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¡Lastimame! de todas formas estoy muerto en vida por 11nagisachan

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Notas del fanfic:

 Se suponía iba a ser un one shot pero preferí dividirlo en dos capítulos para que todo quede más claro, la historia es bastante personal así que espero la disfruten.

 

¡los personajes obviamente no son míos, son de nakamura sensei! I LOVE NAKAMURA *-*

Notas del capitulo:

A leer <3<3<3

Ritsu pov

A lo largo de mi vida he experimentado cosas que nadie quisiera tener que enfrentar; la desesperación, la frustración, unas intensas ganas de llorar cuando sabes que nadie correrá a ayudarte, estar consciente de que tienes un problema y no hacer nada por temor, pero lo peor de todo es que no solo debes levantarte por las mañanas con “depresión” sino que al salir de casa un mundo te espera para juzgarte más de lo que puedes soportar.

Estoy esperando que se convierta en costumbre para dejar de mortificarme pero el momento nunca llega.

Mi vida se resume en dos palabras que tengo que pronunciar cuando las ganas de suicidarme son muchas “aun no” se que en algún momento dejare de pensar en todo lo que me lastima y seré feliz, por eso debo detenerme y esperar pacientemente. Cuando te lastiman ¿Qué haces? Si, lo superas, ¿pero qué haces cuando tú te lastimas?

Puede sonar infantil pero quisiera que alguien me protegiera, como son los príncipes es los cuentos de hadas o los ángeles en el cielo. Lamentablemente no existen, hace mucho perdí la esperanza de conseguir un “guardaespaldas” además deje de creer en Dios cuando le pedí ayuda a gritos hasta quedarme afónico y nunca me la dio.

Ni emo, ni suicida. Catalogarme me repugna, simplemente soy una persona que quiere llegar a ser importante para otra, encajar en algún lugar y poder escoger un camino que seguir, ahora estoy en la nada.

¿Cómo vuelas sin tener alas? Es imposible, como soltar a una paloma herida y esperar a que vuele. No es un ala rota sino una mente rota, pensamientos que no tienen en donde refugiarse, mas de mil preguntas esparcidas en mi alma que se quedaron sin respuesta.

Me quede clavado en la fría realidad, no tengo un apoyo del cual pueda alardear, solo me tengo a mi y no me considero suficiente; sin fuerza, sin sueños, sin ilusión. Todo eso lo perdí cuando me entere de que no sirvo ni para hacer amigos ni para hacerme amigo de mi mismo, repelente, dicen mis compañeros a mis espaldas.

Era jueves y en un rato debía ir al infierno que se hacía llamar preparatoria, el solo pensar en todo lo que debo soportar durante cuatro horas me asusta; tener que lidiar con los chicos de años superiores que no me dejan en paz, escuchar las conversaciones en las que mis compañeros hablan mal de mí, pasar ratos incómodos en el almuerzo cuando los alumnos se sientan a mi lado a insultarme, y esforzarme mucho en las materias para sacar seis y decepcionarme de mi mismo. Es una tortura estudiar en ese lugar.

¡Ya estoy arto de esta mierda! me consumió la frustración. Tengo ganas de salir corriendo y separarme de todo, de los problemas y las inseguridades, pero no puedo ¡ayuda! No paro de pedirla internamente.

“de verdad la necesito” las lagrimas empezaron a salir sin mi consentimiento, ya no podía aguantarlo “¿acaso no la merezco?” ya no puedo con esto, es mucho lo que soporto “¿¡qué he hecho para tener que cargar con todo esto!?” apreté mis ojos y ale con fuerza de mis cabellos, apoye mi espalda en la cabecera de la cama con brusquedad intentando calmarme, debía hacer algo.

El sonido de mi alarma me tomo por sorpresa a mitad de mi desesperada escena diaria, como me levante sin su ayuda una hora antes ya estaba listo para irme, aunque fuera una decisión masoquista tome mi mochila y me encamine a la preparatoria.

