Mi nombre es Min Yoongi, aunque mis amigos me llaman Suga. Tengo veintidós años y vivo en Seúl, pero por motivos universitarios ya que yo soy originario de Daegu, y con orgullo.
Mi físico no es nada especial. Mido aproximadamente uno setenta y seis y mi constitución es delgada, tal vez demasiado. Ésto es algo que me acompleja, ya que por más ejercicio que hago, sigo igual de flacucho. Pero ésto es compensado con mis piernas, el orgullo de mi cuerpo. Varias amigas me han preguntado el secreto para tener unas piernas tan delgadas y esbeltas y yo les respondo que simplemente es genética. En serio, adoro mis piernas. También me gusta mucho mi piel, tan blanca y tersa. Realmente han valido la pena todos éstos tratamientos de piel que me he ido haciendo durante estos años que llevo viviendo en Seúl. Por último, mi cara es fina y aniñada, haciendo que aparente muchos menos años de los que tengo realmente -me han llegado a echar dieciséis años, con eso os lo digo todo- y llevo mi pelo teñido de verde pastel, aunque probablemente vuelva al rubio que llevé hace poco tiempo, pero no sé.
Llevo residiendo en Seúl desde los diecinueve años en un piso, en solitario. Me escogieron en la carrera que quería, en la universidad que quería. Además, estuve entre las mejores notas. ¿Qué más pude pedir? Ah, sí. Amigos.
Amigos que tardaron en llegar unos dos años. Conocí por casualidad a Jin y a Jungkook en una fiesta universitaria, la primera a la que fui desde que estudio aquí y realmente hicimos buenas migas. Pocos días después de haberles dado mi whatsapp, me metieron en un grupo con el resto de pandilla. En total somos siete personas, un grupo bastante numeroso y variopinto. Si me permitís, os describiré a los miembros de dicho grupo.
Jin, el primero al que conocí, tiene veintitrés años -es un año mayor que yo-. Es un chaval de constitución bastante robusta, con espalda y hombros bastante anchos. Es de estas personas que las ves y sientes el impulso de abrazarlas. También he de reconocer que es un chico bastante atractivo, con esa cara tan fina, los labios carnosos, los ojos chispeantes de alegría y el pelo castaño con algunas mechas de un castaño más claro era la perdición de muchos chicos y chicas. Encima es un chico bastante dulce, comprensivo y gracioso. Es considerado la madre del grupo, ya que siempre nos protege de todo y además de que cocina muy, muy bien.
Continúo con Jungkook, el segundo al que conocí, y que es el amor platónico de Jin. Tiene dieciocho años -es el menor del grupo, por lo que siempre le tratamos como si fuese un chiquillo, cosa que es-. Es bastante alto para su edad, pero está muy bien proporcionado. Eso sí, su cara de niño pequeño no tiene nada que ver con el cuerpo que tiene, con esa sonrisa de conejito que enternece el corazón de cualquiera, sobretodo el de Jin, al que se le cae la baba con él. Tiene el pelo teñido de un color morado oscuro que le sienta bastante bien. Es un chico muy alegre y cariñoso con todos.
imin es considerado como el sex symbol del grupo. Y lo es con razón, ya que está como un tren. Es bajito -un poco más que yo- pero tiene un culo que parece una pelota de playa, os lo digo en serio. Encima tiene unos abdominales más o menos marcados y en general, que es bastante follable. Tiene unos veinte años, y al igual que Jungkook, tiene una cara aniñada. Pero no deja de ser guapo y bastante versátil, llaman la atención sus labios carnosos y sus mejillas densas. Tiene el pelo teñido de un rojo sangre que le sienta muy bien, aunque quiere dejar que el tinte se caiga para tenerlo naranja. Cada cual hace lo que quiere, ¿no?
