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Sakura no hana ga saitara por Sakura chi

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Notas del fanfic:

Hola, antes que nada gracias por darle la oportunidad a este nuevo proyecto nacido de un three shot para el cumpleaños de Ren, en esos tres capítulos creo que logre desarrollar una idea nacida por un crossover de UtaPri y Touken Ranbu, este nuevo escrito explotara más esa idea, no serán capítulos relacionado a Haru no Aki no Ai aunque la trama en si girara en ella, Sakura no hana ga saitara será algo mucho más detallado, mostrara como cada quien llego a lo que era, explotara las personalidades de sus personajes, narra un maravilloso mundo al cual espero aspirar llevarles y cambiara alguna que otras situaciones que se dieron en la anterior historia ¿terminara como Haru no Aki no Ai? La respuesta es no, tengo un final mucho más complejo para esta nueva historia.

Sin más que aclarar más que los personajes no me pertenecen, disfruten la lectura y disculpen los posibles fallos.

Notas del capitulo:

Disfruten la lectura y disculpen los posibles fallos.

Sakura no hana ga saitara

 

Capítulo 1

 

Corría por el extenso pasto que se encontraba en ese sitio, tropezaba cada vez que cerraba los ojos mientras extendía sus brazos al aire, aquella sensación de no saber por dónde iba lo emocionaba en gran manera, cada vez aumentaba su correr, pero su cuerpo comenzaba a pedirle que se detuviera, pese a la petición se negaba al acto y es más, le exigía a sus piernas seguir con la travesía. Abría sus ojos para sentir como estos eran golpeados por el viento que se daba al correr, comenzaba a gritar en emoción y cansancio, deseaba volar, anhelaba ser libre, sentía como se acercaba cada vez más al cielo, extendía su mano hacia adelante aspirando a tocarlo, había cambiado la sensación de correr por diversión a correr para huir, para escapar, para alejarse, cada vez sentía como el cielo se le acercaba, sus piernas no podían soportar más aquella acción y poco a poco noto como ese perfecto cielo se alejaba de él, no lograba continuar y caía completamente al suelo, este se abría y lo jalaba a lo más profundo para rodearlo de entera oscuridad.

Despertaba precipitadamente, su corazón amenazaba con salirse del pecho, la respiración era demasiada precipitosa, algunas gotas de sudor se filtraban por su frente logrando que algunos cabellos se adhirieran a esta, observaba como la oscuridad rodeaba la habitación y como algunas de las chicas que se encontraban ahí seguían durmiendo, se levantaba con dificultad ya que parte de su cuerpo no se lo permitía y salía del lugar en dirección del patio mientras en el camino tomaba alguna manta para cubrirse.

Creí que ya había superado eso— murmuro para sí mismo sentándose en algunas rocas acomodabas aun lado de la casa.

Elevaba su rostro para observar las estrellas en el cielo, tan relucientes, tan bellas, suspiraba ante el deseo de algún día ser como ellas, ser admirado, respetado y más que todo amado ¿Por qué que no lo hacía? Cerraba sus ojos mientras guardaba para sí mismo aquella paz que lo rodeaba, eran muy pocas las ocasiones en que podía tener momentos como esos, momentos tranquilos y llenos de serenidad.

Dicen que los sueños son recordatorios y advertencias, recordatorios de sucesos y hechos que deberían quedar en el olvido ¿quizá?, advertencias de que algo estaba cambiando sería para bien o para mal ¿Quién sabe? Sin duda algo estaba cambiando o solo le recordaba que nunca podrá cambiar.

Se había enfrascado tanto en lo que amaba que olvido en que momento todo se volvió monótono y sin gracia, dejo de tener aquellas emociones nacidas desde su corazón y se convirtió en probablemente la mayor aberración que algún día conocería ¿Quién en este mundo se fijaría en alguien como él? Jamás volverá a ser tomado con seriedad, se convirtió en un juego en una burla.

La helada brisa comenzaba a colarse en sus huesos, aferraba mucho más a su cuerpo aquella manta para resguarda el poco calor que esta le ofrecía, miraba al cielo y suspiraba con resignación ¿podría escapar de aquella cárcel que creo a su alrededor? Quizás la vida se encargaba de recordarles sus errores pero ¿eran errores? Todo lo que había hecho era seguir a su personalidad ¿probamente su personalidad era un desconcierto? Pero… él era feliz a pesar de eso y seguramente su amabilidad lo había llevado a convertirse en lo que era ahora ¿podrá dejar eso en el pasado? Seguramente será un largo camino que recorrer, las cosas no son fáciles, nunca lo serán, mucho menos para alguien como él pero, no podrá hacerlo solo y eso es algo con lo que no contaba.