El camino es bastante estresante, siempre hay un montón de de estudiantes yendo en la misma dirección, así que no me queda más que aguantarlos todo el camino hasta llegar. Me dicen cosas como “¿te acompaño? Lo hare de todas formas después de todo no tienes amigos” “¿Por qué sigues aquí si nadie te quiere cerca?” “apuesto a que tus padres deben estar artos de cuidar a un suicida” no me afectan porque me las digan mucho o porque sean muchos los que lo repiten, sino porque todo es verdad.

Intento acercarme a la gente pero ellos se alejan o me molestan, es muy difícil, las cosas se complican más cuando intento defenderme y me desmorono en frente del opresor.

Antes de que me diera cuenta ya estaba en frente de la puerta del salón de clases, fue rápido, pero el camino es más tranquilo, cuando llego es que empiezan los problemas, desearía que solo por un día las cosas fueran diferentes y tranquilas, eso no es posible pero igual puedo soñar ¿no?

Siempre entro y no miro a nadie, voy directo a mi asiento e ignoro las miradas de odio por el resto de las clases. Mi sorpresa fue ver que ya había alguien sentado en mi silla, empecé a temblar, no quería llamar la atención pidiéndole que se levantara ¡levántate!  Quería gritarle pero estaba muy nervioso para hacerlo.

Estaba durmiendo pero de repente alzo la mirada de golpe cuando se dio cuenta de que estaba ahí, yo retrocedí un paso con cuando su mirada de molestia me empujo el alma para que me alejara.

Tenía unos ojos miel que podrían hipnotizar a cualquiera, y el cabello negro, no podía despegar mi mirada asustada de él.

Soy bastante débil, si él me lo pide salgo corriendo a buscar otro lugar para sentarme y evitar algún problema, ¿puedo ser más idiota? Cualquiera pude causar tención en mi cuerpo con solo mirarme de una forma repulsiva. Me duele cada órgano del cuerpo cuando alguien me rechaza sin conocerme, de hecho me pasa todo el tiempo, es un dolor permanente al parecer.

Estaba por irme cuando se levanto me miro y se fue, yo estaba aliviado, mi respiración agitada y el sudor habían parado, eso me pasa por querer que las cosas fueran diferentes.

Solté todo el aire que mis pulmones recolectaron con el susto y me senté un poco más calmado, ¿Qué pasaría si alguien llegara a mi vida así de golpe? Lo más probable es que termine por fallecer antes de enfrentarme con otra personalidad, ya tengo suficiente con la mía que es auto destructiva, no necesito más con lo cual lidiar.

Ya no sé qué es lo que quiero, me quejo y codicio tener a alguien a mi lado para apoyarme, pero hay una parte de mí que me aleja de todo el mundo por miedo a ser lastimado cuando baje las defensas.

De lo que no me di cuenta fue que a pesar de no armar un lió con el hombre de orbes miel la gente igual me estaba mirando, desaparecer era lo que no paraba de pedir mentalmente, no podía mirar a ningún lado, la atención de todos estaba sobre mi ¿¡por qué!? Si no paso nada deberían estar distraídos con sus problemas, no con los míos.

Cuando intente hundir mi cabeza entre la mesa y mis brazos me di cuenta de que ¡dejo su celular! Vendrá a buscar en cualquier momento y yo no quiero tener que dárselo, me sentiría muy incomodo con la situación.

Ya me estaba doliendo la cabeza de tanto pensar, ¿Por qué me haces esto Dios? Mi vida es lo suficientemente complicada como para… ¡rayos! Esto es tan malo, ahora que lo pienso el verdadero problema sería que no viniera a por él y yo tuviera que ir a buscarlo para entregárselo.

Salir del aula fue lo más complicado que he hecho en la vida, la mirada de todos sobre mí, el centro de atención y no hice nada para llamarla, ¿acaso no tienen otra cosa que hacer más que solo mirarme? Me rindo, no se para que me quejo, si tuviera valentía les diría que me dejaran en paz pero eso no podrá ser.

Empecé a caminar por los pasillos buscando al azabache, no tengo idea de que le voy a decir cuando lo encuentre pero ya pensare en algo. Curiosamente esta es la primera vez que tomo valor y resuelvo un problema, me es difícil actuar y nunca me dejo de reprochar por eso.

