------------------Días antes-------------------
POV’S Fubuki.
Abrí lentamente mis ojos, los cuales por alguna razón que aún desconozco estos me pesaban a horrores.
Cuando los abrí por completo, mi vista en un principio era un poco borrosa, tanto que no podía distinguir bien lo que tenía delante; hasta que pude distinguir a una figura muy conocida para mí, delante de mí, tratando de articular palabras, mas lo único que le salían eran murmullos ininteligibles, ya que estas parecían no querer salir de su boca.
-¡Shirou!-me llamó exaltado, una vez que se tranquilizó un poco, logrando así que le entendiese ¿qué le ocurría?- ¡¿Qué te ha pasado?! ¡Tenemos que llamar a una ambulancia!- ¿Ambulancia? Le miré sin entender a qué se refería, hasta que noté un dolor que emergía desde mi estómago, Bajé la cabeza, y lo único que vi fue sangre…¡Mierda me estaba desangrando!
Lo peor de la situación, era que cada vez me sentía más cansado, y sentía como mis fuerzas me abandonaban poco a poco…¿Sería mi fin?
Giré un poco la cabeza al sentir algo de calor a mi espalda, sorprendiéndome de lo que mis ojos veían, un gran establecimiento que reconocí al instante, se encontraba en llamas, ¿qué había pasado?
-Hi…-traté de decir carraspeando, era como si no hubiera articulado palabras en días o incluso se podría decir meses.- Hi…roto-le llamé antes de que todo se tornara negro, lo único que recuerdo eran sus gritos desgarradores llamándome desesperado para que despertase.
FLASHBLACK.
Mientras desayunaba mi típico café con leche, miraba por la ventaba de la cocina, la cual daba a la calle, el día tan bueno que hacía, era perfecto para salir un rato a correr y poder despejarme de la semana tan ajetreada que tuve. Sabía que ser detective no era para nada fácil, sin embargo era el trabajo que me gustaba, y el cual me llenaba, a pesar de los riesgos.
Decidí que lo mejor era salir un rato, ya que después de todo eso no me haría ningún daño.
Me vestí rápidamente poniéndome un chándal cualquiera, y antes de irme le dejé una nota a Hiroto para no preocuparle al no verme por la casa.
Nos hicimos amigos en la universidad, y luego tan inseparables, que al terminar la carrera y encontrar trabajo en poco tiempo, decidimos comprar una casa para ambos. Me encantaba estar en su compañía, y le agradezco que accediese a mi idea, no me agradaría seguir viviendo con mis padres adoptivos, y bueno…Solo sería un poco deprimente.
Al salir, anduve por toda la ciudad de Inazuma, para luego adentrarme a un bosque, el cual me sabía como la palma de mi mano, más de una vez he ido allí para correr, y esta vez no sería la excepción.
Así que no lo pensé dos veces, y me adentré en éste. Como siempre los árboles grandes y verdosos, hacían que pocos rayos de sol traspasasen el bosque, por lo que daba la sensación de que era un poco tenebroso, pero a mí me agradaba.
A los pocos minutos de estar corriendo de un lugar para otro sintiendo la brisa en mi piel y moviendo mis cabellos; escuché un grito no muy lejos de aquí:
-¡No, por favor, dejadme! ¡Que alguien me ayude!-al escuchar aquello, no dudé en acercarme al lugar, del cual procedían los gritos.
Me escondí tras unos árboles lo suficientemente gruesos para que no me vieran. Por lo visto había cinco hombres corpulentos, intentando llevarse a un pobre niño indefenso a saber quién sabe dónde.
No era una escena muy alentadora, vamos; sabía que si iba a salvarle, no podría con esos hombres, sin embargo tampoco podía permitir que se lo llevasen, y si llamo a la policía ya sería demasiado tarde.
¿Qué debía de hacer?
Suspiré hondo, decidido a salvar a aquel chico, tal vez si él llamaba a la policía llegarían a tiempo para salvarme ya que después de todo tengo mucha más resistencia que aquel chico.
No dudé en aparecer en escena, como los típicos súper héroes de las películas o animes, solo que esta vez era la realidad, y yo solo era un simple detective.
-Oye, ¿por qué no mejor os metéis con alguien de vuestro tamaño? ¡Lo que estáis haciendo es una injusticia!-les grité captando la atención de todos ellos, tenía que admitirlo, estaba más que asustado, mas no les daría el lujo de verme temblando como si de un cachorro abandonado se tratase.
El que agarraba al chico le soltó para no dudar en golpearme a mí, mientras el chico salía despavorido de allí, solo espero que llame a la policía y que a mí no me pasase nada.
Pero como mi mala suerte siempre estaba de mi lado, no pasó de aquella manera; como suponía no podía contra ellos, no sabía cuánto llevaba resistiendo aquellos golpes.