 

>—S~+~S—<

 

Caminaba en círculos por toda la habitación su kimono estaba comenzando a desarreglarse y la serenidad en su rostro estaba comenzado a irse muy lejos de él, cada vez sus pasos eran con mayor fuerza sobre aquel piso, estaba tan concentrado en su caminar “molesto” que no se le fueron audibles los pasos del otro lado de la habitación y mucho menos los golpes que se dieron en la puerta y el que esta fue abierta, no fue esta que una voz rompía aquel silencio, que levantaba su vista y busca el origen de esta.

Señor, ya tenemos noticias…— dijo mientras realizaba una reverencia y esperaba por alguna orden.

¿Entro o no?— pregunto al notar que no dijo más nada.

Sí señor, el joven amo es parte de la ejército del Shōgun sin embargo…— callaba abruptamente su mensaje ¿Cómo sería capaz de pronunciar aquellas palabras? Se imaginaba el rostro que su señor haría y eso lo aterraba…

¿Sin embargo?— cuestiono al notar que su sirviente no pronuncia palabra alguna y es más comenzaba a temblar… —Más vale que respondas… ¿qué paso en ese elección?— en su rostro se reflejó la furia que en esos momentos comenzaba a apodarse de él, el simple hecho de pensar que algo podría haber pasado lo comenzaba a enojar y claramente esperaba que el honorable nombre de su familia y descendencia no se viera involucrado de manera que le dejara en ridículo.

Suspiraba en miedo, se armaba de valor para decir—Después que se informó que sería parte del grupo y a la vez el principal hombre al servicio del Shōgun, el joven amo… hablo ante todos afirmando que jamás será un samurái y que estará al servicio de su señor pero que no será capaz de cumplir un rol como samurái, sus antepasados fueron capaces de realizar aquella tarea no obstante él no es capaz de semejante sacrificio…— era interrumpido por un golpe sordo.

— ¡Deshonor! ¡Humillación! Ese niño me escuchara cuando regrese ¡cómo fue capaz de manchar de esa manera el legado de años!— su puño se posaba en la pared de la habitación en su rostro se nota la molestia que sentía, tantos años de respetable honor eran tirados como vil basura, no servían de nada, su apellido fue manchando, se convirtió en la burla de todos sus conocidos ¿Por qué el cambio? Era lo que más se presentaba en su mente.

Se-señor…— apenas pudo pronunciar por el susto que sentía.

Cuando ese mocoso regrese infórmale que debo de hablar con él—

El joven amo… dijo que ya no regresaría a esta casa…— diciendo aquello fue capaz de ser testigo de rostro lleno de odio, furia, molestia, enojo… todo aquello que pudiera hacer que alguien temiera por lo que, siendo lo más respetuoso que podía salía corriendo de la habitación mientras comenzaba a escuchar gritos y maldiciones por aquel hombre que había quedado en la habitación.

Se dejaba caer en el piso mientras una vena en su frente no mostraba intenciones de desvanecerse, llevaba sus manos a rostro mientras en su cabeza comenzaba a recordar en que momento de su vida su hijo había sido capaz de darle la espalda de esa manera y es más deshonrar el legado de su apellido.

Posiblemente el mismo había sido el causante de que se diera aquella falta de respeto no obstante jamás lo aceptaría, parte de él se encontraba consciente de que había sido demasiado rudo con su propio hijo pero la meta era educar y hacer a su perfecto sucesor aunque en el camino se ganara el “odio probable de su misma sangre”, quizás y solo quizás había cometido un error en el proceso más no era el momento para lamentarse por esos detalles, le había criado de esa forma y aunque este le pagara de esta manera no podía más que aceptarlo aunque con esto su respetable imagen era ensuciada y puesta en tela de duda.

Ese mismo día daba a informar que aquel hijo dejaba de ser su sucesor y a su vez perdía todos los privilegios que se les fueron otorgados por su apellido y por su linaje, a su propia manera le otorgaba la libertad que su hijo tanto anhelaba pero, este sería capaz de descubrirla y es más de aprovecharla al máximo, solo el tiempo y la misma vida serian testigos de aquello o probablemente alguien también se vería beneficiado por aquella libertad pero para ello un cambio en su interior debería de darse.

