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Solo quiero ser tuyo por AbbiMichaelis

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Notas del fanfic:

Espero les guste y lo disfruten uwu 

Solo quiero ser tuyo.

Había sido un día demasiado agotador para el Líder de la familia Trancy, encerrado en su habitación se escondía de él desgarrador viento frío de la noche pensando en su fallido intento de decirle a su demonio mayordomo cuanto lo quería. Estaba más que seguro que en uno de sus mil intentos Claude lo había rechazado sutilmente, ese vago recuerdo le recorría en toda su cabeza como una mosca al cual no es capaz de matar. Siguió su camino hasta el cuarto de baño y parado frente al espejo, ligeramente encorvado con cara de decepción sentía el peso de su amor no correspondido en sus hombros, su mentesita le recalcaba lo idiota que había sido, su demonio no es para nada un tonto y estaba claro que se debió haber dado cuenta de su deseo para esa noche en la cual la iba a pasar solo con los reclamos que el mismo se hacía para sentirse mal.
-Vamos Alois, pensé que tenías las agallas suficientes para decirle a Claude lo que pensabas de él y lo que querías que pasara...- Se hablaba a sí mismo frente al espejo tratando de darse valor para intentarlo una vez más.
-Se que puedes, no esperes más y lo que pase lo aceptaras sin reclamo alguno.- Se animaba el joven de rubios cabellos, tirándose un poco de agua en la cara para calmar sus emociones se preparaba para salir del baño en busca de su atractivo mayordomo.
Paso a paso por el pasillo de su mansión iba ordenando las palabras en su mente, el gran discurso que haría a su mayordomo confesar lo mucho que lo amaba y él estaría dispuesto a corresponder sus sentimientos pues serian mutuos.
Una gota de frío sudor le resbalaba por la sien, estaba de más decir lo nervioso y ansioso que se encontraba, su corazón quería salírsele del pecho y en su estomago sentía que tenía contenidas todas sus emociones causándole cosquilleos intensos que no lo dejaban concentrarse. Aunque estaba asustado de ser rechazado otra vez, aún así había reunido el valor suficiente para pararse frente a él y soltar todo lo que tenía en lo más profundo de su corazón, esos sentimientos que había encerrado en una caja tirando la llave de esta en cualquier lugar, Claude había roto esa barrera para liberar sus sentimientos, aunque este no parecía querer hacerse responsable, el de brillante mirada azul estaba dispuesto a hacer que correspondiera su sentir.
Se encontraba petrificado de pie frente a la puerta de la cocina, detrás se encontraba su mayordomo tal vez limpiando platos. Llevo su mano izquierda a su pecho, sentía su corazón latir con locura, respiró profundo y con sus ojos ligeramente humedecidos por pensar en la posibilidad de un rechazo, se atrevía a cruzar el umbral de la puerta.
Justo como había pensado su mayordomo se encontraba enfilando los platos en una sola hilera para guardarlos en el estante. Alois solo lo contemplaba con sus mejillas encendidas en un vivo sonrojo aún conservaba húmedos los ojos como queriendo romper en llanto en cualquier momento, delante de él su demonio lo observaba expectante a lo que diría.
-Claude...- En un llamado le hablaba Alois, su voz sonaba quebradiza, nerviosa y necesitada de atención.
-¿En qué puedo ayudarle su alteza?- Preguntaba atento el mayordomo, aunque sabía de sobra por qué su amo se encontraba parado frente a él asustado y temblando quería poder escucharlo directamente y él le respondería.
-Claude... Yo... Yo...- Repetía Alois jugueteando con sus dedos, una sola frase se paseaba por su mente "Lo has arruinado" El mayordomo suspiro cansado, el rubio lo había seguido todo el día tratando de dar una confesión a medias.
-¿Dónde está Hannah?- Preguntó el mayor sacando de su trance nervioso al rubio que sintió coraje al escucharlo preguntar por esa resbalosa mujer.
