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Galletas por RyoMoon

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Notas del fanfic:

Hola a todas, creo que ya les había comentado que estaba escribiendo un fic de una foto muy linda que encontré en el internet, así que aquí dejo esto y me retiro por lo pronto, ando muy ocupada transcribiendo los capitulos del viernes, sábado y domingo, que tengo mucho por actualizar.

Notas del capitulo:

En definitiva es extraño, pero espero que les guste, como les dije tengo mucho trabajo. aunque... les comento que el lunes es un día especial para mi, siempre suelo estar de muy buen humor en ese día, así que si me hacen solicitudes ese día publico un one-shot de la pareja que escojan, si quieren uno especial, sólo diganme.


Diamond no ace le pertenece a Yuji Terajima

¿Alguna vez has deseado ser un niño? ¿Alguna vez has deseado ser un adulto?

 

Una anciana que caminaba por la calle vendiendo galletas de los deseos se acercó a Sawamura para que le comprara unas, el menor no leyó las instrucciones, pero se las comió sin decir nada.

 

Instrucciones: cómase cuando se desea algo, un deseo por galleta, duración de 1 semana

 

Nota: Reacciones secundarias si se consumen todas juntas, evite hacerlo si no quiere un nuevo amor

 

Inicio de las hermosas vacaciones y… Kuramochi había tenido una pelea con Sawamura, su compañero de habitación, justo el día de la compra de las galletas, todo porque siempre que se deprimía lloraba como niño pequeño en su cama, escondido debajo de las sabanas y gritando que aún era pequeño.

 

-¡Eres un llorón Bakamura!-

 

-¡Y tú eres muy cruel Kuramochi-senpai!-

 

Sawamura deseaba crecer para que las cosas en su mundo cambiaran y dejaran de recordarle lo pequeño que era, en cuanto a Kuramochi, deseaba ser menor para que Eijun se hiciera responsable de las cosas que a él le pasaban y entonces supiera que se siente ser responsable de un idiota como él.

 

-¡Pareces un niño!-

 

-¡No soy un niño, tengo derecho de llorar cuantas veces quiera!-

 

La etiqueta de las galletas cambio de color, aunque ninguno de los dos la vio, por estar mirando sus respectivas paredes de lado de sus camas, algunos cambios estaban pasando en sus cuerpos, mientras los dos se dormían, enredando la situación y dejando a dos jóvenes en problemas, sin saber que harían más de un lio en los siguientes días.

 

-Ojala supieras lo que es lidiar con un idiota como tú, para eso tendría que ser yo el menor-

 

“Ya quiero crecer para que dejes de burlarte de mí… y de…”

 

A la mañana siguiente ambos jóvenes se despertaron y cuando Eijun trató de levantarse de la cama, se golpeó con el techo, se encogió un poco para levantase y cuando se bajó, se dio cuenta de que la ropa le quedaba pequeña, había crecido unos 10 centímetros, y su ropa estaba muy ajustada.

 

En cuanto a Kuramochi, se atoró con su pijama, y cayó al suelo en cuanto trató de bajarse, sus piernas cortas no alcanzaron a apoyarse en el suelo y como consecuencia terminó derrumbándose.

 

Eijun y Youichi se miraban en shock, no sabían que pensar desde el momento en el que se vieron, ahora estaban en un aprieto muy grande, no sabían cómo salir de él, ni siquiera sabían lo que pasaba o porque había pasado.

 

Con una voz de niño de 4 años un poco extraña le dijo -Oi… Bakamura ¿Qué clase de juego es este?-

 

-Pues yo no… no creo que sea un juego, eres muy pequeño, hasta tu voz se oye diferente-

 

Los dos se miraron nuevamente y se sentaron en la cama juntos, el silencio era símbolo de no saber qué hacer, por eso al final Kuramochi pensaba tomar una decisión, pero el cambio también afectó su mente y la hizo más infantil, poniéndose a llorar desconsoladamente.