 

<—S~+~S—>

 

Se encontraba sentado a las afuera de aquel lugar donde a partir de ese día pasaría seguramente el resto de su vida, de alguna manera sentía que esa manera de pensar era demasiado dramática o de alguna manera descabellada pero, había crecido con tantas restricciones que estaba seguro que se le complicaría adaptarse a su nueva vida, suspiraba de alguna manera aliviado al notar como después de horas ya, no habían señales de su padre, de alguna manera para bien o para mal su padre la había dado la espalda, quizás en su interior esperaba la aprobación de él sin embargo el romper lo que con generaciones ha realizado su familia hacia que realmente se encontrara seguro que no sería perdonado nunca y es más su descendencia probablemente cargaría con tal culpa.

Su niñez no fue tan difícil es mas todo lo contrario, había crecido con lujos y con todo lo que podría algún día imaginar pero, a pesar de eso debía cumplir con algo y aunque al principio aquello lo emociono en gran manera, era después de tantos años en donde se daba cuenta que seguir con la tradición de la familia no era a lo que aspiraba ni estaba contento por ello, trataría de hacer las cosas a su manera aunque con eso conllevaba la posibilidad de perder el apellido con el que nació.

Su disciplina desde que creció había contribuido a que fuera el mejor en todo lo que hacía sin embargo lo realizaba por obligación mas no por placer o gusto, odiaba que día a día se convertía en algo que no deseaba. Ser samurái ya no era lo que soñaba, quería ser libre de una u otra manera y aunque fuera de la manera más irónica o burda, convertirse en un miembro del ejército del Shōgun era su única salida, aunque su vida se pusiera en juego al declarar abiertamente que solo sería alguien normal en el ejército [algo realmente imposible], cosa que fue mal vista por todos lo que serían sus compañeros más no por el propio Shōguny quién sabe de alguna manera ser amigos de la infancia había contribuido a que se le concediera semejante deseo egoísta.

Repasaba nuevamente en su mente cuales serían a partir de ese día sus actividades y a pesar de que se negaba a realizarlas por un tiempo sería de esa manera antes de poder retirarse de ese sitio que le recordaba a cada instante que había defraudado a toda su ascendencia y seguramente sería señalado hasta zanjarle por completo su propia existencia.

Era tocado por el hombro por parte de uno de sus compañeros para hacerlo salir del dilema en el que se encontraba —Él quiere verte…—murmuro quedamente mientras con una enorme sutileza le señalaba una improvisada tienda algo lejos de donde ellos se encontraban.

Este solo asentía mientras se encaminaba al lugar, a su alrededor los pocos compañeros que se encontraban aun a las afueras, se quedaban analizando cada uno de sus movimientos, en esos momentos es donde se pregunta nuevamente ¿Fue correcto? ¿Habría otra manera de hacer las cosas? De alguna manera sentía que estas no serían respondidas por el mismo o probablemente por nadie más pero, esa fue la única salida que encontró y en vista a que era apoyado no perdería esa oportunidad para seguir con su plan improvisado tal vez, llegaba a las fuera de la tienda mientras se aclaraba un poco la garganta para de alguna manera hacerse notar ya en el lugar, al poco tiempo un joven de cabellos rubios se dejaba ver detrás de aquella tela que evitaba que se viera que era lo que había en el interior de la tienda, mientras le observaba de pies a cabeza para luego echar un vistazo hacia todos aquellos que habían parado toda actividad para seguir de cerca los actos de ese traidor como ellos rápidamente le llamaron, y no tardaron mucho en volver a movilizarse al ver una mirada asesina sobre ellos, el rubio sonrió de medio lado por la satisfacción mientras se apartaba de la estrecha entrada y realizaba un gesto con la mano para que entrara al lugar.

Gracias…— hizo una reverencia mientras se adentraba a la tienda mientras a su espalda el otro sujeto se salía de la tienda.

Las cosas serán difíciles Masato… ¿estás dispuesto a pasar por ese tormento?— pregunto el único que había quedado en la tienda mientras se colocaba de pie y se quitaba alguno de los muchos atavíos que posaban en su cuerpo.

La vida se me será muy corta para agradecerte este gran honor Tokiya—contesto mientras se acercaba para ayudarle al otro a quitarse todo aquello de encima.

