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CIELO por ANGEL_USUEGUI_SHINDOU

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Notas del capitulo: Notas de la Autora: Pues bueno estoy de regreso con este fic…si ya se que prometí algunos más, pero creanme que ando súper atareada con la escuela que casi no me queda tiempo para nada. Perdonen por escribir este tipo de historias, pero quería hacer algo diferente a lo que generalmente siempre escribo…así que de antemano una disculpa. Ya saben cualquier sugerencia o comentario a: SHUUYUKI@hotmail.com, todo menos virus.
Mil gracias por leer.
Atte: ANGEL USUEGUI SHINDOU
 
CIELO
BY ANGEL USUEGUI SHINDOU

 

Camino lentamente por los pasillos que antes solíamos visitar…cuanta nostalgia siento al recordar cada una de tus sonrisas al pasar por este lugar…recuerdo que cogías mi brazo y te sujetabas fuertemente de el sin intención alguna de soltarlo, todo mientras mirabas al cielo estrellado.

 

Y es entonces, cuando miró una vez más al basto e infinito cielo, buscando aunque sea por un minuto ver tu rostro y deleitarme con tu mirada, pero es entonces cuando vienen a mi mente una vez más un sin fin de recuerdos…un sin fin de sentimientos que se agolpan en mi pecho…que me torturan, pero que a la vez me apaciguan…Siento dolor y tristeza, dolor que trato de sacar con cada una de las lagrimas que brotan de mis ojos y que resbalan lentamente por mis mejillas, pero aun cuando mi llanto es imparable este sentimiento se hace más profundo…más doloroso y es que pareciera que con cada una de las lagrimas que derramo, mi agonía aumentará.

 

Sigo caminando, mientras las lagrimas no cesan…no paran, no tienes idea de cómo me gustaría poder arrancar este sentimiento de mi pecho…este sentimiento que me ahoga… que me mata; sin embargo no puedo, pues no tengo el valor suficiente para separarme de tu recuerdo.

 

Aun cuando se que la vida sigue…yo no quiero seguir esta vida sin tu presencia…es que te extraño…es que te amo.

 

Tu recuerdo, es lo único que me permite seguir adelante en este mundo, pues tu simple deseo de que yo viva basta para retenerme aquí, te prometí que viviría, que seguiría por este mundo aun cuando tu ya no estarás, pero no sabes la carga tan grande que significa esa promesa, tan grande es, que no se si podré cumplirla.

 

Me detengo en un aparador grande y lujoso, claro, eso a mi no me importa, pues centro mi mirada en la única cosa que para mi vale la pena mirar…las lagrimas siguen brotando y es que tu recuerdo permanece latente en mi memoria…y siempre lo estará.

 

Miró al cielo una vez más, un cielo estrellado…un cielo iluminado por la hermosa luna y por las brillantes estrellas…un cielo casi tan bello como el que había el día en el que te conocí…el día en el que el destino nos pondría uno delante del otro, para ya no separarnos jamás…el día en el que mi vida cambio por tu simple presencia…y es entonces que me pregunto ¿Puedes ver este hermoso cielo mi amor?...no, no creo que lo veas, más bien yo creo que tu estás en el, pues pienso que eres la estrella más brillante que hay en ese basto cielo…eres la estrella que más ilumina…eres la estrella que ilumina mi camino y que traza mi andar.

 

Cada paso me acerca un poco más a mi destino final…la verdad que no quisiera llegar…no quisiera llegar a ese lugar que significa mi infierno…mi martirio. Trato de caminar lo más lento posible mirando como las personas van y vienen…como los enamorados se toman de la mano y caminan orgullosos por la acera…y es entonces que tu recuerdo vuelve a mi mente…un recuerdo tan valioso como mi vida…no más bien más valioso que ella…recuerdo cuando caminábamos tomados de la mano por aquella misma acera, mientras tu sonreías por cada una de las cosas que veías, diciendo mi nombre una y otra vez…diciéndolo de la manera más dulce que nunca antes nadie lo hubiera hecho…lo repetías incontables ocasiones para que yo prestará atención a lo que tu mirabas.

 

Me gustaría detener el tiempo, me gustaría detenerlo para evitar que muchas cosas pasarán…para evitar que te marcharás de mi lado, dejándome tan solo…dejándome con el alma hecha pedazos…dejándome viviendo una vida que ya no vale nada. 