-Salió.- Respondió secamente el menor con envidia en sus azules ojos.
-Y usted se atreve a venir conmigo en medio de la noche estando solo nosotros dos en este lugar, con ese tentador rostro sonrojado...- Hablo con seductora voz Claude acercándose peligrosamente al rubio que retrocedía a cada paso que el mayor daba.
-¿Que crees que haces?- Preguntó Alois sintiendo un calor dentro de su pecho, su mayordomo se encontraba acercándose a él con firmes pasos y una sonrisa formada de lado.
-Lo que usted quería que hiciera...- Le susurró ya estando lo suficientemente cerca de Alois, lo tenía arrinconado a la pared mirándolo fijo a los ojos. El menor con su frenética respiración sentía su corazón en la boca, sus labios ligeramente abiertos y el sonrojo en sus mejillas lo hacían verse demasiado irresistible a los ojos del demonio que se relamía los labios por su amo.
El menor cerraba los ojos tratando de calmarse pues se encontraba ansioso por sentir a Claude tan cerca de él, trago saliva al tener los labios del demonio a escasos centímetros de los suyos, sus respiraciones chocaban entre sí impacientándose por juntarse en un beso.
-Claude... Te amo....- Confesó Alois, ajeno a todo colgaba sus brazos alrededor del cuello del mayor acariciando su cabello negro.
Claude pasó sus manos por la cintura del rubio, bajo una de sus manos por la pierna y la subió lentamente hasta la altura de sus caderas para poder acariciarla mejor.
-Su alteza ¿Me puedo tomar el atrevimiento de besarlo?- Preguntó Claude, aunque ya sabia que no era necesario pedirle permiso aún así lo hacía solo para molestarlo un rato.
-Me canse de tanto formalismo entre nosotros.- Hablo Alois y de una sola vez lo atrajo hacia si atrapando los labios de Claude en un sorpresivo beso, el mayor metió su lengua en la cavidad bucal de su amo, había esperando tanto por un beso de ese hermoso muchacho por el que velaba todos los días desde que iniciaron su contrato. Alois se esforzaba por complacerlo con aquel beso moviendo su lengua y juntándola con la de Claude sentía como el calor le iba subiendo por todo el cuerpo, Alois se apegó más a su mayordomo tratando de intensificar el contacto de sus cuerpos calientes por el deseo.
A los pocos segundos se separaron para coger aire, el rubio más que todo respiraba a grandes bocanadas, por un momento juró haber visto como los ojos color mostaza cambiaban a un rosa fluorescente en menos de un segundo. Sonrío pues era una buena señal el cambio de color de ojos en su mayordomo eso le afirmaba lo mucho que también deseaba tener intimidad. Volvieron a unir sus labios en un húmedo beso uno muy intenso y salvaje, Claude impaciente despejaba a su amo de toda esa molesta ropa y la lanzaba en algún lugar de la cocina, sus hábiles manos lo dejaron sin su camisa en segundos, bajó su mano lentamente por su pecho y atrapo uno de sus pezones con las yemas de sus dedos apretándolo y estimulándolo rudamente, Alois dejó el beso a un lado pues los gemidos comenzaban a salir de su boca, un hilillo de saliva aún los unía, el rubio echó su cabeza hacia atrás topándose con la pared mantenía sus ojos fuertemente cerrados concentrándose completamente en el placer que le proporcionaban las fuertes manos del mayor, comenzó a estimular el otro pezon repitiendo la acción hasta dejarlo duro.
Al mismo tiempo lamia el cuello de su rubio dejando algunas mordidas para marcarlo como suyo, al primer morado que se le hizo en el cuello Claude sonrió satisfecho pues estaba a la vista de todo el mundo. Alois buscaba con desesperación sus labios a lo que el mayor no se negó a darle un beso, uno muy salvaje y demandante tan bueno que le había causado una erección que se apretaba molestamente en su pantalón, Claude con malicia acariciaba el despierto miembro del rubio por encima de la tela, este a modo de venganza mordía fuertemente su labio sacando un ahogado gemido de la boca de Claude.