Tan iguales y distintos a la vez, muchas veces se creyó que esos dos eran hermanos debido al gran parecido que tienen entre sí no obstante, son pocos lo que pueden asegurar que a pesar de ser tan iguales ambos son tan distintos, uno de ellos lleno de miedo e inseguridades, de sentimientos que fueron guardados en lo más profundo de su ser negándoles el derecho de salir, su corazón fue obligado a apaciguar su sentir pero, aquello le era tan difícil, siente amor por lo que le rodeaba, ama y se pierde entre la suave brisa, sueña despierto al embelesar los campos, añora fervientemente admirar la bella de una flor por muy pequeña que esta sea, por más que se deseó que fuera el perfecto sucesor de una renombrada familia todo aquel trabajo que se llevaba desde su nacimiento fue en vano, era entonces cuando se daba cuenta que seguir el orden natural de las cosas perdía sentido en su cabeza, se negó a seguir ocultando lo que su corazón sentía y su mente tanto le reprimía, ahora con aquella libertad era como un recién nacido, tendría que volver a reencontrarse a saber quién era ahora, volver a conocer todo bajo otra perspectiva, adonde la vida le abriría el camino a seguir, mientras que el otro, creció lleno de obligaciones que cumplir se esperaba y se obtuvo lo que tanto se deseó de él, no perdió en ningún momento de vista todas la metas que se le colocaron en el camino para que las cumplieran ¿tuvo miedo e inseguridades? Las tuvo pero en contrario a su amigo, él no podía negar su destino, lo que la vida le puso desde su nacimiento, porque a pesar de no estar completamente seguro de su camino, ese puesto, ese honor era algo que podría ayudar para que muchos de sus conocidos obtuvieran lo que tanto anhelaban, lucho con todas sus fuerzas recordándose día con día que al final sería capaz de ayudar a muchos aunque posiblemente nunca estuviera feliz en su posición pero, sí lograba ser feliz a otros él también lo estaría.

Ahora están los dos en las posiciones que sus actos y decisiones les condujeron, uno perdió el apoyo de toda su familia y seguramente de las personas que le conocían y el otro otorgándole de alguna manera el escape para que busque ahora su camino en la vida, que posiblemente sería mal visto, eso es algo a lo que nunca prestaría atención, es el Shougun y nadie tiene el derecho a cuestionar sus órdenes y deseos aunque estos fueran descabellados para los demás.

No requerían de palabras, el silencio decía mucho más, que las palabras rebuscadas para poder hacer amena una conversación, era como si esos dos se comunicaran con la mente, una sola mirada o gesto era más que entendible para el otro, saben que ambos se apoyan entre sí, que se encuentran juntos en eso, y que pese a todo lo que se les avecine ambos serán fuertes, no se permitirán flaquear, porque aunque ninguno de los dos lo exprese en palabras sus corazones y sus miradas declaraban fuertemente que si uno de ellos era realmente feliz en la vida el otro también lo sería.

El camino que se abre ante sus ojos, es uno lleno de escombros y obstáculos que limitan el paso, que limitan la vista, sabe que no está solo sin embargo luchara y peleara por hacer todo lo que este a su alcance antes de poder pedir ayudar, aunque un mal visto orgullo se negara a permanecer oculto, lucharía por no involucrar a uno de los pocos que están a su lado desde que era un niño, les cuidara y protegerá de sus decisiones y acciones lo más que pueda porque, era ahora más que nunca donde demostrara que es fuerte y que será capaz de alcanzar la felicidad que pocos obtienen en este mundo.

No necesitan de mucho tiempo para expresar con sus ojos lo que deseaban decirle al otro por lo que ambos salían al poco tiempo de la tienda y aunque fuera molesto para uno pero no para el otro, un grupo inusual de soldados se encontraban atentos a lo que en la tienda se daba, de alguna manera el mostrar un ceño molesto no había logrado que aquellos se dispersaran, aquella inusual caravana siempre se reuniría mientras aquella prominencia permaneciera en el campamento, ambos se separaban y tomaban caminos distintos sin siquiera voltear a verse y era entonces en donde aquella gente que les observaba se preguntaba si en realidad esos dos tenían una relación tan cercana, era totalmente risible para quienes sabían la manera de actuar de esos dos provocaba las especulaciones y teorías que era sacadas por aquellos que no se detenían a observar más de lo que se podía ver.