 

Sawamura lo miró llorar y se inclinó para cargarlo, pues era tan pequeño que se sentía responsable de cuidarlo. Cargándolo en sus brazos para calmarlo, Eijun lo arrulló abrazándolo y dándole un fuerte beso en la frente

 

-No te preocupes, todo se va a arreglar Kuramochi-senpai-

 

Salió de la habitación con el pequeño en sus brazos, le puso una chamarra larga y un short de Eijun que a duras penas se mantenía en el cuerpo del pequeño y fue en busca de Miyuki, pues creía que sin duda alguna el cátcher sabría qué hacer con él.

 

Tocó la puerta fuertemente despertando al cátcher de mal humor por ser interrumpido y al salir le dijo

 

-¿Qué quieres tan temprano Bakamura?-

 

Se sorprendió de sobremanera cuando los vio a los dos y Eijun era mucho más alto de lo que recordaba, mientras sostenía a un niño pequeño en sus brazos cubriéndole el rostro

 

-Sawamura, no sé qué te piensas, pero no puedes traer niños lejos de sus padres-

 

-Esto… es Kuramochi-senpai-

 

De inmediato Miyuki se acercó para verlo bien y al mirar a Youichi dormido en los brazos de Eijun, se quedó perplejo por la escena.

 

-¿Qué fue lo que pasó?-

 

-La verdad es que no lo sé, cuando nos fuimos a dormir, todo estaba bien-

 

De inmediato salieron y reunieron a todos en el salón, dejándolos asustados y traumados al verlos cuando les dijeron, sobre todo por las tiernas facciones del short stop

 

-Bueno… Eijun y Kuramochi han pasado por muchas cosas y…-

 

-¿Pero dónde está Kuramochi? Se supone que no podemos traer niños aquí-

 

Rei-chan hizo la misma pregunta que Miyuki cuando se despertó esa mañana.

 

-Hahahaha… como pueden ver, Eijun parece mayor, y Kuramochi… es ese niño que trae dormido en brazos-

 

Los chicos se acercaron y lo miraron dormir dulcemente como si eso fuera mentira, pero sudaron al verlo de cerca por ser realmente él, su cabello suave y manejable le daba un aire bastante tierno e inocente.

 

Entraron en pánico hasta que lo despertaron con sus gritos y Eijun los miró enojado

 

-¿Tenían que despertarlo? Guarden silencio en lo que se vuelve a quedar dormido-

 

La mujer estaba sorprendida de lo mucho que había cambiado, pues parecía maduro y responsable, algo difícil de pensar, hasta los mayores se sintieron apenados por su actitud, sobre todo con palabras que venían de un tonto como Sawamura.

 

-Habrá que comprarle ropa, no podrá salir vestido así, te daré dinero, tú y Miyuki irán a comprarle ropa-

 

Los dos jóvenes salieron con el pequeño en brazos, que no se alejaba de Eijun y fueron a comprarle ropa, dejando a un club de béisbol sentado en el piso con cierto aire de miedo que nació de ver a Sawamura regañándolos por su escándalo.

 

-Creo que esto le sentará bien-

 

Dijo Miyuki con un pantalón de una talla pequeña y una playera deportiva, pero tenía monstruos en la parte de enfrente y Eijun hizo un puchero molestó para decirle

 

-¡Eres un idiota Miyuki-senpai! ¡¿Cómo vas a ponerle eso a un niño?! ¡Lo vas a asustar!-

 

Ahora sí que era el colmo, el menor lo estaba regañando como si fuera un tonto, ¿Es que no podía tener un kohai más lindo y menos problemático?

 

-Sawamura, esto sale de mis límites-

 

Su boca dando un puchero de enfado se mostró ante Sawamura, que fue a buscar por otros pasillos hasta encontrar ropa neutral, ni infantil ni con monstruos, tenía miedo de lo que pasaría cuando Kuramochi volviera a la normalidad si lo vestía de forma infantil.

