Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Natural Red por sindae

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Lenguaje vulgar

Violencia

Un poo de gore :3

Mpreg

Notas del capitulo:

Es mi primer Omegaverse XD

Y luego de años que escribo un fic

Así que...

Bajo su propia responsabilidad

:3

 

Cuando Mello despertó, no le tomó atención a las femeninas piernas, al desorden de la habitación o a las bragas sueltas sobre la cama.
Estaba acostumbrado a esto.
Como alfa veinteañero, parte de su instinto era el acostarse con un sinfín de betas y omegas sin importar que pasaba mañana.
Su vida se basaba en fiestas, sexo y alcohol.
Pero agradeció que al menos hoy amaneció en su cama, y no en alguna vieja y sucia habitación de hotel barato. Al menos así podía ducharse antes de salir a la universidad.
Había estado llegando tarde todo el mes, la mayoría de veces con resaca e incluso había llevado a presentarse medio ebrio.
Por lo que su querido tutor lo había notificado.
Eso no lo preocuparía, sino fuera porque ya era la quinta vez, y según palabras expresas del director, sólo tenía una oportunidad más.
Mello lo habría mandado al diablo hace sólo un par de meses, cuando sus padres se hacían cargo y procuraban limpiar su apellido. Pero ahora, tenía que tomar en serio cualquier advertencia.
Sus padres, hartos de su rebelde hijo, habían decidido viajar a Australia para un especie de segunda luna de miel.
Menuda excusa que pusieron para ya no hacerse cargo del rector del instituto y sus constantes quejas.
Y por más que Mello quisiera seguir ignorando al viejo, amaba su carrera casi tanto como amaba el sexo.
Además que si pretendía graduarse y entrar al FBI, tendría que hacerlo con honores.
Después de todo, era un Keelh. Una familia de fuertes alfas y codiciados omegas, que tenían en común sobresalir en alguna cosa. Eran una familia rica y de buen apellido, pero eso no significaba que siguieran conservando esos viejos prejuicios de hace más de 100 años.
Así que si ahora no quería que lo desheredarán por culpa del viejo rector, era mejor apresurarse.
Por lo que decidió apresurase a darse una rápida ducha.
Al salir, ya vestido con su habitual chaqueta negra y un par de jeans limpios del armario, le tomó algo a de atención a la bonita chica que dormía sobre su cama.
Era una omega, sin duda, su dulce y delicado aroma la delataba, sin embargo Mello podría jurar que no la recordaba.
De hecho no recordaba mucho, apenas que había entrado a un burdel.
Pero Mello no tenía tiempo para tonterías como dejarle una nota para que ella siguise durmiendo.
Así que sin rodeos la sacudió levemente del hombro.
-Hey…-dijo mientras hacia un vano esfuerzo por recordar algún nombre- ¿Rose?- dijo sin mucho convencimiento.
-Casi- murmuró la chica mientras se levantaba perezosamente.
-Escucha, voy tarde así que necesito que te vayas- dijo el rubio mientras sonreía de lado mirando el desnudo cuerpo de la castaña.
-Ya entendí- dijo la chica mientras rodaba los ojos y se vestía.
Mello sólo sonrió maliciosamente, más se alejó para preparar su mochia, pues ya eran las 7, y necesitabs llegar a las 8.
-Bonito revólver por cierto- dijo la chica ya enfundada en un provocativo vestido rojo, mientras se acercaba peligrosamente a Mello.
Él dedujo que trabajaba en el bar, y ni precisamente como mesera.
-Supongo que te gusto lo de ayer- dijo la castaña mientras lo abrazaba por la espalda.
Mello se quedó rígido. Si había algo que odiaba, era precisamente lo que la omega estaba empezando.
Intentar ligar.
-Escucha no recuerdo nada de anoche, ni siquiera tu nombre, y probablemente nunca lo haga, así que hasta nunca- espetó Mello mientras se liberaba bruscamente del agarre.
La castaña parecía furiosas, más poco o nada le importó al rubio, quien estaba más ocupado buscando una maldita barra de chocolate en la alacena, habría jurado que había comprado la semana pasada.