El joven de cabellos azules y lunar bajo uno de sus ojos se desplazaba entre aquel campamento esperando y deseando el momento de alejarse de esas tierras, aunque se convirtiera en un errante, en alguien que no tuviera a donde llegar, era mucho mejor que estar bajo los bullicios y miradas de quienes le tachaban y posiblemente le odiaban, llegaba su mano a aquella espada forjada exclusivamente para él, aquella espada que siempre le acompaño desde que era un niño sería su más fiel compañera, confía en que esta es capaz de salvarle, confía que al igual que él será cada vez más fuerte, ganaran batallas y experiencias, será de ahora en adelante con lo único que podrán contar para sobrevivir, su meta consistirá en mantenerse con vida sea cual sea el precio a pagar, su única amiga a quien pondrá en su filo su vida, solo un par de semanas más mientras se les detallaban cuales serían sus obligaciones y sus derechos, las tácticas y procedimientos a seguir, el grupo que se movería junto a él y se alejaría de una vez por todas de ese pasado que se niega a dejarle seguir adelante, un pasado que aún le desea seguir atando y no dejándolo ser libre pero, se encuentra tan ciego ante el miedo que no se da cuenta que esas ataduras se dan desde y para su corazón, se niega a ver que su padre le dio lo que tanto deseo, su miedo lo ha dominado y cegado que no se le es posible quitarse esa venda y ver qué lo que saldrá a buscar ya se encuentra frente a él.

Hijirikawa Masato, bajo sus órdenes se le asignaran al soldado, Mikaze Ai, Kurosaki Ranmaru, Shinomiya Natsuki y Kotobuki Reiji… estarán bajo su responsabilidad todos los pueblos se encuentran al norte, tendrá que dar cada semana un reporte detallado de cada una de sus actividades realizadas, si por algún motivo se notaran inconsistencias en dicho informe se le pedirá que regrese a este lugar y se comenzara una investigación para dar a conocer la causa mientras eso se lleve a cabo, pierde todos los privilegios que se le han otorgado… ¿entendido?— decía uno de los miembros encargados de llevar todo el papeleo de los soldados y samuráis sacados del pueblo principal del Shougun quienes se dedican principalmente a guardar la paz y principalmente la posesión territorial de su señor.

¡Si señor!—respondía rápidamente para ser prontamente despachado de su vista.

Se movía entre las filas de samuráis y soldados que aún esperaban por ser asignados a un líder y aun lugar de vigilancia, en ese tiempo había logrado poder callar las habladurías que se daban en su contra, demostrando lo habilidoso que era para el combate dejando mal parados a todos esos que proclamaban a gran voz ser los mejores samuráis en esas tierras, se había ganado de esa manera tan peculiar un poco de respeto aunque este mereciere mucho más, se encontraban apenas algunos que si deseaban poder estar dentro del grupo que se desplazaría con él no obstante lo que todos ellos ignoraban era que cierta persona con demasiada influencia y más que todo el que decidía cada una de las actividades o acciones que se dieran había elegido precisamente a ese inusual grupo debido a que se conocen entre sí desde hace ya años, y quienes evitaron cualquier contacto entre sí para evitar sospechas y muchas más razones para que él joven Hijirikawa fuera odiado, el grupo que estaría al cuidado de quien saldrá a buscar entre el extenso mundo lo que tanto anhela, se acercaba a su grupo el cual ya se encontraba listo, se saludaban e inmediatamente se retiraban del lugar montados en caballos con sus equipajes ligeros acomodados en sus espaldas.

¡Masa-kun todo salió muy bien!— grito eufórico mientras cabalgaba aún más rápido.

Reiji guarda silencio—le regaño ante el grito.

Calla Reiji— dijo el chico de cabellos plateados.

Guarda silencio por favor Reiji—contesto el más pequeño del grupo.

¡Rei-chan está muy animado!— grito en alegría al  de cabellera alborotada rubia.

Vamos… chicos… sean más animados ya no tendremos que seguir fingiendo— reprocho mientras realizaba un puchero.

Sí alguien te escucha, todo el trabajo sería en vano, por lo que se más discreto Reiji— le expuso tratando de ser lo más claro posible aunque sabía perfectamente que calmar la euforia nacida en su compañero sería tarea difícil pero no imposible.

Son tan aburridos chicos…— murmuro en resignación, por primera vez se negaba a seguir con la insistencia y seguramente la mirada asesina de uno de sus compañeros de ojos bicolor había causado que no diera marcha a su negación de quedar en silencio.

