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Imprimar por kasue

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Lucius lo miraba fijamente, el horror de haberlo escuchado ya se había ido, sin embargo, la reticencia estaba dando paso como sensación principal. Narcisa solo suspiraba y recargaba su mano en el brazo de su marido.


-No creo lo que me cuentas, solo te estás sintiendo solo y Sirius te contó que teníamos algo de sangre licana ¿Por qué Draco? ¡Es un niño por Merlín!


-Lucius, sé que no entiendes la situación, pero en este momento veo a tu hijo como mi propio hijo, solo quiero su seguridad. Nunca fue mi intención imprimar con él- Remus se veía derrotado, Sirius sentado a su lado no había dicho palabra alguna, solo estaba ahí como apoyo y para evitar que el marido de su prima se volviera loco y atacara a su amigo- Pensé lo mismo, que me sentía solo cuando conocí a Draco, pero no es así, mis transformaciones…


-Eso es lo otro: ¿Cómo vas a proteger a Draco si te transformas? ¿Qué pasará si lo muerdes? ¿No sabes del peligro en el que lo expones?- El tono del rubio mayor se había salido de control, Narcisa miraba a su primo con angustia, a lo cual el pelinegro tuvo que levantarse.


-Relájate, no has terminado de escuchar, Remus dejó de transformarse desde que conoció a tu hijo


-Es cierto, ahora pueda transformarme a voluntad, todavía no lo manejo pero avanzo bastante bien en ello- Remus se sentó en la silla donde su amigo estuvo anteriormente y suspiro- Lucius, te ruego que me dejes cuidar de tu hijo hasta que él decida, jamás lo obligaré a nada, pero necesito estar a su lado para mantenerme cuerdo por este tiempo.


-De acuerdo- Narcisa, quien hasta ese momento se había mantenido al margen, habló antes que su marido- Pero protégelo y si él decide que no quiere estar contigo, lo dejarás ir.


-¡Narcisa!


-¡Basta Lucius! Tú hijo tiene la oportunidad de ser feliz y protegido por su pareja destinada, te guste o no, Remus siempre estará en su vida, lo mejor es dejarlo y que sea siempre dentro de nuestra casa- Narcisa tomó la mano de su marido para infundirle fuerzas y permitió que Remus fuera a jugar con un pequeño rubio de 2 años.


 


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-¡Vamos Remus!- Un Draco de 4 años corría a través de la nieve en busca de un conejo que se le escapaba. Estaban en los jardines de la mansión y el mayor había sacado al niño quien hacía berrinches de lo aburrido que se encontraba. Esos dos años habían pasado volando, los tira y afloja que le daba Lucius con respecto a las visitas del pequeño estaban cesando al ver que Draco era feliz cada vez que Remus llegaba y le llevaba alguna chuchería.


                Sirius se había hecho cargo de Harry, puesto que el Señor Tenebroso había sido derrotado por el pequeño y lamentablemente Lily y James habían fallecido. Harry era un niño bastante tímido, iba de vez en cuando a jugar con Draco. Sirius se encontraba trabajando como auror y Remus estaba terminando sus estudios en la Universidad, luego haría alguna especialización en Defensa Contra las Artes Oscuras para luego trabajar en el Departamento de Encantamientos Peligrosos del Ministerio.


-¡Espera! Te vas a caer- El mayor consiguió agarrar al menor antes que se metiera al lado congelado y resbalara, tomándolo de la cintura y elevándolo, cosa que hizo reír al rubio, mientras que el mayor cayó de espaldas por el hielo, recorriendo un gran camino por el lago- Genial, quedaremos empapados- Con cuidado se levantó y levito a un Draco muerto de la risa para que no se mojara más en el hielo y fueron a la mansión a calentarse por la tarde.


Daco!- Un pequeño Harry llego corriendo hacia su amigo, que estaba en los brazos de Remus- Mida lo que te taje- Le mostró un pequeño lobo de peluche, a lo cual el rubio bajo rapidísimo para recibirlo.


-¡Feliz cumpleaños Draco!- Llego Sirius con un enorme regalo a cuestas. Ese día era la celebración de 4 años de Draco, había bastantes invitados y el castaño lo había sacado un rato para compartir solo con él, ya que debía irse por sus estudios.