 

Los dos compraron ropa y zapatos para él menor, pues ahora era su responsabilidad cuidarlo, sin embargo, las cosas empeorarían cuando él niño pequeño obtuviera un sentimiento que a esa edad todos los niños tienen con sus madres, es decir, los niños son celosos y posesivos con sus mamás.

 

Regresando a casa, Haruichi se acercó a tratar de ayudar a Sawamura a cuidar del menor, batallaron para darle de comer, pues nada le gustaba, alejaron a Zono, porque su cara lo asustaba, y mantuvieron alejado a Miyuki porque se la pasaba haciéndole bromas pesadas.

 

-Hahaha… ¿Cuándo volveré a tener la oportunidad de torturarlo?-

 

-Mo… Miyuki, déjalo ya-

 

Sawamura lo abrazaba demasiado, lo sobreprotegía como si fuera su hijo, así que no se extrañaron cuando el pequeño le dijo

 

-Mamá ¿ya nos vamos a dormir?-

 

Todos sonrieron al verlo tan encariñado con Sawamura, y pensar que en el futuro lo iba a golpear mucho, era tan lindo con esa actitud.

 

-Anda cariño, te llevaré a la cama-

 

Definitivamente ya se estaba creyendo ser la mamá de Kuramochi y sufriría después por eso, lo cargó y sujetándolo con fuerza le dijo

 

-Despídete de todos, cariño-

 

-¡Adiós!-

 

Gritó mientras caminaban a la salida del comedor, agitaba su mano viéndolos mientras Sawamura abría la puerta con el pequeño en sus brazos.

 

Los dos se recostaron juntos en la cama y Youichi durmió placenteramente en el pecho de Sawamura.

 

Si había sido un pesadilla, querían despertar de ella, aunque se volvió más un sueño después de ver como Eijun sacaba al niño del baño, que hacía travesuras con sus cabellos y se pegaba a su pecho con unas lindas mejillas en color rosado, demasiado tierno para ser Kuramochi.

 

La peor parte se dio cuando Miyuki notó que Sawamura se iba a caer y trató de salvarlo, si… lo detuvo y salvó, pero Kuramochi se bajó de los brazos de “su madre” y le dio una patada en la espinilla a Miyuki

 

-¡Kuramochi! ¡¿Por qué hiciste eso?!- se sujetaba la pierna el cátcher con dolor y encogiéndose por la acción.

 

-¡Porque tratas de robarme a mi mamá!-

 

Algo inesperado en la respuesta, “robarle” es lo mismo que decir que “Sawamura es suyo”.

 

Al paso de los días Eijun ya estaba cansado, lo cuidaba y arrullaba cuando era necesario, lo dormía y se despertaba a media noche si el otro tenía pesadillas, preparar la comida, lidiar con que Miyuki se quejara de las patadas voladoras de Kuramochi, evitar que hiciera travesuras a los demás, y con su llanto cuando veía a Zono, eso ya era demasiado.

 

A la mañana siguiente el niño pidió galletas, y Eijun que sentía que lo había consentido demasiado le dijo que no, el menor salió corriendo y estaba escondido, hasta que entró a uno de los campos techados y lo encontró tratando de subirse a un stand, que para su desgracia estaba a punto de caer.

 

-¡Youichi no!-

 

Sawamura corrió para bajarlo, y en cuanto lo puso en el suelo, el stand se vino abajo con un montón de bates cayendo sobre su cuerpo, Eijun abrazó a Kuramochi con todas sus fuerzas recibiendo el golpe.

 

El ruido alarmó a muchos que aún seguían buscando a Kuramochi.

 

-Kanemaru ¿de dónde vino ese ruido?- preguntó Miyuki alarmado mientras corrían para los campos de entrenamiento.