Sigo con TaeHyung, o como nosotros le llamamos, V. Pero Jungkook le llama TaeTae, y sinceramente creo que está enamorado de él y que V de una forma u otra le corresponde. Pero bueno, eso es cosa suya. V tiene veinte años al igual que Jimin -están de hecho en la misma clase y llevan siendo amigos desde que eran pequeños-, y una altura similar a la de Jungkook. También está bastante proporcionado aunque un poco más delgado que, por ejemplo, Jimin o Jungkook. También TaeHyung es bastante guapo, siendo considerado una de las bellezas del campus. Ésto es debido a su sonrisa rectangular contagiosa, su cara dulce pero masculina y su profunda, profunda voz. Pero luego, su comportamiento y personalidad nada tienen que ver con ello. Es bastante, cómo decirlo, especial. Le encanta jugar con todos nosotros y sobretodo, con Jungkook -quien es su compañero de juegos-. Pero es un muy buen chico.
Hoseok, o J-Hope como es comúnmente conocido, es un caso aparte. Hablar con éste tío es asegurarte un dolor de tripa por las risas. Es capaz de levantarte el ánimo aunque estés totalmente hundido en la mierda, es por eso que le llamamos la esperanza del grupo ya que sin él seríamos una panda de emos. Tiene veintiún años -un año menor que yo- y es igual de alto que V. Es muy, pero que muy cercano a Jimin y realmente hacen buena pareja ya que hay bastante complicidad entre ellos. Tiene un cuerpo bastante proporcionado y, aunque está fibrado, no llega al nivel de Jimin. Pero no por ello deja de estar bueno, y también tiene un culazo. Su cara representa la felicidad, siempre con una sonrisa en la boca. También una cosa característica de su cara son sus pómulos marcados, haciéndolo bastante atractivo para la vista. Su pelo es de color negro, pero está pensando en teñirlo de marrón.
Por último pero no menos importante, muy a mi pesar, tenemos a NamJoon. Es un chico bastante alto -mide uno ochenta y algo-, de piel un tanto tostada y delgado. También es bastante guapo, de sonrisa encantadora endulzada por unos hoyuelos que aparecen a la vez que ésta. Actualmente tiene el pelo teñido de rubio platino, el cual le sienta endemoniadamente bien. Tiene veintiún años, al igual que Hoseok. Y su personalidad digamos que es… brillante. Es serio, pero a la vez es dulce y atento. Con las personas que no soy yo, claro, aunque antes fuera todo eso y más conmigo. Y sí, como más de uno habrá supuesto, NamJoon es mi ex. Os contaré un poco nuestra historia.
Todo empezó poco después de conocer a mis amigos. Nos conocimos y básicamente fue un flechazo. Nos fijamos uno en el otro. Qué suerte, ¿no?
A las pocas semanas, comenzamos a quedar a solas. Nuestros destinos solían ser parques y cafeterías, aunque un día me armé de coraje y le invité a mi casa a ver una película. Realmente me enamoré de él, era perfecto y, para felicidad para mí, su sentimiento no era menor. Y ése dichoso día en el que le invité a mi casa, me lié con él. Ambos estábamos nerviosos ya que era el primer beso para los dos, y el primer… todo. Digamos que era como que nos estábamos esperando el uno al otro. Al par de días de aquello, para alegría de los demás que no dejaban de presionarnos porque hacíamos una pareja encantadora, comenzamos a salir oficialmente.
NamJoon vivía aún con sus padres, a los cuales conocí al mes de estar saliendo con él. Me resultaron unas personas bastante majas y realmente me sentí muy querido por ellos. Tanto aceptaban nuestra relación que nos dejaban estar solos en el dormitorio de NamJoon, ¿no es genial?
Poco después de eso, llegó nuestro gran día: el día en el que ambos perdimos la virginidad con el otro. Fue una noche mágica para los dos, realmente especial. Aún se me ponen los vellos de punta al recordar el cariño con el que me preparaba para introducirse en mí poco después. Gracias a eso, sólo me dolió lo necesario y ambos pudimos disfrutarlo. Yo, sinceramente, volvería a aquel tiempo.
