Año 1800
Gente caminando por doquier, carrozas siendo jaladas por caballos robustos, personas con sus puestos de frutas, verduras, aceites entre otras cosas.
Mujeres vestidas elegantemente con sus vestidos anchos y hermosos y llevando a juego una sombrilla para que el fuerte sol no les llegue tan directamente.
Hombres con sus sacos elegantes, chalecos, sombreros y bastón, para verse más sofisticados y elegantes al caminar y algo que no se puede olvidar, su espada aun costado, para protegerse o simplemente por orgullo.
Es el escenario para esta historia.
-Joey! Joey! Joey! Tienes que hacerme caso, muchachito
-No madre, no!!, basta de todo esto! No me voy a casar con alguien a quien no amo, entiéndelo, yo tengo derecho a soñar y casarme con alguien a quien ame de verdad!
Joey Wheeler es un muchacho muy bello, posee los cabellos rubios como el sol, ojos color miel, un muy bien formado cuerpo, blanco, pero especialmente, es sumamente amable y cariñoso.
-Te callas y me escuchas!! Y ahorita mismo te bajas de esa nube en la que estas, no ves que te conviene, Noah Kaiba es de una excelente familia, guapo, inteligente, un perfecto esposo!!
-Al que no amo!! No entiendes madre, déjame en paz de una buena vez, te lo pido!
-Vas a ser lo que yo te diga y punto muchachito!
-Pues no!! Tú lo único que quieres es presumir con tus amistades, Acaso piensas que soy un trofeo?
-Cállate-lo abofetea logrando incluso tirarlo al piso-no me vuelvas a hablar así, soy tu madre y exijo respeto!
Pero Joey ya no la escucho, se puso de pie lo más rápido que pudo y salió corriendo, sin detenerse a escuchar los gritos que lanzaba su madre para que se detuviera.
Llego a la zona donde guardaban los caballos y tomo uno rápidamente, no deseaba permanecer en esa casa por el momento, lo único que quería era huir y no pensar más.
Porque su madre era así con él, parecía que lo odiaba, solo a su hermana mayor Serenity la trataba con cariño, a él, por el contrario, maltrataba con insultos y ofensas de todo tipo. El único motivo que le ayudaba a soportar esa terrible vivencia día a día, era su padre, a quien amaba mucho y era el único que lo trataba con cariño y se comportaba como lo que era, su padre.
Tirando del caballo, llego al bosque, específicamente a un rio, donde bajo un momento para poder respirar y calmarse, aclarar sus ideas y no derrumbarse ante tanto odio que había para con el de parte de su madre y hermana.
Metió su mano al rio y mojo su rostro, tratando de borrar las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas para luego acostarse en el pasto y cerrar los ojos, le encantaba el sonido de la naturaleza, le traía tanta paz, tanta tranquilidad.
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No muy lejos de allí, se escuchó el relinchar de unas bestias.
Dos caballos llegaron junto a sus dueños.
El primero que bajo, era de estatura normal, ni alta ni pequeña, contextura delgada, blanco, su cabello era en 5 picos y 3 colores distintos, negro con violeta y mechones rubios en la frente, sus ojos, de color rojo como la misma sangre, llevaba un pantalón café oscuro a juego con un saco y camisa blanca manga larga, con un lazo rojo en el cuello, a un costado portaba una espada y por último un pequeño sombrero ovalado, este se acercó al segundo caballo.
De este bajo un hombre sumamente apuesto, era alto, blanco, su cabello de color castaño, llevaba un pantalón negro a juego con un chaleco negro y camiseta manga larga blanca, en su mano derecha llevaba varios anillos y en su cintura llevaba una espada, pero lo que te dejaba realmente impactado, era su mirada, tan misteriosa, de un color azul tan brillantes como un zafiro y tan profundos como el inmenso mar.
-Me sorprende mucho el que haya querido salir a cazar señor, por lo general siempre se queda en casa
-No lo sé, Yami, simplemente fue una corazonada, hoy tuve ganas de salir cazar y eso fue lo que hice-sonrió para sí mismo
-Está bien señor-tomo una escopeta y se la paso a su señor-Entonces comencemos
-Vamos!
Ambos se prepararon para comenzar con la persecución y se metieron al bosque.
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Joey seguía recostado en el pasto, se sentía tan tranquilo en medio de ese rio y bosque, parecía que esa paz no la podía interrumpir nadie, pero, no fue así.
Primero vio salir corriendo varios animales lo que logro descolocarlo
-Qué sucede?-miro para todos lados
De un momento a otro escucho un disparo muy cerca de ahí, logrando asustarlo y levantándose de golpe, subió a su caballo para comenzar a huir.
Pero lastimosamente otro disparo, demasiado cerca de él se escuchó, logrando que su caballo perdiera el control y comenzara a correr a toda prisa y Joey al no ser un experto en equitación, solo opto por agarrarse duro y gritar por ayuda.
-Ayúdenme, por favor, alguien AYUDAAA!!!!
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-Escuchaste eso Yami?
-Parece que alguien está gritando, pero por dónde?
Miraron por los alrededores cuando de un momento a otro vieron pasar un caballo a toda prisa, mientras que la persona que iba en él, gritaba por ayuda.
-Ayúdenme por favor!!!
Sin pensarlo, ambos jóvenes corrieron por sus caballos para detener el que había pasado a toda prisa.
