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Cuando olvides las mascaras por alliaries

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Notas del fanfic:

Saint seiya no me pertenece es propiedad de Masami kurumada.

Notas del capitulo:

bueno, la historia esta dentro del universo de Saint seiya pero con alteraciones, especialmente en el caabllero de cancer y en Saga pues en esta historia el es totalmente conciente de sus actos, es decir nunca fue manipulado por la oscuridad.

Como se había vuelto costumbre el bibliotecario, visitaba el orfelinato de las monjas, para la hora de lectura de los niños, aunque tenía que aceptar que lo hacía más por una de las hermanas que por un acto de caridad.

-Me alegra que vengas a visitarnos-la joven monga irradiaba alegría.

-Al contrario, es sumamente gratificante venir a visitarlos, en especial a usted hermana-el hombre de ojos azules la veía con amor.

La mujer se sonrojo levemente-¿Coquetearle a una monja es algo atrevido, no lo cree así señor Giovanni?

-Siendo usted tan hermosa me atrevo a cruzar esa línea.

A si pasaron varios días, meses, y cuando estaba a punto de terminar el año, la joven monja dejo el convento para vivir al lado del bibliotecario.

Consiguieron una  modesta casita alejada del pueblo con un amplio jardín, disfrutaban de la compaña mutua y después de varios años tuvieron un hijo, un pequeño muy parecido a su padre, (con excepción del cabello ) con la piel morena, el cabello y los ojos azulados.

-          Y el cuervo jamás se fue-Giovanni cerro el libro, para ver al pequeño ante él, que no parecía estar nada cansado a pesar del ajetreado día que habían tenido.

-          ¿Y a si se acaba?-pregunto el pequeño

-          Si

-          ¿Podrías leerme otro?

-          No pequeño, es hora de dormir.

-          Pero aun no tengo sueño-El pequeño se frotaba los ojitos.

El padre sonrió-que te parece si le dices a tu madre que te cante. 

-          Está bien-Dante se levantó y beso a su padre en la mejilla.

Se dirigió a la habitación de su madre, al entrar noto que esta se encontraba sentada cerca de la ventana, tejiendo un pequeño gorrito, que sería para la hermanita  que tendría, el pequeño que ya contaba con cuatro años, estaba ansioso por el nacimiento del bebe.

-Mami, ¿Podrías cantarme?-El niño se acercó con lentitud, sentándose en la alfombra frente a su madre.

-Claro tesoro, ¿Qué te gustaría?

-No sé, una que no me hayas cantando antes, para que mi hermanita también la escuche.

-¿Sigues insistiendo en que será niña?

-Sipi- asintió el pequeño.

-Está bien-la mujer medito un poco para saber que canción cantar, comenzó con un leve susurro para comenzar con la canción.

-Queda, que poco queda, de nuestro amor

Apenas queda nada, apenas mil palabras…

 Queda solo el silencio que hace estallar la noche fría y larga…

La noche que no acaba, solo eso queda…

Solo quedan las ganas de llorar al ver que

Nuestro amor se aleja…

Frente a frente bajamos la mirada

Pues ya no queda nada de qué hablar…

Eran una familia feliz, como había afirmado Dante nació una pequeña y hermosa niña, de piel clara cabellos castaños y ojos esmeralda.

-¡¡Dane, Dane!!-Dante buscaba a su hermanita por toda la plaza, soltó un leve giro al sentir como alguien caía a su espalda.

-Te asuste de nuevo hermanito- la pequeña se levantó con una sonrisa victoriosa.

-¿Cuándo te comportaras como niña?-reprendió el hermano mayor.

-¡¡Cuando tú te comportes como hombre!!-la pequeño le mostro la lengua a su hermano

-¿Qué dijiste?-el pequeño metió sus dedos en la boca de su hermana estirándola a modo de juego.

-Que eres una flor de campo que se mese con el viento-la pequeña hablaba con dificultad.

El mayor libero a su hermana se miraron y comenzaron a reír, caminaron a su casa y vieron como un sujeto extraño salía de ella.

-oye hermano ¿Quién es ese hombre?

-No lo conozco, mira tiene una caja muy extraña en su espalda.

-creo que tiene un dibujo, pero no veo bien que es.

Al anochecer los pequeños se encontraban despiertos escuchando una conversación entre sus padres.

-¿Qué vamos a hacer Giovanni?

-No lo sé amor…yo, no lo sé.

-Debimos prepararnos para este momento, ya sabes cuándo nació.

-Lo sé, no pensé que fuera cierto, no quise creer que se lo llevarían.

-Tú sabes que solo un tipo de personas nacen con ese tipo de coloración en el cabello.

-Lo sé.

A la mañana siguiente el hombre extraño llego de nuevo a la casa, pero esta vez no se fue solo se llevó al pequeño Dante con él. Lo que aquel hombre no sabía es que alguien más se había colado en el viaje, cosa que descubrió al llegar y ver que la hermana del niño había sobrevivido.

-¿Cómo es posible que sigas con vida?

La pequeña corrió a refugiarse con su hermano.

-¡No se atreva a tocarla!

-¡Tú no te metas! , ¿Qué harás?, nada no puedes hacer nada.

