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Bloodlust: Sed de sangre. por Raes

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Notas del fanfic:

Un intento primerizo y fail a lo que tenía pensado en primera instancia, de una historia sobre vampiros.

Será un mini fic de tres capítulos, a lo sumo 4 si me surge al final una sorpresa. Depende qué salga.

Cabe aclarar que los tres mayorcitos serían los espectros(?)

Sin más, espero le encuentren la vuelta que quiero darle a la idea XD!

Notas del capitulo:

Siempre me gustaron las historias, cuentos, fábulas, leyendas y todo lo relacionado a vampiros. Así los hagan feos, lindos, perfectos, jóvenes o ancianos, es de esos individuos que me encanta.

Otra, es la mitología griega.



No sorprenderse si más adelante meto a estos conejos en algo como eso XD!

 

  Cuando aceptaron vivir junto a ellos, nunca pensaron que eso sucedería. O mejor dicho, nunca creyeron que fuese real.

 

  Al principio, sólo lo tomaron como una broma. Eran amigos desde hacía tanto tiempo que prácticamente podrían considerarse hermanos. Pero tras aclararles que no se trataba de un juego, tuvieron que pensarlo por unos minutos. O días. Jamás creyeron que se volvería real, era una alerta la cual nunca escucharon, hasta que un día el mayor de ellos comenzó a comportarse de manera muy distinta.

 

  Yongguk fue el primero en perderse por días enteros encerrado en su habitación, Himchan era el único capaz de entrar para brindarle compañía, llevarle comida y ser el medio de comunicación para el resto. Ni siquiera su otro compañero, Daehyun, era invitado por el mayor.

 

  Yongguk estaba entrando en su fase madurativa, la cual era terriblemente inestable hasta que su cuerpo se acostumbrarse por completo. Y eso conllevaba alrededor de dos semanas. Dos semanas en las cuales, el resto también utilizó para amoldarse a lo que vendría.

 

 

 

 

 

 

 

  Youngjae había dormido casi toda la tarde. No se sentía cansado, ni enfermo, sólo disfrutó de una larguísima siesta bien merecida. Su estómago gruñía impaciente pidiéndole algo de alimento, lo que fuese, pero Youngjae no comería cualquier cosa. La casa de por sí olía siempre bien, en especial cuando Himchan cocinaba sus exquisiteces impregnando cada habitación con el aroma de la comida. Esta vez, era mucho más fuerte, puesto que el segundo mayor de la casa había horneado galletas y un par de budines para consentir al menor de ellos. Desde que JunHong le preguntó por qué no cocinaba cosas dulces, Himchan había tomado clases de pastelería sólo para poder prepararle lo que el menor veía en revistas. Para Youngjae ese fue un acto más que evidente, lo hacía porque Zelo (como lo habían llamado entre los demás) era su dador vital, y comenzaba a creer que sus atenciones pasaban de ser de agradecimiento, a muestras de afecto más cariñosas. Aunque, cuando Jongup se le unió al menor en las peticiones por comer algo dulce y casero y Himchan asentía encantado, dudaba en que capaz el mayor lo hiciera para ganarse el cariño entero de sendos pequeños. Cualquiera fuera el caso, mientras no lo incluyera, Youngjae se sentiría bien.

 

 

 

 

 

 

 

  Yongguk cada vez se sentía mejor. Se paseaba por la casa más a menudo aunque a veces pasaba varias horas encerrado en su habitación. Daehyun ya podía ingresar a su dormitorio, hasta escuchaban risas estruendosas en su interior, como también le llevaba comida cuando Himchan estaba ocupado.

 

  JunHong, Jongup y Youngjae accedieron a compartir la casa con los tres más grandes porque éstos necesitaban un lugar donde vivir, luego de que su departamento fuese vendido sin avisarles con anticipación. Lo que suponía sería tan sólo unos pares de semanas hasta que consiguieran un nuevo lugar, se transformó en casi tres meses donde los tres los invitaron a quedarse a vivir definitivamente. La idea les agradó, pero fue Yongguk quien reunió a los 6 para contarles algo que hasta el momento, no conocían.

  Y es que él, Himchan y Daehyun, no eran simples humanos. Ellos eran vampiros.

 

 

 

 

 

 

 

  Youngjae fue directo hacia la cocina guiado por el dulce aroma que provenía de allí. En su trayecto, escuchó la televisión encendida en la sala y unas voces que salían por la puerta entreabierta de la habitación contigua a la suya. Seguramente estarían todos reunidos en un dormitorio divirtiéndose. A excepción de él, claro. Olfateó el aroma del ambiente una vez más y comprobó sus sospechas: galletas de miel. En efecto, a través de la puerta del horno pudo apreciar una bandeja con masas pequeñas de diferentes formas cocinándose lentamente. Asomó su rostro lo más que pudo al vidrio y fijó su mirada en una de ellas, una  galleta con forma de conejo, e instantáneamente recordó la primera vez que Himchan horneó esas peculiares masitas. Y la primera vez que descubrió cuánta falta podía hacerle Daehyun en su vida.

 

 

 

 

 

 

 

  No supieron cómo se las ingeniaba, pero cuando de comida se tratase, Himchan hacía malabares. El almuerzo estaba casi  listo, y Himchan incorporaba al horno dos bandejas grandes de galletas que había aprendido a hacer en un canal de cocina. Su idea era ahorrar tiempo: mientras almorzaran, las galletas se cocinarían, y ya no tendrían que esperar demasiado tiempo hasta que éstas se enfriasen, porque no quería que ninguno se quemase, mucho menos Zelo.