 

Lentamente comienzan a caer frías gotas de lluvia, pero aun así yo no apresuro mi paso…es que como te dije antes no veo la necesidad de hacerlo…mientras más lento camine más tarde llegare a aquel lugar en el que no deseo estar…como odio los días de lluvia, porque me recuerdan a cada una de las lagrimas que derramaste…pero hoy más bien parece que la lluvia refleja el dolor de mi alma…como si llorara conmigo…como si el cielo también sintiera dolor por tu simple partida…y es que como no sentir dolor, si fuiste una de las personas más queridas.

 

Tu sola sonrisa tenía la virtud de alegrar mi alma y exaltar mi pecho, tu sola mira hacia que quedará atrapado por una telaraña de sentimientos puros y sinceros…ah…como extraño eso.

 

Finalmente me detengo en un enorme edificio, un edificio ya bien conocido por mí…sin mucho animo me interno en sus adentros, esperando no ser recibido como siempre…pues es que la verdad no tengo muchos ánimos…pero bueno realmente nunca tengo ánimos.

 

Camino unos cuantos pasos y me detengo frente a la puerta de mi “hogar”, realmente creo que ese no es el nombre apropiado para llamar al lugar que se ha convertido en mi infierno…en mi tormento…pero tampoco puedo negar, que fue un hogar dulce y caluroso mientras estuvimos juntos.

 

Abro lentamente la  puerta, esperando que no noten mi presencia; sin embargo, ya es demasiado tarde, por lo que solo me queda observar como una persona de mirada dorada y cabellos rubios corre a mi encuentro, mientras extiende sus brazos…cuando menos me doy cuenta sus brazos lograron atraparme y darme calor…un calor casi igual al que tu me dabas, solo que esta vez con un toque fraternal…

 

-Papi!!!!!!-menciona la pequeña mientras me abraza una vez más…si, tuve una hija, una hija más bien por obligación que por amor…una hija a la que aun cuando no quiera aceptar amo…pero que también siento como un castigo.

 

-Hola- digo algo desganado y deshaciéndome de su abrazo, miro como su rostro se torna triste, pero es que realmente nunca me ha gustado que me abracen y mucho menos alguien que no eres tu…-Lo siento- menciono a la niña mientras la tomo entre mis brazos-pero tu sabes que no me agrada que me saluden de esta manera- digo tratando de enmendar mi error…es que realmente esta chiquilla aparte de ti, tiene la virtud de hacerme sonreír, de hacerme feliz aunque sea por un momento…no me preguntes porque, pues ni yo mismo lo se…aunque quizás sea porque posee esa misma aura cálida que tu poseías…y además porque es mi hija.

 

-Llegas tarde – menciona una mujer a mis espaldas, mientras se acerca a mí para darme un beso, un beso que por supuesto rechazo…

 

-Lo siento, tuve mucho trabajo y...- pero antes de que pueda decir algo más, ella me toma entre sus brazos y me da un fugaz pero dulce beso, aunque claro lo borro inmediatamente de mis labios, pues tu siempre serás poseedor de ellos.

 

-Siempre tienes mucho trabajo Eiri- menciono mientras se alejaba de mi- nunca has tenido tiempo ni para mi ni para Yuki.

 

-Ser escritor no es sencillo…- digo de manera cortante y es que siempre me ha molestado que me reprochen las cosas.

 

-Fuiste a verle no es cierto!!!- menciono la chica mientras una lagrima surcaba su rostro

 

-Si- ni siquiera intento negar lo que es evidente- siempre supiste que a quien yo amaba y aun amo es a…

 

-No digas su nombre!!!!...no lo digas!!!!- grito desesperada hincándose en el frío piso, mientras acurrucaba a la pequeña entre sus brazos-él siempre se ha interpuesto entre nosotros aun después de…siempre!!!

 

-No, tu siempre has sabido lo que siento y aun así decidiste estar conmigo…aun así decidiste casarte conmigo…decidiste obligarme a ser tu esposo, aun cuando sabias que si aceptaba era solo para liberarme del dolor…pero admito que también fue mi culpa por creer que podría con esto- sin miramiento alguno me dirijo a la habitación principal, a aquella habitación que me trae tantos recuerdos…tomo mi ropa y comienzo a empacarla

 

-Que haces?- me pregunta aun cuando las cosas son evidentes

 

-Me marcho, ya no soporto más está situación…no puedo más Ayaka…no puedo fingir que te amo cuando no es así-

 