-Lindo sonido, deberías hacerlo más seguido.- Bromeó Alois pasando su dedo índice por la mejilla del mayor bajándola por su cuello hasta toparse con los botones de su camisa, los desabrocho uno por uno tomándose su tiempo mientras rozaba sus labios con los de Claude que empezaba a desesperarse por sentir más cerca de él al rubio.
Optó por arrancar de un solo tirón los pantalones de aquel chiquillo que se sentía demasiado excitado con la actitud ruda de su mayordomo.
-Su alteza, está seguro de querer continuar?- Preguntó serio Claude mirando a los ojos de Alois, aunque no lo demostraba sentía algo muy fuerte por ese joven de azul mirada, y sabiendo lo salvaje que era tenia que advertirle pues primero iba su amor por el ante cualquier deseo.
-Claro que quiero continuar...- Respondía el rubio fuera de lugar, no entendía el cambio de actitud de su demonio.
-Yo no suelo ser delicado Alois.- Contestó él mayor.
-Tampoco quería que lo fueras.- Dijo el rubio sonriendo, Claude tomando eso como una afirmación de seguir llevó dos de sus dedos hacia la boca de Alois que los lamió como si fuera una paleta.
El rubio se encargaba de desabrochar el pantalón de Claude y se lo bajó hasta las rodillas junto con su ropa interior, con malicia comenzaba a acariciar el miembro de Claude que era muy grande según Alois, sentía un millón de cosquillas al imaginarse el ser penetrado por ese enorme pene. Claude agarró una de las piernas del rubio y la alzó, sacó sus dedos muy bien lubricados por Alois y los llevó hasta la parte baja de este último, con su dedo índice acaricio su entrada que palpitaba por ser embestida, adentró un dedo sintiendo lo cálido que estaba su interior, movía el dedo en círculos por unos segundos hasta que sintió que se había extendido un poco mas adentró el segundo dedo haciendo temblar de placer a Alois que solo echaba hacia atrás su cabeza disfrutando de aquellos traviesos dedos, mientras el menor masturbaba a su mayordomo con rapidez moviendo sus dos manos de arriba hacia abajo apretando levemente comenzaba a salir el líquido pre-seminal de ambos miembros.
-Claude... Por favor ya...- Gemía Alois desesperado por sentir algo más grande que unos simples dedos. El mayor se acercó para poder besarlo transmitiéndole de alguna manera el cariño que sentía algo que a Alois pudo sentir pues el beso era muy delicado y suave. Sacó los dedos y los remplazó por su miembro, al principio adentro solo la punta y poco a poco iba empujando hasta que entrara completo, el rubio rasguñaba los hombros y espalda de su mayordomo, el mayor para no gemir se ocupaba en lamer y morder el cuello de su amo. Al pasar algunos segundos comenzó con un lento y profundo vaivén, la cocina se llenaba de los gemidos de Alois y el olor a sexo que ambos emanaban, el sucio sonido de sus cuerpos al chocar también se escuchaba en esa cocina que era testigo de su primera entrega. Las penetraciones de Claude iban aumentando su ritmo tocando en ese punto que sacaba de quicio al rubio, sus cuerpos perlados de sudor se movían para darse más placer, mientras Alois se masturbaba torpemente pues su mente estaba ocupada en sentir el placer que le otorgaba su mayordomo, el mayor jadeaba solo para Alois y este gemía en el oído del demonio para que así aumentará sus penetraciones.
-Eres... Increíble.... Claude más!- Gemía entrecortado el menor aferrándose al cuello de Claude, las piernas le temblaban y su miembro estaba hinchado dispuesto a explotar en cualquier momento.
El mayor llevo su mano hasta uno de los pezones de Alois y los apretaba para darle mayor placer, se sentía enloquecer con tanta atención que le daba su demonio, pasaron unos pocos minutos en esa acción hasta que el menor llegó al orgasmo clavando sus uñas en la espalda de Claude, el miembro de este era apretado por las paredes anales de su pequeño haciéndolo llegar al orgasmo también llenando todo su interior de semen caliente y espeso.
