Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Serendipia por Drakarfox

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues lo mismo de siempre, todo esto es sólo un pasatiempo y escribo por el mero hecho de querer escribir, comparto mis ideas y mi esfuerzo el cual espero sea de su agrado. 

Ha si, los personajes no son míos y bla, bla, bla. Esto es un AU. 

Notas del capitulo:

Y bueno, apenas termino un fic ya voy con otro. Es que tenía la idea dándome vueltas en la cabeza y me pareció bien escribirla cuando antes, antes de que las ideas se me fueran, pero en fin, aquí les dejo el primer capítulo de este nuevo proyecto. Serendipia. Admito que siempre me ha costado trabajo poner títulos, al menos las veces en que primer se me ocurren las ideas. Hay otras donde primero sale el título y después empiezo a escribir. Pero en fin ya veremos como nos va con esto. Espero les agrade.

Serendipia

Lección I

Nunca hagas enojar a una bruja

 

Habían cosas que todo el mundo sabía, como el fijarse a ambos lados de la calle antes de cruzarla, el apagar las luces cuando no las estás usando en una habitación, no tirar la comida, no irte con desconocidos, evitar meterte en callejones oscuros. Todas esas eran cosas que todos sabían y que los padres les habían enseñado desde pequeños. De uso común, de lógica, usando la razón. Pero había una cosa que también se debería de enseñar desde pequeños, al menos una que Vanitas hubiese agradecido que le hubieran dicho, en especial la pareja de atolondrados que lo habían llevado con esa chica. Y es que si alguien, un alma piadosa y bondadosa le hubiese dicho que el peor error que una persona puede cometer es el de hacer enojar a una bruja, bueno tal vez no lo hubiese creído, pero al menos hubiese agradecido el gesto.

No era como que pensase que fuese muy malo, sólo que no sabía las repercusiones que eso iba a traer. Pero al menos de algo le había servido, sabía perfectamente contra quien descargar sus problemas, contra que pareja, contra Axel y Roxas. Por eso es que estaba con el celular en la oreja, esperando a que el rubio dejase de reírse y le dijese como solucionar su problema. -¡Deja de reírte y dime que hago idiota!- reclamó esperando con ello a que el rubio reaccionara.

-Es que… no puedo creer que… haya echo eso.

-¡Entonces tú lo sabías!- reclamó casi con un grito tratando de no despertar al otro, el chico seguía dormido en su cama y no lo culpaba, eran las seis de la mañana. Y con eso cayó en cuanta de algo, -espera, ¿se puede saber dónde están Axel y tú? ¿Y por qué están despiertos tan temprano?- se suponía que Axel, Roxas, Ventus y él vivían en el mismo piso, si cuatro personas en un piso, al menos era grande y también estaba el detalle de que compartían cama, dos y dos. Así que por el espacio no había mucho problema. Pero era extraño que los otros dos no hubiesen llegado a media noche al menos.

-Oh, nos hemos quedado en casa de Marluxia, ha sido una buena fiesta. Pero justo íbamos camino para allá, ya veremos qué podemos hacer en cuanto lleguemos, por mientras ¿sigue dormido?

-Sí, sigue dormido. ¿Qué esperabas Roxas?, son las seis de la mañana. No creas que va a estar por ahí dando de vueltas o limpiando.

-Vale, vale, ya lo he pillado. Por qué no mientras vuelves a la cama con él, Axel y yo apenas lleguemos iremos a dormir un poco, ya después podremos ver que hacemos ¿de acuerdo?, además no puede ser tan malo.

-Claro, eso lo dices porque no te ha tocado a ti maldito des...

-Oh, ya nos vamos- interrumpió- vuelve a la cama con él anda. Y deja de maldecir tan temprano.

Escuchó que cortaba la llamada, iba a matarlo, de verdad que iba a hacerlo y no le importaba su Axel le reclamaba por dejarlo sin novio, de verdad que le tenía sin cuidado, pero decidió hacerle caso, por una vez al menos, al rubio y regresar a la cama con Ventus, todavía tenía sueño y sabía que debía aclarar su mente, estar descansado para poder enfrentar la que se le venía. –Madre mía, de verdad que se me viene una grande.- En cuanto entró de nuevo a la habitación fue directo a la cama, metiéndose bajo las cobijas y acercando el pequeño bulto que había bajo las cobijas hacía su cuerpo, pensando en cómo era que había llegado a esa situación.

