La iglesia se llenó de aplausos al presentar a los ahora señor y señora Onodera.
Luego de tantos años de insistencias de su madre y… de otros acontecimientos, se caso con su querida amiga Ann, ahora Onodera Ann.
Él la tomaba de la cintura, mientras eran fotografiados, pero su mente divagaba al ver una silueta ya conocida.
-Señor -le llamó el fotógrafo- mire a la cámara por favor
-Ah si, lo siento mucho
-¿Qué pasa Ritsu? -le preguntó algo preocupada su esposa-
-No es nada, solo que me pareció haber visto a… olvídalo
Aquel hombre alto, de test blanca, cabello azabache y ojos avellanas; Takane Masamune. Él esperaba a la marcha de los novios a la recepción, obviamente no estaba invitado pero era la boda de Onodera y no podía perdérsela.
Hace un año y medio que perdieron el contacto desde lo sucedido.
Ellos llevaban una vida feliz, comenzaron a vivir juntos y aunque fue un proceso lento y difícil, Onodera pudo decir abiertamente cuanto lo amaba.
Eventualmente Takano le regalo una sortija, y aunque no podían casarse aun por la familia del ojiverde, esa sortija de plata era el símbolo que representaba su amor.
-Onodera, ¿Cuándo piensas decirles a tus padres sobre nuestro compromiso?
-¡¿Ehhhhhh?! ¿Q-qué compromiso? -dijo colorado del rostro como un tomate-
-¿Y para que crees que te he dado esa sortija? -dijo directamente-
-Creí que era un obsequio ya que solo me la diste -desvió la mirada al darse cuenta que si era obvio el porque de la sortija-
-Ahh ya veo -adoptó una mirada burlesca- querías que te me propusiera de una forma romántica y muy cursi
-De ninguna manera -le miró negativamente-
-Ristu -llamó su atención-
-¿Qué? -dijo un poco molesto por las burlas te Takano, pero su semblante cambio radicalmente a uno sorprendido al sentir como el azabache tomaba su mano izquierda-
-¿Te casarías conmigo? -llevó su mano a sus labios y gentilmente la beso dejando a Onodera totalmente perplejo y sonrojado- si dices que no, voy a raptarte y violarte hasta que digas que si
-Gracias por arruinar el momento -retiró su mano al entender que todo era una broma-
-¿Si o no? -dijo serio-
-Takano-san mi madre dirá.-
-Onodera, te pregunto a ti ¿si o no? -demando una respuesta-
-… S-si, si quiero casarme contigo -se abalanzó a sus brazos y lo besó-
-Ritsu te amo -le miró a los ojos fijamente esperando respuesta-
-T-también yo te amo, Masamune
Eran tan felices… se amaban tanto, pero hay cosas que no podían manejar.
La vista de Takano comenzó a decaer desde la preparatoria, pero últimamente su vista se volvía más y más borrosa, tenia náuseas, dolores de cabeza más fuertes de lo habitual y algunos problemas de equilibrio.
-Takano-san -dijo el doctor leyendo los resultados- necesito que tome esto con mucha calma
-Por favor, solo dígalo directamente
-Usted tiene cáncer cerebral, específicamente tumor neuroectodérmico primitivo, lo que causa todos tus síntomas. Lastimosamente, tu caso ya es muy avanzado y progresivamente perderá la vista
-Entonces… ¿Cuánto me queda de vida?
-… Seré sincero, aproximadamente dos años. Lo lamento mucho
-Ya estoy en casa -anunció- Takano-san -lo buscó en su habitación al no recibir respuesta, encontrándose con Takano empacando sus cosas- ¿Qué haces?
-… -este no le contestó y seguía guardando su ropa-
-¡Takano-san! -comenzó a llorar- contéstame
-Me voy -dijo conteniendo las lágrimas-
Onodera trató de detenerlo, pero este lo empujó, mientras atravesaba la puerta sin mirar atrás, aun a pesar de lo mucho que su corazón se rompiera al oír a su amado Ritsu gritar su nombre desesperadamente.
Tomó su auto, y condujo lo más rápido que podía dejando atrás al gran amor de su vida, ahora solo podía desearle que conociera a alguien amable y que fuera feliz… por los dos.
Los novios salían de la iglesia mientras los invitados les tiraban pétalos de rosas, Onodera buscaba con la mirad a aquella silueta que conocía a la perfección.
Divisó a Takano que sonreía dulcemente. Las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos verdes, sonreía para disimular, mientras veía repetidamente a Takano.
En un momento lo perdió de vista, él ya se había ido y le tocaba resignarse y seguir sonriendo junto a su esposa.
Pero entonces ¿Por qué abandonó a todos en la iglesia pata salir detrás de Takano? Él que lo había abandonado y jugado con sus sentimientos… solo quería saber ¿Por qué?
Lo perdió un momento y sólo siguió corriendo hasta que lo vio. Corrió hacia él mientras lloraba.
-Takan.-
Calló al ver que era llevado por un perro guía para ciegos… se dio cuenta que sus ojos avellana miraban al vacío.
-Onodera… Felicidades -sonrió-
-¡No rías descaradamente! -gritó- ¿C-cuándo?
-¿Perdí la vista? -completo la oración- hace un año y medio
-Fue por eso que… Idiota, me hubiera quedado contigo aun a pesar de eso… eres de lo peor, renunciando a ser editor en jefe, mudarte lejos y no decirme -sollozó-
-Ritsu, siempre te amaré
-También te amo y por eso.-
-Por eso debes ser feliz por los dos, me diagnosticaron cáncer en una etapa terminal… me quedan solo unos meses de vida
Takano no podía ver, pero imaginaba la expresión que estaba haciendo Onodera.
-Déjame quedarme contigo
-No, por favor… Ritsu, te pido que me dejes ir y me recuerdes como yo solía ser. Si tu sigues adelante y vives tu vida, yo podre seguir hasta el final… Te prometo que un día, volveremos a vernos
Takano comenzó a caminar junto con el perro, y aunque Onodera quería ir tras él, debía cumplir el deseo de su gran y único amor.
-Papá ¿Quién es la persona a la que le dejas esas ramas de sakura todos los años? -preguntó un pequeño de 7 años-
-Es la persona… que yo más ame en este mundo, mi primer amor
-¿Ehhhh? Tenemos el mismo nombre -dijo al ver la lápida-
-Así es Masamune
Quien sabe porqué el destino obra de esa manera, pero de algo estaba seguro… el destino un día les cumpliría su promesa de estar juntos.
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