-Miserable, ¿Qué es lo que quiero?

-Básicamente, a ti, tus padre se negaron a entregarte a sí que-soltó una leve risa – tuve que “prescindir” de ellos. Y si tu estúpida hermanita no se calla la arrogare al mismo holló.

-Hermanita-el pequeño la abrazo-tienes que ser fuerte, ya verás cómo saldremos de esta. Saldremos de esta.

-Tengo miedo-la pequeña no dejaba de llorar.

-No tienes que temer, mientras yo este contigo nada pasara.

-Que ridículos-profirió el hombre -mañana comenzara tu entrenamiento, si te conviertes un caballero dorado, tu hermana será libre- el hombre se retiró dejando solo a los pequeños.

La noche era lenta, la pequeña apoyaba su cabeza en el hombro de su hermano y movía de izquierda a derecha un ti terete de osito, que siempre llevaba consigo.

-Hermano… ¿Podrías cantarme?

-El pequeño abrió los ojos, recordando lo que siempre le pedía a su madre.-claro, ¿Qué te gustaría?

-Quiero escuchar el resto de la canción que nuestra madre siempre cantaba. (la pequeña nunca alcanzaba a escuchar la totalidad de la canción)

-Está bien.

 Solo quedan las ganas de llorar al ver 

que nuestro amor se aleja…
Frente a frente bajamos la mirada 
pues ya no queda nada de qué hablar nada…
Queda poca ternura y a  alguna vez 
haciendo una  locura un beso y a la fuerza
queda… 
Queda un gesto amable para no hacer la vida 
insoportable y así ahogar las penas
Solo eso queda...
Solo quedan las ganas de llorar
a ver que nuestro amor se aleja
Frente a frente bajamos la mirada
pues ya no queda nada de qué hablar
nada...

Dos años de duro entrenamiento fueron superados, el pequeño Dante se convirtió en el caballero de Cáncer.

-¡Vaya!, lo lograste-el que era maestro del menor le aplaudía de manera sarcástica.

-No me interesan sus felicitaciones, cumpla lo que prometió, deje ir a mi hermana

-Claro soy hombre de palabra-sonrió de manera sádica-es más tenía tanta fe en ti que la deje ir antes, ahora es libre, con tus padres pero libre al fin y al cabo.

-¡¿Qué?!,¿cómo se atrevió?-el niño elevo su cosmos, arremetiendo contra su maestro.

Aquel hombre había muerto por las  manos de un monstruo que el mismo había forjado.

-Dicen que mato a su maestro-Mientras Cáncer pasaba los murmullos no se hacían esperan y a él nada podía importarle menos.

-Lo escuche, dicen que fue un ataque a traición.

-No solo eso, se rumorea que encontraron el cuerpo de una niña, al parecer era la hija de ese hombre.

-No lo puedo creer, como se convirtió en caballero un ser tan miserable.

-No lo sé lo mejor será no acercarnos.

Deathmask, como ahora era conocido Dante , contaba con dieciséis años, se encontraba recostado en su cama, acariciando de manera melancólica, un osito que era la parejita del que solía cargar su hermana, a pesar de los años el no había olvidado, era más por el odio, el odio a su maestro, a su destino, a la diosa que se veía obligado a proteger.

-Atena…como detesto a esa bruja.-Nos soportaba el lecho de proteger a alguien que no hacia nada, que se quedara expectante esperando a que otros se ensuciaran las manos por ella.

-No te sirve de nada odiarla Dan-Un joven de cabellos azulados y largos ingreso a la habitación.

-¿Qué quieres Saga?-respondió el otro girándose para no tener que ver al griego.

-Hablar contigo- se sentó en el lecho acariciando de manera paternal  los cortos  cabellos del adolecente-no sé porque la odias tanto, si sabes que no está aquí.

-Lo se mi amadísimo “patriarca”-el joven se giró,  sonriendo  de manera ladeada- pero siento que esa mocosa sigue viva.

-quizás pero, lo más probable es que ella no sepa quién es en realidad, me alegra saber que me apoyas.

-eres el único al que le debo algo saga-El italiano se sentó acercándose de manera provocativa a Géminis-¿Alguna otra razón para estar aquí?

-No-Geminis inclino su rostro besando en los labios al otro-solo quería saber porque tres aprendices misteriosamente aparecieron con las piernas rotas.

-Los jóvenes de ahora…no entrenan como se deben.

-Entonces tu no tuviste nada que ver he…mira que los huesos se rompieron desde adentro, y no creo que Mu ande por ahí quebrando piernas-El tercer custodio se hizo un espacio en la cama del otro, quien lo abrazo de manera efusiva.

-Los odio-respondió de manera simple Cáncer.

-¿Por qué no me sorprende?

-Porque me conoces mejor que nadie.

-Si debe ser por eso-el mayor apoyo su cabeza en la del otro

Geminis tomo la mano con la que el otro sujetaba al  pequeño oso.

-No quiero que te pierdas para siempre, no deseo que tu ser se consuma por las máscaras, no dejare que mueras Dante.

Notas finales:

-bueno como les mencione antes, esta historia conservara similitudes con  la original, pero tendra variaciones, ligadas mas hacia cancer.

Gracias por leer


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