Varios kilómetros ya alejados de aquel pueblo del que huía, paraban su andar e improvisaban un pequeño campamento para resguardarse de la fría noche, era en parte un alivio saber que aunque en otros lugares la guerra existía en el lugar en el que ellos se encontraban no era de esa manera, se daban la oportunidad de bajar un poco su guardia ya que no serían atacados pese a eso aun así debían estar pendientes por los bandidos de la zona, aun sabiendo que antes de poder despojarlos de sus pertenencias esos pobres quedarían casi moribundos en el intento, era ese grupo de cinco los más habilidosos y tenaces miembros que se podían desear, cada uno de ellos expertos en cada área de combate, camuflaje, armería y táctica, que más quedaba que confiar en que no serían fácilmente vencidos por el enemigo sin por importar quien este fuera.

 

>—S~+~S—<

 

Se pasaba entre el bosque que se expandía a su frente, llevaba consigo una pequeña cesta en la cual recolectaba alguna que otra hierba necesaria para medicina o alimento que se encontraba en el camino, aunque supiera de ante mano que esa actividad era mejor para una mujer, era el quien que siempre pedía poder hacerlo, ama esas pocas horas de soledad, adora esa sensación de libertad que tiene al entrar al bosque y alejarse de esa villa que tanto daña su alma y espíritu, se adentra tratando en vano de olvidarse de lo que vive día con día, desea que algún día la vida le muestre o le arrebate las razones para seguir con vida.

Recuerda con dolor que lo que creyó ser el inicio de su sueño fuera realmente el inicio de una pesadilla que no tendrá un pronto despertar, esa pesadilla le oprime y le domina, le retiene y doblega, le arrebata la esperanza de encontrar una posible felicidad, una vida normal, sin problemas, sin ataduras, su más grande don era usado vilmente, obligándole a realizar acciones que lograban que tuviera la peor de las reputaciones, todo aquel que escuchaba su nombre o lo que realizaba hacia que tuvieran odio y desprecio por él pero, nunca deseo estar en esa posición, lo que único que deseo a la vida era poder demostrar y cautivar al mundo con el don más preciado con el que había nacido, si tan solo alguno de aquellos que le criticaban y tachaban se detuvieran y observaran lo que el tenia para ofrecer, se darían cuenta que solo es un joven que eligió mal en la vida, que sus decisiones lo llevaron a que pensaran y creyeran mal en él, la verdad esta tan lejos de lo que todos ven, la verdad es que es una joven alma encerrada en las erróneas decisiones tomadas por el arrebato al quedar solo en la vida, su voz, ahora solo servía para dar placer al morbo y perversidades al lugar donde sus actos lo encaminaron. Aun espera poder salir de ese lugar, cree que fervientemente que saldrá de esa situación aunque su vida se ponga en riesgo y solo tenga breves segundos de la libertad, luchara con todas sus fuerzas.

 

¿Por qué nos segamos ante los problemas? ¿Podremos algún día salir de aquello que nos ahoga? ¿Seremos algún día ser capaces de dejar atrás lo que nos lastima? Probamente todo eso solo es para hacerlos más fuertes sin embargo ¿Cuánto más dolor seremos capaces de resistir?

¡Ren! ¡aprisa tenemos trabajo que realizar! — se podía escuchar a lo lejos el grito de una mujer.

Chasqueaba su lengua en molestia, desearía poder un poco más de tiempo para él y sus lamentables pensamientos pero tal parecía ese por lo menos no sería el día.

¡Ren!— se volvía a escuchar entre los árboles, un grupo de pájaros volaban ante el grito dado — ¡Vamos Ren no hagas que vaya por ti!— se podía sentir la molestia en esas palabras.

Suspiraba de mala gana mientras se acomodaba sus cabellos detrás de su oreja para luego gritar — ¡voy!— y comenzar su andar hacia la salida de ese sitio que calmaba su agitado interior.

Apenas ese poco tiempo calmaba y colocaba a en paz su tormentosa vida, anhelaba mas momentos como esos no obstante sabe a perfección que debe de trabajar mucho para poder obtenerlos. Su silueta se perdía entre la maleza y los arboles un gran yugo era llevado en su espalda ¿existirá el día en que este sea quitado de él?

Notas finales:

Espero no haberlos confundido en este primer capítulo, estoy probando un nuevo estilo de narración el cual requiere mucha más concentración de mi parte, espero haber logrado que se interesen en esta historia que diré que amo con mi corazón y con el mayor de los gustos estaré escribiendo para ustedes, comentarios al respecto son realmente bienvenidos.

Y sin más que decir un saludo a usted si usted que se tomó el tiempo para leer esto.

Hasta la próxima, Sayonara.


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