-Hazme el amor- menciona súbitamente, mientras se desnuda frente mío- permíteme que te haga olvidar las cosas…deja que te haga olvidarlo a él- posa sus calidos labios sobre los nimios silenciando cualquier palabra que yo pudiera emitir…caemos secamente sobre la cama, mientras comienzo desesperadamente a recorrer con mis manos su terso cuerpo…beso su pechos…me comienzo a desvestir…pero una vez más tu recuerdo viene a mi…el recuerdo de todas aquellas noches de pasión que vivimos juntos…las veces que me amaste…las veces que te ame…todas aquellas veces en las que fuiste mío y yo fui tuyo…y es entonces cuando me doy cuenta de lo que hago…la aparto de mi lado.

 

-Pero…- menciona desconcertada

 

-Lo siento no puedo hacerlo, ya una vez lo hice y simplemente puedo decirte que aun cuando te lo haga, no estaremos haciendo el amor, simplemente estaremos teniendo sexo…porque aun cuando este contigo mi mente estará siempre con él…así como mi cuerpo le pertenecerá a él- me visto rápidamente, mientras tomo mi maleta, busco a mi pequeña hija.

 

-Me marcho pequeña- le digo mientras beso su frente- pero no es porque no te quiera, es porque simplemente ya no quiero hacerte sufrir ni a ti ni a tu madre, pero ten presente siempre que en donde sea que me encuentre siempre cuidare de ti- y diciendo esto salgo de aquel lugar tras los sollozos de mi hija.

 

Aun sigue lloviendo…llueve muy fuerte, pero eso no evita que pueda caminar apresuradamente por la acera…por primera vez en mucho tiempo deseo llegar a mi destino…así que camino lo más deprisa que puedo…y lo más extraño aun es que camino con una sonrisa en el rostro.

 

Por fin llego a aquel frío lugar…me interno en el rápidamente esperando que no haya interrupciones…y es entonces que me detengo  frente a aquel lugar que lleva gravado tu nombre…un lugar frío y solitario, pero que me llena de paz…porque es el único lugar en el que puedo estar a tu lado.

 

-Mi querido niño de mirada violeta no sabes cuanto te extraño…no sabes cuanto anhelo poder escuchar tu voz una vez más…poder sentir tu cuerpo debajo del mío, pero se que eso ya no puede ser…- me detengo por un momento y busco entre mis ropas un objeto de color negro, desde el momento en el que la adquirí siempre tuve en mente usarla, solo que no sabia cual sería el momento apropiado, ahora se que el momento es este- …pero ya estoy aquí…ya he vuelto para no separarme de ti nunca más…perdóname por no cumplir aquella promesa que te hice, pero es que una vida sin ti simplemente no existe para mi…te amo mas que cualquier cosa y no soporto estar más tiempo separado de ti- coloco la impecable arma en mi cabeza y solo se escucha un sonido que hace que se disipen las aves…incluso ya ha parado de llover…ya no llueve porque la lluvia sabe que el dolor se ha ido para nunca más volver…

 

Y cuando doy mi ultimo suspiro, puedo ver tu hermoso rostro adornado por una sonrisa, me  extiendes la mano dulcemente y yo sin esperar más la tomo, porque ahora se que por fin podremos continuar nuestro amor…no en el mundo terrenal, pero quizás si en el mundo celestial.

 

-Vaya…lo venia venir, pero nunca pensé que lo lograras- menciona una voz  de entre las penumbras de la oscuridad…-Te extrañare…pero- menciona entrecortadamente- …pero se que tu así lo quisiste y estarás mejor allá en donde se encuentra también la persona a la que más amaste-  se acerca a donde yace el cuerpo inerte del rubio escritor, lentamente se agacha y deja una rosa blanca al lado del cuerpo- Te amo Eiri…y tu Shuichi, más vale que le cuides- y diciendo esto se marcha de aquel lugar, dejando una escena que más que escabrosa parece tierna. El rubio escritor en su rostro tiene dibujada una apacible sonrisa, mientras  abraza protectoramente una lápida que tiene gravas en letras de oro el nombre de aquel quién en vida tanto amo…el nombre de aquella persona de encantadora mirada y tierna sonrisa…Shuichi Shindou y debajo de aquel nombre una frase que cierra con el cuadro…una frase profunda y que el escritor mismo escribió “Ni el tiempo ni la distancia serán suficientes para apagar este amor…Eres mi todo…eres mi amor”

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