 

-Creo que del salón de entrenamiento techado-

 

Al entrar los encontraron inconscientes, Sawamura y Kuramochi en su estado normal, la estatura, su forma adecuada, la ropa de su compañero había cambiado de tamaño ajustándose a su cuerpo alto de nuevo, pero… un caminito de sangre corría en la frente de Eijun, mientras que Youichi se encontraba debajo del menor.

 

Los chicos entraron y despejaron el lugar donde estaban, cuando Youichi despertó encontró unas galletas en sus manos, al despejar bien su vista, estaba Eijun herido e inconsciente, se alarmó y se acercó para verlo.

 

-¿Qué fue lo que me pasó?-

 

Para su desgracia, muchos lo miraron con enfado, estaban realmente molestos porque por su culpa Eijun había sido lesionado ¿y si se lastimaba el brazo? ¿Y si dejaba de jugar béisbol por esa clase de accidentes?

 

-Mochi, creo que es mejor que dejes las cosas como están por ahora, más tarde hablamos, ahora hay que llevarlo a la enfermería-

 

Cargándolo en su espalda, Miyuki retiró a Sawamura y lo presentó en la enfermería, donde le dijeron que para su suerte no había nada malo.

 

Tras escuchar la noticia, Miyuki le contó a Mochi todo lo que había pasado y lo que él había hecho.

 

-Posiblemente estaba tratando de protegerte-

 

-No… eso no es… cierto-

 

Repetía esas palabras mientras agachaba la cabeza, estaba muy apenado, a la vez miraba las galletas que aún tenía en su mano.

 

Cuando el menor despertó, Youichi estaba a su lado, el silencio de la enfermería lo mataba de ansiedad, no lo dejaba en paz, más cuando veía lastimado al pequeño.

 

-Parece que ya estás bien Kuramochi-senpai-

 

-Ya me contaron las muchas cosas que te hice, lo siento-

 

-No importa, me siento muy feliz de que este bien-

 

-¿Cómo puedes decirme eso?-

 

-Porque es usted, Kuramochi-senpai-

 

¿Esas palabras tienen otro significado? Misteriosamente el pecho de Youichi comenzó a arder.

 

Tuvieron la mitad de la semana normal, con esto ya llevaban 2 semanas de vacaciones, aún quedaban 4 más.

 

Esa mañana, en el entrenamiento, Kuramochi discutía con Eijun, que estaba fuertemente enfadado, Youichi tiró la gorra favorita de Eijun y esta se rompió, no era para tanto según el mayor, si no hubiera sido porque esa gorra era la que tenía las dedicatorias de sus amigos, Sawamura no se habría enfadado tanto.

 

-¡Eres un idiota bakamura!-

 

Todos, hasta el entrenador pensaban que esta vez el menor tenía un punto a su favor, pero se pasmaron al ver como Eijun crecía y Kuramochi se hacía más pequeño.

 

La segunda vez que cambiaban, ahora era difícil contradecir a Youichi, porque su aspecto lo hacía más frágil, y por supuesto, soltó en llanto al ver cómo el contrario lo regañaba.

 

-Está bien Youichi, tú ganas, ven aquí y ya dejemos de pelear-

 

Medio huraño, se acercó y se colgó en el cuello de “su madre”, a lo cual, le correspondió con un beso en la mejilla, dejando que el niño se sonrojara visiblemente.

 

-Creo que ya sé que es lo que los cambia de forma-

 

-Miyuki…-

 

-Si se pelean de nuevo podrán volver a la normalidad-

 

-No puedo hacer eso, es muy cruel hacerle eso a un niño-

 

-Baka… si no lo haces nunca volverán a la normalidad-

 

-Si voy a discutir con él, prefiero que ese momento llegue solo, no quiero gritarle a senpai-

 

Lo cargaba y lo llevaba de vuelta al dormitorio para cambiarlo.

 

Seguía entrenando mientras el niño estaba visiblemente enfadado y arisco con todos porque quería estar a su lado.

 

-Kuramochi, no puedes causarle problemas a Sawamura-

 

-blaaaaa- le sacó la lengua y salió corriendo sin dejar que lo alcanzaran.