Por otro lado, Joey seguía gritando por ayuda, quería saltar del caballo pero sus manos se enredaron con las cuerdas y sería inútil el saltar, intento soltarse por todos los medios y no se fijó que delante de él había unas ramas algo gruesas, por lo que se golpeó la cabeza, logrando que el rubio perdiera el conocimiento montado sobre su caballo.
De un momento a otro, Yami y Seto habían alcanzado al caballo y como pudieron lograron detenerlo, Yami sostuvo las riendas mientras Seto tomaba en brazos al muchacho inconsciente, algo dentro del de ojos azules pareció quedar prendado al joven, el ojirubi logro sacarlo de ese pequeño trance al hablar.
-Señor, tiene un fuerte golpe en la frente, hay que llevarlo a la casa, Tea podrá ayudarnos a atenderlo
-Entonces démonos prisa!
Ambos se encaminaron a casa del de ojos azules.
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Mientras tanto en la casa de los Wheeler
-Dónde se habrá metido ese niño?!-decía histéricamente la señora Kaede Wheeler a su esposo e hija que se encontraban con ella en el pasillo.
-De seguro ha de estar en ese cochino bosque, no sé cómo alguien de nuestro nivel se le ocurre meterse en esos lugares-comento la hija mayor, Serenity Wheeler. Poseía belleza sí, pero sus actitudes la hacían ver como una muchachita caprichosa y materialista. Su cabello era castaño tirando un poco a rojo, sus ojos color miel al igual que su hermano, delgada, blanca.
-Cuando vuelva me encargare de castigarlo, irse así, sin avisar y justo cuando viene Noah Kaiba a visitarlo, que vergüenza por Dios, un día de estos me va a dar un ataque con ese mocoso!!-mientras decía esto, hacia como que se ahogaba y Serenity la abrazo.
-Tranquila mamá, cuidado vaya a enfermarse por ese tonto que…
-BASTA!!-grito eufórico el padre, Don Lucas Wheeler-No voy a dejar que hablen así, de mi hijo, de tu hijo y tu hermano!! Sabes bien que yo tampoco estoy de acuerdo con que se quiera obligar a nuestro hijo a que se case.
-Escúchame bien Lucas, este matrimonio se tiene que llevar a cabo, ya casi no tenemos dinero, esta es nuestras única salvación a la ruina!
-Eso es lo único que te importa? El dinero? Qué hay de tu hijo? De su felicidad?
-Por él también lo hago, Noah Kaiba es un hombre guapo, millonario, caballeroso, de seguro lo hará muy feliz
-Pero él no lo ama, entiéndelo
-Ya Basta con eso! No quiero seguir escuchando más! Serenity, acompáñame a atender a Noah Kaiba!
-Claro madre.
Ambas mujeres se retiraron al salón, dejándolo solo.
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En el salón, Noah Kaiba, el gemelo de Seto Kaiba, esperaba con un presente para Joey.
Noah al igual que su hermano, poseía el cabello castaño, ojos azules, alto, pero había algo en su mirar, que lo diferenciaba de Seto.
Había conocido al joven Wheeler en una fiesta a la que había asistido hace una semana, desde ahí había quedado prendado de su belleza, pero, felizmente el no tuvo que hacer mucho trámite para conocerlo, al parecer su madre, se dio cuenta de su interés por su hijo y lo había invitado a su casa para que se conozcan.
-Mi querido Noah-dijo llegando la señora Wheeler junto a su hija-Lamento haberte hecho esperar, pero, lamentablemente, mi hijo está muy indispuesto y no puede atenderte, se me cae la cara de vergüenza contigo
-Por favor acepte nuestras disculpas joven Kaiba-hablo fingiendo dulzura Serenity
-No se preocupen damas, por favor entréguele este obsequio a Joey, con su permiso, buenas tarde.
Noah se marchó del lugar algo malhumorado, mientras ambas mujeres habrían el obsequio para Joey
-Madre mira, es una cadena bellísima-le brillaban los ojos
-Puedes quedártela hija mía, el tonto de tu hermano no la merece
-Muchas gracias mamá
Ambas sonrieron para luego dirigirse a tomar él te
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Seto y Yami habían llegado a la residencia Kaiba, El ojirubi ordeno inmediatamente a Tea, la sirvienta, vendas y agua caliente, mientras Seto llevo a Joey a su habitación y lo recostó.
La frente del rubio sangraba y este parecía estar en la inconsciencia.
Seto se detuvo a observarlo, era sumamente bello, su corazón pareció palpitar y no supo realmente que pensar.
-Señor aquí está todo para curarlo-interrumpió Tea, entrando junto a Yami
-Muy bien, prosigan-El ojiazul se alejó un poco para dejar que atiendan al muchacho.
Luego de unos momentos, terminaron su labor y se retiraron del lugar, dejando al chico a solas con su Señor.
Seto volvió a observar al joven inconsciente en su cama, un impulso hizo que acercara su mano a la mejilla del de ojos mieles, logrando que este poco a poco abriera los ojos, quedando ambos mirándose fijamente
-Quién eres tú?-pregunto, pero Joey pudo sentir como su corazón se aceleraba en ese momento, como se perdía en la profundidad de esos ojos azules y dejo que el más alto permaneciera con su mano en su mejilla.
-Mi nombre es Seto Kaiba-hablo despacio, ninguno de los dos, aparto su mirada
Para ambos esa cálida sensación era nueva, nueva y muy agradable…