequeñas y de apariencia delicada podían ser unos seres de verdad temer, su magia era poderosa y comparado con su tamaño su fuerza y velocidad eran increíbles, una sola podía ser manejable, pero cuando atacaban en grandes números como un enjambre lo más inteligente era salir huyendo para salvar la integridad física y la vida.

¿Qué clase de impresión había dejado Marco Diaz a la emperatriz de las hadas como para que esta intercedido en su cautiverio? ¿Cómo se había enterado esta misma de esta misma situación?

No estaba preocupado.

Aunque si presentaba un interés actual algo molesto sobre los recientes eventos.

Había muchas dudas incomodas que rondaban por su mente gracias a todos estos imprevistos eventos. Debía hacer algo para aliviarlas.

*+*+*

Los señores Díaz regresaron al hogar una vez más con su hijo, aliviados que su hijo estaba sano y salvo con ellos y en su dimensión. (Si su hijo seguía desapareciendo de esta manera a uno de ellos le iba a dar un infarto)

Agradecieron con todo corazón a la reina/emperatriz/monarca/su excelencia Titania, incluso llegaron a tratar de ofrecerle presentes, aunque muy improvisados, no eran personas con mucho lujo, por lo que le ofrecieron cosas que pensaron o imaginaron que a un hada le pudiera gustar.

Le ofrecieron el móvil de viento del patio trasero que tenía mariposas de plástico; fruta que pensaron que en el mundo de las hadas la tomarían por exótica (muchos de la ciudad consideraban la papaya, la guayaba y el mamey muy exóticos); esferas de nieve de recuerdo de sus viajes; uno de los cactus del jardín de enfrente, entre otras cosas.

De hecho fue el cactus con el que se mostró más interesada, comentando que podía amenazar a sus súbditos con terminar pinchándolos con las espinas si llegaban a cometer alguna falta. Los Díaz simplemente sonrieron nerviosamente ante ese comentario.

Con quien más se encontró emotiva con las muestras de agradecimiento fue con Ferguson y Alfonzo, el par de adolecentes le agradecían el rescate de su amigo y siguiendo el ejemplo de los señores Díaz terminaron regalándole algo. Ferguson una botellita medio llena de crema que tenía en la mochila y Alfonzo un poco más detallista decidió esforzarse un poco más en darle algo que considero le serviría a su “prometida”, lo mejor que se le ocurrió fue regalarle su amada calculadora científica.

-Oh mis queridos, muchas gracias por sus presentes. Nos veremos pronto- termino de despedirse la emperatriz de las hadas, no sin antes darles a sus chicos un par de espejos de bolsillo que les servirían para comunicarse con ella en un servicio completamente gratuito.

Considerando lo estrictas que eran las hadas con los pagos de los servicios de comunicación de sus espejos lo que les acababa de obsequiar era un gran lujo.

Haciendo que su escolta colocara cuidadosamente los presentes de agradecimiento en el carruaje regreso a su dimensión, era una lástima no pasar más tiempo con sus queridos, pero aún seguía siendo una emperatriz muy ocupada y dejando tan repentinamente su puesto seguro se le había acumulado algunos deberes, ya vería si empezaba a organizar su agenda más adelante para llegar a pasar más tiempo con sus queridos, que tuviera que esperar hasta que cumplieran la mayoría de edad para convertirlos en sus consortes no le impedía forzosamente tiempo con ellos.

Viendo partir a la emperatriz solo quedaron los humanos en la casa.

-Me quede muy sorprendido que lograran convencer a la emperatriz de las hadas en ayudarlos- comento Marco a sus amigos, ya se la había pasado agradeciendo a sus padres, a la misma Titania y a sus amigos por venir a buscarlo.

Pasar la noche en un oscuro, frio y desolado calabozo fue una de las peores cosas que le había pasado en su vida, seguido muy de cerca de pasar todo un día con calcetines mojados y ser casi aplastado hasta morir.