 

Flash back

 

Estaba fastidiado, llevaban todo el maldito día con el mismo tema y él ya no sabía dónde meterse, Ventus y Roxas estaban completamente convencidos de que la magia si existía, Axel la dudaba un poco pero él de verdad que no podía creer en ese tipo de cosas. Era ya todo un hombre, uno con veinte años, uno que tenía por novio a uno de los gemelos Strife, los gemelos más molestos, revoltosos y problemáticos que podrían haber. A quienes por cierto les sacaba dos años. Y también era conocido de Axel, porque el otro chico se lo había dejado en claro que de amigos nada, al menos no hasta que le devolviese toda su colección de tarjetas que se habían llevado gran parte de su niñez y que habían quedado perdidas en algún punto de la mudanza que él dirigió. Por eso era que no podía pensar siquiera que la magia existiese, no podía y no lo haría. Era incluso ridículo y le costaba aceptar que su novio y su hermano lo aceptaran, es que no había punto de razón para ello. –La magia no existe- y ahí estaba de nuevo con su argumento, y es que no existía y no existía.

-Claro que existe.

-No, no existe Ven. No puedo creerme que tú creas en ella.

-Claro que creo en ella, me lo han comprobado.

Bueno, eso ya era un avance. Ahora hablaban de hechos y eso sí que podía creérselo. – ¿En serio? ¿Y quién te lo comprobó? Porque si me das pruebas, si puedo verlo con mis propios ojos entonces podría creer en la magia.

-No creo que puedas creer en ella aunque te al mostrasen Vanitas- exclamó Axel rodeando los hombros de Roxas y acercarlo más a él. –Tendría que ser una experiencia bien jodida para que pudieses creer en ella.

-Pero tal vez si la viera de cerca podría hacerlo, ¿no crees?- le preguntó Roxas levantando un poco la cabeza para ver a su chico. Con Axel no había sido tan complicado, él siempre estaba con “puede que exista, puede que no, hasta que no me demuestren algo para tener una postura sobre el tema paso de él”.

-Podría ser. –exclamó el pelirrojo echando la cabeza hacía atrás, tenía sed, hambre y las cosas que habían pedido tardaban en llegar.

-Entonces, ¿quién te comprobó que la magia es real?- preguntó de nuevo a su chico, todavía esperando un nombre.

-Naminé.

-¿Naminé?, ¿esa chica rara que luego esta con ustedes dos?- preguntó bastante sorprendido por ello.

-Yo no diría eso si fuese tú, al menos procura no decirlo cuando este cerca.- aconsejo buscando todavía al mesero.

-¿Y eso por qué?

-Bueno, porque Naminé es una bruja.

-Y una muy buena- secundo Roxas. –Si llega a escucharte diciendo eso puedo asegurarte que te va a dar una buena lección.

-¿Va a hechizarme o algo?, por favor, díganme algo más creíble.- Exclamó recargándose de lleno en su asiento y cruzando los brazos.

-Vale, entonces para que creas en la magia ¿qué te parece si la invitamos?- preguntó Roxas sacando su celular. –Vive cerca de aquí y no creo que le moleste venir a charlar con nosotros. Y hacer también que te tragues tus palabras. –dijo con una sonrisa en el rostro.

-Si claro, como sea. No creo que la chica me haga cambiar de opinión, puede que sólo sea una de esas tantas charlatanas que dices ser brujas, que hacen amarres y pociones de amor y esas tonterías, son sólo eso tonterías.

-Van, en serio. No vayas a decir algo de eso frente a Nami o en verdad que vas a arrepentirte.

-Vamos Ven, no puedes decirme que tú si crees en todo eso, hasta Axel tiene sus dudas.

-Hey, puede que dude de alguna magia, pero hombre Naminé si es una bruja y una de cuidado.

-Si, si, como sea. Haber Roxas llama a tu amiga, quiero que me demuestre que la magia si existe.

-Claro, tus deseos son órdenes- contestó el rubio comenzando a buscar el contacto. Vaya que el chico se llevaría una sorpresa, eso claro si es que no lograba controlar su boca frente a la chica, lo cual era más probable.