 

  Alrededor de la mesa, los seis compartían una conversación agradable esperando a que la comida se asentara en sus estómagos. Yongguk había vuelto a su actitud como era antes de su encerramiento personal, y Himchan también se sentía mejor. Éste último no la pasó tan mal cuando necesitó de su espacio y tiempo individual, poseía la ayuda del mayor de los seis y con su experiencia pudo sobrellevar mejor la situación. Ambos habían desarrollado por completo y sin ningún problema superior, su fase madurativa que todo vampiro cumple cuando se alcanza cierta edad. A veces la edad difería según la clase de vampiro o su medio de convivencia.

 

            – ¿Por qué elegiste hacerlos en forma de conejo, hyung? –Preguntó emocionado y expectante el menor, JunHong, señalando el horno con una mano. Himchan le sonrió del otro lado de la mesa y guardó su respuesta bajo un sorbo de su bebida.

            – Porque son lindos. –Acotó Jongup, recibiendo una caricia en sus cabellos por parte de Yongguk.

 

  Youngjae estaba sentado a un lado de Daehyun como casi siempre que almorzaban o cenaban, y por ser éste el más cercano a su persona, se sentía con la extrema confianza de jugarle muchas bromas.

 

            – Se suponía que los vampiros eran extremadamente blancos –dijo mirando a Himchan que ya comenzaba a formar otra sonrisa en su rostro– bueno, así lo mencionan los libros –explicó. Arrastró su mirada hasta quien ocupaba el asiento de su lado y soltó una risa escandalosa seguido del resto de sus compañeros.

 

  A Daehyun no le molestaba en absoluto que Youngjae fuera así con él. De hecho le gustaba. Porque cada que el menor decía alguna broma mencionándolo, se recargaba en su hombro riendo  y envolvía su brazo con el suyo como si le pidiera de esa forma que no se enojara. Acto que Youngjae llevó a cabo mientras el resto aun reía. Daehyun sonrió por su cercanía y acarició levemente la mano del menor, sin embargo cuando todos esperaban que replicase ante sus juegos, quedó en silencio con la cabeza gacha.

 

            – Parece que no puede con semejante comentario –exclamo Youngjae estirando el brazo apresado– ¡Vamos! Di algo, no es divertido si no me respondes.

 

  Daehyun continuó en su posición respirando cada vez más fuerte, como si le faltara el aire. Todos callaron de pronto y fijaron su vista en él preocupados, en especial los dos menores que jamás habían visto actuar así al chico. Pero no fue hasta que Daehyun se soltó por completo de Youngjae de un solo tirón que Himchan notó lo que estaba ocurriendo.

 

  Daehyun estaba entrando en su fase madurativa.

 

  Rápidamente, Yongguk tomó de una de las alacenas un pequeño frasco oscuro y se lo entregó a Himchan, quien se levantó de la mesa y ayudó a Daehyun a incorporarse cruzando un brazo por sobre sus hombros. Ese fue el momento en que dejaron de ver a Daehyun por tres semanas, no diez días como fue la fase de Himchan, ni dos semanas como la de Yongguk. Tres semanas que parecieron eternas para Youngjae.

 

 

 

 

 

 

 

    Las galletas aún no poseían su parte superior dorada, por lo que dedujo que aún faltaba demasiado. O tal vez no tanto, dependiendo de cómo JunHong le habría pedido que se cocinasen a Himchan. Youngjae irguió su postura y miró la misma alacena de la cual Yongguk aquella vez había sacado la misteriosa botella, ahora ya no tan  secreta. El contenido era nada más ni nada menos una sustancia químicamente fabricada que simulaba la sangre humana. En pocas oportunidades le había visto a sus dos hyung mayores beber una disolución de aquél espeso líquido rojo intenso. Una de esas botellitas les duraba dos semanas aproximadamente a cada uno antes de que se terminasen. Sin embargo, desde que Daehyun se había recuperado de su etapa, las botellas aminoraban con rapidez y eran reemplazadas con mayor frecuencia. No había que ser adivino para darse cuenta de que Daehyun era quien más las consumía.

  Youngjae se preguntó a qué sabría, si realmente tendría el mismo sabor que su sangre. Y por qué la necesitaban tanto siendo que Yongguk ya tenía a su dador definitivo y Himchan igual.

 

  Pero entonces, Daehyun…

 

            – ¿Te gustaría probar? –Youngjae pegó un respingo cuando sintió la voz grave hablar a sus espaldas. Himchan eran tan sigiloso.

            – Casi muero del susto –suspiró Youngjae aliviado– No, gracias, aún deben seguir calientes y crudas –rió el menor volviendo su atención al horno.

            – No hablaba de las galletas, sino de aquello. –Youngjae volteó a ver a su compañero, el cual no lo estaba mirando él, sino que tenía su mirada en la misma alacena que había estado viendo segundos atrás.

 

  No lo negaba, realmente quería probar el sabor del líquido, saber y sentir lo que sus hyung bebían de vez en cuando. Experimentar por un segundo lo que era alimentarse así.

  Himchan tomó una de las botellas y sirvió una pequeña cantidad en un vaso de vidrio, sacó de la heladera un bidón de agua y completó la mezcla dejando reposar el vaso sobre la encimera. Youngjae paseó sus ojos por el líquido y por las galletas, como tratando de disimular su antojo por la bebida.

 

  Yongguk y Himchan les habían explicado muy paciente y detalladamente el motivo por el cual bebían de esa mezcla. Y nuevamente, Youngjae trajo a su mente más recuerdos.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Si tienen alguna sugerencia al respecto, algún dato interesante o qué esperarian ver, acepto sus comentarios en un review.
La siguiente parte ya la tengo así que sus ideas entrarían capaz en el tercer cap o en uno cuarto si es que esto se extiende.

Denme una oportunidad con este proyecto ♥.

Adéus.


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