-Esa chica no es capaz de escapar a mis encantos- presumió Ferguson.

-A mí lo que me sorprende es sobre emm la afición que tiene con Alfonzo y Ferguson- comento su madre.

-Luego nos tendrás que contar como conociste a esa señora, ¿o jovencita? ¿Cuántos años tiene en realidad su alteza Titania? Es difícil saber con su aspecto- Rafael se había planteado la pregunta desde hace rato.

-A una mujer nunca se le pregunta su edad querido, y dejando eso de lado, gracias al cielo y a esa reina hada que estés de vuelta a casa hijo. Aun me es difícil creer que la reina Moon te haya puesto en un… en un… no creí que era esa clase de persona cuando la conocí- Angie abrazo a su hijo con amor y con preocupación en su corazón.

Angie Díaz se enorgullecía de ser una mujer alegre y de buen juicio con respecto a las primeras impresiones que tenia de la gente, muy pocas veces se equivocaba al saber si alguien era bueno o malo, no importa que tan mal o diferente se veía en su exterior, después de tratar un tiempo con la persona podía decir de esta tenía algo de bondad en su interior.

De las pocas veces que trato con los reyes de Mewni, incluyendo la muy breve introducción por parte del director de la escuela de su hijo informándoles que tendrían a una nueva niña viviendo en su casa, la vez que el rey River se vino a pasar unos días en su hogar o cuando les pidieron ayuda para rescatar a Marco, se dio cuenta que eran gente algo seria, especialmente la reina Moon, pero no sintió algo malo en ellos, quizás podía decir que la reina era algo fría, pero de eso a ser alguien a meter a su hijo a un calabozo para interrogarlo como un vil criminal, no se lo espero.

Definitivamente no quería que esa mujer se acercara de nuevo a su hijo o a su familia si era posible.

-A mi también me sorprendió. Me pidió que le contara que es lo que había pasado cuando me secuestro Toffee, y lo hice, pero luego se volvió más exigente, y entonces cuando le conté las cosas que me dijo, al parecer no le gusto-

-¿Pues qué te dijo ese villano?-

-Cuando su plan fallo e hiso estallar el castillo escapo y me llevo con él. No dijo mucho pero hubo algo que me sorprendio, me aclaro un poco que era lo que lo motivaba para hacer lo que hiso-

-No hay nada que justifica hacer actos malvados hijo-
-Lo se mamá, pero me ayudo a comprender porque actuó así. No es como Ludo que quería la varita para volverse el nuevo rey de Mewni o algo así, es una clase diferente de villano, de persona. Me conto que los antepasados de la familia Butterfly no llegaron a Mewni a colonizarla como una tierra virgen y libre, llegaron a una tierra que ya tenía su propio pueblo, su propia gente, y se la robaron, y quien se oponía lo acababan. Perdió a toda su familia por ello-

Un silencio se instaló en la sala cuando Marco termino de hablar, incluso Ferguson supo que debía quedarse callado y no soltar uno de sus comentarios tontos.

Los señores Diaz jamás alentarían actos malvados, pero como su hijo, podían entender la motivación de las personas.

Ferguson, Marco y Alfonzo que se vieron involucrados casi obligados por Star para participar en la representación de su día de “mewnidependencia” podían decir cómo se sintieron los monstruos ese día, aun siendo una representación se sintieron muy indefensos cuando hicieron el papel de monstruo o un brabucón con demasiada ventaja si hicieron el papel de soldados de Mewni.

-Aun así, la sra. Moon no tenía derecho de dejarte en un calabozo por contarle algo de historia- dijo Rafael negando con la cabeza.

-Lo que pasa papá es que esa versión es al parecer algo que casi nadie conoce, o al menos eso parece-

-Es cierto, la historia que nos contó Star sobre la colonización de Mewni era muy diferente- corroboro Alfonzo.

-Así que la señora esa solo se enojó por decirle algo que no quería escuchar, como mi mamá cuando va al doctor y le dice que no coma pan, y ella ama el pan- Ferguson veía las cosas de manera simple.

