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My Demon por CrossMarian

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Notas del fanfic:

Hii ~ Regresé con todo xD Es la primera vez que escribo una historia sobre Rivaille y Eren, hace tiempo que ya tenía ganas de escribir algo sobre estos dos *-*

Espero que sea de su agrado ^^

Los personajes no me pertenecen, los mismos le pertenecen a su respectivo autor, Hajime Isayama.

Bebió un sorbo de su negro café unas tres o cuatro veces hasta recuperar el calor de su cuerpo. El invierno recientemente había azotado a la ciudad y sin embargo había regresado con más crueldad que el año anterior.

Revisó varias veces unas carpetas, expedientes y distintos folios que yacían en su escritorio pulcramente ordenado; tenía muchísimo trabajo por hacer y muy poco tiempo para desperdiciar puesto a que tenía uno de los trabajos más demandantes y esquizofrénicos que existían según él, y ese era, el ser un abogado. Aunque prácticamente no tuviera tiempo para dedicarse a otra cosa, no se quejaba ya que amaba su trabajo. Era lo único que le gustaba y lo mantenía cerca de su deseo de acabar con toda la maldita escoria que había en este mundo.

Suspiró levemente y echó su cabeza hacia atrás haciendo sonar varios huesos de su nuca a su paso. Estaba extenuado y un dolor punzante comenzaba a hacerse presente en su cabeza; inmediatamente frotó sus dedos en el medio de la sien. Otra vez la maldita migraña, y aunque ya se había acostumbrado a sus dolores, no era algo para nada lindo de sentir.

Tenía que descansar o de lo contrario colapsaría en cualquier momento. A ello se estaba por disponer, cuando el sonido de su celular lo interrumpió; era un mensaje de Erwin.

El mismo le comunicaba que a las 23:00hs se reuniría él junto a Hanji, Petra, Auruo, Gunter y Erd.

Tuvo que optar por cambiar su descanso e ir a la reunión, no podía negarse, después de todo ellos eran las únicas personas a las que consideraba amigos. En su mente imaginó el escándalo que harían sino iba, sobre todo Erwin y Hanji, por lo que tomó su abrigo y salió de su despachó; saludó a la secretaria al salir y notó -de reojo- como ésta lo seguía con la mirada.

Aquello fue un dolor de huevos, le causaba asco cuando lo miraban así y no podía soportar la idea de que lo estuviesen observando. No significaba que odiara a todas las mujeres, pero la realidad le indicaba que 9 de cada 10 mujeres que se le acercaban, lo hacían solo por interés; y las demás, no lo hacían debido a su estoico y tajante carácter que asustaba e intimidaba a cualquier persona que intentase algo con él.

Y estaba bien con ello. Él era de esa manera y no había forma alguna de que cambiara su forma de ser. En toda su vida, solo una vez tuvo una relación seria, y esa fue con Petra cuando estaban en la universidad. Estuvieron saliendo alrededor de un año, sin embargo en los últimos tiempos la relación no daba para más; la joven había confesado sus sentimientos por él, y aunque él no sentía amor por ella, notó que lo que Petra sentía era verdadero, por lo que aceptó tener una relación.

Sin embargo, no hubo mucha diferencia. No podía sentir nada por aquella joven que tanto se esforzaba por mantener aquella relación así que, entre los dos, decidieron ponerle un fin. Estaba bien, ella tiene que encontrar a alguien que la valore como es.

Entretanto, Rivaille en el automóvil se dirigía al bar que le habían indicado, se encontraba ubicado en una zona comercial, más específicamente en la estación Shibuya. Odiaba ese lugar, todos los días estaba malditamente lleno de personas, a toda hora. Y allí había de todo: Madres con sus hijos, adolescentes, abuelos, borrachos, prostitutas, alcohol, drogas, peleas callejeras. Y a la noche, era mucho peor. Ambos lados se entremezclaban y todo se salía de control, y él odiaba no poder tener el control de las cosas.

Más específicamente había mucha actividad ilegal oculta en esa zona comercial y eso le hacía enervar la sangre; deseaba llevar a cada criminal a la cárcel de una buena vez, sin embargo, la justicia allí no era ciega sino que también era estúpida.

De no haber sido por el extremo frío que hacía en las calles y por lo extenuado que se encontraba, hubiese ido caminando. No supo el por qué, pero hoy sintió el deseo de ir en automóvil aun sabiendo la malasangre que iba a hacerse por el tráfico.

Al llegar a un semáforo extendió su brazo para alcanzar su paquete de cigarros, y al tomarlo se dio cuenta que solamente le quedaba uno.

- Tch. Justo ahora.

Arrancó el auto y lo estacionó un par de metros más adelante, descendió a comprar un paquete ya que no iba a tolerar pasar una noche sin tabaco.

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Ven aquí, maldición. ¡Qué vengas he dicho, mierda!

Hizo caso omiso a ese grito y corrió aún más fuerte, incluso más de lo que sus piernas le permitían en ese extenso callejón. Ladeó la cabeza y pudo observar no a uno, sino tres hombres persiguiéndolo.

Mierda, su suerte no podía ser peor hoy. Como si fuera poco, la herida sobre sus labios comenzaba a molestarlo, podía sentir como la sangre iba escurriéndose sobre su rostro puesto que también había recibido un fuerte golpe en su cabeza, lo que le causó un tajo que abrió su frente. También sentía un dolor agobiante en el torso que lo inmovilizaba de tanto en tanto; estaba seguro que se había fracturado una costilla o dos.

Al menos el otro tipo quedó en peores condiciones...

Comenzó a toser, la respiración se le dificultaba cada vez más, pero al menos había conseguido perder a esos idiotas. No le quedaba mucho tiempo, tenía que apresurarse o de lo contrario lo atraparían.

Pero... ¿A dónde iba? Aunque ya había logrado salir del callejón, sus fuerzas se estaban desvaneciendo y no estaba seguro de cuando tiempo iba a lograr aguantar así.

Estaba maldiciendo su suerte e insultando de todas las maneras posibles... Hasta que vio una señal.

Un hombre acababa de cruzar la calle y estaba dirigiéndose a su auto; por lo que no dudó.

Era ahora o nunca.

 

+++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Rivaille abrió la puerta y tomó asiento, sin embargo en el momento en el que se disponía a girar las llaves, un fuerte estruendo lo impactó. La puerta del acompañante se abrió con rudeza, y un muchacho se adentró.

- ¡¿Qué mierda crees que haces?! – Vociferó a punto de saltarle a la yugular y matar a ese sujeto ahí mismo, sin embargo, se paralizó al ver el rostro de aquel chico.

- ¡Por favor sácame de aquí! – Fue lo que imploró aquel chico de ojos verdes, con el rostro cubierto de sangre y tierra.

Por unos segundos, Rivaille dudó. Era la primera vez que le ocurría una cosa así y estaba en shock, sin embargo aquel chico que tenía enfrente de él realmente iba a morir si solo se quedaba allí en su auto.

Sin siquiera saber quién era aquel extraño, arrancó el auto a toda velocidad.

Notas finales:

Espero que les haya gustado ~~ Háganme saber que les pareció ewe ♥


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