 

Era demasiado infantil, hasta cierto punto divertido jugar con el pequeño.

 

-Youichi, no hagas que Miyuki se enfade-

 

La mano del cátcher se posó en el hombro del menor para tranquilizarlo y contestarle con la sonrisa desvergonzada de siempre

 

-No importa Sawamura, ya podré torturarlo cuando vuelva a la normalidad con las fotos que le he sacado-

 

Nada habría pasado de no ser por la mano del de lentes, una patada en la espinilla lo dejo bailando otra vez de dolor

 

-Youichi, no tenías que pegarle a Miyuki, aunque sea un idiota, tú no eres igual que él-

 

-Oye…-

 

-¡Ya te he dicho muchas veces que no lo molestes!-

 

-Pero sólo te puse la mano encima, no hice nada malo-

 

-Ya sabes que no le gusta que hagas eso-

 

-¿A quién? ¿A Kuramochi el de 16 años o a Kuramochi de 4 años?-

 

-Qué tontería, por supuesto que al de 4 años-

 

-Bakamura, a mí no me parece que sea así-

 

-Ya deja ese tema de lado-

 

Ahora el tonto no parecía el menor, sino el cátcher, quien estaba algo fastidiado de ser ridiculizado por un “tonto” como Sawamura.

 

Otra vez dándole de comer al pequeño y complaciendo todos sus caprichos, Eijun le sonreía mientras dormía a su lado, viéndolo así parecía lindo e inofensivo, se sentía feliz de poder abrazarlo para dormir

 

-Senpai no me dejaría abrazarlo ni por error, aunque yo lo…-

 

Cerró la boca cuando vio al menor abrir sus ojos despacio y le preguntó

 

-¿Qué es lo que pasa mamá?-

 

-Nada Youichi, duerme, mañana será un largo día-

 

El pequeño se quedó dormido y no sintió cuando el más alto se levantó para ir a correr.

 

-Si sigues consintiéndolo, vas a terminar arruinándolo, no debes ser tan débil con los niños, cuando se portan mal debes castigarlos-

 

-Yo no podría hacer eso con Kuramochi-senpai-

 

-¿Por qué Eijun? ¿Por qué estás enamorado de él?-

 

-Miyuki-senpai… yo no…-

 

-Vamos Sawamura, un cátcher debe saber todo de un pitcher, no intentes engañarme-

 

El menor se acercó para retrancar su frente en la del mayor y decirle

 

-Si se entera, jamás volverá a ser el mismo conmigo, se alejará de mí, por eso, por favor, guárdame el secreto-

 

Por otro lado, Youichi había visto la escena desde la ventana y se puso a llorar como el niño pequeño en el que se había convertido, cuando vio que su mami dejaba que el cátcher le despeinara los cabellos y mostraba un sonrojo, ante el ruido, Eijun corrió a la habitación para encontrarse al pequeño agarrando una almohada mientras lloraba y le arrojaba cosas pequeñas

 

-¡Espera Youichi! ¿Por qué haces esto?-

 

El gato de lentes llegó y detuvo la almohada que casi le pega a Sawamura en la cara para después decirle

 

-¿Por qué le arrojas cosas?-

 

-Porque es un traidor, me ha cambiado por ti-

 

-Kuramochi, no creas que por ser un niño nadie va a castigarte, a él no le gusta hacerlo, pero nadie ha dicho que yo voy a tolerar tus caprichos, no puedes ir haciendo lo que quieras-

 

Puso una mirada severa que asustó al menor, y poniéndose enfrente de Miyuki, Sawamura volvió a defender a Youichi

 

-Por favor Miyuki, no lo mires así, lo vas a asustar-

 

-No lo sigas consintiendo, no está bien, le he permitido todas sus patadas porque no quiero causarte problemas cuando vuelva a la normalidad, pero ayer me hizo travesuras a tus espaldas y el que ahora te aviente cosas, eso no-

 

Los ojos de Sawamura se endurecieron un poco al escuchar que le había causado problemas.

