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I Wouldn't Mind por lenkautatane27

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Notas del capitulo:

Demasiado triste para que permaneciera en mi cuerpo.

Alegremente nos quedamos fuera de línea
Fuera de línea
Me quedaba en cualquier parte contigo
Yo estoy a tu lado
sacudiendo bajo la lluvia
tarareando melodías
Nosotros no iremos a ninguna parte hasta que nos congelemos.

 

Las luces del sol entraban por su ventana, dándole ese cálido color miel a la habitación tan monótona. Un perro en su jaula miro a su dueño con la mirada triste, lo mismo cada día.

El chico se revolvió en sus sabanas, dándole la señal de que un nuevo día había comenzado… Largo las telas hacia atrás y se sentó, mirando al día dar todo su esplendor tan bellamente. Lástima que ya no podría disfrutarlo como antes por más que quisiera y deseara.

Se decidió por levantarse y camino hacia el baño, arrastrando su pantalón tan largo y suelto por el suelo.

 

Miro sus leves ojeras en el espejo, su cabello negro revuelto y se dio cuenta de que su piel se había vuelto más pálida que antes. Solo suspiro y se lavó la cara.

Vivir solo era… doloroso.

 

Antes de cambiarse, quiso ver una vez más algo. Camino hacia la litera y encontró su anillo plateado junto a un portarretrato.

“Si tan solo…”

Lo tomo y se lo coloco en su dedo como lo hacía siempre, mirándolo y recordando con claridad ese hermoso día, tan especial. Dejo que una lágrima se le escapara y por eso, se sacó el anillo cuidadosamente.

Beso la fotografía con anhelo y trato de sonreír como cada mañana, eso es lo que él hubiera querido.


Yo no tengo miedo
Yo no tengo miedo.
Por siempre es mucho tiempo.
Pero no me importaría pasarlo a tu lado.

 

-¡Te hare volar hasta los cielos Akaashi!- El energético chico sonrió con dulzura y beso la mejilla del pelinegro, que esperaba sentado en la hamaca ser empujado. Sonreía igual de feliz.

-Lo hare contigo, Bokuto-san.- Entre risas y risas, el mayor empujaba a Akaashi hacia el cielo, este reía como nunca lo hacía. Solo con ese loco podía hacerlo, podía ser el mismo. No necesitaba fingir ni ser frio, él lograba pasar cualquier barrera que pudiera poner.

Agradecía que Bokuto estuviera a su lado, lo amaba demasiado.

 

Cuando estuvo casi cerca del suelo, salto y cayo de pie para correr hacia el pasto, seguido de Bokuto.

 

Con cuidado, vamos a poner de nuestro destino
Tú viniste y tomaste este corazón
Y lo pusiste en libertad.

 

Con el cepillo en mano peino su cabello, recordando el dulce tacto de Bokuto por sus hebras. Sonrió a la nada.

Mirando al espejo, se auto compadeció.

 

La camisa negra que llevaba puesta ya estaba lista, igualmente la acomodo. Tomo el bolso que estaba en su cama y se lo puso en al hombro al mismo tiempo que sus zapatos, que yacían inertes en la alfombra de búhos.

 

Bajo las escaleras con el rostro triste, sin haberlo notado. Se detuvo cuando vio otra fotografía de él y Bokuto abrazados después de ganar de un partido de vóley en la preparatoria. Los dos, tan unidos como siempre.

Sonrió levemente  y beso con suavidad el anillo en su dedo, dejándolo frente a la fotografía.

 

Cada palabra que escribes y cantas es tan caliente para mí.
Tan caliente para mí.
Estoy destrozada, estoy rota
Para estar bien dónde estás.

 

Kōtarō extendió la tela sobre el césped, intento hacer que quede lisa y sin ningún pliegue, pero no lo logró exactamente como quería… en realidad, lo había empeorado.