Cuando la campana sonó en señal de que tenía que irme a clases me dio un escalofrió, tenía que encontrarlo, además nunca presto atención al profesor. Esta sería una buena forma de centrarme en algo más que no sea mi patética vida social, y distraerme por una vez en mi depresiva existencia.

Los salones ya estaban serrados, tenía la mínima esperanza en que el no estuviera dentro de uno, sería estúpido buscar a alguien por todos lados cuando no se encuentra afuera.

Después de Pasar unos veinte minutos caminando estaba empezando a asimilar que perdí mi tiempo y la clase, solo me faltaba ir al patio, si no estaba allí dejaría de buscar.

Ya me había rendido al haberme paseado por todo el patio sin obtener señales de vida en ningún lado, hasta que subiendo las escaleras de vuelta a mi piso me lo encontré. No creo en las coincidencias, la suerte o en casualidades pero no avían más palabras para describir el momento.

Saque su celular de mi bolsillo y extendí mi mano para que lo tomara, evitaba verlo a los ojos, no acostumbro a interactuar con nadie, siempre me pongo nervioso y eso afecta a mi capacidad de hablar con las personas.

Mis ojos por inercia se fijaron en los de aquel hombre, tan profundos y de un color muy peculiar, como si se pudiera tener rasgos tan perfectos sin pagar el precio, yo no lo conocía pero de seguro no debe ser agradable.

“gracias, ni siquiera recordaba haberlo dejado” ¿en serio? ¿Quién pierde su teléfono y no se da cuenta? Si fuera un robo lo entendería pero no fue así, que extraño.

“de nada” pase de él y subí las escaleras, fue más sencillo entregárselo que encontrarlo pensé, me pone feliz el todavía saber cómo recitar palabras en frente de otra persona, pensé que ya había perdido la práctica.

Lo deje solo en las escaleras y fui a esperar la siguiente clase fuera del salón de clases, nunca me dejarían entrar. Me senté en el suelo y empezaron a llegar los pensamientos molestos.

Nunca los he podido controlar, me doy cuenta muy tarde… cuando ya estoy deprimido.

Procuro ignorarlos para que mi cuerpo no reaccione conforme a mis emociones, llorar en un lugar que no sea mi habitación es vergonzoso, pero igual no lo he podido evitar un par de veces.

Cuando era más pequeño le pedía permiso para ir al baño a los maestros, pero lo que en verdad hacia era llorar sentado en las escaleras, en ese entonces no tenia tantos complejos como ahora pero igual me afectaba el no poder hacer amigos, desde siempre he sido débil.

Respire hondo y lleve mi mano a mi pecho “todo mejorara, aun no”  hay muchas cosas que me molestan, pero sin duda alguna la que más lo hace es tener que decirme esto todo el tiempo como consuelo. Es como una medicina.

Es más fácil combatir los problemas mentales cuando te entretienes con alguna actividad de tu agrado, pero yo de esas no tengo; intente dibujar pero siempre terminaba haciendo un cielo gris, intente escribir pero todas mis historias tenían un final triste, intente hacer ejercicio pero no solo soy débil mental sino también físicamente. Lo intente todo y nada sirvió, preferí seguir con mi vida poco productiva a avanzar por un camino que no existía.

La campana de la segunda hora sonó y me levante para entrar y estar presente en la siguiente clase, me importan muy poco las notas y la asistencia, todo lo que tenga que ver con este lugar me desagrada, pero mis padres son muy estrictos, no puedo llegar a casa con malas calificaciones y decir que no entre solo porque no quería, tan idiota no soy.

Ya dentro y sentado solo me puse a ver lo que estaba a mi alrededor, odio, de parte de mis compañeros, ¿Qué les he hecho? Pasar desapercibido es lo que hago a diario para no molestar, pero aun con todo mi esfuerzo por parecer un fantasma la gente se centra en mi como si fuera una atracción de circo.

Me da la impresión de que cuanto más deseo ser salvado, menos oportunidades me llegan, ahuyento a la gente ¿Qué pasa conmigo?