 

-Youichi, ven aquí, ya te he dicho que no puedes causar problemas a los demás, no te lo digo porque quiera que seas un buen chico, sino porque cuando vuelvas a la normalidad, no quiero que Kuramochi-senpai tenga cosas de las que avergonzarse o arrepentirse-

 

-Lo siento Eijun-

 

Lo último lo dijo llorando mientras volvía a crecer, no sin antes dejar un sentimiento de felicidad en el corazón de Sawamura que se sentía dichoso de que su senpai le llamara por su nombre, los chicos se miraron confirmando las sospechas del que los veía para afirmar que si discutían cambiaban de apariencia.

 

-Díganme que no causé muchos problemas-

 

-No tantos-

 

Kuramochi veía a los ojos de su kohai y trataba de deducir que había pasado para que regresaran a la normalidad

 

-Escucha bien Kuramochi, no puedes discutir de ninguna manera con Eijun, si lo haces estaremos en problemas-

 

“¿Desde cuándo te llama Eijun?” –Tsk… entendido-

 

El mayor se fue molesto, no entendía del todo, pero estaba molesto porque las cosas no eran como las deseaba.

 

Desde ese entonces cuando veían que iban a discutir, Miyuki detenía al mayor en seco recordándole que podía causarle problemas al menor.

 

Esa mañana, el bullpen tenía un escándalo muy grande, Sawamura hacia mucho ruido porque Miyuki lo acompañaba ese día a practicar sus lanzamientos.

 

El amante de los videojuegos los miraba demasiado sonrientes y comunicativos, a lo cual el gato travieso se dio cuenta y dejando solo al pitcher se fue a hablar con él otro.

 

-Mochi otra vez con esa cara de pocos amigos ¿Qué te pone así?-

 

-¿Desde cuándo son tan cercanos?-

 

-¿Cercanos? ¿Eijun y yo?-

 

La conversación fue interrumpida por un divertido chico de ojos hermosos

 

-¡Kazuya! ¡Dijiste que lanzaríamos un buen rato! ¡Kazuya no te escondas!-

 

No una, dos veces en un minuto escuchó como el nombre de su compañero salía de la boca de su kohai.

 

-Mochi…-

 

-Nada, déjame solo-

 

Hizo caso porque lo vio furioso, no lo entendía del todo, pero sabía que en parte era por algo que lo involucraba.

 

Había pasado una semana sin discutir y ese sábado, todo se arruinó cuando el menor entró a su habitación después de haber llegado tan tarde.

 

-¿Qué hacías afuera a estas horas Bakamura?-

 

-¿eh? Hace mucho que no me llamas Bakamura-

 

-Cállate Sawamura si no quieres que te golpee-

 

-Youichi, explícame al menos ¿Qué hice para que te enfades?-

 

“¿Youichi?” –Oi… ¿Cómo te atreves a llamarme por mi nombre?-

 

Una venita saltó en su sien, cuando escuchó su nombre ser pronunciado sin un honorifico, además de ni siquiera pedirle permiso para llamarlo así, “no eran tan íntimos”.

 

-Está bien…-

 

El menor se dio la vuelta y soltó unas lágrimas, que hicieron al mayor sentir culpabilidad, por tercera vez el cambio se realizó.

 

Miyuki se molestó cuando vio los apagados ojos del pitcher sin brillo, sabían que habían discutido los dos, pero no esperaba que fuera tan grande la cosa.

 

-Kuramochi-senpai, no corra tanto-

 

-Kuramochi-senpai se va a lastimar-

 

-En seguida le preparo la comida senpai-

 

Había dejado de llamarlo por su nombre debido a la última discusión, no habían discutido desde ese día, y Eijun obedecía fielmente lo que él otro le dijera.