-Siéntate aquí, mi princesa.- Akaashi rio cuando su novio hizo como si fuera un príncipe, tomándole la mano y guiándolo. Era tan tierno siempre.

Sin importarle las arrugas del mantel, se sentó y le hizo señas al búho humano para que lo imitara.

 

 

-Y es por esa razón que pienso que eres el mejor novio de todo el mundo.- La explicación larga y casi infinita de Bokuto hizo que Akaashi no dejara de sonreír. Sonrojado y tocado por los sentimientos tiernos, volteo un poco y el mayor aprovecho para darle un beso en su mejilla con mucha dulzura. Se tiro a sus piernas y disfruto la vista de su rostro desde abajo, tan hermoso como siempre le había parecido.

Extendió su brazo y acaricio su mejilla suavemente, mientras Akaashi disfrutaba el tan cálido tacto de su persona amada.

 

Al estar en una colina, tenía una bajada irregular. Bokuto rio y se largó colina abajo, rodando como si fuera una oruga.

Akaashi se espantó cuando el mayor no reaccionaba, y estaba boca abajo. Rápidamente corrió hacia él y era una broma, Bokuto sonreía.

Tenía una cajita negra en sus manos, especialmente para su novio. La abrió frente a su rostro y el menor no podía creerlo; un anillo plateado decorado bellamente con relieves… un anillo de compromiso.

-Bokuto-san…- Keiji no pudo reprimir su emoción y se abalanzo para abrazarlo con toda su fuerza. Había estado esperando este día toda su vida, estar entrelazado con una persona…

Bokuto lo acurruco entre sus fuertes brazos mientras Akaashi sollozaba muy feliz- ¡Dime que aceptas por favor!- Obviamente, Bokuto no captaba.

-¡Claro que acepto, tonto!- Keiji levanto su mirada, con lágrimas pero una sonrisa de felicidad pintada en su rostro. Lo tomo de las mejillas y unieron nuevamente su amor con un beso en los labios; dulce, pacífico y lleno de emociones hermosas.

Un día que realmente no olvidaría.

 

Yo no tengo miedo.

Yo no tengo miedo.

Por siempre es mucho tiempo.

Pero no me importaría pasarlo a tu lado.

 

Dime todos los días

Tengo que despertarme por esa sonrisa.

No me importaría en absoluto.

No me importaría en absoluto.

 

El anillo necesitaba a su dueño, y Akaashi lo entendió. Colocándolo nuevamente en su dedo, miro hacia el cielo infinito y sonrió… Es lo que Bokuto hubiera querido que hiciera siempre, que sonría.

Suspiro y tomo el paraguas al lado de la puerta, saliendo por ella y mirando por última vez la casa que solían compartir juntos.

 

Es así que me conoces.

Apriétame suavemente.

Casi no puedo respirar.

 

Había llegado al lugar. Las flores en su mano estaban frescas, las había comprado hoy. Se agacho frente a la lápida y no pudo evitar que una lagrima cayera al leer el nombre; por más que el tiempo hubiera pasado, seguía pasando y sintiendo lo mismo que antes.

Dejo el ramo en el jarrón al lado de la tumba y las acomodo para que quedaran bien, el aroma tan tierno y dulce era reconfortante y maravilloso.

-Te lo dije, “por siempre” es mucho tiempo, Bokuto-san…- los sollozos se hicieron más fuertes- Pero, no me molestaría seguir sonriendo, s-solo por ti…-

 

Por siempre es un largo, largo tiempo.

Pero no me importaría pasarlo a tu lado.

Dime

Todos los días tengo que despertarme por esa sonrisa.

No me importaría en absoluto

No me importaría en absoluto.

 

Mientras la lluvia caía, los dos tarareaban su canción favorita, refugiados bajo el paraguas-Hey, Akaashi… ¿Me cocinarías Yaniniku hoy?- su mano se apretó en torno a la cintura del pelinegro, juntándolo más a su lado.

-Claro que si, Bokuto-san. Te amo-.


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