*Pov MinSeok*
-Hijo, llevas mucho tiempo en el baño. ¿Estás bien? – Oh, mi falsa madre me está hablando. ¿Por qué no iba a estar bien? ¿No me puedo tomar una ducha en paz? Ah, cierto. Hoy de nuevo tenía que ir a la jodida empresa. Me cansa que sea siempre lo mismo. Mi vida es aburrida, pero muchos la consideran perfecta. No sé. O quizás sí sé. Yo sé que tengo privilegios, sé que he nacido en una familia así y soy afortunado. Sé que llevo años estando confuso conmigo mismo, pero al fin y al cabo, no me falta nada.
-Ya salgo, madre. – Le dije, saliendo de la bañera y pasándome el albornoz encima.
Mi madre necesita ayuda muchas veces con la empresa. Desde que papá murió ella se tiene que encargar sola de la empresa que los dos construyeron juntos, y yo como su hijo y heredero de todo la debo ayudar. Aunque no, no me gusta mucho. Es una empresa de maquillaje. Mi madre tiene una marca de maquillaje famosísima por todo Corea. Es famosa porque muchos idols anuncian esa marca, y la verdad es que, es un negocio que va de mejor en mejor.
Mi padre murió cuando cumplí los 13 años. No es como si fuese hace mucho, apenas tengo 20 años. En 7 años nada se olvida, pero está más que superado. Eso sí, no me gusta nada como están yendo las cosas. Mi madre últimamente se ve con un famoso diseñador de moda, también metido mucho en el mundo de Idols. Él es el que hace los atuendos para los idols más famosos de Corea, y mi madre la que les da el maquillaje. Os podéis imaginar por dónde van los tiros. Todo estaría bien si fuese un hombre amable y cariñoso, que lo es, pero nada está bien. Nada está bien porque ese hombre tiene un hijo.
Un hijo que conoceré en dos días. Un hijo que por lo que sé, es modelo. Un hijo que odio.
No me cae bien la gente así, la gente creída. No me gusta. A mí nunca me importó el físico o lo superficial, sin embargo, estoy rodeado de superficialidad. Me sienta mal. Cuando mi padre estaba aún vivo, yo fui un chico gordito. No me cuidaba, comía mucho, y ellos tampoco me pararon. No, aún no había pegado el estirón. Hubo muchas burlas, en el colegio privado en el que estudié yo era el centro de atención, para mal. Nunca me gustó sentirme así. Cuando murió mi padre me encerré en mí mismo. Repetí un año en el instituto porque no salía del cuarto. Dejé de comer…Coincidiendo con la época en la que empecé a crecer de altura. Al año siguiente cuando volví al mismo instituto, no me reconocieron.
Claro que después de haber dado el estirón fui el más claro de la clase. Muchas chicas se me empezaron a acercar. Creo que fue desde entonces que ninguna mujer me atrae. Simplemente me parecen falsas. Todas son unas falsas. Las rechazaba, claramente, y me gané fama de gay. Nunca me planteé ser gay, pero no sonaba mal. No, en realidad me considero asexual. No me imagino con ninguna persona, Me dan todos asco.
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Estábamos delante de la casa de aquel hombre. Era una casa lujosa, tan grande como la nuestra, o quizás incluso más. Yo no estaba nervioso, no había nada por lo que preocuparse. Ya asumí que no me llevaría bien con el hijo de ese hombre. Pensaba joderle la vida. La que sí estaba nerviosa era mi madre, era como una fábrica, le salía humo y todo.
Nos abrieron los sirvientes, haciendo que nos dirigiéramos al interior de la casa. No voy a negarlo, el maldito hombre tenía un gusto de muerte. Todo estaba perfectamente decorado, cada detalle en su sitio, cada jarrón, cada cuadro elegido estrictamente, cada mantel pensado, cada pequeño maldito rincón estaba perfecto… Eso me gustó, demasiado. Quizás le ponía un +1. Pero aún le faltaba mucho para que le aprobara.
Al llegar a la sala observamos el ambiente. Luz tenue, en tonos amarillentos, mesa alargada cubierta de un mantel color bermellón. De nuevo jarrones, estos blancos decorados con líneas doradas, y bonita variedad de flores color crema y rojo oscuro. Las servilletas, blanco y dorado también, encima de ellas los palillos. Perfecto. Las sillas eran de madera oscura, el suelo de madera clara, en el techo blanco colgaba una lámpara que parecía antigua, de madera también. A mi me encantaba ese estilo de combinar varios colores con todo, me parecía tranquilizador.
Esa tranquilidad sin embargo se borró cuando vi la cara de pocos amigos del hijo de aquel hombre, porque no, ni me fijé en el viejo, sino en el chico tan mono pero con esa cara tan extraña… Por qué negar la belleza cuando es obvia? El rubio era increíble. Tenía una mirada inocente, pero no podía mentir, ni esconder esa mueca maliciosa que le daba un aire misterioso…
Soy yo o es sexy?