A las clases no les preste atención, estaba contando los minutos en el reloj de pared que adornaba una de las paredes. Cuando faltaron cinco minutos para que sonara la ultima y esperada campanada el maestro se fue, termino antes de los esperado y nos dejo ir antes.

Tome mis cosas y salí del infierno, ya estaba claro que para mi estar allá era una tortura, pero curiosamente hoy no me molestaron como acostumbran, ni siquiera me di cuenta de eso si no hasta que tome cuentas de todo lo que me paso durante el día, que a pesar de comenzar con una búsqueda innecesaria, termino siendo aburrido y tranquilo.

“De vuelta en casa” exclame aligerando el peso de mis penas.

No tenia nada que hacer además de tarea para entregar la próxima semana, tenia mucho tiempo para hacerla pero como distraerme era algo que necesitaba solo la hice para matar el tiempo. Yo era inteligente, solo que no le ponía interés a nada; puedo resolver ejercicios matemáticos con rapidez y eficacia, entregar trabajos que valgan la pena ser leídos en literatura, pronuncio bien el ingles. No tengo ningún problema con lo que a estudiar se refiere, puesto que estudiar y ir a la escuela son cosas diferentes.

Cuando acabe por completo con mis deberes ya eran las nueve y media de la noche, no estaba cansado, pero más que ir a cenar y acostarme a dormir no tenia nada que hacer.

Mis padres se pasaron toda la cena hablando de sus trabajos, una que otra pregunta me hicieron con respecto a mi rendimiento académico a las que respondí “me fue bien” y “no se preocupen por eso” de lo que yo quería que se preocuparan era de mi, no de mis estudios.

Cuando se acabo la comida, mi madre lavo los platos y mi padre se fue a dormir, yo estaba apunto de irme cuando  mi madre me detuvo desde la cocina con un grito sutil.

“¡Ritsu ven un momento!” yo seguí su orden y fui a ver que tenia que decirme, no acostumbro a hablar con ella, este día no fue del todo como suelen ser para mi, me estaban pasando cosas distintas.

“diga” tenia curiosidad de saber que iba a decirme, tal vez después de pedirlo durante todo el día por fin llegaría el cambio

“¿Ritsu tu crees que soy una buena madre?” ¿debía responder a eso? Ella podía ser muy poco materna pero es mi madre y me dolería verla poner una mueca de tristeza al decirle la verdad.

“...” me quede callado pensando en algo que decirle, siendo honesto no la conozco lo suficiente como para basarme solo en como me trata a mi. Esta pregunta es más difícil de responder que un problema algebraico.

“sabes Ritsu, cuando tenias cinco nunca nos hablabas, a los ocho siempre callabas todo, y ahora siete años después te vemos solo durante la cena... ¿hice algo mal?” respire hondo y repetí varias veces en mi cabeza lo que le respondería, debía ser cuidadoso.

“mamá el problema es ese, nunca hiciste nada” ella serró la llave del fregadero cuando me escucho, no debería de sorprenderle tanto, ella misma acepto que nunca tuvimos una relación madre he hijo.

“tienes razón, gracias por responder, puedes irte” apoyo sus brazos en la mesa del comedor mientras miraba hacia suelo, ¿la lastime?

Yo no se como hablarle a la gente, siempre depende de la confianza que tengas con la persona, yo creí que por ser mi madre teníamos ese tipo de confianza en la que podíamos decirnos la verdad sin rodeos, pero me acabo de dar cuenta de que no es así.

Toda la noche fue una batalla mental en la que termine perdiendo contra mis sentidos, en un futuro mirare los problemas de mi pasado como una depresión adolescente sin sentido, je,ahora que lo pienso ¿cual futuro exactamente?...

el sonido de la alarma me despertó al instante, no mentiré, sonó hace diez minutos pero la ignore y seguí durmiendo. Corrí a darme una ducha para después salir y tomar lo primero que vi para vestirme, baje corriendo pero una mano me tomo del brazo, era bastante delicada, era mi madre.

“toma” ¿enserio? La persona que me estaba entregando el almuerzo era mi madre o yo seguía aturdido por el sonido de la alarma y estaba alucinando.