Fue cuestión de unos minutos, los mismos que les llevó el terminar con su comida y quedarse solamente con lo que cada uno había pedido para beber. La chica llegó justo en ese momento, extrañada un poco por la llamada tan repentina, aunque interesada por dar a conocer lo que podía hacer al extravagante y molesto novio de uno de los gemelos. Apenas llegar los buscó con la mirada, encontrándolos en una de las mesas de la orilla, un gabinete. Bueno, eso haría las cosas más fáciles. –Hola Roxas, Ventus, Axel, tenía un rato que no te veía.

-Naminé gracias por venir- saludó viendo como su hermano se levantaba para ir por una silla para la chica. –lamento si arruinamos tu tarde o algunos planes que hayas llegado a tener.

-Nada de eso Ventus, sabes que por ustedes puedo venir cuando quieran.

Eso no le agrado mucho a Vanitas, per se mantuvo callado, no quería que Ventus después le reclamara por lo celoso que parecía y esas cosas.

-Bueno Naminé, tenemos un problema con ese chico- dijo Axel señalando a Vanitas, al momento que Roxas regresaba con la silla.

Agradeció por la silla, tomando asiento siendo imitada por Roxas, dejando su bolsa en sus piernas. –Haber, que clase de problemas. Eres el novio de Ventus ¿no?, mucho gusto soy Naminé- se presentó por fin con una sonrisa muy característica de la chica.

-Vanitas- dijo de forma demasiado seria, extrañando al rubio a su lado, aunque la chica seguía con la misma expresión.

-Van- reclamó en tono bajo, dándole un codazo en las costillas. No era algo normal o bueno que el chico se comportara así con una chica y mucho menos con esa chica. –Se más amable.

-No importa Ventus, entonces, ¿cuál es el problema que tienen?- preguntó dirigiéndose ahora a Roxas y Axel.

-Pues es algo similar a lo que sucedió con Axel,- comenzó a explicar el rubio- comenzamos a hablar sobre la magia, ¿por qué? Realmente no tengo idea, pero el tema salió a flote, así que nos hemos topado con la sorpresa de que Vanita- dijo señalando al aludido- no cree en la magia.

-¿No crees en ella?- preguntó la chica, dirigiéndose ahora al susodicho, durante la corta explicación de Roxas sólo asentía manteniendo todavía la sonrisa en sus labios, incluso cuando le hizo la pregunta al chico. -¿Podría saber el por qué?

Alzó los hombros viendo a la chica. –Es simple, la magia no existe, es algo que la gente inventa para poder pasar el rato, son cosas de niños y de fantasías, nada más. Incluso me parece completamente ridículo el hablar sobre ello. Ugh…- se quejó al sentir otro codazo por parte de su pareja, él sólo estaba explicando sus razones, eso no debía ser malo.

-Vaya, así que eres alguien escéptico. ¿Necesitas pruebas para creer en las cosas?

-¿No es algo normal? Se supone que las pruebas son para que se forme un criterio hacia lo que crees y lo que no. Yo sinceramente no creo en la magia, todo lo que hay de ella está basado en trucos baratos y simples artimañas. Así como las personas que dicen practicarlas, sólo son estafadores.

Roxas y Axel estaban que no se la creían, aunque el pelirrojo trataba de aguantarse la risa, ya sabía cómo terminarían las cosas, aunque admitía que Vanitas sí que tenía valor para decirle todo eso precisamente a Naminé.

-Bueno, estoy segura que estos tres te han dicho lo que soy ¿no es así?- preguntó dejando los codos sobre la mesa, entrelazando sus manos.

-Algo así, han dicho que eres una bruja. Aunque no es como que lo creyera realmente.

-Sí, pude imaginármelo por la manera en que te has expresado.

-Hey, no te ofendas Naminé, es sólo que yo no puedo creer en algo que no esté comprobado.

-Entonces, ¿lo que buscas es que te lo compruebe?

-Eso sería de ayuda, sí. Así que ¿por qué no sacas tu sombrero mágico junto con tu varita y así podrás mostrarme lo equivocado que estoy?