*POV LuHan*
Tenía claro que cuando viera a mi futuro hermanito le enseñaría quien manda. Aunque me dijeran que era mayor que yo, a mí me da igual. Yo no me dejo guiar por unos números, menos si son meses. No sé quién es esa mujer, pero me desahogaré la ira que siento por ella con su hijo, lo tengo claro.
¿Por qué la odio? Mi padre rompió con mi madre hace medio año, y presiento que fue porque mi madre le pilló con la señora Kim. Yo nunca me llevé bien con mi padre, él siempre es tan aburrido e insensato… Y es que tan poco tiempo después decir que tiene otra… otra que tiene un hijo! Me parece flipante.
Soy gay. Claro que soy Gay. Lo que pasa es que no tengo pluma. No me gusta tampoco la gente que tiene pluma. Muchos se creen que los gays son de esos que sueltan aceite por todos lados y visten de rosa y menean el culo mientras pronuncian muchos “o sea” y “porfis” y “bebe” y “de verdad” pero no. Yo al menos no. Cierto es que me encanta la moda y vestirme bien, pero mi padre es diseñador, qué se puede esperar? Y soy modelo, al fin y al cabo. Pero no, no tengo pluma. Es una tontería. Cada vez que me comparan con una mujer me enferma. Por ser gay no significa que quiera verme como una mujer, pero la naturaleza me ha castigado con un rostro así.
No voy a mentir. Es obvio que pienso jugar con el pequeño chico con cara de Baozi. Porque lo he visto en fotos, y más pequeñito y delgadito no puede ser. De verdad que es adorable, y me gustaría romperle mientras mi padre está en el mismo edificio que nosotros.
-Gracias por venir, SouHyun. Gracias por venir a ti también, MinSeok. - Dijo mi padre. Yo me puse de pie, mirando hacia el chico. Le analicé, de pies a cabeza. Había visto chicos más guapos que él, sinceramente, pero él era de alguna forma especial. Pequeñito y adorable, sí, pero con una mirada de lobo.
-Gracias por venir. – Dije, sentándome cuando vi a mi padre sentarse.
-Oh, gracias por invitarnos. A mi hijo y a mí nos da mucha ilusión tener nuestra primer cena todos juntos… Verdad? - Esa mujer era guapa, vieja pero guapa. Mi padre es como 5 años más joven. Su hijo tiene un puntazo.
-Sí. – Dijo. Me miró, yo le miré. Le solté una mueca, que para mi sorpresa, fue correspondida. La mía fue de malicia, mientras la suya juguetona. Me sorprendió. Será activo? No lo creo.
-SouHyun, te ves hermosa. – Halagó mi padre, yo les miré asintiendo. – MinSeok, te ves muy elegante, como un caballero. Este es mi hijo, LuHan. Tiene unos meses menos que tú, así que espero le cuides.
Solté un “Tsk” volteando mis ojos, poniéndolos en blanco. Ya empezamos con la edad… Por eso mi padre es estresante. Tan tradicional… Cerrado…aburrido.
-Claro que cuidaré de su bonito hijo, señor. – Sentí sus ojos sobre mí. Casi me da algo, en cambio mi padre soltó una carcajada, acompañado de la risita de la mujer sentada a su lado.
-A ver quien cuida de quien, Baozi. – Agradecí por sentarme a su lado, agradecí eso mucho, porque así pude susurrarle eso. Le había susurrado eso en la oreja, retándole.
*Pov MinSeok*
No me importó que me susurrase así. Venga ya. Quien se cree? Aunque debo admitir que su voz es sexy. Me separé un poco, mirándole a los ojos con una mueca, asintiendo.
-Puedes llamarme Hyung, LuHan. Espero nos llevemos bien .- Extendí mi mano, cogiendo la suya que me había alzado. Él apretó con fuerza, yo apreté con fuerza también, y los dos nos hicimos daño mutuamente. – Cuidaré de ti, pequeñajo. – Me relamí los labios, siendo entonces cuando se separó rápidamente.
Porque ese LuHan es lindo, y me odia como yo le odio a él. Y no quiero que mi madre acabe con su padre como él no quiere. Sí. Éramos aliados y a la vez enemigos. Ahora solo nos queda separar a nuestros padres o destruirnos por el camino mientras intentamos no ser realmente hermanos.
-Sí, Hyung. Cuídame mucho, por favor. Se buen hermanito. Yo lo seré también. – Sentí su mano por mi muslo, la otra, apretando y metiendo sus uñas. Joder. Menudo hijo de puta. Se iba a enterar…
*Pov Normal*
Puede que fuera el destino el que hizo que no se vieran en un mes entero, incluso después de que dos semanas después de la cena familiar, sus padres se comprometieran. Cuando se vieron, los dos “aliados” ya no eran aliados, porque habían fallado en su misión, porque cuando se vieron, fue en el matrimonio de sus padres, y ya era demasiado tarde para evitar nada.
Ahora LuHan tenía un Hyung. Oficialmente, un hermano mayor. Ahora MinSeok tenía un hermano menor al que debía cuidar. Ahora los dos compartirían el mismo techo. Ahora ya era demasiado tarde para que fuesen aliados. Ellos no eran aliados, ellos eran enemigos.