“madre se que te sientes mal por lo que te dije anoche pero no tienes que hacer estas cosas, yo estoy bien” esa fue una mentira que no loro convencerla. Termine por llevármelo.

Yo nunca almuerzo, sé que es un mal habito alimenticio pero no me afecta en lo absoluto, cuando estas mal en lo último en lo que piensas es en comida, aunque estaba agradecido lo más probable es que lo dejara a medias.

Cuando llegue no avía nadie en el salón de clases, ese era uno de mis sueños que se volvió realidad, aunque fueron llegando poco a poco lo disfrute mientras duro.

Las horas pasaron y el momento de ver que alimentos contenía aquel envase de comida llego, tenía tres compartimentos así que no podía ser poca cosa, y efectivamente tenia razón.

Mis expresión cambio a una llena de felicidad cuando vi lo surtido que era ese almuerzo, se notaba que lo izo con cariño; tenia arroz, carne, pescado, huevo, vegetales, salsas, era como el menú de un restaurante completo. Pero lo que más me gusto de todo fue el té, sonreí al darme cuenta de que recordó cuanto amaba el té frío, hace tiempo que no me sentía feliz por algo.

Cuando mi estomago dejo de pedir comida me detuve, todavía quedaba bastante, guarde todo pensando en comerlo más tarde si me daba hambre, lo que tal vez no suceda porque estaba muy lleno como para volver a tragar algo en dos días.

Lamentablemente al terminar el almuerzo la realidad me ataco, unos chicos de tercero se estaban acercando a mi ¿Qué querían? Otra vez estaba nervioso, mi cuerpo tiembla cuando mi cerebro le envía una señal de que está en peligro, sin poder correr a esconderme acepte que tenía que soportar sus reclamos o lo que sea que tenían que decirme sin huir.

“¡oye, ¿tu le devolviste el móvil a takano ayer verdad?!” ¡El chico de ayer! ¿Se llama takano? Eso parece, me pregunto que querrá.

“si soy yo” me asuste cuando uno de ellos tomo mi brozo muy bruscamente y empezó a arrastrarme hacia un lugar que no conocía muy bien, la torre de los de tercero. ¿Qué hice de malo? No entiendo porque me hacen esto.

Quería reclamar pero las palabras se desasían en mi garganta, defendiéndome soy el peor, no quiero tener que lidiar con más problemas estúpidos, ¡no quiero más malditas cargas!.

Entramos a uno de los salones vacíos y serraron la puerta ¿Qué está pasando? No entiendo nada, estaba muy tranquilo hace un momento y ahora estoy rodeado de un montón de hombres. Voltee y vi al muchacho de ojos avellana y cabello negro sentado a diferencia del resto que estaban parados.

“bien seré directo, ¿Por qué borraste todos los datos de mi celular?” ¿De qué estaba hablando? Yo no hice nada, solo se lo entrega, debería ser consciente de que me perdí una clase para dárselo.

“¿¡que!? Yo no borre nada” afirme confundido.

“entonces se borraron solos” eran imposibles de leer sus expresiones, estaba enojado pero no del todo “ayer cuando lo deje tenía todos mis mensajes, fotos, música ¡todo! Después de que me lo devolvieras lo revise  y ni siquiera mis aplicaciones estaban” no lo entendía, apenas lo toque, no recuerdo ni haberlo encendido.

“lamento que se hallan borrado pero yo no lo hice ¿Por qué lo aria?” el se levanto y les izo una seña a todos para que salieran y nos dejaran solos, ¿¡que es esto!? El tiene razón para enfadarse, y que se hayan borrado así es extraño, pero yo no hice.

“escucha, uno de esos mensajes era muy importante. Tal vez no lo hiciste, nunca estaré seguro, pero tú fuiste el ultimo en tenerlo ¿no crees que es sospechoso?” la verdad es que si me parecía extraño, pero yo no hice nada con ese aparato, solo guarde en mi bolsillo.

“ya sé que es raro, pero debes creer que yo no hice nada, ni siquiera te conozco” intente convencerlo para que me dejara ir, yo no tenía nada que ver ¡además! El no debía estar en un aula de segundo “tu no debiste haberlo dejado para empezar” reclame por primera vez en mi vida.