-Creo que la sra. Moon fue muy extremista, injusta, muy…-

-¿Mala?-

-Exacto hijo. No me gusta etiquetar a la gente con esa palabra pero su comportamiento dejo mucho que desear, sino fuera por tus amigos quien sabe hasta cuándo te hubiéramos visto de nuevo-

-Lo se. ¿Ya les he dicho gracias chico?-

-Como una docena de veces Marco-

-Pero si quieres dar más agradecimientos, mejor invítanos algo de comer-

-Es verdad, ¿Tienes hambre hijo?-

-En realidad mucha mamá- Marco no había comido nada desde que la reina Butterfy lo fue a buscar.

Mientras los señores Diaz preparaban rápidamente algo de comer afuera alguien observaba. No era la cosa más sofisticada y ciertamente no era lo más sabio, bien hubiera sido mejor optar utilizar otro método de espionaje más seguro como enviar alguna cámara, pero no, en un acto muy impropio de él había decidido ir en persona a investigar qué era lo que pasaba y a plena luz de día.

Tal vez se le había pegado algo de estupidez al tratar tanto tiempo con ese patético de Ludo, era una idea horrorosa para pensar.

Ya luego analizaría eso, al menos no había sido una pérdida de tiempo.

Se había enterado que la emperatriz de las hadas tenia cierto afecto a los amigos de Marco Diaz, tanto como hacerles el favor de ir a buscar a su amigo y plantarle cara a la reina Butterfly, que dichosa reina no aguantaba escuchar la verdad tanto como para alterarla, y que Marco estaba de regreso en su casa con su familia, sano y salvo.

Aunque lo negara en su interior se aliviaba por eso, y solo tal vez si se encontró solo un poco preocupado por saber que el humano había sido cautivo por la monarca de Mewni.

*+*+*

Desde muy pequeña a Star se le facilito hacer lo que ella quisiera, aunque muchas veces la llegaba a meter en problema enojando a sus padres y llegaba a crear uno que otro desastre. Pero siendo sinceros jamás se preocupó mucho por ello.

Tener un título de princesa te salvaba de muchos problemas, la mayoría de las cosas que hacia no consideraba que fueran malas, y muchas de sus travesuras terminaban con un severo sermón de sus padres, una que otra amenaza de enviarla al colegio Santa Olga, y una mirada de desaprobación de su madre, nada a lo que no estuviera acostumbrada.

Descuidada, impulsiva, irrazonable, imprudente, etc. Eran adjetivos que sus padres y varios nobles de la corte de Mewni la llegaron a calificar, pero eso jamás la dejo desanimar.

Pero ahora tenía una desagradable e incómoda sensación en su pecho, una que no había sentido en mucho tiempo, no recordaba que la hubiera sentido con esta intensidad tampoco, y la única forma en la que podía etiquetarlo era como la preocupación del “¿Qué es lo que pensarán de mí?”

Y no era por sus padres, ni siquiera por aquellos estirados de la corte, o los humildes súbditos de su pueblo, sino por aquella amable y simpática familia que la acogió en la tierra, los señores Díaz.

Apenas estaba procesando que había arruinado una de sus mejores amistades en su vida con Marco, y ahora sin haber hecho nada los señores Díaz seguramente ahora no estarían muy contentos por lo que su madre hiso. Quizás incluso ya podía imaginar que odiaban a su familia.

¿Por qué pasaba esto? ¡¿Por qué?!

Eran los peores días de su vida.

No tenía idea de que podía hacer para arreglar todo esto. No podía simplemente girar una barita y arreglar mágicamente todo… ¿o sí?... no, no realmente, hay cosas que aunque tengas magia no podías arreglar.

Además no se sabía ningún hechizó capaz de lograr ese objetivo. Con su suerte acabaría arruinándolo todo aún más.

En estos momentos realmente extrañaba los consejos de Marco o a Ponyhead tratando de animarla.

