"Eres lo más importante en mi vida, te amo como nunca ame a nadie, daría mi vida por ti" se acerca a mi acunando mi rostro entre sus manos y une nuestros labios en un beso, dulce, con mucho amor, introduce su mano bajo mi camisa, tocando mi espalda, me estremezco entre sus brazos, se acerca a mí para susurrarme las palabras que quiero oír y entonces...
Abro los ojos, está entrando y saliendo de mí, con fuerza mientras muerde mis labios hasta sangrarlos... No digo nada, solo recibo las estocadas cada vez más fuertes mientras me dedico a gemir en su oído, veo su sonrisa excitada, y sonrío por verlo así, cuando termino él ni siquiera parece notarlo, sigue embistiéndome rudamente, fuerte y me duele pero no me quejo porque también me gusta, termina adentro de mí, enterrándose un poco fuerte y entonces sin previo aviso sale de mi recostándose a mi lado. Me acerco a el poniéndome en su brazo extendido buscando que me abrase y así lo hace.
-Aominecchi, eso estuvo... Bien-
Enarca la ceja extrañado.
-Quiero decir ¿Genial?-le sonrío simplemente porque siempre lo hago.
-¿Qué demonios te sucede Kise?-dice viéndome con una ceja levantada esperando mi respuesta.
-Nada, es solo que... ¿Te gusta estar conmigo verdad?-
-Ja-suelta una pequeña risotada-No seas idiota, por supuesto que sí-me dice levantándose y colocándose sus boxer mientras se sienta al borde de la cama-Eres el mejor en la cama... Quiero decir ¿El mejor amante?-
Eso cala fuerte en mi orgullo, pero ignorando eso me dolió, mucho. Me levanto rápido abrazándolo por la espalda, ignorando por completo mi desnudes.
-Pero... Entonces tú ¿Me amas? Al menos más que a otras-
-¿Quieres que lo haga?-se gira quedando de frente.
-P-pues sí...-digo realmente ilusionado.
-Entonces, lo hago-
Se acerca a mi robándome un beso y finalizándolo con una fuerte mordida dejando una marca que se une a unas cuantas más.
Termina de ponerse sus zapatos y se encamina a la puerta ignorándome por completo, suspiro con tristeza.
-Aominecchi...
-Kise-kun, no deberías conformarte con eso. Aomine-kun tampoco debería tratarte así. Eres una persona muy importante que vale mucho-habla mi peliceleste amigo.
-Gracias Kurokocchi-digo sonriendo mientras bebo de mi malteada-Pero está bien así-
-Kise, lo decimos porque realmente nos preocupas-habla el pelirrojo frente a mi-Aomine nunca ha sido de una sola persona, eso con el tiempo podría llegar a... afectarte-veo como Kagami aferra más la mano de Kuroko entre la suya, ellos se aman, y lo demuestran a diario, sonrío nostálgicamente.
-Jaja, eso ya lo sabía pero nadie puede ocupar mi lugar, yo lo sé. No deberían preocuparse tanto-
Observo como se miran entre ambos preocupados y decido cambiar de tema.
Ahora camino por las calles, con las manos en mis bolsillos, mientras las risas de los niños en el parque que encuentro a mi paso, se mezclan con mis pensamientos. Nadie sabe, ni siquiera yo lo sé, el por qué lo amo tanto, desde el primer momento en que lo vi en Teiko, primero sentí admiración por él y luego me di cuenta que siempre fue amor. Desde el primer momento en que tuvimos sexo, yo creía que al fin iba a confesarse, que íbamos a vivir nuestra historia de amor. Sonrío pateando una lata, recordando que desde ese momento deje de ser libre, me convertí completamente en algo suyo.
"No somos exactamente algo, pero tampoco nada. Nadie más puede tocarte de ahora en adelante Ryota, ¿Lo entiendes verdad?" Habló esa vez delineando mis labios con su dedo.
"S-sí, lo entiendo" en ese momento supe que estaba completamente perdido.
