Mihael Keehl no parecia una persona paciente, todo lo contrario: tenia un genio horrible, explotaba demasiado rapido cuando las cosas no salen como los planea, y es un mujeriego, ademas de ser un idiota.
Llevaba al menos tres a casi cuatro semanas observandolo y analizandolo, tratando de aprenderse sus rutinas, horarios, salidas, su grupo de amigos; resumiendolo, quería saber su vida completa. Y no podria llamarse a sí mismo un acosador, era parte de su trabajo despues de todo; ademas de que despues de tantas veces ser llamado así por personas desconocidas se volvia algo rutinario.
Por el rabillo del ojo observo a Mihael con su pandilla de amigos, acercandose al centro comercial que estaba a un lado del callejon en donde se ocultaba.
Su grupo entró, pero el rubio no les siguio. Uno de ellos se giró para mirarlo extrañado.
-Mello, ¿vienes o no?
-No. Tengo cosas que hacer. Los veo luego.
''Curioso, uh, esta cambiando su rutina'' pensó, fumando un cigarro.
Mihael pasó a un lado suyo cuando se despidió de sus amigos, golpeando su hombro en el proceso y tirando su cigarro al suelo. Y tal como se esperaba, el rubio no se molestó en disculparse o en si quiera darle un mirada.
Chasqueó la lengua, algo fastidiado, y rodó los ojos; tuvo que morderse el labio inferior para no gritarle alguna groseria. De la nada, el celular en su bolsillo comenzo a vibrar dandole un pequeño susto.
Mientras sacaba su celular de su bolsillo, emprendio camino para perseguir al rubio, quien se escabullia entre la multitud de personas.
-¿Que pasa? - contestó, esquivando personas.
-Lo sabe - fue lo primero que le respondieron.- Lo sabe todo. Agiliza las cosas y termina el trabajo antes de que la informacion se difunda.
-En eso estoy, Light.
La llamada terminó con una ultima advertencia de parte de su jefe.
Mihael giró en un esquina, él le siguio de cerca. La calle ya no estaba tan pesada como la anterior, lo cual le preocupaba porque sería aun mucho más faci notar que le estaba siguiendo. El niño rubio sabia todo, no sabia exactamente si sabia todo el plan, pero al menos parecia saber que estaba siendo seguido por alguien.
Apresuro un poco mas el paso, viendo que el rubio caminaba aun mas rapido. Y a medida que ambos avanzaban, las personas desaparecian a su alrededor.
Mihael camino en direccion a un parque.
''Perfecto, así será mas facil atraparlo'', pensó con sarcasmo.
No era un parque demasiado grande, pero si con demasiados arboles y diferentes caminos que tomar para su gusto. Si él no llegaba a alcanzarlo, entonces perderia su oportunidad, y Light le sacaría la mierda y luego lo despediria por tan horrendo trabajo.
Que detestable.
Su celular volvio a vibrar en cuanto llegó a la entrada del bosque.
-¿Qué quieres?, estoy trabajando - contestó en voz baja, mirando a su alrededor. Mihael parecía haberse perdido entre los arboles.
-Escuchame con atencion, Jeevas, ese niño rico no es tan estupido como pensamos - respondió Light desde el otro lado de la linea.
-Ya lo noté, sabe escabullirse muy bien.
Tomó el camino a la derecha, no muy seguro de su decision.
-Ugh, realmente es un dolor en el trasero - comentó.
-¿El qué?, ¿El no poder encontrarlo o tu incopetencia? - preguntó su jefe, notablemente irritado.
-Este trabajo lo llevo haciendo por mas de cuatro años, asi que incopetente no soy - replicó, frunciendo el ceño. - Mira, lo estoy siguiendo. Te llamo a penas lo tenga.
-Espero que esta vez sea de verdad o sino considerate despedido – y la linea se cortó.
-Estupido...-murmuró.