-Muy bien pequeño, me tengo que ir- Remus se hincó frente al pequeño que lo miraba con los mofletes hinchados al escuchar sus palabras- Vengo otro día, no olvides que te quiero mucho- Con un beso en la frente se despidió de su rubia adoración.


 


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-Así que Slytherin- Draco Malfoy de 11 años miraba con burla a su mejor amigo- Tu padrino y Remus estarán desilusionados, ¿No, Potter?


-No seas idiota Draco, sabes que Sirius y Remus van a estar contentos, ellos me lo dijeron- Harry se veía nervioso, quería estar con su amigo, pero no pensó que lo mandarían a Slytherin, pensó que iría a Gryffindor, al igual que sus padres y tutores- Además, el que debería estar preocupado por la opinión de Remus eres tú, ¿No que le prometiste ir a Gryffindor?- El rubio se quedó callado, como pocas veces lo hacía.


Era cierto que le había dicho a su amigo que iría a Gryffindor para que se sintiera orgulloso, no había contado con que todo su linaje era de Slytherin y a él lo habían criado como uno, a pesar de las constantes visitar de Remus, Sirius y Harry a la mansión. De un momento a otro se sintió bastante nervioso, no quería desilusionarlo, pero igual estaba feliz de estar entre las serpientes.


Ya en su cuarto (el cual compartía con Crabbe, Goyle y Harry), se sentó a escribir las cartas para sus padres y para Remus, con un suspiro tomó el lobo que le había regalado Harry hace ya bastantes años y que le recordaba siempre al castaño.


“Slytherin. Lo siento”


                Días después recibió una gran felicitación de parte del castaño, que lo dejó con un calor en el pecho y un relajo impresionante.


 


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-¿Pe… pero por qué tienes que hacer clases?- Un escandalizado niño de 14 años miraba al castaño como si le hubiese salido una segunda cabeza-¿Es que te despidieron del Ministerio? Papá podría ayudarte si…


-Nadie me ha despedido Draco, es solo que el profesor Dumbledore no ha encontrado a nadie que llene el cupo de profesor de DCAO y me lo pidió como un favor especial- el castaño estaba sentado en la cama del rubio, momentos antes estaba escuchándolo practicar piano, hobbie que había comenzado hace ya 3 años, justo antes de comenzar Hogwarts.


-¡Pero por qué tú! No le debes nada a ese viejete


-Cuidado con tus palabras Draco- Odiaba ponerse estricto, pero si no lo hacía su niño iba a terminar más malcriado de lo que ya estaba- ¿Acaso crees que no puedo hacer clases?


-No es eso- Con un suspiro, el rubio se sentó al lado del castaño y apoyo su cabeza en el hombre de éste- Es que no quiero compartirte con los demás, ya me da rabia que tengas que ver a Harry en vez de a mí- Ocultó su mirada de la del mayor, con su sonrojo incluido- Sé que eres el mejor en esto… lo siento.


                Remus no pudo más que sentirse orgulloso y feliz de las palabras de Draco. Sabía que le debía una conversación al menor, ya que Lucius le había prohibido hablarle acerca de la imprimación para permitir que el mismo rubio lo eligiera sin coacción alguna, sin embargo, sabía que en unos años más le sería muy difícil solo sentarse y ser el amigo, casi hermano del rubio, cuando sus deseos comenzaran a aparecer, él sabía que tenía que esperar a que Draco fuese mayor de edad para poder entablar una relación, pero se le haría más difícil si el menor no sabía que era su pareja destinada y no aceptaba ese lazo para mantenerlo cuerdo.


-Sabes que lo primero eres tú, pequeño- Lo abrazo con toda la ternura que podía y le beso la coronilla, ya que el rubio aún se negaba a mirarlo a los ojos- Además, podremos vernos mucho más ahora que viviré en el castillo


-Sí, me podrás subir las notas- una sonrisa pícara fue reemplazada por una risa, al ver la cara de desaprobación del mayor ante ese comentario- ¡Solo lo decía por las clases que harás!