Pero todo nuestro amor y nuestra pasión se fue apagando. Más por su parte que por la mía. NamJoon se volvió frío, distante y a veces me martirizaba por los problemas que tenía debido a que sus padres se tuvieron que volver a Ilsan. Pero un día, sin comerlo ni beberlo, NamJoon me dejó por whatsapp. Aquello marcó un antes y un después en mi vida, me destrozó por dentro. Menos mal que mis amigos estuvieron a mi lado en aquel momento tan duro, si no, no sé que hubiese sido de mi. Lloré días y noches enteras, echando de menos su calor, su piel, su sonrisa. Él había sido mi primero en todo, la primera persona de la cual me enamoré. Y vaya si me enamoré, que aún sigo teniendo sentimientos por él bajo esa fachada de odio que finjo tener hacia él. Realmente me marcó.
Al poco de dejarme, descubrí que NamJoon estaba saliendo con un chico que se hacía llamar Zico. Él era alto, de piel muy blanca y de cabello rubio platino. Eso sí, me caía como una verdadera patada en el culo aunque estuviese de muy buen ver. Y realmente a NamJoon se le veía muy feliz con Zico, aunque a mí me hiciese trizas el verlos casi todos los días comiéndose los morros. Eso aumentó mi odio hacia él, que se mezclaba con el amor que le seguía teniendo.
Por suerte, Zico dejó a NamJoon al irse con otro chico de su grupo de amigos -creo que le llamaban U-Kwon o algo así- y mi ex se quedó destrozado. Yo apenas mostré sentimiento alguno con él cuando vino a disculparse por todas las putadas que me ha hecho, pero en mi interior estaba dispuesto a perdonarle hasta el haber asesinado a alguien para mi vergüenza. Pero nuestra relación se hizo fría como el hielo, para mi dolor. No podemos estar sin dirigirnos miradas cargadas de incomodidad o incluso odio, o sin decirnos palabras rencorosas -que suelen salir de mi boca- creando con ello un ambiente tenso respecto al que suele haber en el grupo. Muchas veces han intentado arreglarlo, pero de nada ha servido. NamJoon y yo habíamos pasado del amor a la indiferencia-odio en menos que canta un gallo. Jin y Jimin achacaban ésto a la increíble tensión sexual que había entre nosotros. Y en parte tenían razón, había mucha tensión sexual entre nosotros ya que, joder, ambos éramos bastante activos en el sexo. Yo llevaba bastante sin follar, y NamJoon llevaba más o menos lo mismo. Y digo más o menos porque, según TaeHyung, con Zico sólo tuvo besos, tocamientos y alguna que otra felación. No hubo contacto más allá de éso, lo que en cierta parte me alivió. Por mucha indiferencia que quisiese mostrar, NamJoon me seguía poniendo a mil y sé por ciertas personas que yo tengo el mismo efecto en él.
Pero llegó aquella dichosa fiesta de disfraces y el alcohol en sangre, joder.
Por lo que me han contado mis queridos amigos y las lagunas mentales que me quedan, NamJoon y yo nos sinceramos el uno con el otro respecto a nosotros y supuestamente ya no había odio. También casi nos liamos, si no hubiese sido porque él se puso a vomitar como un loco y yo igual.
Pero ése día dio la vuelta a las cosas de una manera bastante drástica. Los coqueteos entre ambos aumentaron de una manera bastante escandalosa y ambos estábamos calientes como perras cuando él me propuso ser amigos con derechos. Yo acepté sin pensármelo, ya que el sexo con NamJoon era algo que yo siempre había disfrutado muchísimo.
Craso error.
A lo largo del par de meses hasta hace un par de semanas que tuvimos esa relación, mis sentimientos por NamJoon aumentaron como la espuma. Si al final era cierto lo que me decía Jin, que éste tipo de cosas siempre llevan sentimientos de por medio. Por desgracia, sólo eran míos, ya que NamJoon sólo me veía como a un juguete sexual. Yo quise hacer como que también lo veía así, pero… no era del todo así. Por lo cual, decidí acabar con ése acuerdo antes de que me pillase aún más, dejando a un NamJoon bastante cabreado. Pero con el tiempo, hemos conseguido estar en una habitación sin insultarnos mutuamente, más o menos nos podemos soportar.
Pero, ¿por cuánto tiempo más?