Volvió a guardar el celular en su bolsilo, y de paso, para sacar su frustracción, pateo una lata que estaba cerca de él.
-Entonces es cierto - escuchó una voz detrás suyo.
Para cuando volteó a revisar, su mundo se volvió de negro, al igual que un ojo suyo.
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En cuanto Light termino la llamada, golpeo su puño contra su escritorio, ganandose la mirada de sus compañeros quienes le miraron extrañados.
Todos se mantuvieron ahí, mirandolo, y Light ocultando la mirada tras su flequillo castaño.
Ryuzaki, uno de sus tantos compañeros, pero amigo cercano, giró en su silla para enfrentarlo. Tenía una mirada aburrida y grandes ojeras debajo de sus ojos, llevaba dentro de su boca un caramelo de chocolate que golpeaba sus dientes de vez en cuando, creando un sonido hueco que llenaba la silenciosa habitacion.
-...Light.
-¿Que quieres?
-Es el mejor, y lo sabes - comentó Ryuzaki, intentando encontrar su mirada.
-¡Yo lo sé, demonios! - gritó, furioso.
-¿Entonces?, ¿que es lo que tanto te molesta ahora?
-Nada. Es solo que Matt es demasiado imbecil cuando no toma en serio su trabajo – respondio con un suspiro.
Ryuzaki levantó una ceja, pero dejo las preguntas para alivio de Light.
-Como sea, - continuo el castaño- regresen al trabajo. Tú, -señalo a un joven, quien inmediatamente se sento derecho en su asiento y le observo con miedo- investiga los ultimos lugares en donde los padres de Mihael Keehl han estado. Necesitamos saber si se tomaran mas tiempo antes de regresar a la ciudad para terminar el plan.
-¡En proceso!
-Tú, -señalo a otro tipo – necesitamos saber si han instalado mas equipos de vigilancia en la mansión de los Keelh, y a cuantos de seguridad han contratado. Ahora que el niño lo sabe todo, seguramente ha de estar aun más precavido.
-¡A la orden!
-Y tú, traeme una aspirina. -terminó indicando, sentandose en su escritorio. El joven salio corriendo para conseguir lo pedido.
-Estas mas mandón que otros días - dijo Ryuzaki, con la sombra de una sonrisa. Light gruño.
-Callaté y sigue haciendo tu trabajo.
Un sonido se escuchó, un pequeño pitido, señalando que habia recibido un e-mail. Era el de Matt. Ryuzaki inmediatamente rodó su silla hasta posicionarse a un lado suyo para revisar el mensaje, casi entrando en su burbuja de espacio personal.
''Maldito sea él y su gusto de apegarse tanto a mi'' , pensó el castaño, sintiendo su cara caliente.
Cuando abrio el mensaje, lo que encontró no fue lo que esperaba.
-¿Qué mierda es esto?
Lo que salia en toda la pantalla era una fotografia tomada hace poco. Estaba Matt, parecia atado de manos y pies con cuerdas, quien era cargado por un tipo con tamaño de gorila. Y, como no se lo esperaba, Mihael Keehl tomaba la foto, sonriendo abiertamente a la camara y sacandole el dedo medio.
-Uh, creo que la generación de ahora le llaman ''la sefie'', Light.
-¡Se lo que es una selfie, demonios, lo que no se es porque mi supuesto buen investigador esta atado de pies a cabeza y siendo cargado por ese.. Ese tipo!
-Lo atraparon.
-Ryuzaki deja de decir lo obvio y sal de aqui.
El pelinegro se encogio de hombros y paso de largo las palabras de Light, volviendo la mirada a la pantalla.
-¿Que vamos a hacer ahora? - preguntó el pelinegro, curioso.
-Esperaremos hasta que Matt pueda comunicarse con nosotros, o hasta que el niño decida hablar con nosotros. Y simplemente esperare a que Matt no suelte nada. Mihael Keehl tiene suficiente informacion por ahora.