 


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-El profesor Remus está cada vez más guapo, se ve más joven también- Pansy suspiraba cada vez que Remus entraba en el salón principal o en la sala de clases, cosa que hacía rabiar a Draco.


-Cállate, no es para tanto, no digas tonterías- El rubio tomó su libro y comenzó la lectura de esa clase. Desde el año anterior, se esforzaba al máximo para sacar las mejores calificaciones en la materia que Remus impartía, adoraba ver esa sonrisa de orgullo que el mayor le daba cada vez que sacaba las mayores calificaciones.


-Sí es para tanto, además parece que está enamorado, cada vez se ve más joven, ¿No te ha comentado si tiene novia? Como siempre vas a hablar con él- Pansy seguía hablando de más, Harry recién se había sentado junto a ellos y los miraba con extrañeza.


-¿De qué hablan?


-De que el Profesor Lupin está cada vez más guapo, yo creo que se agarró una novia y Draco se puso celoso ¿no ves su cara?- El moreno miró con extrañeza a su amigo, que estaba a punto de hechizar a la chica si no se callaba.


-No tiene novia, Sirius me lo hubiese dicho- Dijo tomando una tostada para comenzar a desayunar- Además si se ve más joven o no, no es de tu incumbencia, acuérdate que es licántropo, anda tú a saber lo que le pasa.


                El rubio se quedó pensativo mucho rato. Era cierto que Remus se veía mejor que hace algún tiempo, bastante guapo si le preguntaban a él, pero jamás lo había visto de pareja con alguien; sabía también que no tenía por qué ser su amigo siempre y podía salir con quien quisiera, pero cada vez que lo pensaba un malestar terrible se instalaba en su estómago. Quería que fuera de él siempre, que lo escuchara a él, que lo regaloneara a él. Tomó sus cosas y fue directo a la biblioteca, esperando encontrar algún libro que le sirviera.


 


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Hombres lobo” recitaba el título del libro que había sido colocado de manera brusca en su escritorio. Un adolescente rubio de 16 años se encontraba frente a él con rostro enojado.


-¿Cuándo me lo ibas a decir?- Remus lo miró atónito- No te transformas en luna llena, solo andas cansado, puedas transformarte a elección, ¿Imprimaste? ¿Por qué no me lo dijiste?


-Draco… no sabía si decírtelo…


-Claro, por lo que ahora que lo sé te irás ¿Cierto? ¿Quién es la “afortunada”? ¿Por qué no me lo dijiste? Pensé que éramos amigos- Luego de esta última frase, el rubio se sentó cansado en un pupitre, a lo que el Cataño suspiró


-Malentendiste todo Draco- Se sentó frente a él y le tomo la mano, su corazón comenzó a latir rápidamente- Sí, encontré a mi pareja de vida hace bastantes años, por eso ya no me transformo.


-Pero últimamente estás más joven, si hubieses imprimado hace años, hubieses dejado de envejecer en ese entonces- Draco sacó la mano bruscamente, sentía unas inmensas ganas de llorar, pero un Malfoy no llora, ni siquiera aunque tenga en frente a la persona más importante de su vida.


-He dejado de envejecer hace poco porque mi pareja ya está apta para unirse a mí, solo hace unos meses lo sentí y mi reloj cronológico se adecuó al tuyo- Con esa frase, Draco estuvo a punto de explotar, hasta que se dio cuenta de la última palabra. “TUYO”


-No… no entiendo- El rubio comenzó a hiperventilar, no lo creía- Eres mi amigo, nunca me dijiste nada…


-Si no te dije nada es porque quería que me aceptaras sin saberlo- De pronto, el castaño pareció cansado pero aliviado- Sé que es difícil, aceptaré todo lo que quieras hacer, solo no te separes de mí. Si quieres seguir como amigos, solo seremos eso…- Draco lo miraba de manera titubeante, su corazón parecía que explotaría en cualquier momento


                Las clases comenzaron, los alumnos comenzaron a entrar y la respuesta de Draco tuvo que esperar, puesto que los deberes son los deberes. Draco se quedó pensativo toda la clase.

Notas finales:

Puees, el segundo cap ya esta en proceso, espero les haya gustado =)


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