Ventus dio toda la charla por perdida, no importaba cuantas veces golpeara o le pidiera al otro que fuese amable con la rubia, no era algo que pudiese lograr, porque lo sabía y conocía a Vanitas. Y también conocía a Naminé y aunque la chica mantenía su sonrisa sabía que estaba molesta, furiosa y si había algo que había aprendido era que las venganzas de la chica eran en verdad venganzas que nunca quisieras volver a sentir. –Van- llamó al otro, tratando de que se calmara, al menos quería bajar los humos un poco.

-Vanitas, por lo que veo tienes una idea equivocada de nosotras, no es como que tengamos un gato negro de mascota, un caldero en el fuego y una varita mágica o una escoba para volar- comenzó a explicar de lo más calmada. –Pero si tanto quieres que te demuestre que la magia existe entonces tengo que decirte que tendrás que estar preparado para lo que te podría pasar.

-Bueno, estoy completamente preparado para ello. Además si no tienes nada de eso ¿no estás perdiendo credibilidad? Quiero decir, si eres una bruja ¿cómo es que todo eso lo dejas olvidado? No es digno de una bruja Naminé.

Sonrió aún más, -De hecho tengo un gato blanco en casa, uno que está un poco gordo y una escoba, como todo el mundo, sabes para que se utiliza ¿no es así? También tengo un caldero aunque ese lo ocupa mi madre para preparar la comida. Lo único que no tengo es una varita, lamento decepcionarte con eso, pero dame una oportunidad, si crees estar listo para aceptar lo que puede pasar en cuanto a mi forma de demostrarte que la magia existe, entonces podría comenzar ahora.

-Por favor hazlo, quiero que me muestres que la magia es real, que tú eres una bruja y que tengo que temerte. –Retó haciendo caso omiso de las expresiones de los otros tres. No podía estarse metiendo en algo tan malo.

-De acuerdo, entonces,- dijo comenzando a buscar en su bolsa, siempre lo llevaba por si llegaba a encontrarse con un idiota como Vanitas, podría hacer un hechizo sencillo y dar todo por terminado pero con personas como el pelinegro hacía falta algo más fuerte, más efectivo y que, en ocasiones incluyera a terceros. Sacó un pequeño frasco, contenía una especie de líquido morado, sacó otro donde había uno de color azul, sólo los mezclo un poco, dejándolo en la mesa. –Esto será suficiente,- dio viendo el frasco. –No es algo venenoso ni nada- comenzó a explicar, -sólo pon una gota en tu bebida- explicó manteniendo todavía la misma expresión.

-¿En verdad esperas que haga eso?, yo creo que no, ni siquiera sé que sea.

-Tómalo como que es agua con colorante. Además, si no crees en la magia puede que sólo sea una de mis estafas.

Se lo pensó un momento, no le agradaría terminar intoxicado o algo por el estilo. Sin duda eso sería un problema. –No, no creo.

-¿Miedo?- preguntó con reto. Tal parecía el chico no era tanto como daba a demostrar.

-Claro que no, solo tengo precaución con lo que sea que es eso. –dijo escuchando como el chico a su lado soltaba un suspiro, estirando el brazo para tomar el frasco.

-Yo voy a tomarlo si te parece- dijo mientras lo destapaba y lo acercaba a su bebida.

-No Ventus, no sabemos que sea esa cosa.

-Sí, pero Naminé no nos daría algo que nos pusiera en peligro- dijo dejando caer una gota en su vaso. –Así que si no quieres hacerlo solo, hagámoslo los dos.

Siguió pensando, no quería que el menor bebiese de eso, no quería que resultase de alguna forma afectado.

-Sólo es para probarte que la magia existe- dijo Naminé dejando que Ventus hiciese aquello, ya lo había dicho, a veces tenía que incluir a terceros en sus planes.

-De acuerdo- dijo cediendo por fin, tomando el frasco y dejando caer una gota en el mismo, tendiéndoselo de nuevo a la chica. –Pero si le pasa algo iré directamente contra ti- dijo para después beber lo que le quedaba en el vaso al igual que Ven.

-No, si le pasa algo va a ser sólo culpa tuya- explicó la rubia, guardando el frasco en su bolsa y poniéndose de pie. –Entonces nos vemos, tengo algunas cosas que hacer. Nos vemos chicos.

