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El chico en el armario. por LifeColors

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Notas del fanfic:

Esta historia originalmente sería un one shot, pero decidí mejor hacerlo un fic corto :3 espero que les guste.

 

Los personajes de Kuroko No Basket no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki.

Un pequeño moreno corría a toda velocidad a su habitación, sus ojos estaban llorosos debido a una reciente discusión con su madre. Siempre era lo mismo, el moreno pedía algún capricho costoso que en dos semanas estaría arrumbado con el resto de sus juguetes, su madre decía "No" y él como todo buen berrinchudo corría a encerrarse a su cuarto a la espera de que el corazón de pollo de mamá ganara la batalla y le dijera que al día siguiente irían por el dichoso juguete.

 

Azotó la puerta de su habitación para dejar en claro lo molesto que estaba. Sin embargo esta vez estaba realmente dolido por las palabras de mamá, le había dicho que era un egoísta que solo pensaba en sí mismo, por supuesto él no podía tolerar aquello así que decidió esconderse de ella, oh sí, le daría un buen susto.

 

Miro a su alrededor y fijo su vista en un closet pequeño, era antiguo y había estado ahí mucho antes de que Daiki y su familia se mudaran a ese lugar. Hace un par de años ese viejo mueble le daba miedo pero había "madurado" y era lo suficientemente valiente como para esconderse en el, mamá jamas lo buscaría ahí.

 

Abrió la puerta en silencio y se introdujo en el oscuro lugar, obviamente llevaba su confiable linterna con decorado de balones de baloncesto, la encendió y cerro la puerta lentamente para finalmente suspirar y aguardar, presentía que la espera sería aburrida pero valdría la pena si con eso podría darle una lección a su madre.

 

-¿Por qué te escondes?- escucho que alguien le preguntaba y pegó un brinco poniendose pálido al instante.

 

-¿Ah? ¡A ti qué te importa!- miro con furia al chico frente a él y puso una mano en su pecho tratando de calmar los fuertes latidos de su corazón -Además... ¿¡qué rayos haces tu en mi cuarto y quién demonios eres!?- interrogo alzando una ceja, ¿por qué había un niño en el armario?

 

-¿Tu cuarto?- el pequeño intruso fruncio el ceño confundido y ladeo un poco su cabeza -mmm... soy Kise Ryota, es un placer- le sonrió y le extendió su mano a manera de saludo.

 

Aomine miró la mano con desconfianza, fuera quién fuera no aceptaría extraños en su habitación, ese lugar era su refugio y de nadie más.

 

-Escucha bien Kise, no me importa quién seas, debes irte de aquí.- tomó la mano del chico para sacarlo de su casa, o eso pretendía... hasta que la atravesó como si fuera un holograma.

 

El rubio se burlo por la expresión tan divertida que había puesto el moreno, incluso un parpado le temblaba del asombro.

 

-Jajaja deberías ver tu cara...- Kise colocó sus manos sobre su boca -... y bien ¿cuál era tu nombre?- le preguntó con una linda sonrisa.

 

-A-Aomine Daiki...- susurro el peliazul aun un poco en shock.

 

No podía dejarse llevar por el pánico, alguna respuesta lógica debía encontrar. Kise no podía ser alguna clase de fantasma... era demasiado lindo y nada aterrador para ser un fantasma, dios, si tenía la sonrisa más perfecta que hubiera visto jamás. Debía ser...

 

-¿E-eres imaginario...?- preguntó incrédulo.

 

Había escuchado que muchos compañeros de su salón tenían amigos imaginarios lo cual le parecía completamente estúpido. Es decir, para qué tener un amigo falso, invisible... ¿no era mucho mejor tener amigos reales? esos de carne y hueso con los que te podías divertir en grande...

 

-¿Cómo que imaginario? ¿Te refieres a producto de tu mente?- le preguntó.

 

Aomine asintió en silencio.

 

-Mmm... la verdad no lo sé, yo solo estaba escondido aquí y tu llegaste de la nada llorando, ¿estás bien?- le pregunto mientras limpiaba los restos de lagrimas de sus mejillas con sus manos frias, curiosamente podía sentir su temperatura.

 

Aomine se aparto pegando su cabeza a una de las paredes del armario -Yo no estaba llorando tonto.-

 

En eso se escucharon pasos acercarse a la puerta de la habitación -¿Daiki estás ahí?- la mujer entro y busco con la mirada a su pequeño berrinchudo -Amor de verdad siento lo que te dije...- susurro aflijida sentándose en la cama de su hijo.

 

-Deberías salir- le susurro Kise mirando a la madre del moreno por la pequeña abertura entre ambas puertas del mueble -de verdad se ve arrepentida- dijo con una pequeña sonrisa nostalgica.

 

Por su parte Aomine evitaba mirar y trataba de mantener en su rostro una expresión de indiferencia. Kise lo miro con un puchero y le sonrió travieso antes de dar un fuerte golpe en la pared del armario.

 

-¿¡Que haces!? ¡guarda silencio!- susurro molesto Aomine, pero ya era tarde, su madre se había levantado de la cama y se había acercado al armario abriendo la puerta de golpe.

 

-¡Daiki!- la mujer sonrio aliviada y abrazo con fuerza a su único hijo buscando su perdón, si bien quería que Aomine entendiera las cosas nunca fue su intención lastimarlo.

 

-M-Mamá me asfixias...- susurro sonrojado, en realidad ya se esperaba él abrazo lleno de amor de su madre pero jamás imagino que un idiota lo estaría observando con una sonrisa de bobo antes de desaparcer. _Que raro..._ pensó.

 

-¿Qué haces en este lugar cariño? pensé que te daba miedo- dijo mientras lo depositaba en la cama sonriendo.

 

-Eso fue hace mucho mamá, ya no soy un bebe- hablo mirandola con el ceño fruncido de manera ruda, aunque a los ojos de su madre eso solo lo hacía ver más adorable.

 

-Tranquilo cielo, pronto cumpliras 9 años, trata de disfrutar lo que te queda de infancia ya que es algo que nunca volverá- le sonrió y deposito un cariñoso beso en la frente de su hijo provocando otro sonrojo en el moreno -Ya duermete- dijo antes de levantarse, cerrar el armario y marcharse.

 

Aomine por su parte se enterro en sus cobijas sin dejar de mirar fijamente el viejo mueble ¿Kise seguiría ahí?

Notas finales:

Bien, espero sus reviews para saber que les pareció; dudas, quejas, sugerencias, todo se acepta :3

¿Ustedes por qué creen que Kise esta ahí?

Nos vemos!


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