Y quería saber exactamente que estuvo pasando cuando estuvo en su cuarto pero no estaba del suficiente humor para preguntarle o ver a la cara a su madre. De todos los lugares, de todos los métodos, tuvo que meter a Marco a un calabozo, y bueno, ese lugar no era muy divertido o cómodo o higiénico, no creía que el castaño hubiera estado muy feliz de estar ahí.

Si, seguro los señores no estarían muy felices por ello.

Las cosas que iban yendo de mal en peor iban aumentando.

Y lo que le esperaba en un futuro tampoco lo tomaría muy bien.

*+*+*

Habían pasado un par de días ya cuando Marco regreso de Mewni, después de sufrir prácticamente dos secuestros en menos de una semana Angie y Rafael Díaz estaban en modo padres sobre protectores. Ahora sumado a dejarlo a la secundario o a sus clases de karate personalmente ahora lo llamaban en cada receso, hora del almuerzo y en la hora de la salida para saber dónde exactamente estaban.

Marco amaba a sus padres y comprendía por que hacían todo aquello, pero ya le parecía un poco exagerado que le llamaran tan seguido. Incluso para el que era el chico seguridad de toda la escuela, pero luego también pensaba que más vale prevenir que lamentar.

Pero eso no era lo malo en esos días, las personas seguían preguntando por Star.

Star desde que llego a la escuela fue muy llamativa, alegre y hasta estrafalaria. No era odiosa como otras chicas y su rareza no era repelente, por lo que volverse popular en su salón y parte de la secundaria no fue difícil.

Solo escuchar su nombre lo hacía ponerse serio, callado, casi de mal humor.

Y quizás podría optar por contar todo lo que ella hiso, lo que realmente era capaz de hacer por sus “amigos” como él, para que supieran lo tan buena amiga podía ser Butterfly, pero no era esa clase de persona.

No valía la pena.

Así que cada vez que preguntaban les decía una y otra vez que había regresado a su hogar por ciertos asuntos, y si preguntaban cuando iba a volver simplemente decía un “no lo sé”.

Parecían tan lejanos aquellos días en que se la pasaba riendo o tratando de explicarle a Star como funcionaban las cosas en la tierra. Estaba enojado con ella, aun lo estaba, al igual que decepcionado y dolorido, y lo que lo ponía a veces de mal humor cuando se ponía a pensar en ella es que sabía que cierta parte de él la extrañaba.

Ahora que el suceso se había enfriado un poco se la paso pensado mucho y se volvió consiente de esa pequeña parte que le extrañaba.

A la amiga ingenua sobre mucho temas, a la chica aun casi niña en algunos aspectos que podía ser femenina y tan ruda como un motociclista sin perder sus sonrisas, a la que le trajo emoción a su vida junto a varios dolores de cabeza.

No es tan sencillo olvidar a un amigo, aun cuando este te haya hecho daño o traicionado.

Las cosas pudieran haber sido diferentes con tan solo una decisión.

Pero el pasado no puede cambiarse, además era muy consiente lo peligroso que podía ser con meterse con el tiempo como para desear ir al pasado para cambiar las cosas.

¿Qué hacer de ahora en adelante? Por el momento seguir con su vida, agradecer por estar vivo, y aprender a vivir con una amiga menos.

Y mientras Marco Díaz procesaba las revelaciones que vienen con la madurez, otra persona se empezaba a preocupar por su propio comportamiento.

Podía decirse así mismo que esto era solo un paso más de recolección de información, pero sabía que ya Marco Díaz no podía ofrecerle más información necesaria para sus planes, lo cual en términos prácticos lo que estaba haciendo era una pérdida de tiempo.

El chico ya estaba bien, parecía sano, la interacción con su entorno parecía normal. La princesa Butterfly ya no estaba a su lado y la reina no volvió aparecer para sacarle más información, y aun así escondido se encontraba observándolo a lo lejos.

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