-Espera, ¿no tendría que pasarnos algo? digo, se supone que es magia ¿no?- preguntó Vanitas con un ligero tono burlón.

-Tranquilo va a pasar, pero tendrás que hacer que haga efecto. Nos vemos- y sin más comenzó a alejarse de la mesa y de los chicos.

-Te has metido en una buena- comentó Axel mientras lo veía mostrando una sonrisa.

-Cállate, todo es una mentira, no nos pasará nada.

-Yo no lo creo- comentó Roxas también divertido. –Pero ya veremos mañana, Axel y yo nos vamos a una fiesta así que quedan por su cuenta.- agregó para ponerse de pie seguido del pelirrojo. –Los veremos mañana.

-Si, como sea- dijo en cuanto los otros comenzaron a alejarse, viendo ahora a Ventus. -¿Lo ves? Puras mentiras, estamos bien y sin ningún cambio.

-Sí, eso parece- comentó extrañado. La verdad era que él también se estaba esperando algo.

-En fin, vayamos a casa, aprovechemos que esos dos no van a estar, así tendremos algo de silencio.-dijo divertido.

-Si sabes que somos nosotros los que siempre estamos haciendo mucho ruido ¿no es así?- preguntó poniéndose de pie.

-Sí, bueno, al menos no tendremos a alguien que nos grite.

-Buen punto.

Así ambos salieron del lugar rumbo a su piso, no planeaban algo en grande, un rato en el sofá, una película, tal vez algo de acción en la cama y un sueño profundo. Ambos se fueron a dormir cerca de las tres de la mañana, o al menos lo intentaron, quedaron completamente dormidos a las cuatro. A las seis fue cuando Vanitas despertó por urgencia natural y fue cuando se dio cuenta que lo que la chica les había dado sí que había tenido un efecto.

 

Fin flash back

 

Se había quedado dormido de nuevo, cuando volvió a despertar era casi medio día, se levantó con pereza todavía, dejando a Ventus en la cama todavía bajo las cobijas. Seguía medio adormilado así que fue hacia el baño para lavarse a cara y poder despertar bien. Quería algo de café. Apenas salió del baño vio a Roxas hacer lo mismo, seguido de Axel que bostezaba. Los pasó de largo yendo a la cocina.

-Hey Vanitas- llamó Roxas siguiendo al otro, estirándose un poco. –Te ves bien. Creí que estarías peor, algo similar a cuando me llamaste.

Se había girado a ver al chico, al escucharlo comenzó a reaccionar, abriendo los ojos, ahora lo recordaba, había pasado algo y ahora se iba a desquitar con esos dos. Tomó a Roxas de la mano comenzando a llevarlo a su habitación.

-Hey- llamó Axel al ver como se llevaba al rubio –Vanitas ¿a dónde llevas a Roxas?

Al escucharlo tomo su brazo en cuanto paso junto a él, llevándolo también. Apenas entrar los soltó acercándose a la cama quitando las cobijas de una sola vez, -¡¿Qué diablos es esto?!- preguntó señalando al pequeño bulto que había en la cama.

Roxas estaba sorprendido, Axel estaba que no podía creérselo, en la cama, comenzando a despertarse y a sentarse en la cama estaba Ventus, pero más pequeño, más inocente. Similar a cuando tenía cinco años más o menos. Veían como el pequeño se tallaba los ojos, soltaba un bostezo y se quedaba sentado en la cama, al verlos se quedó quieto, estudiándolos a cada uno. -¿Cloud?-preguntó todavía adormilado señalando a su hermano sacando de balance a los mayores.

-Mierda…- susurró Axel.

-Exacto, mierda- contestó Vanitas enfadado, viendo al niño. ¿Cómo diablos iban a resolver eso?

Notas finales:

Pues aquí está, el primer capítulo de Serendipia, supongo que podrán darse cuenta de que va todo, algo trillado tal vez, pero habrá un poco de todo, desde drama, humor, tal vez algo de angustia aunque eso no lo creo. Pero mucho esfuerzo de parte de Vanitas. En fin, si todo va bien seguiré con un capítulo cada viernes, pero ya lo comprobaremos. Nos estamos leyendo.

 

Drakarfox 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).