-El chico ha escapado, ¿qué hacemos, jefe?-preguntó uno de ellos por un walkie talkie, haciendo que por un momento me distrajera, y sin percatarme uno de ellos me propinó un golpe en la cabeza, y de inmediato perdí el conocimiento…
Fin FLASHBACK.
Me senté de golpe en la cama, en la cual me encontraba, con la respiración agitada y sudor recorriéndome la frente, ¿qué había sido eso…? Por el brusco movimiento, de nuevo el estómago me volvió a doler, con la notoria diferencia, de que ahora ya no había rastro de sangre, en cambio se encontraba una venda tapándome la herida.
Así que no he muerto…
-Shirou-sentí a mi derecha que alguien me llamaba, era mi madre adoptiva, la cual se veía muy preocupada por mí, y algo más demacrada que la última vez que la vi.- Nos tenías tan preocupados...Menos mal que estás bien, ¿qué ha pasado?
¿Qué me había pasado? Eso mismo me preguntaba yo, solo podía recordar como aquellos tipos me vencían para hacerme a saber qué cosas, pero no quería ni saberlo, tenía un mal presentimiento.
-N-no sé-les expliqué todo lo que recordaba que más bien era poco, una pregunta rondaba por mi cabeza, y no podía callarla por mucho más tiempo.-¿Cuánto tiempo he estado desaparecido?
-Medio año-respondió mi padre que de momento no había hablado hasta ahora.
Me quedé más que sorprendido…Me esperaba algo como; dos semanas, o como máximo tres, pero ¿¡medio año?! ¡Eso no podía ser!
-Shirou-me llamó otra persona, de la cual no me había dado cuenta de su presencia, hasta ahora, se trataba de Hiroto, el que me encontró en ese bosque con aquel establecimiento en llamas.- Lo importante es que ahora estás bien, ¿sí?-trató de tranquilizarme notando lo afligido que estaba con respecto al tema.
-¿Cuándo me darán el alta?
-Los médicos han dicho que dentro de varios días, por suerte la bala no tocó ningún órgano vital-respondió mi madre mucho más tranquila que cuando me desperté.
Supongo que ahora volveré a tener mi vida normal, o eso esperaba…
Fin POV’S Fubuki.
----------------------------Día actual-----------------------
POV’S Gouenji.
Estaba en la cama, mirando hacia el techo sin hacer absolutamente nada…Desde hace ya seis meses que no sabía nada de mi compañero de trabajo Shirou Fubuki…Bueno realmente no estaría tan preocupado si solamente fuese eso, pero no era así, y es que aquel chico tan inocente me había cautivado por completo y lo peor de todo aquello…es que no me había dado cuenta de que estaba perdidamente enamorado de él, hasta que aquel fatídico día desapareció por completo.
Parecía que el dicho de ‘’No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes’’ estaba hecho solo para mí.
Tanto Hiroto como yo, y muchos más policías nos hicimos cargo de ese importante caso, mas para nuestra mala suerte no encontramos ni siquiera una pista de su paradero, era como si hubiese desaparecido de la faz de la Tierra.
Yo solo esperaba que algún día volviera a aparecer con su tierna sonrisa, indicando que se encontraba en perfectas situaciones y que en este tiempo, tuvo que hacer algo de suma importancia.
Le echaba tanto de menos, que sentía que cada día que pasaba y no lo veía, era una tortura para mí.
Con algo de pereza tanteé por mi mesita de noche para coger el móvil y mirar la hora.
11:02
Ya era hora de levantarse, no podía seguir haciendo el vago, a pesar de que era eso lo que más se me apetecía hacer en estos momentos, y es que no tenía ganas de hacer absolutamente nada.
Bajé las escaleras, y mientras desayunaba encendí la pequeña televisión que tenía en ésta, decidiendo poner las noticias, a ver si había pasado algo importante.
-Al parecer, hace poco uno de los detectives de la prefectura de ciudad de Inazuma, por fin ha dado con Fubuki Shirou, también detective que hacía medio año que había desaparecido sin dar explicaciones.-al escuchar aquello sin poder evitarlo escupí el café, el cual me estaba bebiendo, sin poder creer lo que decían en las noticias, ¿de verdad que estaba de vuelta? Sentí como si mi corazón diese un vuelco de tal emoción.
Como si me vida dependiese en esos momentos, corrí como alma que llevaba al diablo, vistiéndome a toda prisa con la intención de ir hacia su casa, y verlo después de tanto tiempo. Sentía como si esas energías que antes me faltaban, ahora me sobraban por completo.
FIN POV’S Gouenji.
POV’S Fubuki.
Tal y como dijeron mis padres a los pocos días me dieron el alta, y ya estaba otra vez en mi hogar dulce hogar.