-Claude... Te amo...- Confesaba Alois cansado por la actividad sexual y avergonzado por haberse confesado de esa manera. El rubio no recibió una respuesta, a cambio solo recibió un beso, pero nada más que eso ni siquiera una caricia o una mirada cargada de amor, solo la confusión se reflejaba en los ojos mostaza de aquel hombre. Ambos se vistieron y arreglaron sus ropas, el silencio los acompañaba y una infinita tristeza se apoderaba del corazón del muchacho. "Que puedes esperar de un demonio sin sentimientos" se repetía mentalmente.
Salió lo más rápido que podía de aquella cocina en donde habían tenido intimidad y se dirigió a su cuarto se cambio de ropa y se tiró a la cama, no podía evitarlo las lágrimas resbalaban incontrolables de su rostro.
Mientras tanto Claude reflexionaba sobre las palabras pronunciadas por aquel chico que llenaba de alegría su frío corazón, no es que no lo quisiera, lo amaba, sin embargo había sido la primera vez en la escuchaba un sincero "Te amo" de alguien a quien el también amaba. -¿Qué debería hacer contigo Alois?- Se preguntaba Claude suspirando por haber arruinado su única oportunidad de liberar ese sentimiento.
La mañana llegó muy rápido, el menor se removía molesto en su cama al sentir los rayos del sol irrumpiendo en su habitación, con pereza abría los ojos, se sentó despacio en la cama aún dolido por el silencio de su mayordomo después de haberse confesado, dirigió su vista hacia la ventana y contempló el paisaje.
Minutos después Claude se atrevía a tocar la puerta sacando de sus cavilaciones al rubio que lo dejo pasar de inmediato, a pesar de lo sucedido no iba a dejar de ser como era, simplemente suprimiría esos recuerdos de su mente como si nada hubiera pasado entre ellos dos. Claude notó la distancia de su amo y el intento en hacerle creer que nada estaba mal con el, su indiferencia lo había hecho tomar una decisión.
-Su alteza ¿me permite decirle algo?.- Preguntó el mayor estando a solas con su amo en uno de los pasillos.
-Claro ¿Por qué no?- Respondió con una sonrisa volteándose a verlo.
-Lo que está haciendo es una muy mala actuación.- Habló el mayor borrando cualquier rastro de una sonrisa en Alois.
-No sé de lo que hablas.- Dijo el rubio dando media vuelta para seguir su camino el cual no pudo completar pues Claude lo jaló del brazo arrinconándolo a la pared rudamente.
-¿Qué es lo que pasa contigo Alois? ¿Fuiste a querer acostarte conmigo ayer y ahora pretendes hacer como si nada hubiera pasado? Has estado evitándome todo el día.- Le dijo el mayor a escasos centímetros de su rostro, el rubio se encontraba nervioso y sus orbes azules se empapaban de lagrimas, tal vez había sido un poco insensible con sus palabras.
Alois lo empujo en un fallido intento de escapar de el, lanzaba golpes a su pecho en vano pues el mayor no parecía ceder.
-¿Por qué me haces esto? ¿Qué más quieres de mí? Me entregue a ti y te di lo único que me quedaba, un amor sincero y tú lo rechazaste... ¿Y ahora vienes a preguntarme qué es lo que pasa conmigo?- Gritaba el joven en medio del llanto, sus manos se encontraban empuñadas por el coraje contenido y su cabeza la mantenía agachada mientras gruesas lágrimas caían al piso.
-Maldición Alois... Te amo.- Confesó Claude buscando la mirada del rubio para que le creyera al mirarse el mayor limpió las lágrimas de su amo, tanto tiempo con ese desconocido sentir por fin podía liberarlo.
-Claude... Yo también te amo... Demasiado.- Decía Alois abrazándose emocionado a su mayordomo que lo recibió con los brazos abiertos, se volvieron a mirar y se regalaron un largo beso repleto de cariño sellando el amor mutuo que se tenían.

Notas finales:

Si les gusto dejen un review estaría muy contenta de leerlos<3 


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