Y cuando al fin encontró una ya eran las 7:27, por lo que tomando su bolso y su casco se encaminó hacia la cochera del edificio.
Sin embargo, parecía que ese día todos estaban confabulados para que llegase tarde pues, el ascensor estaba descompuesto. Un gran problema, sobretodo cuando vivías en el piso 20.
Así que furioso, no tuvo otra opción que usar las escaleras…
Y cuando al fin llegó a su preciada moto, esta tampoco parecía querer ayudarlo hoy.
-Vamos bonita- rogó Mello mientras volvía a intentar arrancar, pero ella no daba señales de vida.
-Mierda- gritó al ver su reloj.
Las 7:38.
Desesperado palpando sus bolsillos para encontrar algún billete para poder tomar algún maldito taxi hacia la universidad.
Pero nada, y dudaba que los taxistas aceptarán tarjetas de crédito o cheques.
-El tren- murmuró Mello mientras salía corriendo del lugar hacia la estación, que para suerte suya quedaba cerca.
Al llegar agradeció al cielo que estaba a tiempo para subir.
Hasta que descubrió que toda la universidad estaba allí.
Decenas de personas apiñadas entre ellas no era justo la imagen que recordaba del tren.
Tal vez era porque fue hace años que subió a uno.
Aún así logró encontrar un lugar entre tantos cuerpos apiñados.
Estaba a sólo cuatro estaciones de su destino, y rogaba que algunos bajasen en al próxima.
Y gracias al cielo su deseo se cumplió, pues un gran grupo de personas bajaron, dejando un gran vacío.
Algo que Mello agradeció con toda su alma.
Estaba apoyado en la ventana, cuando nota a cierto omega cerca de él.
Él era pelirrojo, de lindos ojos verdes, cuerpo apeteciblemente delgado y apariencia angelical. Justo el tipo de chicos que solía frecuentar.
Así que siguiendo sus instintos y ganas de coquetear, Mello aprovechó para guiñar un ojo en dirección del lindo pelirrojo.
Mas el pelirrojo apenas le dirigió una fría mirada.
Eso dañó su ego de alfa.
Mas nl tuvo demasiado tiempo oaar sentirse indignado, ya que estaba en su parada.
Por lo que bajó rápidamente, con cierto temor de quedar atrapado allí.
???????
Matt podía haberle seguido el juego al alpha del tren.
De hecho lo hacía a menudo.
Pero ese día no se encontraba de humor como para coquetear, por más guapo que el alfa hubiese estado.
Acaba de recomponerse de una temporada de celo. Sólo de nuevo. Por lo que estaba de muy mal humor.
A veces odiaba ser omega, aún más ser huérfano.
Un omega huérfano, menuda combinación.
Al menos había aprendido a valerse por sí mismo, sin necesidad de ningún alfa.
No los necesitaba, bueno la mayoría del tiempo no los necesitaba.
Sólo en temporadas de celo solía fantasear con como sería tener un alfa.
No era que añorará tener pareja. Pero si volvía a pasar un celo sólo, enloquecería.
Había estado tres días encerrado en su habitación, rodeado de todo tipo de juguetes que pudiesen calmarlo, mas nada había servido mas que para unas horas.
Si él estuviese con un alfa, probablemente estaría satisfecho y habría dormido plácidamente todo el cuarto día.
Pero no lo tenía, por lo que su cuarto día consistía en tomar un supresor y seguir con su rutina de todos los días.
Sin peros, sin quejas.
Tal como lo haría Light.
Él era algo así como su salvador, su ejemplo a seguir por supuesto.
Y que ejemplo.
Light, a sus cortos 19 años había quedado embarazado después de una loca noche con un alfa, y al contrario de lo que su padre quería, huyó de casa para poder tener a su bebé.
Y que hermosura de bebé.
Ahora Light vivía para su bebé, la única razón de su existencia. Por lo que podía trabajar en cualquier cosa por él.
Incluso trabajar en un burdel.
Matt no lo juzgaba, de hecho él también trabaja allí, pero aún no se atrevía a subir al escenario con poco más que tiras de encaje y lencería.
El trabajaba como mesero y en ocasiones como barman.