Mis amigos tratan de ayudarme, Akashicchi, Murasakibaracchi, Kurokocchi, Kagamicchi, Midorimacchi, mi senpai, incluso el chico halcón. Pero ellos están bien cada quien con su cada cual, Takao tiene a Midorima, Akashi a Murasakibara, Kuroko a Kagami ¿Y yo? Yo tengo a Aominecchi, si porque es mío, a pesar de no ser el único para él, él lo es para mí y con eso me basta, nadie podrá entenderlo.
Ser un amante al lado,
Puede no ser atractivo para tontos como tú.
Arrastrarte al lado,
No es algo que tu harías.
Pero tú no has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No lo has visto.
…l tiene fuego y camina con él,
…l tiene fuego y habla con él.
Su amante al lado, amante al lado,
Me pone tan triste.
Su dinero al lado, dinero al lado.
Me hace un triste, un chico triste.
-Kise, eres tan sexy-susurra a mi oído con el olor del alcohol calando en mi nariz aun así su olor es embriagante, mientras se pega lo más que puede a mí, moviéndonos en la concurrida pista, frotándose contra mi cuerpo.
-Gracias Aominecchi, tú no te quedas atrás-le ronroneo en el oído.
"Oye ¿no son esos los ases de Kaijo y Too?"
"Si, tienes razón. He oído que Kise es algo así como la perra de Aomine, que malo, él es tan sexy. Yo lo cuidaría más"
Me rió contra el oído de Aomine y el me corresponde con un beso, un feroz contacto que deja en claro a quien pertenezco.
Ser una perra al lado,
Puede no ser atractivo para tontas como tú.
Arrastrarte mientras él se droga,
Puede no ser algo que tu harías.
Pero tú no has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No lo has visto.
…l tiene fuego y camina con él,
…l tiene fuego y habla con él.
Su amante al lado, amante al lado,
Me pone tan triste.
Su dinero al lado, dinero al lado.
Me hace un triste, un chico triste.
-Hola rubio-se acerca a mí un tipo que realmente no conozco, Aominecchi fue por un par de bebidas.
-Am... ¿Hola?-digo sin prestarle mucha atención mientras revisó mis redes sociales.
-¿No quieres salir a bailar?-
-No gracias, no puedo-
-Vamos, luego podríamos...-me acerca de la cintura para susurrar-... Ir a otro lado-
-No, no puedo. Ya vengo con alguien-trato de zafarme, ¡Demonios este tipo es jodidamente fuerte!
-No debe enterarse... Anda yo sé que te gustará y...
-¿Por qué mierda hay sujetos tan tercos?-oh, yo reconozco esa voz.
-Ao...-trato de hablar más el sujeto me interrumpe soltándome.
-¡Aomine Daiki!-grita asustado.
-Solo contaré hasta tres para que dejes de tocar a Ryota y saques tu maldito rostro de aquí... Uno-
Antes de que diga dos el sujeto sale corriendo y se pierde en la multitud.
-Vaya fama la tuya-le digo burlándome.
-Cállate idiota-dice jalándome y robándome-como ya es costumbre-un beso. Sonrío sobre sus labios, él me quiere a su manera.
Ten cuidado con lo que me dices,
Cuidado con quien estás hablando.
Ten cuidado con lo que me dices,
Cuidado con quien estás hablando.
Estoy en llamas, cariño,
Estoy en llamas.
…l tiene fuego y camina con él,
…l tiene fuego y habla con él.
Su amante al lado, amante al lado,
Me pone tan triste.
Su dinero al lado, dinero al lado.
Me hace un triste, un chico triste.
-Am... Aominecchi-gimo contra su oído mientras él me acorrala contra la puerta de la habitación.
-Ryota-me responde mientras muerde de nuevo mis labios bajando de a poco al cuello, dejando otra marca de propiedad. Sujeta con fuerza mis muslos y se lo que quiere que haga, de un saltito me cuelgo a su cadera mientras el aún me aferra por los muslos cargándome y llevándome sin esfuerzo a la cama donde me tira.
