Fiebre.
Hiruma estaba recostado en la cama, apenas cubierto hasta la cintura con una manta de seda, solamente usaba una camisa blanca de Agon, sus mejillas estaban sonrojadas, apenas lograba mantener los ojos entreabiertos, su respiración era agitada y sudaba demasiado, su cuerpo se estremecía cada que los escalofríos le invadían.
Se hundía en los almohadones tratando de que ha habitación dejase de dar vueltas a su alrededor, casi perdía la consciencia, su cuerpo ardía, sentía sofocarse, sacudió los pies quitando la sabana que le cubría medio cuerpo.
La puerta de la habitación se abrió, Agon entro en la habitación con una bandeja de agua y paños limpios en las manos, dejo las cosas sobre el buró y camino hasta la cama.
-Maldita basura, creí que eras más astuto, con la fiebre no debes destaparte.
-Cállate… maldito rastas… aah… — Hiruma respondió más por instinto que por conciencia.
-Vamos levántate… — Tomó a Hiruma de la cintura para que se incorporara un poco y pudiese recargarse sobre los almohadones, fue cuando noto que la camisa estaba desabotonada y solo un botón cubría apenas lo necesario —… Debes cubrirte para que sudes todo lo necesario y que salga la fiebre.
-No me gusta… aah… sudar es molesto… aah… ya me siento pegajoso.
-Kukuku~ Sueles sudar más cuando estamos juntos — Dijo pasando sus manos entre las piernas del rubio.
-Sabes que tampoco me gusta… aah… que me hagas sudar… aah… — Aun cuando lo intentaba su voz salía entrecortada por los jadeos provocados por la fiebre. Había pescado un resfriado durante las prácticas de verano en que se había presentado una tormenta y con el cambio de temperatura su cuerpo había cedido al resfriado común, inmediatamente Agon le había hecho quedarse en cama, pero como el demonio terco que era acudió a la universidad y casi termino desmallado en medio del entrenamiento después de clases, entrenamiento en el que sorprendentemente Agon se había mantenido pendiente del rubio.
-Dame la pierna… — Pidió con un pañuelo húmedo en la mano.
-¡Está frío! — Hiruma se sobresaltó por el frio de la tela que recorría su piel.
-Te quejas de que tienes calor y ahora de que tienes frio, eres demasiado quejumbroso.
-Agon-kun~ — Hiruma abrazó por el cuello al rastas mientras lo llamaba con un tono demasiado meloso para el gusto del moreno.
-¿Qué quieres basura? — Respondió de mala manera tratando de alejar al rubio, no porque le desagradase su cercanía era más bien porque le estaba calentando y poniendo duro con sus mejillas enrojecidas.
-Prefiero un baño de tina, me estas excitando con el pañuelo frio.
-Maldita basura, déjate de estupideces, si es un baño de hielo lo que quieres no hay problema.
-Agon-kun, yo quiero que nos bañemos juntos… — Dijo el rubio sentándose sobre las piernas del moreno y posando provocativamente sus labios sobre los del moreno —… ¿Me ayudas a quitarme la fiebre Agon-kun?
-Kukuku~
-¿Eso es un sí?
-Tú sabes que eso nunca te lo negaría — Contestó mordiendo el labio inferior del rubio al tiempo que estrujaba sus caderas con sus manos morenas.
Se levantó y canino con el rubio en brazos rumbo al baño donde se metieron a la tina con agua apenas tibia que los hacia más sensibles a las caricias.
Un apasionante baño que hizo ceder la fiebre del rubio pero no su “calor”
Fin.