Con parte del dinero pagaba el departamento que compartía con Light y Linda, una amiga del trabajo.
Con la otra parte solía comprar videojuegos o cigarrillos, nada del otro mundo.
Hoy en día la imagen de omega había mejorado muchísimo.
Ya casi no había profesión o cargo en la que estuviesen al menos un omega.
Incluso la sociedad se volvió un poco más flexible con el prototipo de omega ideal.
Pero aún así seguían existiendo familias que como la de Light, se jactaban de tener sangre pura de alfa, llegando a esconder o echar a hijso omega a la calle.
Sólo por ser lo que son.
Patético.
Matt suspiró mientras tomando las bolsas del supermercado que llevaba bajó en su parada.
El barrio en el que vivía no era precisamente el sueño americano.
Pero al menos su edificio era algo acogedor.
-Buenos días señora Hally- saludó Matt a una vieja omega que salía de su puerta.
-Hola muchacho- dijo la mujer mientras sonreía.
Matt conocía a cada vecino a fondo, incluso antes de mudarse aquí ya había averiguado un poco.
Por ejemplo la señora Hally era una omega de 60 años, viuda de un beta llamado Frank, huyó de casa cuando su padre intentó casarla con una alfa que no amaba, y terminó viviendo con un beta no muy exitoso en los negocios.
Pero ellos eran felices y eso se notaba por la mirada de nostalgia que ponía cada vez que le hablaban de su difunto esposo.
Sólo por eso Matt pensaba en slir con un beta.
Eran más neutros y tranquilos, además que la mayoría eran lindos.
Solo había un inconveniente, un beta nunca podría satisfacerlo en sus celos.
Un gran problema.
Al llegar al segundo piso se encontró con el misterioso señor Gabriel.
Un beta de 50 años que parecía sólo salir de su habitación cuando fuese estrictamente necesario.
Aún Matt no había logrado sber en que trabajaba, pero por su aspecto era probablemente algún periodista independiente, siempre rodeado de periódicos viejos y recortes de antiguas revista era alguien muy misterioso.
En el tercer piso vivían ellos tres y Harry, el pequeño bebé.
En el cuarto vivía el único alfa del edificio, un extraño hombre de aproximadamente 30 años, de aspecto sospechoso, pero aún así no había dado problemas en los 5años que vivía allí.
Matt sólo había visto a dos omegas en 3 años que se habían acercado a él.
Y como el ya conocía el negocio, supo que todos eran trabajadores de burdeles como él.
Al llegar a casa, el primero en recibirlo fue un adorabel bebé que apenas podía caminar.
Ciertamente Harry era hermoso, quien sea que fuese su padre, tenía muy buenos genes.
Él era idéntico a Light a excepción del cabello y la piel, pues era azabache y de piel sumamente pálida.
-Hola Harry-boboo- dijo juguetonamente mientras cargaba al bebé y saludaba a Light.
-¿Ya estás mejor Matty?- dijo el castaño mientas lo ayudaba con las bolsas.
-Algo así- dijo suspirando Matt.
-Bueno, luces mejor que Linda- murmuró mientras tomaba a Harry.
-Maatty- dijo el pequeño casi perfectamente.
Y es que a sus cortos 2 años, el pequeño alfa tenía una inteligencia formidable, herencia por supuesto de Light, quien si no abandonaba los estudios sería el mejor detective del FBI.
-¿Qué acaso no me contaste que se fue con un lindo alfa ayer?- replicó confundido Matt.
-Lindo e idiota- dijo una castaña recién salida de la ducha.
-¿Te botó?- dijo Matt a punto de estallar en risas mientras pequeño Harry ya reía por las muecas que su tío hacia.
-Jaja muy gracioso Matt- dijo Linda mientras peinaba su cabello- Pero al menos yo salgo con alfas- añadió ácida mientras terminaba de maquillarse.
-Basta, Linda tienes que ir a tu peluquería y tú Matt hoy cuidas a Harry- dijo Light serio.
-Ya lo sé- dijo Matt cansado mientras pensaba que hubiese pasado si respondía al guiño del alfa de la mañana.

Notas finales:

Los amo, dejen review 

alkhfjkashfakl


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).