Se medió sube sobre mí y yo lo alcanzo, devorándome sus labios, la ropa estorba en estos momentos y pronto no hay ninguna prenda sobre nosotros, nos hincamos en la cama besándonos de nuevo con lujuria. Se sienta en la cama toma mi cabeza jalándola hacia abajo, yo se hacia dónde va todo esto, y no protesto cuando tengo mi cara frente a su imponente miembro el cual comienzo a estimular con la mano, de arriba a abajo en un lento vaivén.
-Ki-Kise, con la boca-me ordena y no dudo en hacerlo porque yo también lo esperaba.
Tomo su miembro entre mis manos y lo introduzco lo más que puedo, el falo palpita en mi boca como si creciera cada segundo aún más, chupo y muerdo de abajo hacia arriba con ganas escuchando los suspiros y gemidos gustosos.
-Ryota~ voy a c-correrme-
Aumenta el agarre en mis cabellos y mientras termina me empuja hacia enfrente, por un momento siento un simulacro de ahogo, pero cuando me suelta trago todo con gusto.
-Te gustó ¿No es así?-solo asiento con la cabeza-Pues... Ahora viene lo mejor-me dice antes de tumbarme de nuevo brusco a la cama.
Se sube sobre mí, sin aplastarme y me besa, beso que correspondo con gusto, luego siento la punta de su miembro en mi entrada.
-H-hazlo ya A-Aominechi-me remuevo ansioso por sentirlo.
-¿Tan necesitado estas?-se burla mordiendo mi clavícula-Bien-
Se adentra en mi con un solo movimiento, a estas alturas no se preocupa por prepararme y poco me interesa.
-¡Aominecchi!-gimo con fuerza al sentirlo por completo-M-muévete-
-Sabes, no me gusta que me ordenen, Ryota-
Pero como si no lo hubiera dicho comienza a moverse dentro de mí con fuerza.
-D-Daiki... Ngh!-
Sigue embistiendo con fuerza, duele pero aun así me gusta, no, me encanta. Me aferra por las caderas, yo enredo mis piernas a su cintura para volver las estocadas más profundas. Me tiene en el paraíso y en el infierno al mismo tiempo.
-¿Q-quieres más?-
-M-mas ahm! Aomine... cchi quiero ah! Maas~-
Casi al instante se mueve con más rudeza, su extensión sale casi hasta la punta y vuelve a entrar con la misma fuerza y ritmo de cada estocada. Lo atraigo por el cuello, probando el delicioso sabor de sus labios. Se desentiende de ellos para atacar mi cuello, chuparlo, lamerlo, morderlo. Yo gimo con fuerza para excitarlo aún más.
Luego de unos minutos cambiamos de posición, ahora el está acostado y yo sobre él, entrando más profundo en mí, ayudándome mientras sujeta mis caderas marcando el ritmo.
-Y-ya no p-puedo maas Aominechi, yo me voy aa ahm! C-correr~-en cuanto lo digo lo hago, siento mi esencia manchar ambos vientres, y caigo cansado encima de él, estoy temblando.
Pronto él se corre dentro de mí, las descargas que esto provoca hace que mi cuerpo vibre más si es posible.
Lo miro a los ojos, esas fieras orbes azules que se funden con las mías y... me preparo para lo que viene.
Me remuevo sobre la cama, los rayos del sol me dan en pleno rostro, la siento vacía y no esta. Recorro la habitación en busca de señales y veo una nota, estoy tan molido que solo estiro mano y leo:
Bueno debo reconocer que ayer aguantaste más de lo normal, te deje muy jodido, como probablemente despertaras muy mal me encargue de avisarle al enano pelinegro ese que no iras al Kaijo... Bueno eso. Repetiremos eso pronto.
~Daiki.
Sonrío con ganas, mi celular vibra contra la mesa y lo tomo.
-Habla Kise Ryota-
-¡Kise, ¿Cómo que no vienes a Kaijo?! ¡Necesitamos entrenar, además por qué demonios mandaste a tu gorila...
Ya no oigo lo que dice, solo hago lo que siempre hago.
-¡Senpai, pero que cruel!-
"Esta es mi historia de amor, la historia que yo elegí como mía"
Pero tú no has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No has visto a mi hombre,
No lo has visto.