Desde que llegué aquí no volví a recordar nada sobre ese sitio, y nada sobre lo qué pasó realmente.
Hiroto estuvo investigando, y se encontró con todos los que trabajaban allí calcinados, al parecer fui el único que sobreviví de aquello. Tenía muchas dudas en mi cabeza, no sabía qué pensar, ¿y si había sido yo…? Negué con la cabeza, eso no podía ser.
También le pregunté sobre Gouenji, aquel hombre que era compañero de trabajo mío, al cual le cogí bastante cariño, y a decir verdad también estaba preocupado por él, ya que al parecer se dio de baja en el trabajo por varios días; le estuve llamando en estos días y no me cogía el teléfono, haciendo que me más por él que por mí.
Teniendo también en cuenta que los médicos querían que reposara por si la herida se volvía a abrir, Hiroto no me dejaba hacer apenas en la casa, y menos me dejaba ir a la casa de Gouenji a ver si le había pasado algo, y la preocupación me estaba matando a poco por dentro.
-¡Hiroto!-le llamé desde el sofá mientras miraba la televisión, sin embargo me aburría lo más grande porque no había nada interesante que ver. Tras unos instantes apareció en el salón, sentándose a mi lado con una sonrisa.- Me aburro, no me dejas hacer apenas nada en la casa, y encima tú estás limpiándola-le reproché cuando en realidad hacía bien en limpiarla, estuvo tan concentrado en encontrarme que apenas se preocupó por la limpieza de ésta.
-Tienes que reposar, Shirou, cuando termine te prometo que haremos lo que quieras para que no te aburras, solo espera un poco más-me respondió con una sonrisa contagiosa en su rostro, me sentía como un niño pequeño por haber dicho aquello, aparte de que yo me estaba quejando infantilmente debido a mi aburrimiento extremo.
Tras eso escuchamos como el timbre de la casa sonaba con insistencia, me iba a levantar para abrir, mas Hiroto me lo impidió yendo él.
-¡Ya voy!-gritó mientras se acercaba a la puerta y yo me quedaba pensando en quién sería.- Ah, sí, claro, pasa.-escuché como decía y al poco tiempo después vi como la persona que hace minutos estaba pensando, aparecía allí como por arte de magia.
-¿Fubuki?-preguntó sorprendido, sin poder creerse que de verdad había vuelto, por unos instantes nos quedamos mirando, hipnotizados, hasta que me levanté y corrí hacia sus brazos estrechándolo fuerte. Él no dudó ni un segundo más y me correspondió a mi abrazo, estrechándome también entre sus fuertes brazos.-¿Dónde has estado? Dios, me tenías tan preocupado, pensé…-por un momento se le quebró la voz.-Que no te volvería a ver…
Sé que yo no tenía la culpa de lo ocurrido, pero eso no quitaba que me sintiese mal por mis seres queridos, los he preocupado muchísimo y ahora que estaba de vuelta, no pensaba volver a desaparecer de esa manera.
-No te preocupes, ya volví-me separé un poco de él para mirarle con una sonrisa, se la contagié porque él no dudó ni un segundo más en devolvérmela.
-¿Qué es esto?-preguntó extrañado al notar la venda debajo de mi camiseta, sin darme tiempo a responder, me la levantó viendo la herida de bala, la cual no sabía ni cómo me la hice; llegaba un punto en el que no saber nada me estaba frustrando. Pero también ante aquello, sentí como mis mejillas ardían debido a la vergüenza, a pesar de que éramos chicos, que me viese más o menos medio desnudo, me producía nervios y vergüenza.- ¿Qué te pasó?-expresó con cierto miedo en su tono de voz.
-¿Para cuándo la boda?-preguntó divertido Hiroto observando la situación en la que nos encontrábamos ambos. De inmediato enrojecimos más que su propio pelo, y los tres nos sentamos en el sofá procediendo a contar, tanto lo que sabía Hiroto sobre el asunto, y después lo que sabía yo.
Poco después comenzamos a hablar de trivialidades, sobre todo poniéndome al día sobre lo que había pasado en estos últimos 6 meses, riendo de vez en cuando ya que al parecer todos estaban entre un poco desesperados y asustados por lo que me había pasado, tanto que Midorikawa se empezó a inventar miles de teorías extrañas, como que me habían inducido los extraterrestres. Era típico de él que pensase en esas cosas, teniendo en cuenta su personalidad alocada.
Pasaron varias semanas más, y ya por fin estaba más que curado de esa herida, así que no dudé ni un segundo más, y junto con Hiroto nos dirigimos a la agencia de detectives donde trabajábamos todos.
No tenía ni idea de que mi vida a partir de aquí fuese a dar un giro de 360 grados, convirtiéndose por completo en un gran caos.