 

-¿Qué fue lo que pasó ese día?-

 

-Miyuki…-

 

Los dedos del cátcher se posaron en sus labios para detener la frase

 

-¿Miyuki? ¿Por qué no Kazuya? Hace poco ya me llamabas por mi nombre-

 

-Lo siento, pensaba en otras cosas-

 

El niño los miraba y algo en su pecho ardía, le mataba la idea de verlos juntos, para entonces, Kuramochi dejó salir su enfado y fue corriendo a alejar al menor de las garras del atrevido chico de lentes.

 

-¡Kazuya suéltalo!-

 

Apenas estaba acercándose cuando volvió a la normalidad, y Miyuki se le quedó mirando con seriedad

 

-Ya no eres un niño de 4 años para que te cumpla todos tus caprichos, así que Eijun tampoco tiene porque obedecerte, entiende esto, él es mío, no puedo permitir que tú lo alejes de mí-

 

Era una mentira, ni siquiera tenía esa clase de sentimientos por Sawamura, pero ya se había hartado de que Kuramochi no aceptara que estaba celoso y estaba enamorado del castaño.

 

Tomó la mano del pitcher que miraba a Miyuki desconcertado, sólo escuchó cuando este le mencionaba en su oído

 

-Sawamura, ahora atrápalo de una buena vez-

 

Ese atrápalo significaba que era hora de confesarle sus sentimientos.

 

-¿Se puede saber que rayos haces con Kazuya tan cerca?-

 

-No es nada que a senpai le incumba-

 

-Eijun… yo-

 

-¿Desde cuándo?-

 

-¿Qué?-

 

-¿Desde cuando deje de ser Sawamura?-

 

Por todo el problema había olvidado que la última vez que discutieron de esa forma, él le había regañado por llamarlo por su nombre.

 

Miyuki se dio la vuelta para decirle

 

-Eijun, después te veo, dejaré que arregles esto-

 

Las palabras de Kuramochi no llegaban a ninguna parte, no se disculpaba, lo estaba regañando por estar cerca del de lentes, aunque ya no estaba presente, el chico de los ojos brillantes le dio la espalda.

 

-Kuramochi-senpai, le ruego que no me lastime más, todo este tiempo he tratado de decirle mis sentimientos, pero usted no me hace caso, no alimente mis esperanzas con escenas como estas-

 

Las palabras se cortaron, aunque todavía tenía la intención de agregar algo más, sin embargo unos labios lo interrumpieron y sellaron su pequeña boca, haciéndolo estremecerse por el contacto.

 

Una mano del short stop tomó su cintura y la otra su mejilla, mientras seguía besándolo, lo pegaba con fuerza a su cuerpo.

 

Sonrojado y mirando a otro lado

 

-¿Por qué?-

 

-No lo sé, tuve esa necesidad-

 

Los ojos de Eijun brillaron intensamente absorbiendo el alma de Youichi que estaba completamente hipnotizado por lo que sus ojos vislumbraban.

 

-Creo que de algo sirvió todo este enredo-

 

Las lagrimitas del menor salieron sin control

 

-No llores otra vez, voy a enfadarme-

 

-Es… estaba deprimido porque pensé que nunca me haría caso, ese día que discutimos y todo esto paso, llegué a creer que era el peor error que podía cometer, pensé que me diría que no, que se alejaría de mi-

 

-Eijun… eres un tonto-

 

-Otra vez-

 

-Eijun eres mi todo-

 

Las mejillas del castaño rosadas y sus ojos un poco hinchados con una hermosa sonrisa inocente dejaron sin palabras al short stop que no hizo más que volver a besarlo.

 

-Ya era hora-

 

-Gracias por su compra-

 

-Sobre eso, creo que compraré más para que me haga favor de unir a otro par de tontos-

 

-Miyuki-sama, no debe jugar así con la magia-

 

-Lady, será divertido-

Notas finales:

Espero que les haya gustado, nos vemos pronto, no olviden que pueden dejarme sus solicitudes


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