“eso ya no importa, el problema es que ese mensaje era MUY importante” dijo tomando mis hombros con sus manos, se veía un poco frustrado.

“¿Qué quieres que yo haga? Si se borro ya no hay forma de recuperarlo” quería ser sincero y aprovechar mi confianza, que desde hace mucho n estaba al máximo.

“tendrás que pagarme” esta escena me recuerda a las películas en las que le debes pagar a alguien con dinero o tu cuerpo, bueno, tal vez esto haga más interesante mi vida.

“¿con que?” deseaba que no fuera ninguna de las dos; para empezar no tengo dinero, y tampoco estoy dispuesto a servir a alguien que no conozco. ¿Tan lamentable debo ser como para aceptar esto?

“ya sé que no tienes nada que darme, cuando lo tengas…” esa no fue una respuesta concreta “dime tú, ¿qué puedes darme?” otra vez no lo entendía, pase mucho tiempo en el agujero negro sin ver el mundo, me siento inocente de alguna forma.

“no entiendo, solo te puedo dar lastima” me salió de la nada, eso fue lo más sincero que le he dicho a alguien en mi vida, y como era de esperarse abrió los ojos con sorpresa.

“¿Qué?” ambos estábamos confundidos y en una situación extraña. Solo quería que fuéramos al grano, a lo mejor la clase ya empezó y yo seguía aquí, no me importaba, pero perder el tiempo me hace sentir más inútil de lo que de por sí ya soy.

“no tengo dinero, soy débil y mi vida es una mierda. ¿Qué decía tu mensaje para ser tan importante? Lo siento si es una pregunta indebida, pero si voy a darte algo quiero saber porque” la emoción de poder hablar con tranquilidad me llenaba, me gustaría actuar así siempre.

“solo te diré que me debes una grande, y si solo puedes darme lastima entonces cambiemos el sentido” ¿a qué se refería? “dices que eres débil y no vale tu vida, entonces te voy lastimar hasta que no quede nada de ti” maldita sea, desde hace un rato que perdí el hilo del asunto, lastimarme más de lo que yo me he herido con mis pensamientos auto destructivos no se podía.

“¿Qué ganas con eso?” la pregunta era justa de hacer, no entiendo a la gente que lastima a otras solo porque si, es lo que me hacen cada día.

“diversión” se rio y luego me miro fijamente “que tal, después de todo si puedes darme algo” lo que yo me pregunto es como se supone que me lastimara.

He tenido suficiente con el acoso constante de mis compañeros y aun así como un buen masoquista acepto este trato sabiendo que no soy el culpable de nada, solo lo haré para distraerme, si él me “lastima” como dice que ara, entonces yo dejare de hacerlo y podre descansar un poco de mi mismo.

“bien, lastímame, de todas formas ya estoy muerto en vida” con esa última frase sincera resonando una y otra vez en mi cabeza dejo que me fuera.

El respiro que tanto pedí en mi vida llego, puede que en vez de mejorar empeore la relación que tengo conmigo mismo pero eso no importa. Solo por esta vez seré irresponsable y aceptare cualquier cosa que me quiera hacer, después cuando ya la cuenta se haya pagado me encargare de arreglar los problemas que me causo, pero por ahora esperare su primer movimiento.

Esto no tiene ningún sentido, pero como el dijo es una forma de entretenernos, yo no tanto porque se supone tiene que dejarme vació hasta que ni lagrimas pueda soltar… aunque, el puede tener otro punto de vista con lo que a “lastimar” a otra persona se refiere.

Lo del mensaje me intriga, ¿Por qué tengo que pagarle? Es extraño, ojala después tenga la oportunidad de saber que decía. Algo que no había notado es que en algún momento mientras hablábamos deje de estar asustado,  eso debe ser bueno.

Esperar es lo que me queda, mientras seguiré siendo un idiota sin sentimientos, lo único que espero conseguir de esto es experiencia y nada más, saber que se siente que te utilicen sin razón alguna, que empiece, estoy ansioso por ser destruido.


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